Los espías que llegaron del frío

la Guerra Fría que resultó una de las más vistas y mejor criticadas de la nueva ... mate que traía y preparaba una ma- ... Diez (AM 1110), La FM 92.7 La 2X4 y.
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espectáculos

| Lunes 11 de marzo de 2013

Los espías que llegaron del frío

Cable. Esta noche, a las 23, por FX, se estrena The Americans, una serie de acción ambientada durante

la Guerra Fría que resultó una de las más vistas y mejor criticadas de la nueva temporada televisiva Viene de tapa

Así empezó la historia de The Americans, la serie que se estrena hoy, en FX y que cuenta, precisamente, la historia de Philip y Elizabeth Bishop, dos espías rusos que trabajan como agentes de viajes durante el día y de noche secuestran rivales o revelan microfilms en el sótano de su casa. Ambientada en 1981, en los años del principio del fin de la Guerra Fría, The Americans parece subirse al éxito reciente de series de agentes secretos como Homeland, pero se toma menos en serio las cuestiones de seguridad nacional. Es casi una mezcla de la serie protagonizada por Claire Danes con Señor y Señora Smith, la comedia de acción en la que los espías encarnados por Brad Pitt y Angelina Jolie fingían tener trabajos aburridos y escondían (incluso el uno del otro) su trabajo nocturno como agentes secretos. En The Americans, la pareja está formada por el galés Matthew Rhys, conocido por sus muchas temporadas en Brothers & Sisters, y Keri Russell, identificada todavía con Felicity, el papel que le dio fama hace una década y del que todavía está intentando sacudirse. Esta serie, en la que interpreta a una joven reclutada por la KGB y enviada a los suburbios de Washington (para interpretar, a su vez, a una típica madre de clase media norteamericana), es su primer protagónico en televisión desde entonces, sin contar con la comedia Running Wilde, de abrupto final. “Lo que más nos interesaba era contar la historia de esta familia –dijo Weisberg, en conversación con la nacion –. De hecho, en la primera reunión de guionistas, alguien dijo: «Todos somos espías en nuestras propias casas». Y ése es un poco el concepto que queríamos presentar.” Philip y Elizabeth son espías en sus casas porque, aunque llevan 15 años juntos y tienen dos hijos perfectamente gringos, sus actitudes son bastante distintas. Philip se está enamorando de la mujer que le pusieron sus jefes y del país al que lo mandaron. En los actos escolares de sus hijos, donde canta el

Russell, Rhys y el enemigo de turno en cruzarse en el camino de estos agentes rusos himno, y en los shoppings llenos de productos accesibles, Philip tiembla. Elizabeth, en cambio, es durísima: para ella lo más importante es la lealtad a la Madre Patria y a su gobierno. Aparentemente, esta lealtad incluye no mostrar el más mínimo cariño por su marido. Por lo menos al principio. En el episodio piloto, Philip y Elizabeth tienen la oportunidad de venderse a la CIA y empezar de nuevo sus vidas en algún lugar de la costa oeste. Él quiere fundirse en la gran sábana de prosperidad estadounidense. Pero ella detesta a sus falsos compatriotas. “Son débiles, no tienen carácter”, dice. La serie sugiere una oposición: de un lado, la pasión y el consumo; del otro, la frialdad y el comunismo.

Russell es bajita y flaquita –“tengo el cuerpo de un chico de 12 años”, admite–, pero suelta una carcajada potente y ruidosa. Sentada en una falsa oficina secreta del FBI (donde trabaja un vecino de la pareja, que empezará a sospechar de ellos), Russell dijo que le gusta ser, por una vez, el personaje más frío del elenco. “No es lo que suelen pedirme. Normalmente soy la típica víctima embarazada que se la pasa sufriendo”, dijo. Su Elizabeth, que nació y creció en Rusia pero habla en inglés sin acento, es arisca con su marido, pero en su vida secreta seduce a idiotas funcionarios del Pentágono que son incapaces de mantener la boca cerrada. En las series de espías, la mayoría de los hombres son así de débiles: treinta años de secretos no valen na-

Otras novedades de la TV paga ^b^b^ Al estreno de The Americans se suma mañana otra serie ambientada en el pasado cercano. Se trata de Vegas, una historia de policías y mafiosos en la ciudad del pecado durante la década del sesenta protagonizada por Dennis Quaid. Y si se trata de respetar las viejas tradiciones, nadie mejor que los protagonistas de Duck Dinasty, el reality sureño que estrena temporada hoy, a las 21, por A&E.

La Once Diez, con artística pluralista protagonistas de la radio. La emisora de la Ciudad presentó su nueva programación Alicia Petti

PARA LA NACION

“Otro modelo de gestión de los medios público es posible, hacemos hincapié en la diversidad y en la libertad”, señaló Carlos Ares, director del Sistema de Medios de la Ciudad en el lanzamiento de la nueva programación de la emisora La Once Diez (AM 1110), La FM 92.7 La 2X4 y el canal Ciudad Abierta. Para interiorizarse de la nueva artística de la AM, la nacion dialogó con algunos de sus protagonistas: Diego Leuco –Lo malo de ser bueno (lunes a viernes, de 6 a 9)– es un joven entusiasta de 23 años con trayectoria periodística radial y gráfica e hijo del reconocido Alfredo Leuco. “Siempre digo que para mí surgió naturalmente esto de ser periodista. La psicología diría que debería odiar o amar el periodismo por tener a un padre como mi padre. En mi caso, me pasó que lo amé. Por eso estoy feliz en este programa. La segunda mañana tiene una cosa muy hermosa, ya que empezamos a escribir los diarios del día siguiente. Me voy contento cuando sé que metimos un título que la gente va a leer al día siguiente. Es un honor realmente, porque uno mira a los costados y tiene a Jorge Rial, Jorge Lanata, González Oro y otros compitiendo en el mismo horario. Por suerte cuento con una mesa de gente reconocida, como Marina Abiuso, Nicolás Diana y Rolando Barbano, editor de policiales de Clarín. Tengo una frase que aprendí de Fernando Bravo y que me encanta: «La radio se pone seria cuando debe y se ríe cuando puede». Y eso trato de hacer en mi programa: está bueno que se conjugue el rigor informativo de la AM con el desparpajo y la ironía de la FM”, sintetiza Leuco hijo. Franco Torchia tiene 36 años y se hizo conocido por Cupido en Much Music. Ahora, por las noches, es panelista en Intratables, en América. Es periodista licenciado en letras; trabajó en Clarín y en la revista Ñ. Y en La Once Diez conduce –lunes a viernes, de 18 a 20– No se puede vivir sin amor, título homónimo al de la canción de Calamaro. “La mayor apuesta que tiene el programa es el horario. Estos programas siempre han estado condenados a la madrugada, a los sábados a la tarde o a los atardeceres de domingo. Pero

fx

da ante la oportunidad de ver desnuda a la extraña que se les acercó en el bar. “¡Es por trabajo! ¡Me obligan a hacer estas cosas!”, dice Russell con una carcajada. En el momento de la entrevista, la producción estaba grabando el sexto de los trece episodios de la primera temporada. ¿Cuánto saben los actores de lo que va a pasar con sus personajes? “Bastante poco –dice Russell–. Yo prefiero saber, pero en este mundo de espías nadie sabe bien qué va a pasar con sus vidas.” Rhys parece simpático, con la necesaria cara de “buen tipo” como para interpretar a alguien que no está del todo comprometido con el totalitarismo. Además, al ser extranjero, tuvo que hacer el mismo recorrido que su personaje: disol-

ver su nacionalidad para que los vecinos (en el caso de Philip) y los espectadores no adviertan su origen. “Lo interesante es que tanto Philip como yo venimos metidos en este proceso desde hace años –dijo Rhys–. Yo aprendí a ser estadounidense en Brothers and Sisters.” En los minutos que conversó con la nacion, Rhys quiso dejar bien claro un par de cosas: que había viajado cinco veces a la Argentina (dos de ellas para filmar una película y un documental sobre las colonias galesas en Chubut) y que la infusión favorita del set de filmación era un mate que traía y preparaba una maquilladora casada con un argentino. “Cada vez somos más los miembros del club del mate”, agregó. El set de grabación de The Americans está en Gowanus, un barrio de Nueva York dividido en dos por un viejo canal pestilente rodeado de fábricas y depósitos abandonados. Algunos de esos depósitos han sido reciclados como edificios de oficinas, departamentos o galerías de arte. El primer programa que se graba ahí es precisamente The Americans, cuyos decorados están siempre armados a la espera de las órdenes del guión. Además de la oficina del FBI, donde un grupo de agentes poco a poco pondrá la lupa sobre los Bishop, está la casa familiar, decorada como en 1981, con colores llamativos, muebles de mimbre y televisores RCA con cuerpo de madera falsa. En el cuarto del hijo hay pósteres de astronautas y de La guerra de las galaxias; en el de la hija, uno de Rick Springfield, la estrella pop del momento. El padre usa una colonia que se llama Macho y sobre la videocasetera hay dos películas: The Long Long Trailer (1953) y Rome Adventure (1962). ¿Por qué 1981? Weisberg dice que en los dos años que le llevó escribir el piloto movió la serie de una década a otra –“los 70, por los peinados y la música, parecían divertidos”– pero que se decidió por los 80 cuando pensó en Ronald Reagan, que ganó las elecciones en noviembre de 1980 y asumió en 1981. “Con Reagan se reavivó la temperatura de la Guerra Fría –explicó–. Empezó a llamar a la Unión Soviética: «El imperio del mal» y a recuperar el discurso agresivo de décadas anteriores. Me pareció el momento perfecto.” Y la metáfora perfecta: un conflicto entre superpotencias en el teatro global enmarcando otro conflicto entre dos superpotencias en el teatro doméstico.ß

El mejor cine del mundo se congrega en Pantalla Pinamar miradas. Fuerte presencia de films

nacionales y de cineastas extranjeros

Adolfo C. Martínez PARA LA NACION

Franco Torchia, Ingrid Beck y Diego Leuco, tres voces nuevas para mí es un acierto: el horario de la vuelta significa para este programa que todavía hay tiempo en el día para empezar a cambiar nuestras realidades emocionales. Es un espacio para encontrar vínculos. Me parece que también es un programa que revela qué es lo que nos está pasando o le está pasando a mucha gente: más del 50 por ciento de los habitantes de la Ciudad están solos o viven solos. La idea no es solucionarle la vida a nadie, sino revelar cómo van algunas vidas. Y, a través de esas revelaciones, generamos relaciones que van más allá del amor. Tenemos una bolsa de afectos. Es un programas que tiene un objetivo hipercomplejo, como ganar en interactividad, en conexión. No vivo de una agenda periodística, vivo de las personas y de lo que les pasa”, suma Torchia. Ingrid Beck es una reconocida e inteligente periodista con 25 años de trayectoria en gráfica y en radio. “Me daba cuenta de que me gustaba el aire, pero no aparecieron oportunidades hasta que conocí a “la Negra” Vernaci. Empecé escribiendo guiones y ella, muy generosa, me dio aire. Ahí descubrí la radio de verdad y morí”, se entusiasma Beck. –¿De dónde viene Todo al aire? –Fue un chiste: en la radio estamos

todos al aire. En realidad tenía que ver con que íbamos a desnudarnos frente al oyente. Creo que parte de la convocatoria tuvo que ver con mi trabajo en Barcelona [es la directora de la revista]. Tratamos temas humorísticos, pero también seguimos otros como los derechos humanos. Hablamos de temas que no están en los medios. Eso se combina con un acting en el medio del programa, un sketch humorístico. El programa sale de lunes a jueves, de 15 a 18, y los viernes, de 15 a 16, sale lo mejor de la semana, y de 16 a 18, Radio Barcelona, que es una suerte de versión radial de lo que es la revista. El programa también tiene entrevistas en estudio, nuestra idea es que la gente conozca a su legislador, así que todos los martes viene un legislador distinto. Los jueves hacemos unpluggeds, vienen músicos a presentar sus canciones en vivo y a charlar un rato. Bien completito. Cultura y política Todas las novedades del mundo del espectáculo están presentes en Conectados. Cada viernes, Pablo Gorlero pone al alcance de todos las mejores ofertas culturales para disfrutar del fin de semana con la ayuda de José María Mondino en la

fernando massobrio

coconducción; Alejandro Di Menna en cine, Laura Chertkoff en danza y Adriana Schottlender en teatro. Y los sábados, con la coconducción de Sandra López Maidana y las voces de los protagonistas de la cartelera, Gorlero ofrece Parece que viene bien, para armar el plan ideal para el sábado, además de una hora retro para recordar las décadas del 60, 70 y 80. Y Secretos de reunión es su propuesta para los domingos, de 13 a 14, con una entrevista a personalidades destacadas del espectáculo y la cultura. Pasaron por allí Norma Aleandro, Nacha Guevara, Tito Cossa, Luis Brandoni, Luciano Cáceres, Patricio Contreras, Leo Sbaraglia, Eleonora Wexler, Florencia Peña, Federico Luppi y Gabriela Toscano, entre muchos otros. Para los interesados en la política desmenuzada, de lunes a viernes, de 13 a 15, aparece Estamos como queremos, de Susana Viau y la compañía de Gastón Douton y Facundo Quiroga, donde se analiza la actualidad política nacional e internacional. Y para terminar la semana, todos los viernes se abre “La jaula de las locas”, un segmento especial del programa en el que Susana Viau, Silvina Walger y Silvia Naishtat reciben a un invitado del ámbito político para una entrevista sin respiro.ß

PINAMAR.– Con la proyección de la impactante coproducción franco-belga Metal y hueso, de Jacques Audiard, antenoche se inauguró una nueva edición de Pantalla Pinamar, el ya clásico encuentro de cine argentino y europeo de la costa atlántica. El festival –que contó en este primer día con la asistencia de Liliana Mazure, presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, y diversas personalidades del ámbito de la política y la cultura– se prolongará hasta el próximo domingo con la exhibición de setenta y dos películas procedentes, entre otros países, de Bélgica, Noruega, España, República Checa, Polonia, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania. Se suman a ellas las películas argentinas que el pasado año concursaron en los festivales internacionales clase “A”, como Cannes, Berlín y San Sebastián, entre otros, y que ahora, por única vez, competirán entre sí por los premios Balance de Oro, Plata y Bronce que entrega el festival. Durante el acto de apertura, Carlos Morelli, director del festival, se refirió al esfuerzo que el Incaa realizó en pos de la compra del antiguo cine Gaumont del barrio de Congreso que, luego de dos meses de cierre para su remodelación,

estará en condiciones de ser habilitado al público para continuar exhibiendo cine argentino. En este mismo acto, y al cumplirse setenta años del estreno del film nacional 16 años, de Carlos Hugo Christensen, su protagonista María Duval recibió de manos de Liliana Mazure una plaqueta en reconocimiento a su larga trayectoria artística. El encuentro, que con sus films mantendrá una amplia mirada hacia los países más distantes y exóticos como Angola, Taiwan y la India, se cerrará el domingo con el film belga Hasta la vista!, de Geoffrey Enthoven. Durante toda esta semana, el público podrá acercarse a películas que en muchos casos no tendrán distribución comercial, y en otros, son vistas por primera vez en este evento. Se conocerán las últimas obras de realizadores de jerarquía como Alex de la Iglesia, Ken Loach, Andreas Dresen, Cesc Gay, Darío Argento, Imanol Uribe, Benito Zambrano, Benoit Jacquot, Jacques Doillon, Juliusz Machulski y Stéphane Brizé, entre otros. También se recordará el cincuentenario del estreno de Paula cautiva, de Fernando Ayala, con Susana Freyre y Duilio Marzio, y los veinte años de la primera exhibición de Tango feroz, la leyenda de tanguito, de Marcelo Piñeyro, centrada en la vida de Tanguito, y que actualmente tiene su versión teatral en Buenos Aires.ß

Metal y hueso abrió el juego en Pinamar