En el infierno de Arizona, un drama también argentino

31 jul. 2010 - Como si la ola de calor no fuera suficiente, en los últimos tiempos. Moscú ha estado cubierta por una pátina de humo procedente de los.
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EXTERIOR

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Sábado 31 de julio de 2010

EL DEBATE POR LA INMIGRACION s EN LA FRONTERA CALIENTE

En el infierno de Arizona, un drama también argentino En el último año, unos 70 compatriotas fueron arrestados por intentar cruzar la frontera a EE.UU. SILVIA PISANI CORRESPONSAL EN EE.UU. NOGALES, Arizona.– Arde el sol impiadoso en la tierra donde miles de desesperados libran, a escondidas, su silenciosa batalla contra la frontera y, en cuestión de horas, también contra los efectivos de la Guardia Nacional que, movilizados por el presidente norteamericano, Barack Obama, intentarán frenar la inmigración ilegal. Más de 1200 efectivos para controlar la enorme franja de casi 4000 kilómetros que separa dos mundos. De este lado, Estados Unidos, la patria del sueño americano. Del otro, el desierto mexicano de Sonora, la trampa que impone días de abrasadora caminata para quienes se empeñan en llegar sin permiso. Tal el circuito en el que se juegan la vida miles de latinoamericanos; en su inmensa mayoría, de México. Un poco menos, de Honduras, Guatemala, El Salvador y Brasil. Y también, aunque el fenómeno es minoritario, es la opción de decenas de argentinos para quienes el impulso de entrar en los Estados Unidos no tiene más que esta espantosa manera. “Yo lo hice y no lo volvería a hacer”, confiesa a LA NACION quien sólo se identifica como Carlos Eduardo, un marplatense de 27 años que empezó a pergeñar su travesía hace más de siete meses. “Fue cuando la embajada de los Estados Unidos me negó la visa para entrar”, dice. A partir de entonces, cobró forma el plan que, hace poco más de una semana, cuando cruzó la frontera, lo convirtió en un “espalda mojada”, un inmigrante ilegal de los que persigue el sheriff Joe Arpaio. La imagen le pesa en la voz, como quien no se acostumbra a su nuevo estatus de ser una persona en las sombras. “Pensé que me importaría menos”, confiesa. “Los argentinos son una presencia francamente minoritaria [entre quienes intentan cruzar la frontera ilegalmente desde México]”, dice a el vicecónsul Juan Carlos Garaguso,

de la representación consular de Los Angeles, a la que, por jurisdicción, corresponde Arizona. Quienes eligen esa opción, “se arriesgan a cualquier cosa”, dice el diplomático. La peor de las opciones, la muerte. En medio, sufrir el asedio de pistoleros armados que asaltan a quienes saben que viajan con dinero escondido en alguna parte del cuerpo. Y, lo menos, ser encontrados por la patrulla y deportados. Por ejemplo, esa es la suerte que corrió, semanas atrás, otro argentino que, en este momento, encerrado en el cercano penal Florence, espera la deportación a nuestro país. La cárcel tiene triste fama por ser el destino de quienes son sorprendidos por la patrulla cuando intentan violar el cerco. Fueron vanos los intentos por comunicarse con el detenido. “Nosotros tenemos el mismo problema”, dijo a LA NACION Susan Alvarado, de la Asociación por las Libertades Civiles (ACLU), que trabaja con familiares de inmigrantes. “Otros tienen más suerte. Pasan cruzando como ratones; cavan por debajo de la cerca o buscan el rincón más vulnerable de la empalizada [que mandó a construir el ex presidente George Bush]”, añadió.

AFP

En México, un grupo de personas espera para poder cruzar la frontera, cerca de Nogales, y entrar a Estados Unidos

   

   

   



      



El problema de la frontera Nadie sabe, en verdad, cuántos se aventuran por el desierto. “Puedes darte una idea con las deportaciones. Sólo en Arizona hay más de 40.000 por año”, dijo a LA NACION el abogado Ezequiel Hernández. Fuentes oficiales indicaron que, en ese total, en el último año se contaron entre 60 y 70 argentinos que fueron atrapados cuando intentaban cruzar la frontera. La cifra representa una sensible caída respecto de años anteriores, cuando de todo el territorio de los Estados Unidos llegaron a deportarse más de 5000 argentinos sorprendidos en situación ilegal. “En todo caso, los argentinos entran en mayoría por los aeropuertos y, eventualmente, luego burlan el permiso de estadía de su visa. Son pocos los que se largan por el desier-



 

to”, insistió Alvarado. Aquí, en Arizona, el problema es la frontera. Y en ella Obama ordenó el desplazamiento de 1200 efectivos de la Guardia Nacional. Intenta, con eso, frenar el tráfico y calmar los ánimos de quienes dicen que no hace nada para frenar la inmigración. “Eso es una burla. Son efectivos insuficientes. Necesitamos, por lo menos, más del doble”, dijo la gobernadora republicana Jan Brewer. Los guardias se sumarán al conjunto de patrullas que ahora escudriñan la extensa frontera, entre los que se cuentan los llamados minutemen, vigilantes voluntarios que ayudan a los alguaciles, entre los que suele denunciarse un alto componente racista. “No

es verdad. Yo mismo fui minuteman y en mi familia han entrado mexicanos y negros. No tengo nada contra la gente honrada”, dijo David Loew, un constructor que milita en favor de la norma que defiende a rajatabla la persecución de indocumentados. Vista desde aquí, la división entre México y Estados Unidos es una larga empalizada que, en algún momento, se pierde entre campos privados. “Allí es donde no hay nada y donde suele colarse la gente”, dice Laura Meneses, productora radial que lleva meses trabajando en el tema. Es allí donde hace poco se produjo el crimen que encendió los ánimos: un ranchero que vigilaba su tierra fue asesinado, se supone, a manos de inmigrantes indocumentados que cruzaron la frontera. Es a esta tierra donde ahora llega la Guardia Nacional, y la misma por la que acaba de aventurarse Carlos Eduardo, el marplatense que habla, luego con LA NACION, en una casa donde –según dice– lo están ayudando antes de seguir viaje. ¿Por qué largarse a semejante aventura? El contesta con pocas palabras. “Para mí, no había opción. Mi novia obtuvo la beca de su vida para estudiar en California. No imagino vivir sin ella”, dijo el marplatense. Y con algo de rabia añade: “Si me hubiesen dado una visa, habría sido más fácil. Nunca en mi vida me sentí tan maltratado”.

Hijo de inmigrantes y cazador de extranjeros Es el sheriff que lidera las redadas contra latinos PHOENIX (ANSA).– La entrada parcial en vigor de la ley contra la inmigración ilegal en Arizona dejó en el limbo a la policía, pero un personaje permaneció inmutable: el sheriff del condado de Maricopa, Joe Arpaio, quien advirtió que seguirá adelante con sus redadas. Conocido como el “sheriff más duro del Oeste”, Arpaio tampoco se amedrentó con las amenazas de muerte del poderoso cartel de Juárez, que envió un mensaje de texto telefónico a miles de personas, para ofrecer un millón de dólares a quien acabe con la vida del alguacil, según informó ayer la cadena Fox. Arpaio, de 78 años, probablemente sea la persona más odiada y la peor pesadilla de los inmigrantes ilegales de Arizona. Para muchos ciudadanos de Phoenix, por lo tanto, resulta toda una paradoja que el principal cazador de sin papeles sea hijo de inmigrantes nacidos en Italia.

“¿Cómo puede ser que ese hombre sea tan horrible y tan injusto con los latinos cuando él mismo es hijo de inmigrantes?”, cuestionó Tony, un taxista de Arizona. “Arpaio es hijo de inmigrantes. Si tuviera la piel más oscura, ¿se pediría papeles de migración a sí mismo?”, preguntó Vincent D’Emidio, en uno de los tantos blogs que a menudo se dedican a la figura del sheriff, que ostenta el récord de detenciones de indocumentados en el país. Lejos de negar sus orígenes, Arpaio, que fue elegido sheriff de Maricopa en 1992 y, desde entonces, ha sido reelegido en el cargo cuatro veces consecutivas, se declara orgulloso de sus raíces latinas, pero aclara: “Mis padres llegaron a Estados Unidos desde Italia, pero vinieron de manera legal. Además, ellos no consideraban que ni una pulgada del territorio de Estados Unidos pudiera pertenecer de alguna manera a Italia”.

INUSUAL FENOMENO CLIMATICO

Rusia vive una de las peores olas de calor de su historia El país, acostumbrado al frío, no está preparado para las altas temperaturas CLIFFORD LEVY THE NEW YORK TIMES RYBKHOZ, Rusia.– Este es un país que sabe cómo manejar el frío, pasando sin doblar la espalda el más brutal de los inviernos. Pero el calor es otra historia. Y nunca ha habido un calor como éste. Así de extremo se ha vuelto el calor: Oymyakion, en el este de Siberia, es considerado uno de los lugares más fríos del planeta, en el que las temperaturas invernales superan los 32° bajo cero. El jueves, el termómetro también marcaba 32°. Sobre cero. Por la noche. Gran parte de Rusia vive una emergencia. Estallaron incendios forestales. La sequía ha arruinado miles de hectáreas sembradas con trigo. Más de 2000 personas murieron ahogadas en ríos, represas y otras masas de agua en julio y junio, con frecuencia buscando alivio del calor después de haber ingerido demasiado alcohol. Solamente en Moscú, el número de muertes de esa clase se ha triplicado en comparación con el año pasado. Durante toda la semana, la temperatura llegó a valores récord, y el jueves alcanzó una nueva máxima en Moscú, casi 39°. Julio ha sido el mes más caluroso desde que la ciudad empezó a hacer mediciones de la temperatura bajo el régimen zarista, 130 años atrás, declararon los funcionarios locales. En la granja ictícola Biserovsky, en este suburbio moscovita, Iván Tyurkin avanzaba pesadamente por un muelle para vigilar los estanques de cultivo que lo rodeaban. No necesitaba un termómetro para darse cuenta de que el agua estaba perversamente tibia. Truchas muertas, que flotaban como boyas, bastaban como prueba de ello. El mes pasado, las truchas saltaban alegremente y Tyurkin se preparaba para otra cosecha abundante. Ahora, con el clima que aparentemente encontraba infinitas maneras de sembrar el caos en todo el país, su criadero estaba en crisis. “Esto es simplemente muy difícil de creer”, dijo Tyurkin. “Nunca ha habido un verano como

REUTERS

Los vientos y el calor provocan incendios forestales en todo el país

Incendios: por lo menos 35 muertos MOSCU (AFP).– Por lo menos 35 personas murieron y otras mil perdieron sus hogares en los incendios forestales que han arrasado varios municipios en el centro-oeste de Rusia, una de las regiones más afectadas por la ola de calor. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, ordenó ayer movilizar al ejército para luchar contra las llamas. “El presidente ha ordenado al ministerio de Defensa movilizar todos los recursos necesarios para ayudar a extinguir las llamas”, dijo la vocera presidencial. Ese ministerio indicó luego que 2000 militares fueron movilizados para participar de la lucha contra los incendios. El primer ministro, Vladimir Putin, visitó el pueblo de Verjniaia Vereia, cuyas 340 casas fueron destruidas por el fuego en menos de 20 minutos, y prometió una indemnización de 6614 dólares.

éste”, agregó. “Nunca. Jamás.” Esa es una opinión vigente en toda Rusia. Nueva York, Washington y otras muchas ciudades de Estados Unidos también han sufrido sus propias olas de calor. Pero la mayoría de los rusos no tienen aparatos de aire acondicionado porque creen que no vale la pena hacer esa inversión dadas las temperaturas reinantes en los veranos típicos. Como si la ola de calor no fuera suficiente, en los últimos tiempos Moscú ha estado cubierta por una pátina de humo procedente de los incendios que estallaron en las turberas pantanosas secas de los suburbios. Abrir una ventana en un desesperado intento de dejar entrar una brisa es, en cambio, una oportunidad para que ingrese el desagradable olor a humo. Una de las principales autoridades médicas del país estimó que caminar por Moscú unas pocas horas equivalía a fumar uno o dos paquetes de cigarrillos.

Traducción de Mirta Rosenberg ADEMAS Por Rusia, fuertes subas para el trigo, por Dante Rofi. EconomíaPág. 4