Dilemas fiscales Daniel Artana. Economista Jefe de FIEL El gobierno

ritmo de la inflación, dejando que un PIB más alto reduzca la relación Gasto a PIB. ... y gradual es una incógnita si no se avanza en reformas estructurales.
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Dilemas fiscales Daniel Artana. Economista Jefe de FIEL El gobierno ha publicado los datos fiscales del primer semestre del año que resultaron mejores que lo proyectado gracias a los ingresos extraordinarios del blanqueo. En el semestre, el gasto sin intereses aumentó algo más del 2% por encima de la inflación y los intereses alrededor del 35%. Seguramente el gobierno cumplirá con la meta de déficit primario de 4.2% del PIB proyectada para este año. Ayudará que la base de comparación para el gasto primario de la última parte del 2016 fue elevada porque se redujo la deuda flotante aprovechando los ingresos del blanqueo. Además, el crecimiento económico ayudaría a mejorar algo los ingresos. De aquí a 2019 la estrategia del gobierno nacional es reducir el déficit primario en un punto del PIB por año y el peso del Estado en forma gradual, a partir de aumentar el gasto al ritmo de la inflación, dejando que un PIB más alto reduzca la relación Gasto a PIB. La reducción del déficit primario es indispensable. Por ejemplo, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay promedian un déficit primario de 1% del PIB. Todos estos países proyectan mejoras para el año próximo. Lograr que el gasto crezca al mismo ritmo que la inflación no debería ser demasiado difícil después que aumentara 188% entre 2000 y 2016. Sin embargo, la herencia y algunas decisiones del gobierno actual plantean algunos desafíos. Durante el primer semestre de este año los subsidios económicos que representan algo más del 10% del gasto se redujeron 25% en moneda constante, el gasto en funcionamiento del estado que tiene un peso similar cayó 5%. La inversión pública que pesa el 10% aumentó un punto por encima de la inflación, la masa salarial (14% del gasto) aumentó casi 3% real y los gastos en jubilaciones y prestaciones sociales, que explican algo más de la mitad del gasto primario, aumentaron 8 puntos en moneda constante. El rubro de mayor aumento fueron las transferencias corrientes a provincias (más de 50% de aumento) pero sólo pesan 2% del gasto. Hacia adelante el gobierno espera continuar con la reducción de los subsidios económicos pero perderá algo de recursos por la devolución a las provincias de impuestos que iban a la Anses. No sabemos que proyecta hacer con la inversión pública, pero lo que ocurra con el resto del gasto (salarios, jubilaciones y programas sociales) que explican casi dos tercios del gasto primario será clave a la hora de cumplir con la pauta fiscal. Si los salarios de los empleados del gobierno nacional aumentan en términos reales se necesita una reducción en la cantidad de empleados para que ese rubro del gasto se mantenga constante. En jubilaciones hay tres factores que aumentan el gasto en términos reales si no hay reformas. Por un lado, la reparación histórica no se ha completado y hay beneficiarios que recibirán un aumento en sus haberes. Además, las jubilaciones se ajustan dos veces al año; si baja la inflación la erosión que sufren dentro de cada semestre se reduce (efecto Tanzi). Finalmente, a diferencia de lo que ocurre en otros países en los cuales las jubilaciones se ajustan por inflación, en la Argentina la fórmula de corrección está influida por la

evolución de los salarios y el empleo registrado. Si el programa de gobierno es exitoso ambos elementos deberían llevar a aumentos mayores que la inflación. Además, la cantidad de beneficiarios no se reduciría en forma importante en los próximos tres años. Aún una pauta modesta y gradual es una incógnita si no se avanza en reformas estructurales que permitan poner en caja al desequilibrado sector público argentino.