POLÍTICA | 11
| Jueves 8 de enero de 2015
El titular de Diputados y precandidato presidencial objeta a Scioli por no hablar con la militancia; se arrepiente de haber sido menemista
Julián Domínguez. “En la Argentina todavía hay pobreza; nos faltan cosas” Texto Gabriel Sued | Foto Maximiliano Amena
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–Respecto de Scioli dijo que “a los tibios los vomita Dios”. ¿A Scioli lo vomita Dios? –Nuestro pueblo es la voz de Dios y el que no responda a los intereses del pueblo va a recibir el aborrecimiento. Que Scioli haga lo que crea mejor. Mi diferencia con él es que no discute con los militantes, que construye con otros actores, que tienen que ver con la estética del marketing, con una carrera individual. –¿Usted con Dios se lleva bien? –Trato de ser un buen hijo de Dios. Pero pecadores somos todos.
–Cuando era joven se planteó ser sacerdote. –Sí, me lo planteé. Pero el celibato no era lo mío [se ríe]. Tuve formación religiosa en la escuela con un sacerdote del Tercer Mundo, al que lo terminó matando la dictadura. Eso me marcó muchísimo. Soy hijo de una portera de escuela, que me crió sola, porque mi viejo era alcohólico y se fue. No teníamos dónde vivir. El cura me becó. Era la política o el sacerdocio. –¿Se parecen esas dos cosas? –Sí, son la trascendencia de la persona. Nadie se realiza en una comunidad que no se realiza, como decía Perón. –En mayo denunció que la policía bonaerense le dio una golpiza y le rompió el tímpano a uno de sus hijos ¿Hace una lectura política de eso? –No. Es la impunidad con la que se maneja la policía. –En ese momento describió a su hijo como un “antisistema”. –Sí, el Negro es contestatario [se ríe]. Tiene el antisistema más radicalizado. Es peronista guevarista. Tiene el tatuaje del Che Guevara en el brazo. –Para él, usted es un conservador, ¿no? –Depende del día [se vuelve a reír]. Un día soy un ídolo y el otro día soy el sistema. –Se le atribuye una relación muy cercana con el papa Francisco. ¿Es así? –Es tiempo electoral y de eso prefiero no hablar, porque el Papa no va a elegir al presidente, lo va a elegir el pueblo argentino. –Hubo discusión entre diputados del oficialismo por el Código Civil, el aborto y la fertilización asistida. Fue una batalla entre progresistas y conservadores. –Los peronistas no somos progresistas ni conservadores, somos revolucionarios. –Si usted es presidente, que se vayan olvidando los que quieren legalizar el aborto, ¿no? –Defiendo la vida. Pero soy profundamente respetuoso de la diversidad. Le dimos impulso a la fertili-
zación asistida. La redacción del artículo 19 [que indica que la existencia empieza con la concepción] la sacamos de los tratados que la Argentina tiene suscriptos. –Si lo deben identificar con una propuesta, ¿cuál elegiría? –Hay que llevar la Capital a Santiago del Estero. Como dijo Perón, el siglo XXI es el siglo de los recursos naturales para América latina. Hay 5 millones de hectáreas que se van a incorporar al sistema de producción en el norte argentino. –Imaginemos que Cristina tenga una libreta donde anota los pros y contras de cada precandidatos del Frente para la Victoria. A su favor: como ministro de Agricultura logró apaciguar el conflicto con el campo... –Soy un laburante. Lo que hice fue meterme en la asamblea, ir a la cooperativa de De Angeli, ver a Buzzi, ir a Coninagro, hablar con los productores. Escuchar. Fue lo que me pidió la Presidenta. –En los contra figura que fue jefe de campaña de Chiche Duhalde en 2005, en contra de la candidatura a senadora de Cristina. –Estuve siempre donde estuvo el peronismo. Desde el 83 hasta la fecha, incluido Herminio Iglesias en el 85, voté siempre la boleta completa del peronismo. –Pero en 2005 había dos peronismos. –Yo voté al peronismo de Buenos Aires [el PJ era entonces controlado por el duhaldismo]. Cuando se produjo la ruptura [y el kirchnerismo pasó a controlar el partido], me quedé en el peronismo. –En los 90 el peronismo era Menem. –Sí, en los 90 traicionamos nuestra doctrina. Me hago cargo. –¿Qué puntaje les pondría a estos 11 años de gestión? –Un 10. –¿Hay algo que no hayan hecho bien? –Creo que nos faltan viviendas por realizar. Todavía tenemos pobreza en la Argentina. Nos faltan muchas cosas por hacer.ß
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El senador Ernesto Sanz, uno de los precandidatos presidenciales del FA-UNEN, dijo que Cristina Kirchner “hace prensa con el millón de argentinos que pudieron tomarse vacaciones, pero esconde en el sótano a los dos millones que no trabajan”. El presidente de la UCR advirtió: “Algún día van a decir que controlaron la inflación y el costo va a ser de cinco millones de desempleados. Se la pasan vociferando que controlaron el dólar, pero no se consiguen tampones en Buenos Aires”. En un comunicado, Sanz dedicó duros párrafos a la política económica del Gobierno y señaló que es necesario “sanar la economía sin arruinarles la vida a los argentinos”.ß
Aunque señaló que no será candidato en las próximas elecciones, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, subrayó que estará “en el lugar en el que la Presidenta decida que tenga que estar”. Así, evitó pronunciarse sobre las versiones que lo señalan como posible candidato a la gobernación bonaerense. “Sería irresponsable pensar en candidaturas”, dijo. En declaraciones radiales, también evitó respaldar a alguno de los aspirantes presidenciales del kirchnerismo. “El Frente para la Victoria tiene muchos e importantes candidatos a presidente. En las PASO se definirá el que represente con mayor fuerza este proyecto”, dijo.ß
A LUCILA DEL MAR.– Esta ciudad del Partido de la Costa puede ser declarada libre de la fiebre naranja con la que Daniel Scioli tiñó los principales balnearios de la provincia. Acá, las pintadas en los paredones, los carteles y los pasacalles son verdes. Es el color que eligió para su campaña Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados y uno de los precandidatos del oficialismo que más duro criticaron a Scioli por su visita a un stand del Grupo Clarín. El verde predomina también en el fondo del chalet, rodeado de pinos, donde Domínguez recibe a la nacion. Además de su familia (esposa, madre, uno de sus cinco hijos y sus tres perros), en la sobremesa lo acompañan el diputado Juan Carlos Díaz Roig, el empresario Marcelo Fernández, el ex integrante de la Conadep Norberto Liwski y el ex secretario de Medios Enrique Albistur, asesor estrella de su campaña. “Mi diferencia con Scioli es que no discute con los militantes, que construye con otros actores, que tienen que ver con una carrera individual”, dice Domínguez, recostado en una silla de playa. Viste una chomba violeta gastada, una malla azul y zapatillas deportivas con suela amarillo flúo, como si se tomara revancha por pasar todo el año de traje. Cuando el fotógrafo empieza a disparar, Albistur insiste en que Domínguez cambie la silla: la que está usando es de color naranja. El propio “Pepe” le trae una azul.
Duhalde defendió a Scioli, pero también elogió Randazzo En su vuelta al ruedo de las declaraciones sobre la política nacional, el ex presidente Eduardo Duhalde opinó sobre las críticas que recibió el gobernador Daniel Scioli, por haber asistido a un evento de Clarín. Señaló que el cuestionamiento a Scioli es un gesto “típico del kirchnerismo”, y subrayó: “Estamos en la Argentina del desencuentro, donde un dirigente no puede ir a determinado lugar porque los demás lo retan; eso no pasa en un país serio”. No obstante, Duhalde rescató al ministro Florencio Randazzo, uno de los principales críticos del gobernador. “Yo al «Flaco» lo quiero mucho. Es una de las personas más capacitadas para la gestión”, destacó.ß
Sanz acusó a la Berni: “Sería Presidenta de irresponsable pensar ocultar el desempleo en candidaturas”