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POLÍTICA
| Miércoles 24 de septieMbre de 2014
Cristina llevará hoy a la ONU su denuncia contra los fondos buitre deuda en default. Se recluyó ayer en su hotel
para preparar los dos discursos que dará, ante la asamblea y el Consejo de Seguridad Silvia Pisani
CORRESPONSAL EN EE.UU.
NUEVA YORK.– La Presidenta tuvo ayer una nueva jornada sin actividad oficial en esta ciudad. Encerrada en su hotel, dedicó el día a preparar no uno sino los dos discursos que dará hoy en Naciones Unidas (ONU). El primero de ellos, referido a los fondos buitre, en el que seguramente denunciará lo “absurdo” de un sistema que permite que un país que quiere pagar no pueda hacerlo y la necesidad de “modificar” las normas que amparan eso. También a perfilar lo que responderá a Barack Obama cuando, en una sesión del Consejo de Seguridad en la que, muy posiblemente, ambos interactúen como expositora y moderador, respectivamente, la Presidenta fije posición frente al combate del terrorismo islámico. Si eso ocurre, será un punto interesante de ver, ante la tensión que caracterizó la relación entre ambos países, desde que en los últimos meses se agudizó la crisis por los fondos buitre. Serán los aspectos culminantes de una jornada que marcará el final de su gira de siete días, tres en Roma y cuatro en Nueva York, ya que esta noche tiene previsto partir de regreso a Buenos Aires, al igual que su nutrida comitiva. La preparación de los discursos hizo que ayer la Presidenta reiterara su ya clásica ausencia a los cócteles que, como anfitrión, ofrece Obama a todos los presidentes llegados a la ciudad. Hace al menos cuatro años que dejó de asistir a ellos y el de ayer no fue una excepción. Sólo Cristina Kirchner sabe exactamente los términos que usará para apuntar al “terrorismo económico” que ampara a los fondos que obtuvieron fallos favorables contra nuestro país en los tribunales norteamericanos. Pero según surge de pistas que ya dio aquí, la ofensiva contra los fondos buitre, la identificación del chantaje y de la usura internacional, así como un llamado para que se redacte el nuevo marco regulatorio para negociar deuda en default impulsado por la Argentina, centrarán el primero de
los discursos, que se prevé de fuerte contenido de denuncia. En un día atípico, la segunda intervención presidencial llegará por la tarde, en una sesión del Consejo de Seguridad y con la posibilidad de interactuar con Obama, ya que el norteamericano confirmó que ocupará la silla de la presidencia rotativa del organismo que, en este momento, detenta su país. Será para abordar la crisis del terrorismo del grupo sunnita Estado Islámico, en el transcurso de una sesión especial convocada para abordar la situación de los “combatientes extranjeros”. La presencia de Obama ha dado un atractivo especial a la sesión. De sus quince miembros, trece estarán representados con sus presidentes. La Argentina, miembro no permanente, será uno de ellos. Al margen de esto, el plenario de los 193 países reunidos en Asamblea General será inaugurado por Brasil, con una intervención de la presidenta Dilma Rousseff, secundada luego por Obama. Luego, avanzará la lista de oradores para dar a todos su turno a lo largo de varios días. En esta ocasión, a la Presidenta le tocará hablar en la posición número 16, después de Indonesia y antes de Turquía. Registrada por la TV Pública y por los miembros de la productora La Corte, que lleva días en esta ciudad, es posible que esa intervención ocurra cerca de las 13 o las 14 de nuestro país. También podrá seguirse en directo por la web de la ONU. Antes de que llegue su oportunidad para embestir contra los buitres y pedir la redacción del nuevo marco regulatorio, uno de los platos esperados de la jornada será el discurso del rey Felipe de Borbón. El nuevo jefe de Estado usará ese foro para hacer su “presentación ante el mundo”, según dicen diplomáticos españoles. Obviamente, cada jefe de Estado apela a Naciones Unidas con su propia agenda. El desafío es lograr que la posición sea atendida y registrada por la asamblea. Kirchner llega respaldada por el masivo voto que obtuvo, el pasado 9, la iniciativa para redactar un nuevo marco regulatorio para deuda en default.ß
Larroque, De Pedro, Ottavis y Grosso, ayer, en la New School University, de Nueva York
La Cámpora debatió en Nueva York sobre la deuda, pero lo hizo a puertas cerradas Varios de sus referentes dialogaron con unos 20 universitarios; la prensa fue “invitada” a retirarse NUEVA YORK (De nuestra corresponsal).– La primera actividad propia que desarrollaron dirigentes de La Cámpora que acompañan a Cristina Kirchner en esta ciudad generó más de un momento incómodo cuando se impidió el acceso de periodistas al encuentro que mantuvieron con un reducido grupo de estudiantes universitarios de esta ciudad. “Lo siento, tienen que irse”, dijo, de pronto, una de las autoridades de la New School University, de esta ciudad, a los mismos periodistas que, minutos antes, habían recibido con la mejor disposición para cubrir el evento. Entre un momento y otro se había producido la llegada de los dirigentes de La Cámpora que, acompañados por la embajadora Cecilia Nahón, participarían de una conversación con cerca de veinte estudiantes y profesores de esa casa de estudios, administradora de la beca Néstor Kirchner. “¿Qué hace la prensa acá?”, fue uno de los comentarios que se escucharon cuando llegó la delegación. Fue minutos antes de que los
periodistas, que se habían adelantado en llegar, fueran “invitados a retirarse”. “Ha sido una confusión. Esto era, en realidad, un evento privado. Les pido que sepan comprender”, se disculpó el profesor Michael Cohen, director de la Maestría en Asuntos Internacionales del Observatorio Latinoamericano (OLA), que funciona en esa casa de estudios. Poco antes, la nacion había recibido la confirmación de la universidad de que podía asistir y cubrir la actividad. Tras la llegada de los expositores, eso quedó en nada. Los periodistas tuvieron que “retirarse”, con la excepción de unos minutos en los que las puertas volvieron a abrirse para “permitir que se tomaran fotos e imágenes de televisión”. Así, mientras la prensa esperaba afuera, puertas adentro –y mate en mano– referentes de La Cámpora y de otras corrientes juveniles “reflexionaron”, entre otros puntos, sobre “el dilema de los fondos buitre” y “el aporte de la militancia, que muchas veces niegan los medios de comunicación en la Argentina”, según se explicó después. Estuvieron los legisladores Andrés “Cuervo” Larroque; Eduardo “Wado” de Pedro y José Ottavis, junto con el subsecretario de Comuni-
cación Pública del gobierno nacional, Hernán Reibel. Todos ellos, al igual que la embajadora Nahón, militan en esa agrupación. Según supo la nacion, no hubo referencia ni tampoco pregunta alguna sobre Máximo Kirchner, a quien se atribuye su liderazgo. También participaron del encuentro Victoria Montenegro, de Kolina; Leandro Santoro, de la agrupación radical Los Irrompibles, y el
Por el auto, acusan a Boudou ^b^b^ Agustina Seguín, ex mujer de Amado Boudou, se presentó ante el juez Claudio Bonadio y apuntó contra el vicepresidente. Dijo que él fue el responsable de los trámites irregulares en el registro del auto Honda modelo 1992, caso por el cual ambos fueron procesados. Según el portal Infobae, Seguín dijo que Boudou fue el encargado de pagarle al gestor del vehículo.
el análisis
El kirchnerismo se divorcia del pueblo Joaquín Morales Solá —LA NACIoN—
E
n una de sus últimas incursiones en Twitter antes de irse al exterior, Cristina Kirchner culpó a los fondos buitre del permanente aumento del precio del dólar paralelo. No la escucharon. O, si lo hicieron, no la tomaron en cuenta. En los dos días hábiles posteriores, el dólar paralelo subió a un ritmo de entre 15 y 20 centavos por jornada. Es un ritmo de vértigo, que agrava la incertidumbre fácilmente perceptible en amplios sectores sociales. El kirchnerismo vive, mientras tanto, en otra dimensión, más lúdica y menos realista, como suele suceder en los finales de casi todos los gobiernos. Es el instante en el que los gobernantes pierden la sensibilidad para conectarse con las necesidades sociales. Con todo, el aspecto más grave de aquella acusación de la Presidenta a la fondos buitre sería si ella realmente la creyera. Un país con inflación, déficit fiscal y emisión monetaria está condenado a vivir entre corridas cambiarias. Sucede desde que existe la economía, pero sucede con más dramatismo aún en la Argentina. La sociedad local está acostumbrada al desprecio histórico de sus gobernantes por el cuidado del valor de la moneda nacional. Sabe que la única manera de defender sus ahorros (o el poder adquisitivo de sus salarios) es convertir rápidamente los pesos en una moneda estable, que aquí es el dólar. Nada permite el optimismo. El precio del dólar paralelo fue siempre el resultado de la relación entre la base monetaria y las reservas del Banco Central. Si se ensayara esa operación aritmética, el precio del dólar debería estar en 15,50 pesos. Es la cifra a la que está llegando el dólar paralelo. Las reservas son ahora de unos 28.000 millones de dólares, pero se supone que el Go-
bierno debería liberar antes de fin de año el pago retrasado de importaciones. Ese monto es de unos 5000 millones de dólares. Sólo la industria automotriz acumula más de la mitad de esa deuda en dólares. Más vale no averiguar la relación entre la base monetaria y reservas del Banco Central de unos 23.000 millones de dólares, que es lo que quedaría después de pagar aquellas deudas. Recordemos a Juan José Castelli: “Si ves al futuro dile que no venga”. La inflación trepó al 41 por ciento, según economistas privados (Orlando Ferreres, sobre todo) que la midieron entre agosto del año pasado y el último agosto. Ya otro economista, Carlos Melconian, había pronosticado una inflación de 40,9 por ciento para el año, medida entre enero y diciembre. No hay grandes disidencias entre ellos. El dato adicional que aporta Ferreres es que la actividad económica cayó un 4,5 por ciento entre agosto de 2013 y el de este año. No son pronósticos, en este caso, sino la constatación de lo que ya sucedió. La industria cayó un 6 por ciento en ese mismo período. Los servicios financieros, que venían en franco aumento, se metieron en un tobogán después del default parcial. Se desplomaron hasta un 7 por ciento. Ninguna noticia es buena, ni siquiera las que no corresponden al gobierno local. El precio de la soja cerró ayer en el mercado de Chicago a 344 dólares la tonelada, casi 200 dólares menos que en junio, cuando costaba 540 dólares. El precio de la soja se desplomó en apenas tres meses un 36 por ciento. El precio del trigo y el maíz cayeron proporcionalmente al de la soja. La balanza comercial podría ser deficitaria en 2015, si el precio de las materias primas se mantuviera en estos niveles. Esto es: el país necesitaría el
tÉlam
año próximo comprar en importaciones más de las exportaciones que venderá, algo que no sucedió en los años kirchneristas. Aparece claramente una Argentina esclerosada por la recesión y, encima, ahogada por la inflación. Es el peor escenario que puede tener una economía. Parálisis económica, con su secuela de pérdida de puestos de trabajo y de creación de riqueza, junto con una creciente inflación, que destruye el salario de los que trabajan. El cristinismo crearía un capítulo nuevo en las ciencias económicas si demostrara que una economía en tal situación no produce consecuencias políticas. Nadie le pide al Gobierno que se convierta en cronista de sus desgracias, pero debería al menos acondicionar su discurso a los problemas que afectan a la sociedad.
Un país con inflación, déficit fiscal y emisión está condenado a las corridas cambiarias El precio de la soja se desplomó en tres meses 36%; el trigo y el maíz cayeron proporcionalmente El Gobierno aspira a transferirles a los bonistas su pelea con la justicia de los Estados Unidos
El default parcial quebró la esperanza del Gobierno de acceder a los mercados financieros internacionales. Reservas más robustas (y una dosis mayor de confianza en el manejo de la economía) podrían frenar la corrida cambiaria. El conflicto irresuelto es que el Gobierno parece enamorado de su eslogan “Patria o buitres”. Hasta es incapaz de reconocer que el juez Thomas Griesa comenzó a enmendar un error cuando insinuó que le permitirá al Citibank pagar en Buenos Aires los bonos bajo legislación argentina. Griesa había declarado de hecho la extraterritorialidad de la justicia norteamericana, que no tiene ningún respaldo jurídico. Fue cuando autorizó al Citibank a pagar por “única vez” esos bonos bajo jurisdicción nacional de la Argentina. El problema podría disiparse sólo en una parte muy pequeña, que son los bonos administrados por el Citibank. El resto del trastorno está intacto. Hace dos semanas, el secretario de Finanzas, Pablo López, viajó a Nueva York para hablar con varios fondos de inversión. Los sondeó sobre la posibilidad de que aceptaran el cambio de la sede de pago. Según la reciente ley argentina, las nuevas sedes que reemplazarán a Nueva York son Buenos Aires y eventualmente París, si el gobierno de Francia aceptara una decisión argentina que ni siquiera se la consultaron. La mayoría de esos fondos de inversión le contestaron a López que no aceptarán ese cambios. Algunos, pocos, se quedaron callados. El problema que tienen esos fondos es que están en Nueva York y que podrían ser acusados de colaborar con una operación para evadir a la justicia norteamericana. O para obstruirla. La decisión para esos inversionistas
no es sólo de estrategia financiera; también podría significar un serio riesgo legal. El gobierno de Cristina Kirchner aspira a transferirles a los bonistas, que aceptaron los canjes argentinos de 2005 y 2010, su pelea con la justicia de los Estados Unidos. “La pelea con los buitres se puede explicar, pero no hay explicación posible para la decisión de pelearse con el referí”, aseguró un importante funcionario del Gobierno. Cristina Kirchner y sus funcionarios se mueven entre la evanescencia de las palabras. La Presidenta está en Nueva York, donde debe estar, pero sólo habla de categorías ideológicas o de proyectos cada vez más difíciles de alcanzar para ella. La comparación entre la Argentina y Arabia Saudita es desmesurada. Hay una diferencia sustancial entre el petróleo de uno y otro país. Los sauditas tienen el petróleo bajo la arena; la Argentina podría tenerlo en cantidad importantes, pero mezclado con las piedras de un profundo subsuelo. Eso significa que la Argentina necesita una inversión infinitamente mayor que la de Arabia Saudita para acceder a su petróleo. Esa inversión requiere de confianza, que es el elemento históricamente faltante en la economía cristinista. La Argentina saudita será, si lo es, bajo otro gobierno. Hay, en efecto, un rasgo recurrente en los gobiernos que terminan. Sus intereses dejan de ser los intereses de la sociedad. Su discurso deja de ser el reflejo de los conflictos sociales. El final de todo gobierno largo se parece a una estadística con dos líneas que se alejan cada vez más: en una está el Gobierno y en la otra se expresa la gente común. Tarde o temprano, la política registra ese divorcio, a veces de mutuo acuerdo, a veces conflictivo, entre un líder y su pueblo.ß
diputado Leonardo Grosso, del movimiento Evita. “Nosotros, después, les contamos lo que ocurrió”, dijeron los disertantes. Así, cuando, dos horas después, el coloquio se dio por finalizado, dieron su relato de cómo había sido. Ottavis subrayó que en la charla se pudo “aportar” la experiencia “a veces negada por los medios de comunicación en la Argentina” de “los jóvenes y de los militantes políticos argentinos. Nuestra gran capacidad de salir a la calle para protestar, para apoyar y tener nuestra capacidad para gestionar”. Consideró Ottavis que todo eso era un “aporte a otros jóvenes que estudian todo el tiempo procesos políticos argentinos como el nuestro, pensando en soluciones”. Larroque señaló en tanto que se “reflexionó” sobre la necesidad de encarar una nueva institucionalidad de los organismos multilaterales para resolver problemas” como el de los fondos buitre. La New School es un centro de fuerte lazo con el kirchnerismo. Néstor Kirchner habló allí poco antes de morir, cuando se presentó la beca con su nombre que aún se otorga. En esa ocasión, y a diferencia de lo ocurrido ayer, sostuvo un intercambio abierto con estudiantes. Fue en un salón colmado.ß
Críticas de especialistas al proyecto petrolero senado. Especialistas y legisladores coincidieron ayer en el Senado en que la Argentina necesita una nueva ley de hidrocarburos, pero cuestionaron el proyecto del Poder Ejecutivo al afirmar que beneficiará a las empresas que ya explotan yacimientos en detrimento de los derechos que la Constitución les reconoce a las provincias. El senador Juan Carlos Romero (PJ-Salta) dijo que, si el proyecto se convierte en ley, “la Argentina se convertirá en una sola jurisdicción, como un emirato”. El legislador abrió un seminario del cual participaron ex secretarios de energía y senadores del PJ disidente y de la UCR sobre la iniciativa que comenzará a discutirse en comisiones el martes. Daniel Montamat hizo hincapié en la facultad que el proyecto le otorga al Ejecutivo para disponer la unificación en una misma concesión de un yacimiento no convencional cuando éste sea adyacente a uno convencional. “Si hay prórroga ilimitada de derecho, el poder concedente original de las provincias queda diluido”, afirmó. En la misma sintonía, Jorge Lapeña, ex secretario de energía de Raúl Alfonsín, afirmó que el proyecto “no debe ser aprobado porque tiene esencia conservadora”. Y agregó que mantendrá “el statu quo existente de propiedad y tenencia de las áreas” concesionadas, lo que consideró como “un regalo a los petroleros cuya filosofía es permanecer en los yacimientos hasta agotarlos”. El peronista disidente Carlos Verna (La Pampa) se quejó del nuevo esquema de regalías: “En mi provincia tenemos áreas con el 35% de regalías; ahora nos van a pagar el 15%”. El radical Alfredo Martínez (Santa Cruz) alertó: “Las provincias perderán la posibilidad de intervenir en política hidrocarburífera”.ß Gustavo Ybarra