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| Domingo 5 De enero De 2014

La nueva capitana de la Fed Cup apunta a ampliar el número de jugadoras en el tour femenino; advierte que la base es reducida y que hace falta tener una gran figura

el personaje

María José Gaidano. “En la Argentina hay cuatro tenistas varones por cada mujer” Textos: José Luis Domínguez | Fotos Prensa AAT

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ejos de la atención que acapara el tenis masculino, las chicas de la Argentina buscan hacerse un lugar dentro del circuito femenino. Maria José Gaidano, designada recientemente como capitana de la Fed Cup, tendrá, primero, la misión de conducir al equipo nacional, con Paula Ormaechea (62ª) como abanderada, en esta competencia caratulada como la Copa Davis de las damas, en la que la Argentina ocupa una plaza dentro del Grupo Mundial II, la segunda categoría; luego, colaborará en la inserción de las chicas para contar con más jugadoras argentinas en el tour femenino. Gaidano, que sucede en el cargo a Bettina Fulco, fue 85ª del ranking, integró el equipo en dos series de Fed Cup y entrenó a varias jugadoras, hasta que recibió la convocatoria de parte de la Asociación Argentina de Tenis. “En su momento, la AAT llamó a varias personas, incluyéndome a mí, pero la verdad es que no lo esperaba. La capitanía es algo bárbaro, lo tomo con muchísimas ganas. Claramente es una responsabilidad, porque dependés de un equipo que armás, y porque tenés que representar al país”, cuenta Majo Gaidano, que recientemente condujo un campus de entrenamiento junto con Martín Jaite. En esta función estará acompañada por Daniel Palito Fidalgo –entrenador de Gabriela Sabatini en sus primeros años y vinculado con el tenis femenino desde siempre– como director deportivo. —¿Cuál será el principal objetivo en estos tres años de gestión? —Quiero formar un buen equipo, como lo que querría cualquier capitán. Son una o dos semanas al año que se juega, y hay que tratar de pasarla bien, de que las chicas estén tranquilas; ellas se ven todos los días en el circuito, se conocen… Después, quiero trabajar con las más chicas, con la parte de desarrollo, ver lo que viene e insertar a la nueva generación; mi intención es trabajar con lo nuevo y con las que ya están, que la camada que tenemos se junte con las que vienen; que se integren, que las vean jugar, ayudarlas a través de la AAT para que se metan en el circuito. —En la Fed Cup, ¿lo fundamental será rodear lo mejor posible a Ormaechea? —Sí, Paula es nuestra número 1. Obviamente, la idea es contar siempre con ella. A Paula no la entrené, pero la conozco de compartir giras, cenas, almuerzos, entrenamientos, tiene la mejor onda y estoy contenta de contar con ella. La veo con muchas ganas, y está jugando muy bien. Tiene buena predisposición y eso

ayuda. Pero la Argentina, en la Fed Cup, va a merecer lo que juega. Si tiene que perder, es porque el rival es mejor, o porque la Argentina no tiene jugadoras de mejor ranking; si se tiene que pasar por una rueda inferior, será así. Lo importante es el trabajo día a día, no podemos pensar en estar en la final de la Fed Cup. Hay que estar donde se merece estar. —¿Cómo definirías a cada una de las jugadoras que tendrás en el equipo? —Ormaechea tiene el tenis que se juega ahora, que es más físico; es agresiva, muy ganadora, lo que es buenísimo, es muy completa. Después, María Irigoyen es una gran luchadora; todo lo que ganó lo logró con trabajo, tiene un tenis diferente, es zurda, tiene un corazón muy grande, y Florencia Molinero cuenta con un muy buen slice y una buena derecha. Luego, entre Catalina Pella y Vanesa Furlanetto estará la cuarta jugadora convocada. —Tenés una base más pequeña que la que el tenis argentino tiene en varones. —Sí. Yo viajo a los campeonatos sudamericanos con las chicas, me sumo a lo que hacen en el departamento de Desarrollo de la AAT, pero obviamente la base es mucho más chica. Me reuní con gente de la Cosat (la Confederación Sudamericana de Tenis), y nos fijamos que la relación, en América del Sur, de jugadores es de tres hombres por cada mujer; en la Argentina, esa relación es de cuatro varones por cada una de las chicas, eso explica por qué no tenemos una gran base. —¿Hace falta una gran figura para que las chicas se entusiasmen con el tenis? —Ayudaría muchísimo. Sería un poco lo que pasó con la Legión, que unos veían a Gaudio, a Coria… a nosotras, en su momento, nos ayudó lo que hizo Gaby (Sabatini). Cuando ella estaba, éramos como diez chicas en los Grand Slams; hoy, con suerte, tenemos una. A las Leonas, por ejemplo, les dio impulso Luciana Aymar. Tener un ídolo, un referente, como lo es Ginóbili en básquetbol, llama mucho a los chicos. —¿Y si el fenómeno no aparece? —Lo que se trata de hacer, con simposios, con trabajos de desarrollo, es ver la manera de entrenarlas desde temprano, buscarlas por todo el país. Pero está claro que una Sabatini, ahora, no hay. La manera de buscar una jugadora en este momento es con trabajo. No hay una solución mágica o inmediata. Hay chicas de 12 y 14 años que juegan muy bien; es preciso hacer un trabajo muy prolijo con ellas y tener paciencia para ayudarlas a que lleguen al profesionalismo.ß

Majo Gaidano, a cargo del equipo nacional femenino

Fed Cup: el primer desafío de la temporada será frente a Japón, en Pilar b^b^b El debut de María José Gaidano como capitana de Fed Cup será el 8 y 9 de febrero, en el club Pilará, en Pilar, que ya ha sido escenario de series de este certamen. “Todavía no tengo el equipo confirmado, pero es importante que todas estén dispuestas. Voy a esperar”, dice Gaidano, aunque todo parece indicar que las integrantes serán Paula Ormaechea, María Irigoyen y Florencia Molinero, más Catalina Pella o Vanessa Furlanetto. Para saber

cómo juegan las japonesas, Gaidano dependerá de los informes de Ormaechea y de Gustavo Marcaccio, flamante entrenador de la jugadora de Sunchales. “Si viene Kimiko Date, ya la conozco, porque jugaba en nuestra época… pero el estilo de juego japonés, en general, es que se mueven bien, son rápidas y juegan por abajo, no les gustan las pelotas altas. Con lo que veamos de Australia luego nos juntaremos para ver cómo jugarles”, agregó la capitana.