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POLÍTICA

| Viernes 16 de enero de 2015

Enrolado en las filas de Sergio Massa, dice que quiere ser el gobernador que saque a la provincia de la inseguridad y el miedo

Darío Giustozzi. “Hay que atacar con mano dura el delito y la corrupción” Texto Lucrecia Bullrich | Foto Mauro V. Rizzi

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MAR DEL PLATA

arío Giustozzi sabe que no la tiene fácil. Pero no pierde la calma. O por lo menos, no deja que se le note. El ex mandamás de Almirante Brown (e intendente modelo del kirchnerismo hasta 2012) integra la cada vez más abultada disputa massista por la candidatura a la gobernación bonaerense. Habla pausado, mide cada frase, cuida cada palabra. De paso por unas horas en la ciudad, recibe a la nacion en el hotel Hermitage. “Quiero ser el gobernador que saque a la provincia de la inseguridad. Hay que atacar con mano dura el delito y la corrupción asociada”, dice sin dudar. –¿Cómo imagina el último año de Cristina presidenta? –[Suspira...] Hay una contradicción entre lo que imagino y lo que deseo. Deseo que sea un año de armonía, que el Gobierno aporte templanza. Pero imagino que puede transformarse en un año de resistencia y que eso puede generar un escenario más tenso de lo que uno desearía. –¿Resistencia a qué? –A abandonar el poder, con la pretensión de seguir tomando decisiones sin consenso suficiente, forzando el debate político en una dirección opuesta a lo que la gente espera para la transición. –¿Qué legado le reconoce al kirchnerismo? –La Asignación Universal por Hijo. También la política de derechos humanos, pero es clave transformarla en política de Estado, que es distinto de hacer política partidaria con los derechos humanos. –¿Hubo curros con los derechos humanos como sugirió Macri? –Probablemente. La Justicia deberá investigar.

–¿Cuál es la peor herencia? –La pobreza institucional, la pérdida de calidad política. –¿Cómo le cayó la incorporación de De Narváez? –Me parece bien buscar coincidencias políticas con quienes han podido demostrar coincidencias programáticas. Ya con el intento de reformar la Constitución tuvimos una primera coincidencia. Después con la ley de abastecimiento y ante la decisión del Gobierno de empujar

reformas profundas, a veces al borde de la ilegalidad, como con el Código Civil. –¿Cómo entiende el pase el electorado que escuchó a De Narváez decir que el massismo era igual que el kirchnerismo? –De Narváez se equivocó diciendo que nosotros éramos más de lo mismo. Deberá explicárselo él a la gente. –¿Cuál sería su prioridad si fuera gobernador?

–Sin lugar a dudas, quiero ser el gobernador que saque a la provincia de la inseguridad y el miedo. –¿Qué implica eso? –Hay que atacar con mano dura el delito y la corrupción asociada. Hay que dotar de mayor profesionalismo y tecnología a la policía y a la Justicia para la etapa de investigación del crimen organizado, y cortar todo tipo de lazo político con sectores de la policía y la Justicia. Hay que mostrar firmeza desde el primer día. –¿Hay que endurecer las penas? –Algunas estoy seguro que sí. En principio, todo el sistema penal asociado al narcotráfico y a la corrupción asociada al delito. Ahí hay que hacer una revisión integral. Tienen que actuar con dureza los jueces, los fiscales y la policía. –En la Argentina, la mano dura se asocia con los excesos, la violación de la ley, el gatillo fácil. –Pero cuando decís “mano dura contra el delito y la corrupción” estás hablando claramente de un sector. Si al mismo tiempo hablás de profesionalización de la policía, no es gatillo fácil. Tiene mala prensa porque hay una distorsión. –El massismo tiene seis candidatos a gobernador y podría sumar a Insaurralde. ¿Cómo es ser de la primera hora y ver que su jefe no deja de sumarle rivales? –No me preocupa. Yo soy distinto. Haberme formado en democracia y tener experiencia de gestión hace que pueda mostrar que lo que digo lo puedo sostener en los hechos. No lo tomo como una disputa de poder. Hago política defendiendo ideas y valores. –Para acceder al poder. –Sí. Pero no voy a dejar de lado mis principios por una batalla que dé por resultado una pelea por el poder en términos personales, sino en términos de debate. Siento que lo puedo hacer mejor que los demás. Si no, me encolumnaría detrás de otro. –¿Qué cree que va a hacer Insaurralde? –El último reportaje que leí fue una reafirmación de pertenencia K que me exime de mayor comentario. –¿Hay que recortar el gasto en la provincia? –Hay que gastar más en algunas áreas y menos en otras. –¿En qué hay que gastar menos? –En cargos políticos inexplicables. Hay una capa burocrático administrativa acumulada en el tiempo. Hay que darles una función a esos empleados. Y al que no se presenta a las 8 de la mañana hay que echarlo.ß

Posse elogió la gestión de Macri y refuerza su acercamiento a Pro

guiño. Distanciado de Massa, el intendente de San Isidro habla de “unirse” contra Scioli Jaime Rosemberg LA NACION

Anteayer expresó su disconformidad con Sergio Massa e indicó que podría ser “un buen vicepresidente” de Mauricio Macri. Ayer, el intendente de San Isidro y precandidato a gobernador bonaerense Gustavo Posse dio otro paso en dirección a su antiguo aliado, el jefe de gobierno porteño y rival directo del líder del Frente Renovador en la carrera por la presidencia. “A mí me gusta, hay un cambio en la ciudad. Ganó una elección legislativa y dos mandatos como gobernante, dejó una marca en la gestión”, dijo ayer Posse a la nacion en referencia al que considera su “amigo” y de quien se distanció –políticamente al menos– cuando se incorporó a la lista de candidatos a gobernador del FR. La flamante inclusión de Francisco De Narváez, y sobre todo la posibilidad de que Martín Insaurralde se sume también a ese lote de postulantes, llevó a Posse a mostrar su incomodidad. Ayer, repitió que “no sirve” ese “club de candidatos” que Massa amalgamó con la idea de una gran interna bonaerense que le permita altos porcentajes de voto en las primarias del 9 de agosto. “No me gusta la gestión de [Daniel] Scioli, pero no hay que subestimarlo. Hay que ampliar la masa crítica, y la forma de hacerlo es con Pro”, agregó el intendente, y reiteró, de esa manera, lo que desde el macrismo ven como imposible: tener algún tipo de acuerdo con Massa en estas elecciones. ¿Qué piensan en Pro? En principio, distintos dirigentes del macrismo bonaerense creen que las recientes declaraciones del intendente radical “lo alejan de Massa”, sobre todo porque trascendió la molestia del propio líder renovador con las declaraciones de Posse. Y especulan con algunos pasos que deberían darse para

que el acercamiento discursivo se traduzca en hechos concretos. “La reunión con él se va a dar en cualquier momento, porque el diálogo nunca se cortó. Pero habrá que ver cómo toma la sociedad esta unidad, si realmente nos sirve a todos”, afirmaron a la nacion desde el macrismo bonaerense. Más allá de la incomodidad de Jorge Macri, que ya puso condiciones y dijo que habría que “hablar mucho” con Posse antes de su ingreso, cerca de María Eugenia Vidal, precandidata de Macri en la provincia, no pusieron reparos. “La relación entre ellos es buena, y no hay problemas en ir a internas o compartir fórmula llegado el caso”, deslizaron cerca de Vidal. ¿Habrá mudanza? “Soy amigo de Mauricio y no quiero usarlo, como él no me usa a mí”, responde Posse, misterioso y sin dar detalles de las conversaciones. Con casi cuatro períodos al frente de la intendencia de San Isidro, el intendente de origen radical decidió que era hora de dar el salto. Su destino, que parecía cerca de Massa, está cada vez más cerca del macrismo.ß

Una visita al conurbano ^b^b^ Después de varias semanas, Mauricio Macri regresará al siempre difícil conurbano. Hoy llegará a Esteban Echeverría para apuntalar a su candidato, Evert van Tooren, junto al referente de la tercera sección electoral, Federico Salvai. El líder de Pro repetirá el esquema de recorridas que incluye una caminata por el centro, la visita a una familia de lugareños y el encuentro con medios locales.