CINCO VERDADES BÍBLICAS DISTINTIVAS DE LAS ... - ObreroFiel

SOLA GRACIA. La finalidad de la autoridad de la Biblia lleva a las iglesias evangélicas a la convicción característica de que la gracia, el favor inmerecido de ...
16KB Größe 32 Downloads 156 vistas
CINCO VERDADES BÍBLICAS DISTINTIVAS DE LAS IGLESIAS EVANGÉLICAS Por Sergio A. Ramírez Usado con permiso El cristianismo es Cristo y él nos dice, “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi” (Juan 5:39). Las iglesias evangélicas se mantienen en línea con la reforma protestante del siglo 16 en su regreso a las Escrituras. La reforma protestante retomó cinco énfasis bíblicos que habían sido dejados de lado y que hoy identifican a las iglesias evangélicas. SOLA ESCRITURA

El reconocimiento de la autoridad final de la Biblia en asuntos de fe y práctica, aparte de las tradiciones de la iglesia, vincula particularmente a las iglesias evangélicas con la enseñanza del mismo Señor Jesucristo. Él reprendió severamente a los dirigentes espirituales de su día por preferir las tradiciones humanas a la Biblia: “Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres” (Marcos 7:68). Jesús refirió el error espiritual al desconocimiento de la Biblia: “Erráis ignorando las Escrituras” (Mateo 22:29). Para él, lo que la Biblia dice, Dios lo dice, “¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios…” (Mateo 22:31). Y declaró enfáticamente, “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35). SOLA GRACIA

La finalidad de la autoridad de la Biblia lleva a las iglesias evangélicas a la convicción característica de que la gracia, el favor inmerecido de Dios aparte de mérito humano alguno, es suficiente para ser salvados de los pecados: “Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:22-24). “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra” (Romanos 11:6). SOLO FE

Dios toma la iniciativa en darnos lo que no merecemos por su gracia, pero nosotros debemos recibirlo por la fe. La exaltación de la suficiencia de la fe, aparte de las obras, como medio de apropiación de la salvación, es otro distintivo evangélico: “Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Romanos 4:5). “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). “Y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree” (Hechos 13:39). “Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Ésta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado” (Juan 6:28, 29). “Y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:30-31).

SOLO CRISTO

La defensa de la exclusividad de la persona del Señor Jesucristo para darnos acceso al Padre, aparte de ser humano alguno, hombre o mujer, es también exclusiva de los evangélicos que creemos la Biblia cuando afirma, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. (Hechos 4:12). El Señor Jesús mismo declara, “nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). El Señor Jesucristo no es un camino, ni el mejor camino, sino el único camino a Dios. SOLO A DIOS LA GLORIA

El corolario de los cuatro énfasis bíblicos anteriores lleva a las iglesias evangélicas a acentuar que sólo Dios debe recibir la gloria por la salvación de los hombres. Nadie más. La Biblia nos habla de las personas que “habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos… y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible…” (Romanos 1:21, 23) y alaba a quien no “… dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios” (Romanos 4:20). Y dice, “Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.”(Romanos 16:25-27). También añade, “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos” (Romanos 11:36). Es cierto que otras confesiones cristianas también creen en estas cinco verdades, pero no de manera exclusiva. Las iglesias evangélicas quieren animarlo hoy a echar mano de la salvación sólo en Cristo, sólo por la gracia, sólo por fe, tomándole la palabra al Señor Jesús cuando dice, “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él” (Apocalipsis 3:20). “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:11, 12). “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5:11, 12). ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.