Hoja informativa
Nº 52- febrero de 2018
La levadura
«El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.»
La justicia social En 2007 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 20 de febrero de cada año como Día Mundial de la Justicia Social. Al fundamentar esta decisión, sostuvo que la justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y que es vital para promover el desarrollo y la dignidad humana. La ONU indica que las actividades que se desarrollen con motivo de este día deben orientarse a erradicar la pobreza y promover el pleno empleo, el trabajo decente, la igualdad de género y el acceso al bienestar social para todos.La justicia social se fundamenta en la “igual dignidad” de las personas y requiere que nadie carezca de los bienes indispensables para vivir y alcanzar su máximo potencial. Ya Aristóteles afirmaba en su Ética a Nicómaco (5.3) que “si lo injusto es lo desigual, lo justo es lo igual”. En la tradición cristiana, la justicia social está directamente relacionada con el amor al prójimo e implica que los bienes de este mundo están originalmente destinados a todos. Por eso, busca y pretende un reparto equitativo de los bienes sociales. En una sociedad con justicia social, los derechos humanos son respetados y las clases sociales más desfavorecidas cuentan con oportunidades de desarrollo.
En este sentido, según la carta apostólica Octogesima Adveniens del papa Pablo VI, una de las formas de verificar hoy la dignidad del ser humano es la «aspiración a la igualdad» (OA 22). La igualdad se convierte así en el criterio básico del discernimiento moral en los problemas sociales. Esta aspiración, junto a la «aspiración a la participación» es principio y meta de la ética social. Esta igualdad difiere de la homogeneidad o la uniformidad. Tampoco se opone a la diversidad. Más bien, su sentido coincide con el contenido de la conocida expresión «Igualdad para vivir, diversidad para convivir». De otra parte, si la justicia conmutativa es la que corresponde entre iguales, la justicia social es la que corresponde entre desiguales. Remite directamente al derecho de las personas y colectivos más desfavorecidos de la sociedad y al goce de los derechos humanos, tanto sociales como económicos, conocidos como “Derechos de segunda generación”, de los que ningún ser humano debería ser privado.
En tanto que instancia crítica por la igualdad, debe contrarrestar las desigualdades. Busca eliminar las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad. Asimismo, exige reducir los privilegios de las élites (económicas y políticas) que rehúyen una mayor redistribución de recursos/poder y, a menudo, acumulan sin medida dejando a muchos otros sin nada. Las élites también rehúyen la democracia que nos iguala en la capacidad de decidir. En el ámbito de lo jurídico, la justicia requiere implantar la «rectitud» (derecho) que muchas veces no coincide con lo establecido («ius»). En este sentido, cuestiona el orden establecido, aunque con frecuencia se ha utilizado para justificarlo, incluidas sus injusticias y violencias estructurales. Es así que cabría recuperar la noción de justicia como «cuestionamiento» ético anterior a los ordenamientos jurídicos. Lo ético debe prevalecer y orientar lo legal, dinamizar el cambio social en aras de una mayor igualdad. En definitiva, la justicia social requiere crear condiciones necesarias para que se desarrolle una sociedad igualitaria en términos económicos y de oportunidades. Comprende el conjunto de decisiones, normas y principios razonables para garantizar condiciones de trabajo y de vida decentes para toda la población. Involucra también la concepción de un Estado activo que promueve estas condiciones. Es nuestro deber vigilar críticamente a las instituciones para que avancen hacia la igualdad social e incrementen los niveles de justicia social.
La cita "No hay paz sin justicia social"
Pedro Casaldáliga cumple 90 años Pedro Casaldáliga, obispo, teólogo y poeta, ha sido un testimonio vivo en la lucha y consecución de la justicia social a favor de los más pobres. Con motivo de su 90 aniversario, le dedicamos esta segunda parte recogiendo dos de sus poemas que reflejan bellamente esa experiencia de compromiso y transformación social desde el Evangelio.
Me llamarán subversivo Con un callo por anillo, monseñor cortaba arroz. Monseñor ¿”martillo y hoz”? Me llamarán subversivo. Y yo les diré: lo soy. Por mi pueblo en lucha, vivo. Con mi pueblo en marcha, voy. Tengo fe de guerrillero y amor de revolución. Y entre Evangelio y canción sufro y digo lo que quiero. Si escandalizo, primero quemé el propio corazón al fuego de esta Pasión, cruz de Su mismo Madero. Incito a la subversión contra el Poder y el Dinero. Quiero subvertir la Ley que pervierte al Pueblo en grey y al Gobierno en carnicero. (Mi pastor se hizo Cordero. Servidor se hizo mi Rey).
Para leer y ver
Mi Cuerpo es Comida
Creo en la Internacional de las frentes levantadas, de la voz de igual a igual y las manos enlazadas…
Mis manos, esas manos y Tus manos hacemos este Gesto, compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.
Y llamo al Orden de mal, y al Progreso de mentira. Tengo menos Paz que ira. Tengo más amor que paz.
Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
...! Creo en la hoz y el haz de estas espigas caídas: una Muerte y tantas vidas! ! Creo en esta hoz que avanza - bajo este sol sin disfraz y en la común Esperanza tan encurvada y tenaz!
Comiéndote sabremos ser comida, EI vino de sus venas nos provoca. El pan que ellos no tienen nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y subversiva Eucaristía.
Anímate a leer algún libro sobre Pedro Casaldáliga o ver la película basada en uno de esos libros.
• Francesc Escribano (2002): Descalzo sobre la tierra roja: vida del obispo Pere Casaldáliga, Ediciones Península, Barcelona. • Zofia Marzec (2005): Pedro de los pobres, Nueva Utopía, Madrid.
Redacción y coordinación: Equipos de Cooperación Fraterna de Cáritas Comunidad Valenciana.