Hoja informativa
Nº 53- marzo de 2018
La levadura
«El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.»
mujeres, economía social y comercio justo Este proceso empieza cuando una mujer con discapacidad accede a un trabajo por el que recibe una retribución justa y un medio de vida que favorece su autonomía y la aleja de los estigmas sociales. El ciclo acaba con la compra del producto que ella fabrica por parte del consumidor final.
En esta hoja de marzo hemos querido destacar el papel de las mujeres en la Economía Solidaria, el Comercio Justo y la Cooperación fraterna. En efecto, el comercio justo es una de las múltiples formas de empoderamiento de las mujeres, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. A través de las cooperativas de comercio justo se dan oportunidades a muchas mujeres para que adquieran o consoliden competencias profesionales y ayudarles a ser financieramente independientes. Un botón de muestra de estas cooperativas es Women’s Child Care Society (WCCS) en Beit Jalá (Palestina). Cáritas Española distribuye en España los bordados de esta cooperativa a través de las tiendas de la Red Interdiocesana de Comercio Justo. Ms. Salwa Raba, la directora de WCCS señalaba que “es muy importante educar y empoderar a las mujeres, ya que cuando se educa a una mujer, ella puede educar a una familia entera. Caritas también apoya el proyecto CORR THE JUTE WORKS de Cáritas Bangladesh desde 2011 a través de su Red Interdiocesana de Comercio Justo (RICJ),
realizando importaciones conjuntas de sus productos, disponibles en las tiendas y puntos de venta de la Red. La misión de CORR es organizar a la población pobre, mujeres rurales marginadas y personas indígenas ofreciéndoles capacitación y concienciación. Asimismo, se les apoya para un incremento en su desarrollo económico, técnicas y habilidades, liderazgo y aumento de su confianza. La visión de este proyecto es garantizar la dignidad socioeconómica de las personas vulnerables y marginadas de la sociedad, especialmente de las mujeres de Bangladesh. Este tipo de iniciativas solidarias atienden también a mujeres con discapacidades. Por ejemplo, el Comercio Justo de la Fundación Vicente Ferrer tiene como objetivo combatir la cruel discriminación que padecen las mujeres empobrecidas con discapacidad en Anantapur (Andhra Pradesh).
Los beneficios obtenidos con la venta de los productos se reinvierten directamente en el programa para la contratación de más mujeres que, progresivamente, van recibiendo formación en una actividad artesanal. Reconocemos, valoramos y damos gracias por estas iniciativas que, desde la sencillez y cotidianidad, ayudan a que las mujeres se empoderen y sigan adelante en su vida. Contínuemos reforzando nuestro compromiso solidario con estas organizaciones que cristalizan responsablemente el Comercio Justo, la Justicia Económica y la Cooperación Fraterna.
La cita "Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres" (Rosa Luxenburgo)
En primera persona. Maya Rani: Una historia con final feliz Maya Rani: de la lucha por sobrevivir al liderazgo de grupo artesanal. Maya Rani es una viuda de 42 años que vive con sus dos hijos en la aldea de Koran, distrito de Gazipur. Es la líder del sub-grupo Koran-C (centro de Jagaroni). Tras casarse a edad muy temprana, Maya descubrió que su esposo padecía una discapacidad mental que le impedía trabajar. Para poder mantener a su familia, ella empezó a repartir agua a varias tiendas y con el dinero compraba harina para hacer pan. Con este chapatti (pan típico de la zona), la familia pudo sobrevivir, ya que el arroz era un lujo. Hubo días en que ella y sus dos hijos no tenían nada para comer. Desesperada, buscó fervientemente trabajo en diferentes lugares. Una de sus vecinas le aconsejó ir a Jagaroni para aprender a hacer artesanías de yute, que además, se podían hacer en casa y así no dejaba a su familia sola. Maya se unió al centro de Jagaroni y comenzó a tener sus ingresos. Incluso pudo ahorrar y prosperar. Se construyó una casa con techo de zinc, instaló un pozo de tubo y una letrina. Compró dos vacas, arrendó 0,3 acres de tierra cultivable, que le proporcionó arroz durante seis meses. El esposo de Maya murió y su hijo menor heredó la enfermedad de su padre. Ahora Maya trabaja y apoya ella sola a su familia. Es una trabajadora eficiente que se encarga de mantener el orden en el grupo y de distribuir el trabajo entre las mujeres trabajadoras. Cuando hay nuevos productos, ella recibe formación en Jagaroni y luego entrena al resto. Maya Rani es, sin duda, todo un ejemplo de superación, fortaleza y amor responsable.
Para escuchar
Anímate a escuchar en este enlace los testimonios de mujeres palestinas trabajando el comercio justo: https://www.youtube.com/watch?v=owm1SQ90p0
Redacción y coordinación: Equipos de Cooperación Fraterna de Cáritas Comunidad Valenciana.