POLÍTICA | 23
| Sábado 17 de mayo de 2014
políticos al diván | primera sesión
Moyano se movilizará por una suba a jubilados
El vicepresidente de la UIA destaca el diálogo con el Gobierno y advierte que los aumentos salariales “sin lógica” generan inflación
Daniel Funes de Rioja. “El Gobierno debe intervenir más fuerte en las paritarias”
reclamo. Irá a la Anses para exigir un ajuste en el haber mínimo
Texto Diego Sehinkman | Foto Mariana Araujo
L
a siguiente entrevista tuvo lugar en el estudio que el abogado laboralista y vicepresidente de la UIA tiene en avenida Madero al 900, ciudad de Buenos Aires. –Usted es titular de Copal, Coordinadora de Empresas de Industrias Alimenticias. Déjeme provocarlo: “Funes de Rioja pertenece al club de los formadores de precios”. –(Imperturbable) No es cierto. La industria de alimentos y bebidas no forma precios. Hay muchos componentes que están arriba en la cadena. Hay que ver el impacto de la materia prima, la logística, los impuestos, los salarios... –Graciela Bevacqua, ex Indec, dice que los alimentos subieron más del 50% en 12 meses. –Bueno, hay factores que perturban. Cae piedra o granizo sobre el tomate, y subió el tomate. Entonces, cuidado con las simplificaciones. Me parece que esto es como decir quién tiene la culpa de la inflación. Y yo contestaría “Fuenteovejuna, señor”. –Pero Fuenteovejuna es todos y es nadie. En este juego del Gran Bonete, nadie es culpable de la inflación. El Gobierno no se hace cargo, los empresarios tampoco... –Sí, pero son todos los eslabones de la cadena. Desde la política macro hacia los costos energéticos o de la logística. –¿Cuál es el peor momento que usted recuerda de la Argentina? –La hiperinflación. Ahí las cosas se descontrolaban. El año 2001 lo vimos venir. La híper, no... –Si pudiéramos medir la grave-
dad de una situación económica en una escala de 1 a 10 y para usted aquella híper fue 10. ¿En cuánto estamos ahora? –No, ahora estamos bastante lejos. Digamos 4 o 5. –¿Le preocupan las suspensiones en las automotrices? –A ver. Si no tengo trabajo, ¿qué hago? Busco paliativos. En esos paliativos están éstos: no se desprenden, retienen, esperan a ver si la situación mejora. Con la prudencia y la diplomacia del caso, yo no he dejado de decirle al Gobierno que estamos preocupados. Hay una contracción de la economía, pero no hay que entrar en pánico. –¿En algún momento un industrial le pidió que le reclame a la Presidenta con mayor firmeza? –Hacerlo a los gritos no cambia la naturaleza del reclamo. Desde que la Presidenta abrió el diálogo en agosto con los empresarios en Santa Cruz, tenemos un trato fluido y constructivo.
Historia clínica Funes de Rioja, Daniel Edad: 68 Ocupación Abogado, vicepresidente de la UIA, titular de Copal. Observaciones Poco afecto a las frases explosivas, deja ver sin embargo su posición en algunos párrafos clave.
–¿Y desde entonces qué lograron? –Bueno, no todas las cosas a las que aspiramos, pero algunas sí. Ahora hay un ministro de Economía. Me podrá gustar o no lo que piensa, pero pudimos sentarnos con un ministro durante tres horas. –¿Es verdad que Kicillof les dijo “coman que voy a hablar yo”? –Sí, eso de entrada. Y yo podría haber contestado: “Hemos comido despacio para que puedas hablar”. (Se ríe) Igual a mí me parece constructivo. Después, si es fructífero o no, por los frutos lo conoceréis... –¿Cuál es el tema más urgente? –No podemos recalentar expectativas inflacionarias ni discusiones salariales sin lógica. Si no queremos instalar expectativas catástrofe, las cosas tienen que manejarse en determinado marco. –¿Qué marco? –En una negociación salarial, si no hay acuerdos, tiene que haber conciliación obligatoria... –¿Le está pidiendo al Gobierno que intervenga más fuertemente en la paritaria? –Sí, que intervenga porque es el rol. No digo sustitución, que no nos sustituyan ni a los sindicatos ni a los empresarios. –¿Cómo está la industria de la alimentación? –Hay una caída de 2000 y pico de millones de dólares de exportaciones en el último año. Lo veníamos diciendo. Cuando a alguien no le devuelven el IVA, no le pagan los reintegros o se dictan normas obligando a liquidar divisas en 30 días, cuando en una de ésas uno lo recibe en 90 días –no estoy hablando de ninguna ilegalidad– te vas quedan-
do sin capital de trabajo. Y sin eso no podés producir lo mismo. –Si es tan obvia la lógica ¿por qué supone que el Gobierno no lo destraba? –Creo que hay, primero, entramados burocráticos que son complejos y que hay que agilizarlos. El otro factor podría ser actitudinal, pero no creo, sería un suicidio. –¿Y cuál sería el “factor actitudinal”? –Bueno, puede haber componentes de prejuicio, de ideología. –¿Y cuál sería esa ideología? –En algún momento alguien puede pensar que el camino no es la iniciativa privada. Pero si hay una industria que reconoce el papel del Estado, es la de alimentos. –¿Los costos laborales están en un nivel adecuado?
–Están altos. Sobre todo en la mano de obra intensiva de baja capacitación. Sumale los feriados, los días de ausencia, la enfermedad de los lunes y todas esas cuestiones. –¿La enfermedad de los lunes? –Índices de ausentismos elevados que no se corresponden, que salen del parámetro de la normalidad. –¿Usted es demasiado optimista o realmente cree que el Gobierno va a cambiar su posición en este año y medio final? –Yo soy optimista y voy a seguir insistiendo, diplomática y respetuosamente, en lo que hay que hacer. Yo no voy a dejar de hablar, aunque no voy a gritar. –Ésa es toda una definición de su personalidad... –Así es. –Dejamos acá. ß
Dispuesto a no perder la iniciativa, el sindicalismo opositor ya puso en marcha el próximo paso de su plan de lucha contra las políticas oficiales: Hugo Moyano anunció ayer una protesta en las narices de la sede de la Anses para reclamar un aumento en las jubilaciones. La fecha de la movilización es todavía una incógnita, pero se concretaría antes de fin de mes. La consigna central será equiparar la jubilación básica ($ 2757) con el salario mínimo, vital y móvil, que actualmente es de $ 3600, y que se elevaría a partir de agosto o septiembre. Se sumarían al reclamo la CGT Azul y Blanca, que encabeza Luis Barrionuevo, y la CTA disidente, que lidera Pablo Micheli. Moyano y Micheli ya había unificado su reclamo para pedir por los jubilados cuando coincidieron en un acto en la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires. El Gobierno anunció en febrero pasado el incremento de un 11% en las jubilaciones. Pero se estima que habría otra suba durante 2014, como sucedió en años anteriores. El porcentaje de alza otorgado fue considerado “insuficiente”, tanto por el gremialismo opositor como por el oficialista. De hecho, la CGT de Antonio Caló, que está alineada con la Casa Rosada, incluyó en un documento interno el tema de las jubilaciones como uno de los “puntos que el Gobierno debe resolver”. Como sucedió con el paro general del 10 de abril y con la movilización a la Plaza de Mayo del miércoles pasado, el reclamo en la Anses será parte de la hoja de ruta del plan de protestas que activaron las CGT de Moyano y Barrionuevo y sus aliados de los gremios del transporte. “El incremento que les dieron a los jubilados ya se esfumó por la inflación”, justificó la movida Abel Frutos, número tres de la CGT moyanista. Y advirtió: “En cualquier momento, se profundizará la acción. Ya no podemos ir de más a menos”.ß