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eDITORIALeS | CARTAS

| Viernes 21 de febrero de 2014

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre

Sadismo del Gobierno con los jubilados Representa una enorme crueldad que quienes aportaron toda su vida tengan que iniciar larguísimas demandas para cobrar lo que les corresponde

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a deuda del kirchnerismo con el sistema jubilatorio y sus beneficiarios va mucho más allá de lo económico. Ese sistema ha sido víctima de un saqueo con finalidades proselitistas que sirvió al Gobierno para apropiarse, por ejemplo, de fondos de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) para administrar la entrega de netbooks del plan Conectar Igualdad o para dedicarlos a emprendimientos de Enarsa, en vez de emplearlos para cumplir la siempre postergada vigencia del 82 por ciento móvil exigido por la Corte Suprema de Justicia en varios fallos. Desviar los fondos jubilatorios de su destino legítimo equivale a una estafa y a poner en un muy serio riesgo los haberes de los futuros beneficiarios. Otro riesgo para el sistema radica en la descuidada moratoria que permitió jubilarse a 2,3 millones de personas que no habían efectuado aportes y que no discriminó entre necesitados y no necesitados. Ese desmanejo se completó con las crueles demoras en las que incurrió la Anses en los últimos años para pagar las sentencias en favor de jubilados que habían clamado por un reajuste de sus haberes. El organismo liquidaba anualmente menos de 20.000 sentencias, con una actitud que en esta columna calificamos de cuasi criminal, pues parecía estar especulando con que se produjera la muerte de los jubilados que habían sido beneficiados por la Justicia. Actualmente, la Anses está pagando más juicios ganados por reajuste de haberes jubilatorios. Con esa finalidad, el presupuesto para el corriente año destina 6500 millones de pesos, que permitirán cancelar alrededor de 45.000 sentencias, a un promedio de 150.000 pesos por jubilado. El año pasado se necesitaron 5751 millones de pesos para pagar 39.448 sentencias. Sin embargo, pese a que en 2013 la Anses pagó un 55% más de sentencias que en 2012, las demandas continuaron y, entre mayo de 2012 y diciembre del año pasado, se registraron nada menos que 49.642 nuevas presentaciones por reajuste de haberes. En diciembre de 2013, el número de demandas en curso era de 325.121, de las cuales 284.000 correspondían a reajustes de haberes. Es de una crueldad singular haber obligado a quienes han trabajado y aportado a lo largo de su vida activa a tener que iniciar demandas ante la Justicia para que les reconozcan sus legítimos haberes, con todo lo que una demanda significa en cuanto a tiempo y honorarios de abogados.

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Recordemos que pueden transcurrir años hasta la sentencia y más años aún hasta la sentencia de la cámara tras la apelación. En efecto, el tiempo transcurrido entre el inicio de las demandas y el efectivo pago resarcitorio se puede medir en una década o más y, como hemos dicho, siendo los reclamantes personas de edad avanzada, muchos de ellos no alcanzan a ver cumplido su anhelo de justicia. En dos casos que resultaron históricos, los fallos Badaro y Ellif, la Corte Suprema ordenó, en el primero, un reajuste del 88% para el período de enero de 2002 a diciembre de 2006 y, en el segundo, ajustar por subas salariales el cálculo del sueldo que se emplea como referencia. Ambos casos generaron una catarata de juicios. Mientras tanto, la Corte aún debe resolver una demanda de la Defensoría del Pueblo para ampliar a todos los jubilados, aunque no hayan realizado demandas, los beneficios de aquellos dos fallos. A este panorama ingrato hay que agregar el efecto perverso de la inflación sobre las jubilaciones y, en particular, sobre la jubilación mínima, que es de 2477 pesos y la percibe el 75 por ciento de los jubilados. El anuncio de la Presidenta de un aumento del 11,31 por ciento, que se concretará el mes próximo, elevará la jubilación mínima a 2757 pesos, pero salta a la vista que se trata de un incremento inferior al de septiembre pasado, que fue del 14,41%, cuando la inflación era menor que la registrada desde entonces hasta la fecha. Ese efecto devastador del incremento de los precios, potenciado en las últimas semanas desde la brusca devaluación del peso, ya había aniquilado el aumento de septiembre y pronto liquidará el de marzo. En lo que hace al mediano y largo plazo, el presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, ha afirmado con razón que, con la práctica del Tesoro de extraer recursos de la Anses para financiar otros gastos del Gobierno, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del sistema previsional “ha pasado a transformarse en un depósito de deuda pública, donde se dejan papeles de menor o nula rentabilidad y se retiran fondos de recaudación que son haberes propios de los jubilados”. Como puede apreciarse, el Gobierno está en deuda con los jubilados y pensionados de hoy y del futuro, pero el castigo que les sigue infligiendo trasciende lo económico y roza lo patológico. Se trata, lisa y llanamente, de sadismo.

Boca y River son de la B

omo es una constante en el fútbol argentino, y salvo honrosas excepciones, todos los clubes del fútbol doméstico muestran abultadas deudas y tienen serias dificultadas para afrontar sus compromisos. Paradójicamente, los números en rojo y preocupantes pasivos se incrementan en aquellos clubes que por convocatoria y capacidad de generar recursos (humanos y económicos) deberían tener una situación mucho más aliviada. En ese sentido, las economías de Boca y River muestran preocupantes coincidencias, más allá de estar igualados en otras aristas de las que ninguno puede enorgullecerse: bajo nivel de juego, presunta complicidad con la violencia de las barras bravas e incapacidad para ofrecer una gestión profesional. El actual presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, ha expuesto un sombrío panorama en materia económica, con un pasivo que podría rondar los 450 millones de pesos. Las anteriores presidencias de José María Aguilar y Daniel Passarella se caracterizaron por dilapidar recursos e incrementar el déficit, en medio de graves denuncias por actos de corrupción que nunca motivaron el real compromiso de una auditoría en forma con rendición de cuentas ante los asociados y la Justicia. En pocas semanas se sabrá si con la contratación de la firma Price Waterhouse para auditar los estados contables de River el nuevo presidente está dispuesto a ir a fondo para castigar el fraude y otros posibles hechos ilícitos cometidos. El desmanejo de la gestión de Passarella fue tal que el actual tesorero, Andrés Ballotta, sostuvo: “Hay más de 310 millones de pesos en cheques emitidos... Heredamos una deuda de 20 millones de pesos en concepto de primas con el plantel. A la policía se le debe un millón y medio...”. Incluso durante el mandato del ex capitán del seleccionado se habrían dilapidado ingresos futuros, ya cobrados por derechos de televisión y otros que limitan las posibilidades de la actual gestión. El último ejercicio riverplatense cerró con el déficit más alto de la

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historia: 60.520.530 pesos, un número alarmante. El otro gigante de nuestro país muestra también una situación de desequilibrio económico, aunque un poco más aliviada. El balance de Boca, aprobado por la asamblea de representantes el 31 de octubre pasado, arrojó un enorme pasivo de 176.310.513 pesos, por más que el vicepresidente primero, Oscar Moscariello, minimice el desfase con las posibilidades que tiene el club para recaudar y financiarse. Llama la atención que los dos grandes clubes de fútbol de la Argentina tengan semejantes deudas. En el caso de Boca, ha tenido mayores recursos para hacer frente a esa situación respecto de su principal rival, cuyo pasivo resulta inmanejable. Lamentablemente, los problemas económicos de los clubes en general y de los más grandes en particular ya son parte de la idiosincrasia dirigencial. En nuestro país, el fútbol profesional es deficitario, más allá de los ingresos que reciba, como ocurre con los abultados presupuestos asignados por el programa Fútbol para Todos. Los números en rojo se transforman en crónicos, sin importar el nivel de ingresos, cuando las autoridades de los clubes reinciden permanentemente en el error y la ilusión de vivir de lo que no tienen o generan. Dirigentes millonarios, con jugadores que cobran más allá de las posibilidades de la institución y clubes fundidos conforman un cóctel explosivo que urge desactivar por el futuro de las entidades deportivas. Para graficar la situación económica de los clubes grandes de la Argentina, se podría incluso utilizar la metáfora futbolera que usó D’Onofrio recientemente para referirse a su club: “Estamos en la C”. Es tiempo de avanzar en profesionalismo y transparencia en la gestión de los clubes de fútbol para que el campeonato económico, que afrontan con holgadas derrotas las entidades deportivas cada año, no continúe desviando la energía que los dirigentes deberían centrar en la calidad del juego de sus equipos y en mejores servicios para los socios.

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Aplaudidores El secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, se encuentra plenamente ocupado en juntar miles de aplaudidores para el próximo 1° de marzo, oportunidad en que se inauguran las sesiones ordinarias del Congreso y en la que intenta generar una imagen de apoyo a la Presidenta. Señor Parrilli, qué bueno sería que en lugar de ocupar su tiempo y nuestro dinero en crear una imagen ficticia, bajara a la realidad y se ocupara de resolver problemas como la inflación, la devaluación, la inseguridad, la educación, la salud, la infraestructura vial, entre otros. Porque los problemas se solucionan trabajando sobre ellos y no con una foto llena de gente que todos sabemos que es paga. Y muchos de los que concurren ni siquiera saben para qué van. Agustín H. Banchieri DNI 24.155.007

Reforma penal Felicito a la doctora Cohen Agrest por su nota. En su doble condición de pensadora y madre dolorida, expresa con total claridad nuestro drama cotidiano. Que sea necesario crear condiciones que prevengan los actos antisociales no implica que no haya que sancionarlos cuando ocurren. Así se envía un mensaje de no impunidad al resto de la sociedad y, además, por si fuera poco, es lo mejor que se puede hacer con los delincuentes, al impedir que permanezcan instalados en un rol que acabará pronto y mal con sus vidas. Sobre todo si son chicos. Facilitarles las cosas, como todo facilismo, no sólo pone en peligro a quienes los rodean, sino que los perpetúa en un destino desdichado. Parece mentira que esto sea tan difícil de comprender por tanta gente, de buena o mala fe. Y que no haya una reacción adecuada al disparate de las modificaciones al Código Penal. Rolando Martiñá DNI 4.350.466

Producción triguera Nací y me crié en la zona triguera de Córdoba. Por mi edad, conocí el arado de dos y tres rejas, tirado por ocho o doce caballos que debían ser cambiados cada medio día; la siembra al “voleo”; la trilladora cuya energía era provista por un motor a vapor. En fin, todos los implementos agrícolas de aquella época: rastras de dientes, de discos, también con tracción a sangre. Éste era el panorama rural de nuestra patria en las primeras décadas del siglo XX. Quienes no conocieron esta realidad, ¿pueden acaso imaginarse lo que significaba estar sentado en un asiento metálico a las 3 de la mañana, conduciendo un arado? Pero así era. Ahora bien, en los albores del siglo pasado el país sembraba la misma cantidad de hectáreas de trigo que en 2013, más de cien años después. ¿Qué horror económico ha producido este régimen para que –contando con la tecnología de punta que hoy posee nuestro campo– hayamos retrocedido un siglo en la producción triguera y nuestros chacareros “huyan” literalmente a sembrar en Uruguay? Este ejemplo de destrucción de la producción de trigo, del otrora granero del mundo, extensivo a tantas otras actividades, no puede ser olvidado ni perdonado. Los responsables deben rendir cuentas a la patria por lo que han hecho. Ellos tienen nombre y apellido, todos los conocemos. El porvenir de la República exige que les digamos: “Hasta aquí llegaron”. Germán García D’Auro [email protected]

Acierto El “cuidado” de los precios es un gran acierto del Gobierno, porque “son de oro”. Más que para supermercados, son para joyerías. Emilio Zuccalá

[email protected]

Submarino Quisiera referirme a la carta del doctor Julio Jorge Toker, referente a la presencia de un submarino de la Armada durante la regata realizada

Los textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, LA NACION podrá seleccionar el material y editarlo. Los mensajes deben enviarse a: [email protected] o a la dirección: Av. Del Libertador 101, Vicente López (B1638BEA) Buenos Aires, Argentina

frente a la ciudad de Mar del Plata. En forma irónica transformó un error, que debe ser analizado para aclarar por qué aconteció y, en caso de comprobarse negligencia, sancionar a los responsables, en una parodia que pretendió ser graciosa La Armada forma parte de las instituciones de nuestro país, ironizarla es ironizarse a sí mismo. Todos deberían saberlo. Luis Tamborini DNI 5.138.720

Alimentación diaria Leí en el diario de anteayer la información que dice que un adulto necesita 32 pesos por día para comer, ¡y me indigno! ¿Saben cuánto recibe del gobierno para desayuno y almuerzo un niño del nivel primario en una escuela de la provincia del Chaco? Aproximadamente 4 pesos por día. Los docentes, por más que se esmeren, no logran que alcance para alimentarlos; por suerte, los padrinos reunidos en la Asociación Padrinos de Alumnos de Escuelas Rurales (Apaer) colaboran reforzando la dieta. Ésa es parte de la generación del futuro Silvia Wollenberger de Kossoy DNI 5.150.157

En la Red El sueldo presidencial Facebook

y la cantidad de gente que asiste no molestan a los demás. ¿Por qué no puede aplicarse el mismo criterio con las murgas y los corsos? Si éstos concurren al Parque de los Niños o al Parque de la Ciudad, los vecinos que viven cerca de las plazas y avenidas donde hoy “exponen” su arte no nos veríamos perjudicados y las personas que quieren ir a verlos tendrían un lugar más amplio y con mayores servicios. En ciudades donde históricamente se festeja el Carnaval (Gualeguaychú, Río de Janeiro, Salvador de Bahía, etcétera), las comparsas tienen un predio asignado y el público asiste voluntariamente. No se impone su presencia a los vecinos. Aquí ni siquiera se respeta el horario de finalización del corso, ya van dos domingos que termina a la 1, lo que nos obligó a llamar desesperadamente al 911 para poder dormir. No es justo. Yo pago mis impuestos, trabajo durante la semana y merezco respeto. Sé que mi voz es la de muchos otros. Quiero creer que en el gobierno de la ciudad sí se gobierna para todos y todas. Carolina Hita

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Robos en Pinamar Al llegar a Pinamar, encontramos una ciudad saturada de policías. Sin embargo, a nuestra casa y a varias viviendas aledañas entraron ladrones. Comprendimos que el inusual despliegue policial había tenido un eficaz efecto disuasivo sobre los turistas. René León Arrúes LE 4.180.325

Gotas oculares

“Y los jubilados ganan $2500, ¿no será mucho?” Mirta Susana Mauri

“¿Éstos son datos del Indec?” Luis Amaison

“Que lo done”

Celeste Liliana Abraham

“Soy jubilado, cobro 2476 pesos. ¡Qué diferencia! ¿Qué hacen para ganar tanto? Siguen sacando plata de la Anses” Raúl Alarcón

“Yo soy docente y todo el país sabe cuánto cobro” Miriam Pereyra

“Y pensar que le aumentan miserias a jubilados y docentes porque dicen que no hay plata en el presupuesto” Nicolás Ferreira Clua

Sufriendo el Carnaval Escribo estas líneas para dirigirme al señor jefe de gobierno y al ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, toda vez que no han dado resultado las denuncias efectuadas al 911, Acción Civil y fiscalías del GCBA. Vivo en las inmediaciones de la plaza Félix Lima (Núñez) y desde diciembre los fines de semana son un sufrimiento, porque a partir de ese mes todos los domingos las murgas invaden el lugar para “practicar” durante tres horas, con sus bombos y cantos, para el Carnaval. Pero la situación se torna desesperante en febrero, ya que directamente no tengo derecho a descansar en mi casa por culpa de los corsos. Entiendo que éstos sean de interés cultural, pero no comprendo por qué no se organizan en lugares donde no perjudiquen el normal descanso y desenvolvimiento de la vida de los vecinos. Acaba de finalizar el Buenos Aires Rock en el Parque de la Ciudad. Allí el sonido

En las últimas semanas, como muchos otros, estuve padeciendo los cortes de energía eléctrica. Con relación a este tema, hay un aspecto que no he visto mencionado en la prensa, y mi caso sirve como ejemplo: debo aplicarme diariamente gotas oculares para prevenir el glaucoma, y no quedarme ciego. Compro las gotas en una farmacia que está cerca de mi casa, que me las entrega prolijamente en un sobre térmico, con un bloque de material congelado. Todo esto porque, según el folleto, las gotas deben ser mantenidas entre 2 y 8°C. Cuando se produce un corte de electricidad en mi casa, envuelvo el frasquito refrigerado como lo hace la farmacia. Si el corte se prolonga, apelo a amigos o familiares para usar su heladera. La farmacia que me suele proveer sufre los mismos cortes que yo. No tiene grupo electrógeno ni sereno para ponerlo en marcha, si lo tuviera. ¿Qué pasará con el contenido de su heladera? ¿Tendré que averiguar qué cortes sufrió una farmacia recientemente antes de comprar mis gotas? Hice las preguntas imaginables en varias farmacias de mi barrio y obtuve difusas respuestas, llenas de evasivas. La tecnología nos ofrece hoy una solución: existen indicadores que se adhieren al producto que lo requiera, que cambian de color irreversiblemente si cierta temperatura es excedida. ¿Alguien los usa en nuestro país? ¿No sería exigible? Será interesante conocer comentarios de los laboratorios, los colegios de farmacéuticos y de los ministerios de Salud. Elías Zubcov

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El legado de Delfina No conocí a Delfina y tampoco conozco a sus padres. Sólo sé que un día una buena parte de nuestra comunidad de San Isidro y zonas aledañas concurrió a donar sangre para ella y también se realizaron pruebas para ser donantes de médula. “Todos por Delfina” era la convocatoria. Esta información me la suministraron mis hijos. Ella ya está al lado del Señor, pero dejó un legado, a pesar de ser una niña pequeña: nos ayudó a ser más solidarios, y fue el medio para que mucha gente que no es donante se convirtiera en tal. A sus padres les deseo que Dios les brinde fortaleza y consuelo. Ya están en mis oraciones. Susana de Giannobi DNI 5.096.790

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