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Domingo 22 de marzo de 2009
OPINION Por Andrés Prestileo De la Redacción de LA NACION
Jugar como en casa, la ventaja de Boca en la Copa
EL FABULOSO MARINO PHELPS
Michael Phelps, el hombre récord de los Juegos Olímpicos de Pekín, participó, junto con el resto del equipo estadounidense de natación, en una serie de maniobras militares en la Base de Coronado, California, denominadas “Demolición Básica Submarina”, como parte del entrenamiento. ¿Habrán llevado salvavidas en el gomón?
AHORA LA IRONIA DE LOS ROJOS FUE CONTRA BOCA
“Riquelme nunca mostró actitudes que fueran negativas para el grupo. Siempre se mató por la camiseta. El sabrá por qué renunció. Y con respecto al DT, está en todo su derecho de decir lo que pretende de un jugador”, opinó Roberto Ayala en declaraciones a FM 101.1.
“Perdón hermanos paraguayos y bolivianos por tratarlos de bosteros”, se leyó en una bandera colgada en la tribuna de Independiente, anteanoche, en el partido ante Newell’s. Parece que algunos no se avergüenzan de las conductas discriminatorias.
Pichot: “Diego merecía ser el DT de la selección”
Drogba les tiró una moneda a los hinchas y...
Aventín: “Es hora de que Traverso haga algo”
Juventus piensa en un estadio propio para 2011
Una donación de la OMB al hospital De Elizalde
Agustín Pichot manifestó su felicidad por la designación de Diego Maradona como entrenador de la selección: “Diego merecía ser el DT de la selección. Para él es positivo y me alegra verlo contento. Todos queremos que le vaya bien a Maradona por todo lo que significa para el fútbol argentino”, dijo el jugador de rugby a Télam.
Didier Drogba, delantero de Chelsea, recogió una de las monedas que le había arrojado un simpatizante de Burnley luego de anotar un gol y se la devolvió a los hinchas. Chelsea perdió por penales el encuentro por la copa local y encima Drogba fue suspendido por tres partidos. Además, la policía le abrió un informe.
Oscar Aventín, presidente de la ACTC, fue crítico hacia Juan María Traverso, quien decidió una incursión en la política y se acercó a Daniel Scioli: “Ya que no trabaja por el automovilismo, es hora de que haga algo por los argentinos. Como piloto de autos con techo es el mejor, pero siempre corrió para engrandecer su ego y su patrimonio”, dijo.
Dentro de 26 meses, Juventus tendrá su nuevo estadio, al estilo de la Premier League de Inglaterra y el primero de propiedad de un club italiano. La obra, que se levantará en el actual Delle Alpi, espera ser terminada en 2011, tendrá una capacidad para 40.000 espectadores y costará 105.000.000 de euros.
Francisco Valcárcel, presidente de la Organización Mundial de Boxeo, afirmó que su entidad le donará equipamiento tecnológico al hospital pediátrico Pedro de Elizalde. “La OMB va a donar un equipo para detectar la sordera en los neonatos”, explicó Valcárcel en declaraciones a la agencia DyN.
Ayala y su visión sobre Román
La pobreza del rendimiento de los equipos argentinos como visitantes en la Copa Libertadores podrá provocar extrañeza o preocupación, pero de ninguna manera es un dato novedoso. Esta flojísima cosecha, por lo menos hasta ahora, ratifica una tendencia de bastante vieja data, si se considera que en estos tiempos vertiginosos más de una década representa un período más o menos largo. Es útil repasar los números y cotejarlos con los antecedentes. Hasta aquí, los equipos de nuestro país compitieron en diez oportunidades fuera de las fronteras, dos veces cada uno, con solamente dos victorias, un empate y siete derrotas. Quien se tome el trabajo de revisar lo que pasó hasta estas alturas en los últimos diez torneos continentales verá que la proporción es parecida: en 96 partidos hubo nada más que veinte triunfos, 25 empates y 51 caídas. Por sí solos, los números pueden quedar en una simple abstracción vacía; son algo secundario si no se condicen con las sensaciones o lo que surge realmente de los hechos. Números deficitarios pueden no inquietar si se tiene la certeza de que son un índice apenas coyuntural, pasajero. Este no parece ser el caso. Hoy, salvo que se trate de Boca, a un equipo argentino que viaja para competir en el contexto de la Copa generalmente lo acompaña una percepción previa escéptica. Sensación que en el pasado se limitaba a compromisos en plazas tradicionalmente complejas, como Brasil o Uruguay, pero que en nuestros días se extendió a todos los destinos. Ni siquiera jugar en Venezuela le abre al fútbol argentino un panorama sinceramente optimista. Que Boca escape a este diagnóstico sombrío –aunque más de una vez salga abollado de este tipo de pruebas– no es raro, porque la Copa tiene sus propios códigos y el equipo xeneize los maneja con soltura desde hace tiempo. A partir de que examina a los competidores en terrenos desacostumbrados y los llama a poner sobre la mesa habilidades que el campo doméstico no siempre exige, la Copa tiene la propiedad de radiografiar de manera más completa a cada uno. Es cierto que el fútbol siempre permite que se filtre algún caso excepcional, pero no haberse curtido lo suficiente en el campo internacional casi siempre pasa factura. En este momento, San Lorenzo y Lanús pagan especialmente ese déficit, con equipos potencialmente sobrados para el terreno local –de hecho, Lanús desfila con toda solvencia desde hace rato–, pero que afuera todavía se empequeñecen. Ese desafío que impone la Copa, el de sentirse cómodo donde sea, es el que siempre le permite a Boca arrancar en ventaja.
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