PODER LEGISLATIVO DEL ESTADO DE GUANAJUATO Instituto de Investigaciones Legislativas
Apuntes Legislativos
10 BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE BENITO JUÁREZ GARCÍA (Edición conmemorativa)
Supervisión de edición: Lic. Alfredo Sainez Araiza Diseño y edición de interiores: Lic. Alicia Zamarripa Álvarez LIX LEGISLATURA H. CONGRESO DEL ESTADO DE GUANAJUATO © Por esta edición: Instituto de Investigaciones Legislativas Callejón de la Condesa Núm. 7 Centro. 36000. Guanajuato. Gto., México Tel. (473) 732–98–00 ext. 251 Primera edición, 2006–04–15 Año 2, Número 10 Impreso en México / Printed in Mexico ISBN: 970-9784-00-5 Esta publicación no puede ser reproducida, incluyendo el diseño de la cubierta y de páginas interiores, ni todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma, ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito del Instituto de Investigaciones Legislativas del H. Congreso del Estado de Guanajuato.
CONTENIDO
Página
1. Presentación
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2. La huella de Juárez en Guanajuato
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Artemio Guzmán López
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3. Juárez en compañía de guanajuatenses: Ignacio Ramírez, Manuel Doblado, Sóstenes Rochas y Santos Degollado Carlos Sosa Pinzón Carlos Armando Preciado de Alba José Eduardo Vidaurri Aréchiga Rafael Ocampo Sánchez
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4. Discursos sobre el Bicentenario del Nacimiento de Benito Juárez García José de Jesús Morales García José Huerta Aboytes
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5. Sección de archivo histórico y biblioteca “José Aguilar y Maya” 5.1. Testimonios legislativos durante la estancia de Juárez en Guanajuato 5.2. Benito Juárez en textos
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Partitura extraída de la página 36 de: El Mundo. Semanario Ilustrado. Tomo II, número 3. Domingo 19 de julio de 1896. Biblioteca: “Armando Olivares Carrillo” Dirección de Archivos y Fondos Históricos
Presentación
Junta de Gobierno y Coordinación Política Dip. Humberto Andrade Quesada Dip. José Huerta Aboytes Dip. Baldomero Ramírez Escamilla Dip. Alejandro Rafael García Sainz Arena Dip. Mario Aguilar Camarillo Presidencia del H. Congreso Dip. Gabino Carbajo Zúñiga Secretaría General Lic. Arturo Navarro Navarro Coordinación de Comunicación Social Lic. Sebastián Arturo Meza Lara Instituto de Investigaciones Legislativas Lic. Mario Antonio Revilla Campos Coordinación de Promoción y Formación Legislativa Lic. Ma. Carmen Dávila Aguiñaga Coordinación de Investigación y Desarrollo Legislativo Lic. Alfredo Sainez Araiza
Archivo Histórico y Biblioteca del H. Congreso Lic. José de Jesús Arroyo Soto
A 200 años del nacimiento de Juárez, luego de que la Secretaría de Gobernación (Segob) publicara un decreto el 29 de diciembre de 2005 en el Diario Oficial de la Federación para que se declarara el año 2006 como el “Año del Bicentenario del natalicio del Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García” e instalara el Consejo Consultivo de los Festejos para llevarlo a cabo en todo el territorio nacional, dando cumplimiento a lo dispuesto en la fracción I del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los Poderes Públicos en todos los niveles de gobierno junto con instituciones académicas, organizaciones sociales y civiles se dieron a la tarea de realizar diversas festividades y actividades cívicoculturales. El Estado de Guanajuato no fue la excepción, de tal forma que el Colegio de Historiadores, la Procuraduría de los Derechos Humanos y la Universidad de Guanajuato a través del Centro de Investigaciones Humanísticas y la Presidencia Municipal de la capital de la entidad organizaron un ciclo Conmemorativo del 14 al 17 de marzo del presente año, para difundir los valores históricos y resaltar la presencia de quienes han cultivado el conocimiento histórico. En este tenor los Poderes Públicos del Estado de Guanajuato remembraron el natalicio del ilustre héroe en el Teatro Juárez, el 21 de marzo, y particularmente, en la Sesión Ordinaria del Tercer Año de la LIX Legislatura del Congreso local celebrada el 23 de marzo pasado, los grupos parlamentarios de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, aludieron a tan memorable acontecimiento. En este escenario, se reproducen en el número 10 de Apuntes Legislativos la conferencia, “Guanajuatenses desconocidos o poco conocidos en tiempos de Juárez”; la mesa redonda, “Juárez en compañía de guanajuatenses: Ignacio Ramírez, Manuel Doblado, Sóstenes Rocha y
Santos Degollado”; así como los discursos de los legisladores José de Jesús Morales Torres y José Huerta Aboytes sobre el Bicentenario del nacimiento de Benito Juárez García. Finalmente, en la Sección de Archivo Histórico y Biblioteca, “José Aguilar y Maya” se mencionan algunos testimonios legislativos durante la estancia de Juárez en la ciudad de Guanajuato, mismos que se muestran en imágenes de las actas de sesiones del Congreso local y decretos de carácter federal, así como 6 ejemplares que abordan en parte la vida y obra de Juárez. Coordinación de Investigación y Desarrollo Legislativo
1. La huella de Juárez en Guanajuato EL C. BENITO JUÁREZ, PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA Y ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO DE LA NACIÓN, A LOS HABITANTES DE LA MISMA: Mexicanos: El Gobierno constitucional de la república cuya marcha fue interrumpida por la defección del que fue Depositario del poder supremo, queda restablecido. La carta fundamental del país ha recibido una nueva sanción, tan esplícita y elocuente que solo podrán conocerla, los que voluntariamente quieran cerrar los ojos a la evidencia de los hechos. Los hombres que de buena o mala fe repugnaban aceptar las reformas sociales que aquél código establece para honor de México y para el bien procomunal, han apurado todos sus esfuerzos á fin de destruirlo. Han promovido motines á mano armada poniendo en peligro la unidad nacional y la independencia de la república, han invocado el nombre sagrado de nuestra RELIGION haciéndola servir de instrumento á sus ambiciones ilegítimas, y queriendo aniquilar de un solo golpe la libertad que los mexicanos han conquistado á costa de todo género de sacrificios, se han servido, hasta de los mismos elementos del poder, que la nación depositara, para la conservación y defensa de sus derechos, en manos del Jefe, á quien había honrado con su ilimitada confianza. Sin embargo, tan poderosos como han sido esos elementos, han venido á estrellarse ante la voluntad nacional, y solo han servido para dar á sus promovedores el mas cruel de los desengaños, y para establecer la verdad práctica, de que de hoy en adelante los destinos de los mexicanos no dependerán ya del arbitrio de un hombre solo, ni de la voluntad caprichosa de las facciones, cualesquiera que sean los antecedentes de los que las formen. La voluntad general expresada en la Constitución y en las leyes que la nación se ha dado por medio de sus legítimos representantes, es la única regla á que deben sujetarse los mexicanos para labrar su felicidad á la sombra benéfica de la paz. Consecuente con este principio, que ha sido la norma de mis operaciones, y obedeciendo al llamamiento de la nación, he reasumido el mando supremo luego que he tenido libertad para verificarlo. Llamado á este difícil puesto por un precepto constitucional y no por el favor de las facciones, procuraré en el corto periodo de mi administración que el gobierno sea el protector imparcial de las garantías individuales, el defensor de los derechos de la nación y de las libertades públicas. Entre tanto se reune el Congreso de la Unión á continuar sus importantes tareas, dictaré las medidas que las circunstancias demanden para espeditar la marcha de la administración en sus distintos ramos, y para restablecer la paz. Llamaré al orden á los que con las armas en la mano o de cualquiera manera niegan la obediencia á la ley y á la autoridad, y si por una desgracia lamentable se obstinaren en seguir la senda estraviada que han emprendido, cuidaré de reprimirlos con toda la energía que corresponde, haciendo respetar las prerrogativas de la autoridad suprema de la república. Mexicanos: sabeis ya cual es la conducta que me propongo seguir, prestadme vuestra cooperación: la causa que sostenemos es justa y confiemos en que la Providencia divina la seguirá protegiendo como hasta aquí. Guanajuato, Enero 19 de 1858. Benito Juárez.
Mural de Juárez Interior de la Presidencia Municipal de Guanajuato
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2. Guanajuatenses desconocidos o poco conocidos en tiempos de Juárezℵ Artemio Guzmán López1
Gracias. Buenas tardes. Agradezco la invitación que me permite el día de hoy estar reunido con ustedes, para compartir algunos datos, creo que es de interés para todos nosotros quienes vivimos en la ciudad y en el Estado de Guanajuato, porque por lo general desde nuestra educación básica, se pone un gran énfasis en la enseñanza y el aprendizaje de la historia de México, de la Historia Universal, pero se descuida de manera muy lamentable el conocimiento de la historia más inmediata, la historia de nuestra calle, de nuestra colonia, de nuestra ciudad, de nuestra entidad federativa y sucede que esta omisión repercute en el aprendizaje de los otros dos niveles, porque esa historia nacional, esa historia internacional, estamos acostumbrados a verla, a apreciarla como algo ajeno. Que bien que el día de hoy nos reúna un acontecimiento de nuestra ciudad, de nuestra entidad, claro a nivel nacional, el bicentenario del natalicio de Benito Juárez, pero enfocado en estas primeras conferencias hacia la relación de Juárez, con nuestro Estado y con nuestra ciudad. Creo que sabemos bastante de lo que fue en la guerra de independencia en la ciudad y en el Estado de Guanajuato, pero considero que ignoramos en cuanto a lo que corresponde a los otros dos acontecimientos sociales, que transforman de manera determinante a nuestro país, la guerra de reforma y la revolución mexicana. Tanto que en ocasiones parece como si Guanajuato no hubiera estado presente en ese tiempo, en esos dos periodos y Guanajuato solo fuera la guerra de independencia y eso en sus inicios, con Hidalgo, con Allende, en la primera etapa. De ahí mi interés por difundir tanto a través de estas charlas como a través del programa de la radio, algunos datos de guanajuatenses que tuvieron relación con Benito Juárez, en diferentes momentos de su vida política y también porque no, de guanajuatenses cuya relación fue de enemistad, porque cuando uno imagina la historia de México, -sobre todo las nuevas generaciones de investigadores-, consideran que ya tanto se ha investigado, que hay poco por aportar. Sin embargo se ha aportado, se ha investigado mucho en una de las caras de la moneda de la historia de México, pero en la otra, si hablara yo de la independencia por ejemplo, aquellos que estuvieron en la contrainsurgencia y que Guanajuato se distinguió claramente en ese tipo de personajes, en aquellos que estuvieron en contra de los liberales durante la guerra de reforma, en algo que parece casi prohibido hablar en nuestra ciudad y en nuestra entidad, los “huertistas” que fuimos en la revolución mexicana; entonces, por investigar queda mucho en esa cara oculta de la historia de México y de la historia de nuestra entidad. Voy a empezar por dos personajes poco conocidos en la época juarista de los del lado “bueno”, de los del lado positivo, de los liberales, de los triunfadores y después me voy a ir hacia ese lado oculto, con otros dos personajes guanajuatenses. Como una imagen muy especial de aquel periodo, los cuatro personajes tienen en común, el haber sido militares, el haber sido generales y el haberse iniciado como adolescentes en la guerra de independencia. Hay en el sur de nuestra entidad, en la avenida principal de Moroleón, el busto de un personaje, que es frecuente que los habitantes de la ciudad ignoren de quién se trata ℵ Conferencia en el marco de “La Huella de Juárez en Guanajuato”, ciclo Conmemorativo por el Bicentenario del Nacimiento de Don Benito Juárez, llevada a cabo el 14 de marzo pasado en el Salón del Cabildo del Palacio Municipal de Guanajuato. 1 Profesor e investigador de la Universidad de Guanajuato, profesor de intercambio académico con la Universidad de Texas, y la Universidad Soka de Japón. Es licenciado en historia egresado de la Escuela de Filosofía y Letras. Maestro en Relaciones Industriales y actualmente estudia el doctorado en pedagogía. Ha escrito ensayos y artículos sobre la historia de Guanajuato. Ha sido coproductor del programa radiofónico “Anecdotario” transmitido semanalmente por Radio Universidad de Guanajuato.
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o qué hizo aquel señor, vestido de militar, me refiero al General Tomás Moreno. Tomás Moreno, nació precisamente en Moroleón, en una de sus rancherías, en Quiahuyo donde aún por estas fechas se le rinde un homenaje anualmente. Al menos en su comunidad, porque él nació el siete de marzo de 1800, él a los quince años, y parece ser esto una constante en ésta generación. Es sorprendido por la vorágine de la guerra de independencia y él se incorpora a las guerrillas, hacía 1815, por lo tanto, él va a destacar como jinete, como lancero, no va a tener un papel destacado durante la guerra de independencia, por ser un chamaco, pero al terminar la guerra de independencia se incorpora al ejército, primero al ejército trigarante, luego al ejército imperial y republicano, de tal forma que a través de pequeñas hazañas va alcanzando grado a grado, los que ofrece la carrera militar, hasta llegar al nivel de General. Para el 30 de octubre de 1853, tenemos a Tomás Moreno, como Gobernador, pero como Gobernador del Estado de Guerrero, porque la entidad de Guanajuato, la abandonó justo después de la guerra de independencia y su vida se va a desarrollar de ahí en adelante en el Estado de Guerrero. Todavía causa polémica, porque todavía hay algunas bibliotecas, algunas escuelas, que en Guerrero le quieren poner Tomás Moreno y dicen no, porque es un General guanajuatense y el General Moreno quedó, ni guanajuatense ni guerrerense. Tomás Moreno es nombrado Gobernador del Estado de Guerrero, en sustitución de su gran amigo Juan Álvarez, pero aquí también tendríamos que decir que bajo la tutela del caudillo que es Juan Álvarez, porque desde que se crea el Estado de Guerrero, es el Gobernador, no sólo el cacique detrás del poder político en la entidad, sino que directamente él es el gobernador y al primero al cual le cede la gubernatura es a Tomás Moreno. Llega Tomás Moreno a la gubernatura pero en un contexto nacional muy desfavorable, porque se encuentra como presidente en 1853, el último de los once gobiernos de Antonio López de Santa Anna. Juan Álvarez, que en aquello de los arreglos políticos había podido sobrevivir a los gobiernos de López de Santa Ana, en ese momento tiene fricciones con el presidente, el nuevo gobernador va a realizar una acción que resultará trascendente, la capital del Estado de Guerrero, era la ciudad de Tixtla, precisamente esta entidad lleva el nombre de Guerrero, por la admiración de Juan Álvarez por Vicente Guerrero, -bajo cuyas órdenes se inició como insurgente-, entonces, tenía que ser Tixtla la ciudad de Vicente Guerrero, pero en Tixtla en ese momento hay una epidemia sumamente devastadora que obliga a que, -al parecer era algo provisional, luego se convertía en algo definitivo-, la capital se traslade a Chilpancingo. También, como un síntoma de aquella enemistad entre el presidente y el gobernador, tenemos que el Presidente Santa Anna, va a mandar a Acapulco unas fuerzas de su gobierno, con el fin dice, de prevenir un posible ataque de piratas. La intención verdadera es poder controlar Guerrero y hacer de lado a Juan Álvarez, va a mandar sitiar el Puerto de Acapulco, va a destituir al jefe de aduanas de Acapulco, General Ignacio Comonfort, va a quitar como Comandante de la Costa Chica, al General Florencio Villarreal y finalmente da el golpe, ya no quiere a Tomás Moreno como Gobernador, quiere al General Ángel Pérez Palacios, que es por supuesto “santanista”, ésta es una agresión en contra de Juan Álvarez, porque se han lanzado contra todos sus hombres, y contra todos sus funcionarios. Juan Álvarez, entonces junto con estos caudillos que conocemos hasta que se convierten en revolucionarios, cuando pierden sus puestos en el gobierno. Juan Álvarez, va a lanzar el Plan de Ayutla, a través ya sabemos de Florencio Villarreal, el 1º de marzo de 1854, en el Plan se desconoce como Presidente al General Santa Ana, se nombra un gobierno provisional, y cuando triunfe la revolución se convocará a un nuevo Congreso Constituyente. En esta rebelión el cabecilla que aparece es Juan Álvarez, y su segundo Tomás Moreno. En la enciclopedia de México, leemos cuando se refiere a la revolución de Ayutla, el siguiente párrafo, dice: “El 11 de marzo, -recuerden 1854,- la guarnición de Acapulco
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se adhirió al movimiento y designó a Comonfort Gobernador del Puerto, y Jefe Provisional de las fuerzas revolucionarias”, en cuyo carácter invitó a Juan Álvarez, a que asumiera el mando supremo del ejército restaurador de la libertad, cargo que éste aceptó el día 13, teniendo a Tomás Moreno como segundo. Meses después de estos enfrentamientos en el mismo Estado de Guerrero entre los santanistas, y los nuevos revolucionarios, Tomás Moreno, regresa a la gubernatura del Estado de Guerrero, convirtiéndose de paso, hasta donde tengo conocimiento, en el único guanajuatense que por dos ocasiones ha sido gobernador de una entidad en la cual no nació. En un periodo muy posterior durante la revolución mexicana, tuvimos también al General Federico Montes Alanis, de San Miguel de Allende, que fue Gobernador del Estado de Querétaro y luego fue gobernador del Estado de Guanajuato. Pero en Tomás Moreno, digamos, tenemos al único que repite fuera de su entidad. Santana quiere ganarse a Tomás Moreno, le ofrece, -ya es General- ser General de División a cambio de que abandone la revolución de Ayutla, no acepta Moreno, él se va a mantener muy de lado de los liberales durante la guerra de Reforma. Republicano en contra de los franceses y del imperio y finalmente, fallece como casi todos los años de su vida, alejado de la entidad, en la Hacienda del Marqués del Estado de Guerrero, en 1864. También estos cuatro personajes que voy a mencionar, me resultan admirables, porque liberales unos o conservadores los otros, fueron congruentes toda su vida con sus principios. Eso también llamó mi atención, el busto, que aparece en Moroleón, un homenaje merecido, pero para un liberal que quizás debiese de ser más difundido en cuanto a su obra aquí en Guanajuato. Podíamos tener la justificación y decir que destacó fuera de Guanajuato, pero eso como que no lo apreciamos, -caray, pero si es de los cabecillas de la revolución de Ayutla-, el primer paso para transformar a México en un país moderno, creo que merece una mayor difusión. Nuestro otro General, -dicen mis estudiantes, tiene nombre de jardín-, Florencio Antillón, les digo, en realidad es quizás para los de Guanajuato, más conocido como jardín, pero oigan ustedes el General Florencio Antillón, fue mucho más que simplemente esa obra. Florencio Antillón nació en nuestra ciudad en Guanajuato, y por aquí hay además otro guanajuatense que me avergüenza el pensar que no he podido investigar en qué barrio siquiera, ya no digamos en que casa, en qué barrio, no tenemos ninguna pista, éste es uno de ellos, -al rato voy a mencionar también otro-, se que nació en la ciudad de Guanajuato en 1830, pero no sabría dar más datos. Se incorpora también muy joven a la milicia, en el ejército donde tiene sus primeras acciones registradas, durante la invasión estadounidense, vacila un tanto cuando la revolución de Ayutla, se presenta, no es de los que se adhieren desde un principio, pero finalmente va a ser convencido por también otro originalmente indeciso, Manuel Doblado, quien va a ser convencido a integrarse al ejército del centro, ya de ahí en adelante, liberal para toda su vida. De él, sus principales acciones las tenemos durante la intervención francesa, él va a enfrentar a los franceses en Orizaba, pero sobre todo, él va a enfrentar a los franceses en la batalla de Puebla, pero la de 1863, no la de 1862, que es la que conmemoramos. Florencio Antillón encabeza al batallón de Guanajuato que tuvo un comportamiento muy heroico en esa batalla en 1863, -recordemos que la invasión francesa va a tener como uno de sus primeros grandes enfrentamientos la batalla del 5 de mayo de 1862-, que por cuestiones morales, por cuestiones políticas, es una gran victoria la que se obtiene en ese momento, pero que militarmente no tiene comparación con la derrota del año siguiente. La diferencia, en una se ganó y en otra se perdió. Pero militarmente no se puede comparar, porque el 5 de mayo, el ejército de oriente, al mando del General Zaragoza, pudo detener a casi 6 mil franceses, que intentaban desplazarse hacia el altiplano central, lo que no cuentan, lo que no narran nuestros libros es que después de esa victoria, se vinieron los fracasos, la derrota en el cerro del Borrego, cerca de Orizaba, que impidió que se les diera el golpe final a los invasores.
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Los invasores fueron rechazados en Puebla, casi 500 bajas, entonces retrocedieron hacia Orizaba. Tanto Zaragoza como González Ortega, dijeron ahorita los cercamos, los acabamos en Orizaba, y los que queden que se reembarquen a Francia, pero no pudieron hacerlo, fue una victoria, la de Puebla, si, moralmente importante, pero no definitiva. Los franceses regresan al año siguiente, pero ya no con 6 mil, sino con mas de 30 mil soldados, por eso digo que no hay comparación, y el ejército de Jesús González Ortega que los enfrenta en Puebla, durante semanas, metro a metro, dentro de la ciudad, porque ahora la batalla, el enfrentamiento, es en la ciudad, no en las afueras, finalmente será derrotado el ejército mexicano. Pero en cuanto a estrategia, en cuanto a resistencia es una batalla tan heroica o más que la del 5 de mayo. En esa segunda batalla, estuvo Florencio Antillón con la aportación del Estado de Guanajuato, para defender a la patria, y les tocó estar en las primeras trincheras, estuvieron en un fuerte que se conocía como el Fuerte de San Javier, y de este fuerte, no quedó nada, fueron los primeros enfrentamientos heroicos por parte de los hombres de Guanajuato, bajo la dirección de Antillón, se defendió bien, pero finalmente la derrota. González Ortega se entrega con todos su oficiales y entre ellos Florencio Antillón, se van a entregar ante el General francés Elías Federico Forey, y luego algunos de ellos se van a escapar, antes de ser deportados a Francia, uno de los que se escapa será Antillón, va a lograr huir después de Puebla, se va a integrar a esas guerrillas que van a continuar resistiendo contra la ocupación francesa y se dará el gusto de vengarse de los franceses, cuando en 1867, el rescate de la ciudad de Guanajuato, ocupándola, rescatándola, reincorporándola al gobierno juarista. Creo que esto bastaría para que el General Antillón fuera más conocido, quien quita a la ciudad de Guanajuato la ocupación francesa, es el ejército dirigido por él. Cuando la invasión francesa termina aquí en Guanajuato, vamos a tener como gobernador y como comandante militar al General León Guzmán, nombrado de manera provisional por el Presidente Benito Juárez. Pero vienen los problemas, -es la vida política de antes, de ahora y de siempreentre el Presidente Juárez, que hace unas reformas constitucionales y el Gobernador Guzmán que no le parecen, entonces, Benito Juárez quita a León Guzmán a los pocos días de haberlo nombrado y dice: Florencio Antillón, Gobernador y Comandante, y primero por designación del Presidente y luego por elección. Florencio Antillón estará como Gobernador de Guanajuato durante nueve años, siendo uno de los gobernadores más destacados en la historia de la entidad. En cuestión legislativa -y solo me voy a referir a las obras más importantes-, Florencio Antillón es el promotor de una Ley General de Instrucción Pública, donde se hace obligatoria la instrucción primaria por primera vez en el Estado de Guanajuato, él va a promover la creación de un nuevo Código Penal, y se va a adoptar el Código Civil que estaba vigente para el Distrito Federal. En cuestión de obra social y de obra material, él es el promotor de la fundación de la Escuela Normal Primaria, se van a crear entonces centros de alfabetización diurnos y nocturnos; se va a crear una Escuela de Artes y Oficios. Desde luego se va a dar un impulso enorme, una reforma integral a lo que era entonces el Colegio del Estado, ahora la Universidad de Guanajuato. Es en este momento en donde definitivamente el Estado, el Colegio del Estado deja atrás su pasado eclesiástico y toma una educación positivista. Pero a nivel de la entidad también se le deben algunas de las obras importantes, como es la introducción del agua a la ciudad de Guanajuato, y en Celaya, la construcción del mercado Hidalgo, y del edificio donde se encuentra la Presidencia Municipal actualmente en León. También lo que se conocía como la Congregación del Vaquero, hoy Ocampo, y la Congregación de Cuerámaro, van alcanzar entonces la categoría de pueblos. Los pueblos de San Francisco del Rincón, de Cuitzeo de Abasolo, Apaseo, Chamacuero y San Diego del Bizcocho, hoy San Diego de la Unión, pasaron entonces de pueblos a
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villas; la Villa de Valle de Santiago pasó a ser ciudad, y el municipio de Purísima del Rincón hoy Purísima de Bustos, resultó beneficiado al anexársele la Hacienda de Jalpa. También Antillón promovió la explotación minera, es un resurgimiento de la minería que se va hacer posteriormente patente, sobre todo en el periodo porfirista; se modernizó el camino de León a Querétaro, dando la oportunidad de tener una vía para el comercio a una buena parte del bajío; por aquello de la cuestión de la inseguridad se creo una policía montada para la entidad y desde luego se embellecieron las ciudades, de ahí que sea también una obra de Antillón pero de las menos importantes. Se me olvidaba, el inicio de la construcción del Teatro Juárez, se da también durante el periodo del gobierno de Florencio Antillón. En 1876, Antillón es todavía el gobernador y se viene aquella cuestión difícil entre los candidatos que quieren ser presidentes, Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias y Porfirio Díaz; y Antillón va a apoyar a José María Iglesias, para desgracia de Antillón y de Guanajuato, uno de los perdedores. José María Iglesias, va a venir a refugiarse a Guanajuato. Lerdo de Tejada le anda persiguiendo y Antillón le va a dar alojamiento en la cárcel de Salamanca. Ahí va a ser recibido, va a permanecer durante algunos días hasta que la llamada revolución por la legalidad, está lista para estallar. En realidad, está será la causa que defienda Antillón y Guanajuato con José María Iglesias al frente, la revolución por la legalidad. Los porfiristas terminan imponiéndose. En el caso de Antillón, pues él va a ser derrotado en Unión de Adobes en Jalisco, por las tropas de Porfirio Díaz, el 2 de enero de 1877, va a tener que desterrarse a Estados Unidos, luego a Europa, y regresa ya en la época porfirista. Hay amnistía y él puede reintegrarse, viene a buscar nuevamente la gubernatura, lo malo es que ahora no es el candidato oficial, ahora el candidato oficial, el candidato porfirista, es Manuel Muñoz Ledo, y en unas elecciones muy reñidas, quizás incluso ganadas por Antillón, pero es reconocido triunfador Muñoz Ledo. Definitivamente Antillón comprende que, no va ir a ninguna parte en cuestión de política mientras Porfirio Díaz está en la presidencia y decide retirarse a la vida privada a Celaya. En Celaya, va a fallecer en 1903, siendo todavía una persona tan estimada, tan recordada por su obra social y material, que aún en el gobierno porfirista de Joaquín Obregón González, se le tendrá que trasladar aquí a Guanajuato, rendirle homenajes en el Colegio del Estado, ahora Universidad, y ser sepultado en nuestro cementerio civil, donde tenemos su tumba hasta nuestros días. Como presidentes de la república, que se han dicho guanajuatenses, tenemos en la historia sólo tres. Lucas Alamán, que fue presidente por allá de 1823, y que fue presidente por una semana, compartiendo el poder ejecutivo con otras dos personas, un gobierno provisional, mientras se ponía en marcha aquello de la constitución de 1824, pero al fin y al cabo, presidente porque era parte del poder ejecutivo, un triunvirato. En otras ocasiones llegamos a tener tres presidentes de la república, pero cada quien por su lado, no, aquí tres compartiendo el poder ejecutivo al menos una semana. El segundo que es el señor al que me voy a referir Manuel Robles Pezuela, que fue presidente un mes y el actual, sólo tres en la historia del Estado de Guanajuato. Lucas Alamán y Manuel Robles Pezuela, nacieron no sólo en la entidad sino aquí en la ciudad, del presidente Fox, sabemos que nació en el Distrito Federal y que más bien es hechura del Estado de Guanajuato. El General Robles Pezuela nació aquí en Guanajuato en 1817, él fue a diferencia de los que he mencionado, un militar de carrera. Él pasó por el Colegio Militar, egresó como oficial de ingenieros, con una cultura muy sólida. Fue también, como alguno de los anteriores, escalando poco a poco, hasta llegar a ser teniente coronel, participó igualmente en contra de la invasión norteamericana, en las batallas del norte, la angostura, en las batallas del Valle de México y su comportamiento fue de una gran valentía después de la guerra contra Estados Unidos. Ya lo tenemos como coronel, en el enfrentamiento contra los Estados Unidos, también hay una deuda nuestra con nuestros antepasados, porque en esa guerra entre México y los Estados Unidos, mal entendido el
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federalismo mexicano, no fue una guerra en realidad de todos los Estados Unidos de América contra todos los Estados Unidos de México, porque estos Estados Unidos de México en realidad estaban muy desunidos. Muchos de estos Estados se negaron a participar en la guerra, alegando que ellos no estaban invadidos por los norteamericanos y es admirable que Guanajuato, aún sin haber tenido un solo invasor en su territorio haya colaborado con el ejército federal y haya formado un ejército al mando del General Gabriel Valencia, para enfrentar a los norteamericanos, tanto en la Angostura como en la Batalla de Padierna allá en el Valle de México. Somos deudores también con ellos por ese comportamiento que no todas las entidades de México tuvieron durante ese conflicto, Tuvimos a Robles Pezuela, entre esos guanajuatenses enfrentando a los norteamericanos. Para 1850, el Presidente Mariano Arista lo nombra Ministro de Guerra y Marina, este cargo lo ocupa realmente muy poco porque él se va encargar de encabezar un plan muy curioso, que es el Plan del Hospicio. En la historia política del país, un plan en el cual, los santanistas se sublevan no contra los propios santanistas que estaban en el poder, sino para pedir que Antonio López de Santa Anna que está fuera del país sea traído nuevamente como Presidente. Con frecuencia a López de Santa Anna, le echamos todas las culpas de los errores mexicanos, estos errores de la guerra de Texas, de la guerra contra Estados Unidos, pero en realidad hasta se iba por él. Parecía que no había alguien más capaz de dirigir al país. El Plan del Hospicio triunfó. Hubo unos gobiernos interinos, como el de Ceballos Lombardini, mientras Santa Anna llegaba de Colombia para hacerse cargo de la Presidencia. Viene la revolución de Ayutla. El gobierno de Ignacio Comonfort. Robles Pezuela, por su capacidad es nombrado ahora con este presidente, liberal. Comonfort, es nombrado Ministro de Negocios Extranjeros, (relaciones exteriores digamos ahora) y luego es nombrado Embajador de México ante los Estados Unidos. Pero estalla la guerra de reforma y Robles Pezuela, que no se ha destacado por ser liberal, sino que ha sido santanista, pues se va del lado de los conservadores. Robles Pezuela, va a figurar nuevamente como Ministro de Guerra y Marina con el primer presidente conservador Félix Zuloaga. Se viene otro plan, -vaya planes y asonadas-, en aquel tiempo el Plan de Navidad, en el cual los conservadores destituyen al Presidente Zuloaga, por Miguel Miramón. Pero Miguel Miramón, está ocupado en la campaña militar, no puede ocuparse enseguida de la presidencia, por lo cual Manuel Robles Pezuela, será presidente, sólo de los conservadores, o sea en el otro bando está Juárez, y acá Félix Zuloaga, que normalmente en la historia sabemos que Félix Zuloaga y Miguel Miramón, -no, no-, se olvidan del mes en el que fue presidente Miguel Robles Pezuela. Para ser exactos esto fue del 24 de diciembre de 1858, al 21 de enero de 1859, cuando Miguel Miramón puede presentarse a tomar posesión como presidente, entonces Robles Pezuela entrega la presidencia. Sigue Robles Pezuela como Ministro de Guerra, ahora con Miguel Miramón, y posteriormente es enviado a Europa a una misión muy importante, gestionar ante Francia y España, la intervención y el establecimiento de un imperio en México. Cuando regresa a México, la intervención está a punto de iniciar. España, Inglaterra y Francia, amenazan a México por la suspensión de los pagos de la deuda externa. Lo admiten, lo admite Juárez, pero le dice: te quedarás en Sombrerete, Zacatecas, y de allí no te muevas, porque no queremos que vayas a intervenir si se llega a presentar algún conflicto con los extranjeros. Él da su palabra que de Sombrerete no se moverá. En enero desembarcan los franceses y los ingleses en Veracruz. Los españoles habían llegado desde diciembre -me estoy refiriendo a 1862-, y Robles Pezuela, no aguanta el deseo de ir a incorporarse.
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El campamento francés en realidad bulle de mexicanos conservadores, el más conocido de ellos, el hijo natural de Morelos, Juan Nepomuceno Almonte, que aquello de “tal palo tal astilla”, aquí no funcionó, y Robles Pezuela quiere también ser de aquéllos que están con el enemigo, con los extranjeros, con algunos otros que tienen el mismo deseo; se pone en camino hacia Veracruz. Desgraciadamente para él, en San Andrés Chalchicomula, lo van a reconocer, y va a ser presentado ante el luego héroe Ignacio Zaragoza. En este momento todavía no se viene lo de la batalla del 5 de mayo. Ignacio Zaragoza, le va a hacer un juicio sumario, traidor a la patria, y nuestro General guanajuatense va a ser fusilado el 23 de marzo de 1862. Unas cuantas semanas antes de la batalla de Puebla. Como quiera que haya sido, -digamos que en la historia en ese bando, en esa parte oscura-, la historia de México, parece muchas veces nuestro satélite natural, la luna, porque solo nos presenta una de sus caras. Pero como quiera que haya sido, tenemos históricamente la intervención del General Robles Pezuela, el cual por desgracia, ni aún siendo presidente de la república es recordado aquí en su ciudad. El otro es recordado pero por la compañía con quienes los fusilaron, Tomás Mejía. Tomás Mejía, que sabemos que con Miramón y Maximiliano en el Cerro de las Campanas, fueron ajusticiados, pero que normalmente ignoramos que nació en el norte de nuestra entidad, en Santa Catarina, en 1820. Para muchos de los historiadores la contraparte indígena de Juárez. Un indígena totalmente tanto como el presidente Juárez, pero éste del lado conservador, se incorpora también durante su adolescencia al ejército, va a destacar especialmente por ser un excelente jinete y un excelente lancero, va a luchar contra los indios apaches que asolaban, por allá en la década de los 40’s, del siglo XIX, la frontera entre México y los Estados Unidos. También estuvo luchando contra los estadounidenses en Monterrey, en la batalla de la Angostura, y en ella se dio a conocer al menos para los militares, porque dirige un ataque de caballería de lanceros que obliga a los norteamericanos hacia lo que se conoce como la Hacienda de Buenavista; en lo que fue muy elogiado esa acción dentro de la batalla, les pareció “alguien muy sobresaliente” el joven, todavía el oficial, aún no General, Tomás Mejía. Va a ser comandante de escuadrón hasta 1849, teniente coronel en el 54 y cuando la revolución de Ayutla se presenta, entonces definitivamente se va a poner en contra. Va a estar luchando en Querétaro en contra de los liberales, en los inicios de aquel enfrentamiento, aún no se declaraba la guerra de tres años y dos veces recuperó la ciudad de Querétaro para los conservadores. Va a estar combatiendo a las órdenes del General Luis G. Osollo, aquel General conservador que derrotó a los liberales en Salamanca, cuando Juárez estaba aquí. Aquí precisamente como un Presidente que recibió el cargo en las condiciones más difíciles, que tenía a Guanajuato como capital y que va a centrar toda su esperanza en la batalla de Salamanca, en donde para su desgracia Osollo el conservador, Mejía entre esos conservadores, van a derrotar a Parrodi el liberal. Tomás Mejía, también ya dentro de la guerra de reforma, en esta dinámica de tomar y perder ciudades, tomó Silao, para los conservadores, tomó Salamanca, también el puerto de Tampico. Esta acción le valió ahora sí el obtener el grado de General de Brigada. Estuvo en la ciudad de México defendiendo la Garita de Belén, cuando los liberales se aproximaron con Santos Degollado, amenazando con tomar la ciudad de México, para obligar a Miramón que estaba sitiando Veracruz que por entonces era la capital de los liberales, y que obligó a Miramón a regresar a México. Entonces Tomás Mejía, estaba en las puertas de la ciudad de México enfrentando ese otro guanajuatense, del cual mañana nos hablarán Santos Degollado, esos si son conocidos, Degollado, Doblado e Ignacio Ramírez. Lo tenemos posteriormente en su región donde más se va a identificar, la Sierra Gorda, va a estar resistiendo digamos durante esta guerra de reforma; va a participar en una de las tomas de los conservadores de San Luis Potosí. -Les digo la guerra es-, ya
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entraron los conservadores, ya entraron los liberales, era un toma y daca constante, aquí en Guanajuato lo mismo, ya está un gobierno conservador al día siguiente, ya entraron los liberales, luego los conservadores nuevamente. Va a estar en una de las tomas que hicieron conservador, al menos momentáneamente a San Luis Potosí. Va a ser nombrado Comandante Militar de Tamaulipas, va a ocupar Ciudad Victoria y Matamoros, y en Matamoros va a hacer una valiente defensa en contra de las tropas del General Mariano Escobedo, esto le valió una felicitación por parte del Emperador Maximiliano, porque estamos durante la época del imperio. Cuando las cosas para el imperio empiezan a marchar mal, se retira nuevamente a su región natural la Sierra Gorda, y cuando ve que Maximiliano decide librar su última batalla en Querétaro, Tomás Mejía, acude más que como una ayuda, como el compromiso moral de cumplir hasta el final con su ideología conservadora. Nos permite hacer esta interpretación el hecho de que en Querétaro participa no solo hasta donde un militar debe hacerlo, sino incluso buscando quedar en la batalla. Definitivamente nos da la impresión de que Mejía va a Querétaro a morir. No lo consigue, va a caer prisionero, y como ya sabemos -porque es la parte conocida de su vida-, será fusilado con Miramón y con Maximiliano. Todo el tiempo conservador congruente con sus principios. También de nuestra entidad y dentro de esos personajes relevantes de la época juarista que normalmente los tenemos un tanto relegados. La intención por lo tanto de esta charla, -yo sé que la vida de cada uno de estos personajes podría llevarnos una buena cantidad de datos aparte-, -una vida no es fácil sintetizarla así como yo lo he hecho-, pero la intención de esta charla es sobre todo el ligar a alguien que por haber nacido en Oaxaca, lo sentimos muy lejano. Benito Juárez, pero que tuvo en los guanajuatenses lo mismo, grandes colaboradores, que grandes enemigos.
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3. Juárez en compañía de guanajuatenses: Ignacio Ramírez, Manuel Doblado, Sóstenes Rocha y Santos Degolladoℵ Carlos Sosa Pinzón2
No me esperaba iniciar, pero precisamente porque indagando un poco sobre Santos Degollado, acepté participar en esta mesa redonda, con una situación que tiene que ver con la mesa redonda “Juárez en compañía de guanajuatenses….”. ¿Qué tenía Santos Degollado de guanajuatense? Tal parece que no mucho, más allá de haber nacido en Guanajuato. Santos Degollado, como mayor de su generación nace el 30 de octubre de 1811, en la ciudad de Guanajuato. Hijo del español Francisco Degollado y de una mujer guanajuatense Doña Martina Sánchez. De su infancia no hay mucho, salvo que el padre de Santos Degollado, tal parece que se adhiere al movimiento insurgente que por aquél entonces estaba en boga, y como resultado de esta adhesión termina siendo capturado y tal parece que muerto por las huestes imperiales. La familia Degollado, formada por dos hermanos, uno de ellos Santos y su madre quedan menesterosos, por lo que un tío de los niños Degollado, Mariano Garrido los acoge y se los lleva primero a la ciudad de México, no se sabe también claramente, y entre 1828 y 1829, a la ciudad de Morelia en Michoacán. Llegando ahí de adolescente empieza a desarrollar toda su vida primero laboral y luego ya en la política. Su estrecha relación con Ocampo, lo lleva por el territorio de la liberalidad de la política, donde desempeña cargos importantes como militar y ministro. Participa activamente, aunque no de manera muy afortunada en la guerra de tres años, la guerra de reforma. En 1857, es de los primeros gobernadores en adherirse a Juárez, que empieza a emigrar con su gobierno a cuestas, lo acompaña a Guanajuato, el 19 de enero de 1858 es nombrado Ministro de Gobernación por Juárez. Recordemos que cuando Juárez está en la ciudad de Guanajuato, le toca aquí ser nombrado. Anda paseándose por todo el país, haciendo revueltas militares, siendo derrotado y con el ejército desperdigado, pero igual que desperdiga ejércitos y es derrotado, reconstruye ejércitos y sigue haciendo “guerritas”. Para poder hacer éstas “guerritas”, el 25 de febrero de 1859, otra vez tiene relación con su tierra natal de una manera que a lo mejor no es muy grata recordar, porque impone un préstamo forzoso a Guanajuato, que era una práctica común, para poder hacerse medios para la guerra. Después con Guanajuato no es más que pasadas que tiene. En septiembre de 1859 pasa por Guanajuato, rumbo a Querétaro donde al mando de seis mil soldados, tiene un enfrentamiento en Estancia de vacas, en contra del ejército conservador y resulta derrotado también. Comúnmente es conocido con el mote del “héroe de las derrotas”. A principios de 1860, empieza a decaer la estrella cambiante de Santos Degollado. Manuel Doblado se apodera de un millón ciento veintisiete mil cuatrocientos catorce pesos, producto de las conductas dolientes de San Luís Potosí, Zacatecas y Guanajuato y le manda una carta a Santos Degollado que por entonces era Ministro de Guerra y General en Jefe del Ejército Liberal, preguntándole qué que hacen con ello. La ℵ Mesa Redonda en el marco de “La Huella de Juárez en Guanajuato”, ciclo Conmemorativo por el Bicentenario del Nacimiento de Don Benito Juárez, llevada a cabo el 15 de marzo pasado en el Salón Presidentes del Palacio Municipal de Guanajuato 2 Licenciado en Historia (julio de 2005). Becario del Centro de Investigaciones Humanísticas de la Universidad de Guanajuato (Desde agosto del 2002), participando en el seminario de “Siglo XX”. En 2005, estudio el último semestre de la licenciatura en Historia en la Universidad de Granada, España. Participó en la investigación “Evolución de la Administración Pública en Guanajuato 1824-2006”, llevada a cabo por el Instituto de Administración Pública del Estado de Guanajuato. Actualmente participa como investigador en el proyecto de “Historia General de Guanajuato” del Centro de Investigaciones Humanísticas, e imparte el curso de temas mundiales contemporáneos en la Preparatoria Oficial de la Universidad de Guanajuato. Ha publicado un par de artículos sobre historia gráfica y fotoperiodismo.
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carta es muy mañosa porque por un lado le dice: ¿sabes qué? tenemos este dinero, si lo devolvemos, la causa liberal se queda sin fondos y seguramente va a fracasar los tres años de lucha que llevamos, por otro lado, si nos lo gastamos, nos exponemos a presiones de las potencias externas, los ingleses que eran los beneficiarios de este dinero, sin embargo, podríamos sostener la lucha y seguimos, ¿qué hacemos? Santos Degollado, no sólo autoriza para que se gaste parte de este dinero en pertrechos de guerra, sino que además se hace responsable directamente por el uso de este dinero. Lo cual lo hace decaer en el plano de lo político. No obstante, entabla unas pláticas secretas con George Matthews, Ministro inglés, en el cual propone un plan para pacificar México, en el que se hacen algunas concesiones, una de ellas es el dejar a Juárez fuera de la primera magistratura del país, a cambio de pacificar el país. Juárez queda enterado de esto, lo condena a un juicio militar, al cual está sometido, -bueno de hecho no es sometido- el juicio se le señala pero se va postergando la ejecución, hasta que en 1860 capturan a Ocampo, amigo íntimo de Santos Degollado, quien a pesar de estar citado para comparecer ante el Tribunal Militar y ante el Gran Tribunal por la condición política de Degollado, pide ante el Congreso el ir al mando de un pequeño grupo armado a capturar a aquellos que capturaron a su amigo Ocampo y posteriormente le dan muerte. Se le autoriza para iniciar esta batida. Sale a los Llanos de Salazar, una vez que localiza a Márquez que va en retirada, queda en espera de fuerzas que han de apoyarlo, nunca llegan, Márquez aprovecha su posición geográfica que era mejor que la de Degollado, hacen fuego contra él y muere. Haciendo un balance de Degollado como acompañante de Juárez, queda así un poco la duda, como empecé diciendo, Degollado tenía de guanajuatense poco. Luego al final de sus días como acompañante de Juárez, acompañante de proyecto, también podría ponerse en duda, ya que en un momento pensó un nuevo proceder con la Constitución de 1857, regresar a la del 24 y remover a Juárez del puesto de Presidente de la República. Armando Preciado de Alba3
Les voy hablar acerca de Manuel Doblado, quizá de los personajes que en esta ocasión vamos a abordar es de quien más se escucha, de los que más se ha escrito, indagado acerca de su vida y su trayectoria política. Me gustaría destacar que el día de mañana también se va a presentar un texto del maestro Arturo Salazar, en donde se habla de la vida de Manuel Doblado, sólo que en dicho trabajo se hace énfasis en su labor como Ministro de Relaciones Exteriores de Benito Juárez, en 1861-1862. En esta ocasión, voy a dar énfasis a la trayectoria de Manuel Doblado, a sus principales acciones en lo que fue el inició de su carrera política, posteriormente con el movimiento de Ayutla, la guerra de reforma un poco y quizá cerrar con el momento de su exilio a los Estados Unidos, su muerte allá mismo en plena época de la intervención francesa. Acerca de Manuel Doblado se ha hablado en general de tres momentos de su vida pública a nivel nacional. Tres servicios que Doblado prestó a la patria, el primero de ellos fue asilo y apoyo a Benito Juárez, aquí en Guanajuato cuando Juárez huía de la 3
Licenciado en Historia por la Universidad de Guanajuato en el año 2000. Maestro en historia por el Colegio de Michoacán en el año 2005. Participó en el proyecto “Actualización Museológica de las Salas de Historia” del Museo Regional, Guanajuato, Alhóndiga de Granaditas. Responsable de las salas de independencia y república (marzo de 1999 a julio del año 2000). Es colaborador en el proyecto “Historia General de Guanajuato”, del Centro de Investigaciones Humanísticas de la Universidad Guanajuato, estando a cargo de su proyecto: “Guanajuato durante la intervención francesa y el Segundo Imperio Mexicano 1861–1867”. Miembro fundador del Colegio de Historiadores de Guanajuato. Ha participado como ponente en diversos foros académicos. Actualmente se encuentra realizando su investigación de tesis para obtener el grado de Doctor en Historia por el Colegio de Michoacán.
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capital de la república a raíz del golpe de Estado que se da en la ciudad de México a finales de 1857, principios del 58. En ese momento, Doblado encabezando una liga de gobernadores junto con el gobernador de Jalisco y otros gobernadores de esta región, apoya la figura y la legitimidad de la Constitución de 1857, dando apoyo a Benito Juárez. El segundo de los servicios por el que se ha destacado la carrera de Doblado, fue precisamente del que les hablaba, que trata el maestro Salazar en el texto que presentaremos mañana, que es la negociación que hace ante Juan Prim, ministro español y los ministros de Francia y de Inglaterra, ante la intervención armada que amenazaban con realizar en México en 1861-62. Estas negociaciones fueron exitosas para México, en el sentido de que Doblado, logró negociar satisfactoriamente para México, el retiro de las fuerzas armadas de España y de Inglaterra. De Francia finalmente no se cumplen los tratados que se habían establecido lo que desencadenó la intervención armada por parte de este gobierno. El tercer servicio por el que se le reconoce a Manuel Doblado, en esta historiografía nacional fue haber acompañado y darle protección a Juárez en su peregrinaje que emprende a partir del centro de la república rumbo al norte del país, esto ante el acoso de las tropas intervencionistas francesas y conservadoras durante 1863-64, Doblado sigue siendo leal al gobierno liberal y republicano de Benito Juárez. Pero más allá de eso, acerca del gobierno, de la trayectoria de la vida pública que tiene Doblado aquí en Guanajuato, poco es lo que sabemos. Si bien se han escrito algunas biografías en donde tratan su vida, la mayor parte de ellas se han concentrado en exaltar las virtudes, en presentarnos a un Doblado, patriota, leal a sus principios, con sus convicciones muy definidas e incluso la mayor de estos escritos, justifican las acciones que por ahí están poco claras acerca del proceder de Doblado. Me gustaría destacar algunas acciones de este personaje, incluso antes del momento en el que los reflectores de la escena política nacional están en este personaje, que es ante su formación profesional y sus primeras acciones políticas, como va ascendiendo, como va cobrando renombre, al interior de Guanajuato y posteriormente en un ámbito nacional. Doblado, nace en 1818, en San Pedro Piedra Gorda, actualmente Ciudad Manuel Doblado. Desde niño le otorgan una beca aquí en el Colegio de la Purísima Concepción, actual Universidad de Guanajuato, para que se venga a estudiar. El hace su viaje, tenía aproximadamente doce años y realiza sus estudios preparatorios, posteriormente se titula como abogado, esto lo hace en 1843, se titula como abogado. A partir de este momento –para ubicarnos un poquito en el contexto guanajuatense- el Estado está iniciando una importante bonanza minera, con todos los fundos que se están explorando en el Mineral de la Luz, lo que provoca que existan disputas entre los principales mineros, los parceleros que era como se les llamaba a los dueños, o los aviadores que eran los que financiaban y pagan alguna renta a estos parceleros, se generaron muchas disputas de índole legal en las que Doblado y toda una seria de abogados jóvenes, recién egresados, entre ellos Manuel Siliceo, Octaviano Muñoz Ledo, comienzan a ascender, comienzan a mostrarse como los representantes legales de estos mineros y esto les permite acceder a puestos políticos en los años siguientes. Llegando a ocupar cargos en el Ayuntamiento de Guanajuato o en las Juntas Departamentales, en las Asambleas Departamentales en el Congreso del Estado. Una pretensión que unificaba a este grupo de abogados al que me estoy refiriendo, entre ellos Manuel Doblado, era su búsqueda por el retorno al sistema federal, en ese momento México se encontraba en un sistema centralista desde 1836. Doblado y este grupo de abogados con grandes intereses en la minería, buscaban el retorno al federalismo, ¿por qué? porque el federalismo implicaba a Guanajuato una mayor administración de sus recursos, ante esta bonanza minera, los recursos y todas las ganancias que generaba la extracción, la explotación y posteriormente la acuñación de todos estos metales preciosos, con el centralismo todas estas ganancias se iban directamente al gobierno general. Al gobierno de Guanajuato y a los empresarios mineros
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de Guanajuato y a los políticos guanajuatenses no les quedaba prácticamente nada. Eso es una de las principales banderas que enarbolan para estar exigiendo continuamente este retorno al federalismo. El retorno al federalismo se da gracias a una de tantas asonadas que se da por la década de los 40, agosto de 1846, Valentín Gómez Farías, Mariano Salas entre otros, encabezan un movimiento que trae de vuelta el orden constitucional de la Carta Magna de 1824. Esto permite que Doblado, unos federalistas radicales más importantes de Guanajuato, más destacados, sea designado gobernador interino de Guanajuato. Doblado en ese momento tenía 28 años. Al volver la Constitución Federal de 1824, trajo de vuelta para el ámbito estatal la Constitución de 1826, la Constitución de Guanajuato. Sin embargo, esta Constitución establece que el primer requisito para ser Gobernador de la entidad, era la edad, se necesitaba tener al menos 30 años cumplidos. Doblado, como les digo tenía 28 años. Debido al federalismo radical que manifestó Doblado en estos momentos, le provocaron algunas pugnas con otros políticos que si bien también buscaban el retorno al federalismo, mostraban una actitud moderada, no era ímpetu tan exigente como el que tenía Doblado. Cuando Lorenzo Arellano es nombrado gobernador constitucional de Guanajuato, Doblado es sacado de la jugada política en Guanajuato. En este momento estamos en guerra contra los Estados Unidos. La inestabilidad es permanente, las exigencias por parte del gobierno federal, a cada uno de los Estados para que aporten armamentos, soldados, tropa, para que combatan a los norteamericanos son constantes. Uno de los puntos que siguen siendo -a mi modo de ver-, un enigma en la actitud de Doblado, después de haber manifestado este federalismo radical a como diera lugar, después de ser un aliado político de liberales tan radicales como Valentín Gómez Farías. Cuando se firman los tratados de paz en 1848, los tratados de Guadalupe, Hidalgo, Doblado se opone a firmar la paz, argumentando que no era posible que México perdiera más de la mitad de su territorio, sin embargo, se une a un movimiento armado con dos personajes que liberales o de federalistas radicales no tenían nada, uno de ellos era Mariano Paredes Arrillaga y el otro era el cura Celedonio Domeco Jarauta. Este cambio de Doblado después de manifestar ese abierto y constante federalismo radical, y enarbolar un movimiento de tipo conservador, deja muchas dudas que no están del todo esclarecidas. En este momento Doblado vuelve a ser gobernador de Guanajuato, porque estos acontecimientos tienen su desenlace aquí precisamente en la ciudad de Guanajuato. A mediados del año 1848, Doblado es nombrado gobernador interino y las tropas federales vienen a combatir a los sublevados a Domeco Jarauta, Paredes Arrillaga y Doblado. El desenlace no se si todos los conozcamos, fusilan a Jarauta en Valenciana, Paredes Arrillaga huye, y Doblado también tiene que ocultarse por algún tiempo porque es buscado por las autoridades federales. Doblado reaparece en la escena pública principios de 1851-52, la correspondencia que existe de Doblado aquí en el Archivo Histórico de la Universidad de Guanajuato, en la Biblioteca “Armando Olivares”, nos permite conocer que si bien, -no podemos saber todas las actividades que realizó Doblado a partir de su salida de Guanajuato- al menos nos permite enterarnos que estuvo en la ciudad de Aguascalientes, fue un exilio voluntario de Guanajuato, regresa a principios de 1851 al Estado, y al parecer las rencillas con los políticos locales ya estaban un poco saldadas, le ofrecen ser diputado suplente al Congreso Federal, éste acepta, y después por otras circunstancias tiene que suplir a un diputado propietario, donde se traslada a la ciudad de México. En eso estaban cuando Santa Anna nuevamente toma las riendas del poder en 1853, y Doblado regresa a Guanajuato y al parecer deja un poco la vida política se dedica nuevamente a sus negocios de abogado.
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La figura de Doblado vuelve a cobrar protagonismo a nivel estatal a partir de la Revolución de Ayutla. En 1855, ante toda esta serie de movimientos que originó la salida de Santa Anna del país, al interior de Guanajuato, el gobernador en ese momento que era el General Francisco Pacheco, también sale y una junta de notables de la ciudad de Guanajuato nombra a Doblado nuevamente gobernador interino. Quizá este es el momento en el que se catapulta a la escena nacional, sus tratos con Comonfort y con Antonio de Aro y Tamaris, para aprobar el plan de Ayutla, hacen cobre un protagonismo primero a nivel regional y después a nivel nacional, al grado que una de sus proclamas -también muy desconcertante- un plan que lanza en diciembre de 1865, en él pide la renuncia del presidente en ese momento Juan Álvarez, sugiere que se respeten los bienes del clero, sugiere que se fortalezca nuevamente el poder del ejército permanente, es decir, apoya actividades o líneas que eran enarboladas por el grupo conservador, -este es otro de los puntos enigmáticos que sus biógrafos omiten, prefieren no abordar- y que considero uno de los mas interesantes, estos vaivenes en el comportamiento de Doblado, algunos autores que lo han trabajado de manera más minuciosa afirman que son dobleces que tiene Doblado, este desprestigio de apoyar primero una causa federal, una causa liberal y después dar espaldarazos a favor de causas conservadoras. Como ya lo mencione en el momento en que Benito Juárez es obligado a salir de la ciudad de México, ante el golpe de Estado de Tacubaya, Doblado lo recibe aquí, y como conocemos de aquí Juárez se va rumbo a Guadalajara y Colima, y posteriormente establecerse en Veracruz, lugar en donde permanece el resto de la guerra de reforma. En ese inter, Doblado continúa en Guanajuato siendo gobernador, desde el 55 que fue elegido como gobernador interino hasta 1857-58, que inicia las actividades bélicas de la guerra de reforma. En ese momento Doblado apoya la ley de desamortización, comulga con los ideales de Juárez, y en sus primeras batallas combate cuando los ejércitos conservadores –incluso aquí en la batalla que hubo en Salamanca, una de las primeras más importantes- sufre una derrota, es encarcelado y sale al poco tiempo, se integra nuevamente al ejército liberal, y finalmente en agosto de 1860, después de otra batalla aquí en territorio guanajuatense, la batalla de Silao, logran recuperar el control político de la entidad y Doblado vuelve a ser nombrado gobernador. En estos años de guerra la ciudad de Guanajuato es ocupada numerosas veces, tanto por fuerzas conservadoras como liberales, oscilo una cantidad impresionante de veces entre los gobiernos liberales y a los pocos días, a las pocas semanas llegaban los conservadores y ocupaban el poder y tenían que salir los otros. Entonces, lo que me gustaría destacar en esta breve semblanza, acerca de Doblado, es analizar o que de pie para el análisis de todos estos cambios en el comportamiento de Doblado, de todo el protagonismo que llegó a tener Doblado en el Estado, de revalorar la figura de Doblado, no revalorarlo en el sentido de mitificarla, de elevarlo al estatus de héroe sin ninguna critica de sus acciones y sin ningún cuestionamiento académico a sus acciones, sino apuntar estos cambios, el protagonismo que alcanzó Doblado en el Estado, la clientela política, la influencia, fue enorme, hay algunas autoras que llaman a este periodo la década de los 50, parte de los 60, como la era de Doblado. Yo considero que es atinado ese punto, como les mencione al principio, generalmente a Doblado lo conocemos más por sus acciones como Ministro de Relaciones Exteriores en esta negociación con las potencias europeas, pero creo que la historia de Guanajuato, debe rescatar esta figura y estos procederes y tratar de explicar porque estos aparentes dobleces que tiene nuestro personaje. Incluso en la guerra de intervención francesa hay mucha correspondencia cruzada entre militares franceses o conservadores, en donde afirman que Doblado está a punto de integrarse a su causa, de hacerse imperialista, de apoyar a los conservadores y al gobierno intervencionista. Sin embargo son meras conjeturas, de algún modo al final de su carrera política si tuvo cierto desprestigio estas convicciones de Doblado, esto se puede percibir a partir de
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esta correspondencia y de otro tipo de fuentes que nos permiten acercarnos a la opinión que tenían de él, como la prensa, como la correspondencia entre otros políticos, etc. Hasta aquí mi intervención para no alargarme más y dejar abierto el espacio para otras participaciones. José Eduardo Vidaurri Aréchiga4
Muchas gracias. Buenas tardes a todos y gracias por acompañarnos en esta mesa redonda sobre los guanajuatenses que acompañan a Juárez en diferentes etapas de su prolongado gobierno. Me corresponde abordar sobre Ignacio Ramírez. Debo confesar primero que es un personaje muy complejo, el más liberal de los liberales, el más complejo de los liberales de la época que estamos tratando y naturalmente sobre el que se ha escrito todo, o casi todo, y del que conocemos mucho acerca de su vida por sus propios escritos y otra gran parte por los escritos que su gran amigo, su amigazo del alma, Guillermo Prieto, hace en diferentes etapas de la relación que sostienen. Es un personaje que va a fluctuar entre la simpatía, el seguimiento incondicional a Juárez, y luego en la última parte encontramos un revés, un doblez, de Ramírez, en donde se deshace de la figura de Juárez y se vuelve prácticamente su opositor más destacado. Lo que quiero hacer entonces es una reseña muy rápida de su actividad, también para continuar en este mismo tenor y dejar pues la reflexión para en el momento en que inicien las preguntas por parte del moderador. Hay mucha controversia acerca de su verdadero origen étnico, muchos dicen que es indígena, algunos otros dicen que nunca lo fue, el maestro Rodríguez Frausto se ampara en una serie de lecturas y nos dice que tenía incluso algo de moro, o sea que hay una gran confusión acerca de su origen étnico. Lo que si sabemos es que está registrado formalmente en un libro de españoles, que nace el 22 de junio de 1818, en la Villa de San Miguel el Grande, su nombre completo es: Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, hijo de Lino Ramírez y de Sinforosa Calzada. Pasa como los dos biografiados que llevamos hasta este momento, éste es el tercero, poco tiempo en Guanajuato, solo que con una característica distinta, siempre se reconoce guanajuatense, él hará en alguna de sus intervenciones, alusión a ésta idea de que: ‘nací en Guanajuato, conozco el sabor de la tierra, se como sufren los mineros…’, expresiones que utilizó en distintas discusiones en que participó. No es militar, sabemos que es todo, es dramaturgo, es poeta, escribe en verso, escribe en prosa, es realmente un jurista destacadísimo, es periodista, cubre prácticamente todos los géneros de la actividad literaria, y es fundamentalmente un luchador por los principios del liberalismo. ¿Por qué? Porque su padre Lino Ramírez, es un liberal que desde muy temprano se afilia al partido federalista, un partido que se crea para sostener la Constitución de 1824, y durante la época del gobierno de Valentín Gómez Farías, es exiliado, es obligado a salirse para dirigirse durante una temporada a Querétaro, que es en donde recibe sus primeras enseñanzas. En Querétaro, el propio Ignacio Ramírez, nos dice: la pase con sarampión, viruelas, sustos, regaños, misa y escuela. No era malo, era un niño que se divertía, jugaba con todas las muchachas a las escondidas, y en lugar de escuchar cosas que
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Licenciado en Historia (Universidad de Guanajuato). Maestría en investigación educativa y una especialidad en Antropología y Patrimonio. Publicaciones: “Las Cofradías de Guanajuato en el Siglo XVII”, “La Toma de Guanajuato, el 28 de septiembre 1810”, “Frenesí de Libertad, (Proceso militar a Hidalgo)”, “Cabalgata por la ruta de la independencia”. Diversos artículos publicados sobre procesos históricos del siglo XIX, que abordan los temas como “Vida cotidiana y diversiones”, “Religiosidad popular”, “La Revolución de Ayutla”, y “Tradiciones de Guanajuato”. Actualmente, profesor e investigador en diversas unidades académicas de la Universidad de Guanajuato y Presidente del Colegio de Historiadores de Guanajuato.
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nunca he entendido me escapaba de la escuela para vagar por el campo a la orilla de ese arroyo que los queretanos llaman río. Para 1835, la familia de Ignacio Ramírez se traslada a la ciudad de México y ahí es donde tiene su encuentro con la academia. Él estudia en el Colegio de San Gregorio que es dirigido por un liberal, Juan Rodríguez Puebla, en esta escuela de San Gregorio, cursa artes (o al menos así se le denomina en la curricula), el curso de artes y estudia también jurisprudencia. Pero desarrolla una afición a frecuentar las bibliotecas, las del propio Colegio de San Gregorio, la biblioteca de la Catedral y la biblioteca del convento de San Francisco, donde nos dicen también algunos de sus biógrafos que se vuelve casi místico, ocho años encerrado conociendo los secretos de la orden franciscana y un personaje que se adentra en el estudio de la teología, del derecho canónico, pues de éstas cuestiones, se hace místico, se hace un poco pintor, se hace aficionado a la historia natural. Luego de esos ocho años de encierro en las bibliotecas, sale a la calle y su juventud se la pasa en la bohemia. Él convive con algunos pintores, con algunos músicos, con curas, con poetas, con políticos y se la pasa recorriendo todos los figones de la capital de México, en donde siempre encontrará quien le invite una comida, quien le invite un trago y se la pasará muy bien. En estos ambientes, se hace un experto cultivador de la sátira, de la chanza, del reproche y Guillermo Prieto, nos describe como en ese periodo es que hace su debut en el mundo intelectual, esto, antes de que concluya sus estudios de jurisprudencia. Su debut lo hace precisamente cuando se aparece en una de las sesiones solemnes de esta Academia de San Juan de Letrán. Guillermo Prieto nos dice: obscurecía y percibimos el reflejo verdoso de la bombilla y un bulto, un bulto inmóvil y silencioso que parecía una voz para entrar a nuestro recinto. El señor Quintana Roo, lo vio y le dijo: Adelante. Apareció entonces un personaje envuelto en un capotón desgarrado con un bosque de cabellos erizos y copados de remate, ¿qué manda usted? Deseo leer una composición para que ustedes decidan si puedo pertenecer a esta academia. Ignacio Ramírez, se sienta a un lado de Don Andrés Quintana Roo, eso permite que se haga una descripción de su físico, es un hombre de 18 a 20 años, es un hombre que parece que está totalmente abandonado, descuidado en su apariencia física y se le da espacio para que lea su intervención. Ramírez, -continúa Guillermo Prieto- sacó de su bolsillo un puñado de papeles de todos tamaños y colores, algunos impresos de un lado, otros en tiras como recortes de moldes de vestidos y avisos de toros o teatros. Arregló aquella baraja y leyó con voz segura e insolente el título que decía: “Dios no existe”. A partir de ese momento la sesión se volvió todo alboroto, ruido, silencio y finalmente un espacio más para la lectura de su disertación. Ignacio Ramírez, abordó ahí asuntos sobre todos los conocimientos humanos, matemáticas, astronomía, zoología, el jeroglífico, la letra y naturalmente Dios. La respuesta de los integrantes de la academia se fue dando entre gritos de escándalo, exclamaciones de horror, algunas palmadas y gritos de admiración, vivas, preguntas, réplicas, en fin, concluye con la aceptación cordial de Ignacio Ramírez a esta academia de San Juan de Letrán. Es su gran debut y naturalmente que esta lectura de su disertación titulada: “Dios no existe”, va a ser el principio de la filosofía que utiliza el partido liberal para la argumentación de sus seis leyes de reforma y de este proceso de secularización de las instituciones públicas de nuestro país. Un poco más adelante, ya como un personaje reconocido por la Academia de San Juan de Letrán, se vuelve periodista hacia 1845, se integra a un equipo de colegas que redactan el periódico “Don Simplicio”, y a partir de 1845, adopta el seudónimo de “Nigromante”, él se presenta asimismo como el responsable de este periódico, satírico, burlesco, crítico, filosófico, y se presenta como un mago que desde la oscuridad hacía por arte del diablo, que coman en un establo Sancho, Ruso y Rocinante con el Caballero Andante.
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La imprenta será de su entrañable amigo Manuel Paino y Juan de la Granja, que lo acompañaran en prácticamente todas sus aventuras literarias, Vicente Segura colabora con ello, y Guillermo Prieto, que será como ya lo dije también uno de sus más importantes amigos, uno de sus más importantes biógrafos. Un año más adelante 1846, Ignacio Ramírez forma parte del Club Popular, es un club de participación política, evidentemente, con avanzadas ideas progresistas. Para fines de 1847, se integra con un grupo de amigos que se hacen llamar “La familia Reneport”, un grupo de quince ciudadanos, que hacen –esto es un experimento interesante para los anales de la hechura de la historia- en la historia de México, que es entre estos quince tratar de hacer un ejercicio de recuperación histórica sobre los acontecimientos mas importantes de la guerra entre México y los Estados Unidos. Cada uno, dicen ellos mismos, escribirán sin pasión y sin pensión un capítulo sobre este texto sobre la hazaña del enfrentamiento entre México y los Estados Unidos. Su destacado papel en la coordinación de este trabajo de la “familia Reneport” los apuntes para la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos, le hace ganar más fama y a los treinta y dos años lo vemos aparecer como una figura pública de primera importancia convirtiéndose en Secretario de Gobierno del Estado de México. Igualmente empieza su actividad como catedrático, se hace profesor del Instituto Literario de Toluca y funda y dirige un periódico que se llama: “Themis y Deucalion”, desde el cual está proponiendo una reforma en la organización social y política del país. Es el primero que empieza a decir que las instituciones están desgastadas, que ya no es posible gobernar con ese orden, que es necesario modificar absolutamente todas las relaciones políticas. Para 1852, evidentemente el éxito no podía durar tanto, lo corren del Instituto Literario, de Toluca, por herético y el profesor que lo destituye argumenta que es necesario iniciar una etapa para acabar con todas esas malas enseñanzas que los estudiantes recibían de Don Ignacio Ramírez. Así que 1852, le va mal en el Estado de México. Se traslada a Sinaloa. En Sinaloa se hace Secretario de Gobierno, es electo diputado por Sinaloa, y eso le permite regresar a la ciudad de México. El momento en que Ignacio Ramírez retorna a la ciudad de México, se está produciendo la pérdida del poder de Mariano Arista, el retorno de Santa Anna, es éste último quien ordena el arresto en 1852 de Ignacio Ramírez, y es prisionero por primera vez en Tlaltelolco, en prisión le van a poner a grilletes, lo van a mantener con poca comida, lo van a tratar muy mal. Será esta experiencia la que le de elementos para poner una de las argumentaciones más sobresalientes en el Congreso Constituyente que está armando la famosísima Constitución de 1857, a propósito del derecho penal y el trato a los reos. Para 1854, cuando triunfa la revolución de Ayutla, Ignacio Comonfort reconoce sus virtudes, lo nombra secretario pero él prefiere no adherirse al grupo de Ignacio Comonfort, y se junta más bien con Don Benito Juárez García, con Melchor Ocampo y con Guillermo Prieto que son ya sus compañeros de lucha. El movimiento de Ayutla, sabemos que desemboca en la convocatoria para un Congreso Constituyente. Ignacio Ramírez es diputado al principio por dos Estados, por el Estado de Jalisco y por el Estado de Sinaloa, pero en el momento en que se hace una depuración queda solamente como diputado por el Estado de Sinaloa, y en el momento en que empiezan las sesiones para estructurar esta Constitución de 1857, -estamos hablando de 1855–1856– Ignacio Ramírez es el primero en detectar una gran cantidad de insuficiencias en el Plan de Ayutla, se vuelve el principal crítico del Plan de Ayutla, dice que el Plan reconoce un Consejo de Gobierno, y este Consejo reconoce a un Ejecutivo, pero que el Ejecutivo no quiere reconocer al Consejo de Gobierno, que ellos tienen una fecha establecida para entregar la nueva Constitución, y que ninguna de esas cosas se puede hacer. No hay ni Consejo de Gobierno ni Poder Ejecutivo, ni trabajos para redactar la Constitución. Convoca a un grupo de diputados para que se den a la tarea de redactar la Constitución.
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Como es conocido, la mayor parte de los textos jurídicos del siglo XIX, comienzan, siempre con esta expresión: “En el nombre de Dios” una idea que Ignacio Ramírez, dice hay que eliminar de los textos, esto no puede ser. La ley en este caso empieza con esa redacción, sabemos que se trata de una ley ficticia, sabemos que tiene un sentido simbólico, sabemos que tiene un sentido poético y él dice que eso alude a las viejas formas de expresión del derecho divino, este derecho que él dice: está escrito por las manos de los opresores, con el sudor y la sangre de los pueblos. Así que es el primero en oponerse a que se sigan utilizando estas invocaciones divinas, invocaciones celestiales en la ley. Algo que al parecer no tiene mucho éxito, la tradición podrá más que las palabras de Ignacio Ramírez, y lo notábamos en la ceremonia que da inició a este ciclo conmemorativo del bicentenario de Juárez, cuando se hace la lectura del decreto que Juárez expide en Guanajuato, como presidente de la república, pues empieza precisamente con esta expresión y termina dando gracias a la Divina Providencia. Es una expresión muy de la época. Ignacio Ramírez, en las discusiones también se encarga de comentar los asuntos relacionados con la división territorial. Él dice que si se quiere hacer una división territorial nueva, se debería de empezar por elevar, por reconocer a los indígenas como verdaderos ciudadanos, que el principal problema estaba ahí. Que era importante eliminar la servidumbre de los jornaleros, emancipar a los jornaleros de los capitalistas y que era necesario juntar una Constitución, que se haga en privilegio de los menesterosos, de los ignorantes y los débiles. Parece que tampoco funcionan mucho sus argumentos o sea, es muy exitoso en tribuna, le aplauden mucho pero no le hacen mucho caso en sus propuestas. Finalmente, veremos como el Estado de Guanajuato, pierde algunas poblaciones que pasan a ser administradas por Michoacán. Ignacio Ramírez, un profundo convencido de los derechos del hombre, tiene una serie de intervenciones en el Congreso, en donde dice: “Los derechos del hombres son la base de las instituciones sociales”, se deben de reconocer los derechos sociales de la mujer, los derechos –dice Ramírez- no nacen de la ley son anteriores a ella, el hombre nace con ellos. En el matrimonio, el hombre y la mujer son iguales, los votos religiosos son simples actos de devoción. La manifestación de las ideas –a propósito de la ley de imprenta-, por medio del signo no puede ser objeto de ninguna inquisición. Sigue Ignacio Ramírez, ganando fama como el principal polemista de este Congreso Constituyente, hasta que en julio de 1856, se somete a discusión la libertad de cultos, y ahí lanza uno de sus más importantes mensajes, en donde dice: “Dios no se opone a la tolerancia, que ella es conforme a los principios del cristianismo. El pueblo no se opone a la libertad religiosa, porque sabe que Cristo fue tolerante e imploró perdón para sus propios enemigos”, y habla entonces de esta separación, dice: las instituciones se deben de ubicar cada cuál a su ministerio, instituciones civiles encargadas a los hombres, instituciones eclesiásticas a lo eclesiástico. Se opone a que los sacerdotes pertenezcan al Congreso, dice: bueno no tengo ningún inconveniente, siempre y cuando reconozcan que son ciudadanos mexicanos y no reconozcan al sumo pontífice de Roma, porque entonces serán romanos, y hace que toda esta discusión sea la que caldea los ánimos entre los liberales y el grupo de reacción, los conservadores. Discute también, -ya lo había comentado- acerca de las penas y los grilletes, estos procedimientos para tratar de someter a los delincuentes. Habla sobre la acuñación de monedas, en donde tiene un enfrentamiento serio con Guillermo Prieto, que le dice que no sabe nada de economía. Ignacio Ramírez se defiende, dice: No se nada de economía, pero se que las cosas están mal y que el gobierno tiene una maquinita para hacer monedas, así que no hay que permitirle que haga tantas monedas. Discute sobre los procedimientos para la elección del presidente, sobre asuntos de relaciones exteriores y sobre la división política otra vez. Contepec es este pueblo de Guanajuato que pasa a ser administrado por Michoacán ante la falta de apoyo del diputado por Guanajuato, que no quiere reconocer la soberanía del Estado de Guanajuato sobre el territorio de Contepec.
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Para febrero de 1857, encontramos a Ignacio Ramírez, firmando y jurando la Constitución de 1857. Junto con Alfredo Blabot va a fundar otro periódico que se llama: “El Clamor Progresista”, será el segundo gran periódico importante de Ignacio Ramírez. Esto provoca que el presidente Comonfort, le ponga la vista encima, que ordene su arresto y que lo mantengan bajo estricta vigilancia. Ignacio Ramírez logra escapar porque sus amigos lo ayudan, tiene conocidos en todas partes, es muy admirado por ser tan polémico y por ser tan desgarrado, diríamos ahora. En su fuga, en su huída, Tomás Mejía el más importante representante del grupo conservador lo captura en Querétaro. Tomás Mejía comete con Ignacio Ramírez uno de los actos más indignantes de cualquier persona: lo sube a un burro y lo pasea por las calles de Querétaro exhibiéndolo como “el herético”, como el enemigo del pueblo. Ignacio Ramírez, aguanta, está soportando todas estas injusticias en su persona, lo conducen una vez más a la prisión de Tlaltelolco en donde estará encerrado hasta 1858. En el 58 sale, se va a San Luis Potosí, y estará vagando por algunas partes de la república mexicana. Para enero de 1861, cuando se reinstala una vez más el gobierno provisional del presidente Juárez, es reinstalado en el gabinete, pero renuncia, ¿Por qué? Porque no hay mucha definición, no se sabe si realmente el gabinete deberá estar conformado por estos liberales, si Juárez está convencido de que la Constitución del 57 debe ser sostenida en toda su amplitud, luego de la experiencia con Comonfort en el 58, pues no se entiende mucho. Juárez decide organizar lo que llamaríamos ahora un gabinete económico, no por los dineros, sino por lo pequeño que era el gabinete, pocos funcionarios pero que fueran muy efectivos y ahí entran sus amigos, Francisco Zarco a la cartera de Relaciones, Pedro Ogazón a la cartera de Gobernación, Jesús González Ortega a Guerra, Guillermo Prieto a Hacienda, y nuestro personaje Ignacio Ramírez al Ministerio de Justicia. Como Ministro de Justicia, Ignacio Ramírez se dedica a reorganizar la administración que estaba suspendida, había verdaderamente un caos en todo este asunto, aparte de esto se dedica al rescate de los fondos bibliográficos de los conventos y los monasterios que han estado expuestos al saqueo durante la guerra de reforma. Va a promover la elaboración de un atlas cartográfico. Pide el apoyo de las Hermanas de la Caridad para que no interrumpan su labor de asistencia a los enfermos y a los menesterosos. Impulsa en toda la república el establecimiento de estas escuelas de artes y oficios y su obra trascendental es la ley del 15 de abril de 1861, que es la ley de instrucción pública y establece algunas condiciones para que la instrucción pública sea exitosa en México. En principio se debe de pensar en algunas escuelas de bellas artes, se debe pensar en algunas escuelas de sordomudos, se debe pensar en la enseñanza científica de la agricultura, en la enseñanza del comercio, la jurisprudencia y la medicina. Su experiencia lo lleva a entender entonces que es necesario organizar ese esfuerzo con un sentido más práctico. Crea en abril de 1861 después de la proclamación de esta ley, una comisión científica del Valle de México, que se encargará de hacer dos cartas importantísimas: la carta hidrológica del Valle de México y la carta geológica, es el primero que se preocupa por estos asuntos formalmente desde el mando de los liberales, porque también sabemos que los franceses tienen sus comisiones científicas. Ignacio Ramírez, también se dedica a la recuperación de obras de arte, una gran colección de pinturas, una gran colección de esculturas y decide que con este acervo se integre un museo nacional en la Academia de San Carlos, y que los documentos, los escritos se manden a la Biblioteca Nacional. Entre algunos de los acervos importantes que rescata Ignacio Ramírez, está el archivo de la inquisición, es un personaje que se da cuenta entonces que el grupo liberal juarista está actuando despiadadamente contra las instituciones que considera sus opositores. Para mayo de 1861, renuncia, no puede más con el gabinete de Juárez, se va, argumentando que hay una excesiva destrucción de los recintos religiosos y que algunos se deben de mantener para el culto y que algunos otros se deben de mantener por su extraordinario valor artístico.
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Para 1862, junto con Guillermo Prieto, con José María Iglesias que será su nueva Junta, con Alfredo Chavero, con Pedro Santacilia, fundan un periódico que se llama: “La Chinaca”, y este periódico tiene un propósito específico, que es el de levantar el espíritu público para defender a la nación, ¿Por qué? Porque está muy próxima ya la invasión de los franceses, e Ignacio Ramírez detecta que es importante animar a la población para que enfrente a los invasores. Durante la intervención francesa, su triunfo como diputado por el Distrito VI del Distrito Federal, es reconocido, pero Ignacio Ramírez, hace una especie de voto de silencio, decide no intervenir, dice: yo no voy a hablar en este Congreso para nada. Para 1863, emprende la huída ante el éxito que ha tenido el ejército invasor, el ejército francés, en la ciudad de México, huye al principio con Juárez y luego dice: Yo, que me ando juntando con Juárez, mejor me voy por mi cuenta. Escribe una serie de cartas a Guillermo Prieto, algunas desde Mazatlán, que son muy famosas, algunas desde Culiacán, y le explica: “yo no tengo porque correr porque yo no soy parte del gobierno ni traigo el dinero de nadie”. Él se va entonces por su cuenta. Es una especie de peregrinar en donde solamente mantiene correspondencia con Fidel, es decir con Guillermo Prieto. Su actividad en estos años, se va a centrar en la escritura, él se vuelve colaborador de un periódico en Sinaloa que se llama “La Opinión”, en donde escribe en contra de los franceses y luego hace un viaje a Sonora, en donde en una actitud de antropólogo temprano, escribe sobre las costumbres de los indios yaquis. Cuando el imperio de Maximiliano está por declinar, decide regresar a la ciudad de México, pero esta vez no precisamente a defender a los liberales de Juárez, sino para integrarse al Partido Democrático Constitucional que está elevando a Porfirio Díaz como presidente de la república. En su retorno, escribe en dos periódicos, uno que es “El Correo en México”, otro que es “El Semanario Ilustrado”, para 1868 y ante la oposición de Juárez es nombrado Ministro, Magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Forma parte de este partido liberal constitucionalista, ingresa a la sociedad mexicana de geografía y estadística, la renueva y le da un nuevo espíritu y escribe poco de ahí en adelante, se conocen pocas cosas de él. Para 1875, cosa sorprendente, publica un estudio sobre los mormones, un estudio que le pide Guillermo Prieto, y dice: ¿y esos quiénes son? Para 1867, cuando Porfirio Díaz triunfa, lo nombra Ministro de Justicia. Para 1879, el 15 de junio, viudo, con poco dinero, con mucho prestigio y con más enemigos que dinero y prestigio, muere a las 10:30 de la mañana. Bueno ese es el personaje Ignacio Ramírez. Rafael Ocampo Sánchez5
Gracias por su presencia. Me toca en suerte platicar con ustedes sobre Sóstenes Rocha, quizás de los personajes que se han abordado hoy, el más juarista, pero también considerado por algunos el más sanguinario y más violento de los militares liberales. Dos de los mas importantes historiadores del liberalismo mexicano lo mencionan en sus obras: Daniel Cossio Villegas, no duda en calificarlo como el militar mas conspicuo del ejército liberal, mientras que Luis González y González, lo incluye en el grupo de los treinta hombres que decidieron el destino del país entre 1857 – 1876, y se refiere a él como el más profesional dentro del grupo militar.
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Egresado del programa de Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato (generación 2000–2005). Aspirante al grado de Licenciado en Historia, con el proyecto de tesis: “Florencio Antillón, génesis, ascenso y derrumbe de un caudillo guanajuatense” Es editor de “Tesauro” una gaceta informativa de la Dirección de Archivos y Fondos Históricos. Desde el año 2004, se desempeña profesionalmente como Asistente de la Dirección de Archivos y Fondos Históricos, de la Universidad de Guanajuato, donde ha ejercido funciones de administración, difusión, defensa del patrimonio bibliográfico documental.
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Sóstenes Rocha, nace el 31 de noviembre de 1831, en el Mineral de Marfil, hijo del Coronel Francisco Rocha y la señora Dolores Fernández, oriundos de Celaya, ciudad donde transcurre su infancia y realiza estudios de primeras letras, al término de las cuales ingresa al Colegio del Estado. En 1851, teniendo 20 años de edad es enviado al Colegio Militar de Chapultepec. Hacía 1856, antes como cadete militar del Colegio Militar y ya como teniente de esa misma institución, al igual que sus compañeros de generación, inicialmente combate a los rebeldes que sostenían el Plan de Ayutla, incluso en algún momento se menciona que apoya a su compañero, condiscípulo Miguel Miramón, cuando éste emprende acciones armadas. Más o menos hacía 1859 es cuando ya definitivamente se adhiere a las filas liberales y tiene alguna breve participación en episodios a las órdenes de Santos Degollado y Aureliano Rivera. Entre 1862 y 1863, en medio de la intervención francesa, Rocha es incorporado al ejército del centro bajo las órdenes de Comonfort. Participa en el sitio de Puebla, participa combatiendo con el batallón de zapadores, en la desastrosa batalla de San Lorenzo, cae prisionero, pero logra fugarse en el trayecto alrededor de la altura de Orizaba y se dirige a San Luis Potosí a reunirse con el presidente Juárez y el contingente que lo acompañaba. Juárez en recompensa a su valor en el sitio, lo asciende a coronel. Durante el segundo imperio y por recomendación del presidente Juárez, Rocha es incorporado al ejército del norte y puesto a las órdenes del General Escobedo. Toma parte decisiva en la resistencia activa de los estados del norte al imperio. En 1866 ocupa Monterrey y triunfa en la importante batalla de Santa Gertrudis en Tamaulipas. Un punto estratégico que posibilitó la toma de Matamoros, plaza de suma importancia para los liberales, para los republicanos, puesto que tenían acceso a la compra de materiales bélicos en Estados Unidos. Así con la batalla de Santa Gertrudis, se consolida la dominación republicana en el norte y se posibilita el avance hacia el centro. Al rendir su parte de la batalla de Santa Gertrudis, al presidente Juárez, el joven coronel Rocha deja en sus misivas ya al transcribir algunos rasgos de agresividad, que caracterizarían el resto de su carrera. Se lamenta de que los oficiales estén ordenando sobre la tropa cierta piedad con el enemigo, dice él: “por mi parte y para que, haciendo a un lado nuestros impulsos de piedad vengáramos a nuestros hermanos inmolados en aras de la patria, desearía que el supremo gobierno nos ordenara, pero de una manera precisa a los jefes militares, ser inflexibles con los enemigos de nuestra independencia y no hacer prisioneros en las batallas” es decir, ejecutarlos ahí mismo. Para esa época la relación del entonces coronel Rocha y el presidente Juárez, ya se veía estrecha, a juzgar por una carta remitida el 1º de diciembre de 1865, desde Chihuahua, agradeciéndole a don Benito, “todo lo que usted ha hecho por mi familia, muchas gracias señor y siga usted protegiéndola”. A continuación y dejando traslucir otra vez su singular carácter, le comenta con mucho entusiasmo: “he tenido la gran fortuna de acuchillar franceses y verlos correr vergonzosamente ante nuestros bravos soldados, -para concluir- le vuelve a encargar encarecidamente a su familia, ya que menciona, es lo único que me mortifica por acá”. Desliza sutilmente una petición muy personal, pero muy elegantemente le dice: “Señor, el supremo gobierno ha ascendido a muchos coroneles muchos más modernos que yo – esto es, de más reciente ingreso a las tropas-, no me olvide usted a mí en mi ascenso, que francamente no lo quiero por ambición, porque la desconozco, sino porque en las funciones que desempeño en este cuerpo de ejército conviene así para un mejor servicio, así podré tener más libertad para influir en las operaciones militares. Me atrevo a hacerle a usted esta indicación porque siento que he hecho lo posible, y lo haré siempre por ganar ese empleo”. Tal solicitud es prontamente respaldada por el General Escobedo, su jefe inmediato, en ese mismo año 1866, está petición de ascenso finalmente se vería cumplimentada en 1867, durante el sitio de Querétaro, cuando Sóstenes Rocha, obtiene
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el ascenso a General de Brigada, en recompensa por sus delicadas acciones que ejecuta en esta plaza. Retoma audaz –se las voy a mencionar, son dos básicamente-, retoma audazmente el cerro de San Gregorio una posición que fue desastrosamente abandonada por Antillón, el 1º de abril y recupera violentamente y muy estratégicamente la línea del Cimatario, la más importante del sitio, perdida por Ramón Corona el 27 de abril. Acción para la cual Ramón Escobedo con suma confianza en Rocha, puso bajo su mando a los prestigiados cuerpos de elite de las tropas republicanas, que eran cazadores de Galeana y el Batallón “Supremos Poderes”, que no a cualquiera se los confiaba, por ser los mejor pertrechados y los que tenían más habilidades técnicas. Durante la república restaurada, el General Rocha se convertiría –según la expresión de Luis González– en el principal apagador de insurrecciones. Esto es en el más firme e incondicional soporte militar del régimen juarista, a quien tocaría en suerte combatir violentamente, o ahogar en sangre –según la expresión de Luis Velasco-, todas las rebeliones de jefes y gobernadores inconformes que por todos lados comenzaron a surgir a raíz de las elecciones del presidente, surgen insurrecciones en Tamaulipas, en Jalisco, en la Noria, con los hermanos Díaz, en la Ciudadela y en el Distrito Federal, ciudad de México y Zacatecas. Servicios todos estos de apoyo al régimen que en su conjunto le valieron el ascenso ahora sí, de General de División. Para ilustrar a grandes rasgos el modus operandi y temperamento del General Rocha, así como el grado de confianza y dependencia que un desesperado presidente Juárez, desarrolló hacía él, se puede tomar el caso de la Ciudadela, el 1º de octubre de 1871, un pronunciamiento aparentemente menor, podría tomarse como un cuartelazo. Pero en el fondo revestía una suma gravedad, ya que una cosa era una sublevación en algún punto lejano de la república, y otra muy distinta que el presidente Juárez la tuviera, este cuartelazo, a unas cuadras de Palacio Nacional. Artemio del Valle Arizpe, en su obra el “Palacio Nacional”, recoge un testimonio, según el cual la tarde que el presidente Juárez ordenó a Rocha ponerse al frente del ataque a la Ciudadela, interrogó a éste: ¿en qué tiempo General podrá usted ocuparla? -le contesta Rocha-, “Señor, si se ha de economizar sangre, varios días; con derramamiento de sangre, hoy mismo”. Ante esta respuesta don Benito pensativo se puso a pasear por el salón sin proferir palabra, pero al cabo de cinco minutos, volvió a dirigirse a Rocha para decirle: “Tómela usted hoy General”. Rocha se retiro a disponer el cometido. Detuvo su caballo ante cierta dulcería y pastelería en la calle de Plateros y pidió que le llevarán dos botellas grandes de coñac, y ya que las tuvo, se metió una en uno de los bolsillos de su chaquetín, y a la otra con gran pericia, de un golpe le rompió el cuello en la cabeza de la silla de su caballo. Se embocó el gollote y de una sola borbotada se la despacho integra. Ya medio embriagado con esta competente ración, -continúa el testimonio- y en lo absoluto con la otra buena dosis que se bebió después, hizo barbaridad y media para reducir a los sublevados. La elocuencia narrativa de este testimonio se vería confirmada por la realidad, en su parte oficial el General Rocha, describe con lujo de detalle cómo en nueve horas quedó hecha polvo la sublevación, con un saldo de 70 heridos y ciento ochenta muertos por parte de los rebeldes, esto es, más muertos que heridos. Confirma con lo que entonces ya corría como un fuerte rumor entre la población, dice él en su informe: “Entre los sublevados que más se distinguieron por su obstinación, se encontraron tres oficiales y un ex teniente coronel, a quienes me fue preciso disponer se pasarán por las armas inmediatamente, por exigirlo así las circunstancias especiales de la situación, en cumplimiento de mi deber y para evitar mayores desgracias a la sociedad”. Aunque en su parte de guerra, el General aseguraba que sólo hubo cuatro fusilamientos, la prensa y los vecinos aseguraban que durante toda la noche del asalto y aún en la mañana siguiente, se escuchaban sin cesar descargas cerradas de fusilería.
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Este episodio provocó tal indignación entre la opinión pública contra el régimen, que fue precisa la comparecencia del General Mejía, Ministro de Guerra ante el Congreso. Así pues, tenemos que la razón de Estado Juarista, poseía un brazo armado, un auténtico militar de alta estrategia y reacción inmediata, al estilo -extrapolando obviamente de los actuales GERI, grupos de reacción inmediata- o en su caso, los marines de la armada norteamericana. Grupos de precisión, grupos de ataque muy precisos. Un aspecto más humano, así como la estima personal que profesaba Sóstenes Rocha, hacia el presidente, se revela en la nota de condolencia que le envía con motivo de la muerte de doña Margarita Maza, en enero de 1871, vemos como le expresa y cito: “Mi profunda pena por el tremendo golpe, que con la muerte de la señora, su esposa, ha sufrido usted, -y agrega- quiera el cielo enviar a su alma de usted, todos los consuelos que semejante circunstancia necesita. Yo elevo al Ser Supremo mis humildes, pero sinceros votos por la bienaventuranza del alma de la virtuosa compañera, que acaba de perder”. Vemos pues un aspecto humano de Sóstenes Rocha. Tras la muerte de Juárez en 1872, el General Rocha continúo prestando sus servicios bajo el gobierno de Lerdo de Tejada, a las órdenes del veterano Ministro de Guerra, Ignacio Mejía, quien puso bajo su mando el más importante contingente militar del país, la primera división con sede en la capital. Cosio Villegas afirma que en ese periodo, Rocha se había ganado ya el lugar de primera figura militar del país, sin embargo, en 1875 se le pide hacerse cargo de la campaña contra los cristeros, y algo inesperado sucedió, pues el 26 de febrero de ese mismo año, cuando Rocha se disponía a realizar una de sus espectaculares y consuetudinarios simulacros de guerra en los campos de Mixcoac, a los que convocaba a la prensa y al público en general asistir, se expande ese día una gran alarma por la capital, se enrarece el ambiente. El Ministro de Guerra se presenta al instante, y descubre en este lugar, la presencia de personas que habían militado en el imperio, y sin mayor explicación procede al arresto del General Rocha. Permanece todo en silencio, al cabo de una semana, no se sabe nada, hasta que el Diario Oficial comunica que: “Por motivos de buen servicio militar el gobierno ha dispuesto que Rocha vaya a situarse a Celaya, y Vicente Rivapalacio a San Juan del Río”. Orden que el primero acató sin reparos, mientras que el segundo Rivapalacio renuncia al ejército. Aunque la verdad nunca se supo, surgieron dos versiones, una: que durante el simulacro la primera división se manifestaría en contra del envío de su jefe a combatir al movimiento cristero. La segunda, la más grave, implicaba a Rocha como líder de un movimiento procatólico, descubierto por la inteligencia del Estado Lerdista, que actuaría bajo el denominado: “plan de la revolución soñada” y cuya autoría se atribuyó al General Rivapalacio. Llega la rebelión de Tuxtepec y la legalista en 1876, y Rocha despojado de todo mando, permanece inactivo en Celaya. Cosio Villegas se admira de que mientras el país se transforma nuevamente, en un río revuelto, Rocha no pesque en él, por lo que afirma: La caña de pescar –esto lo debemos de interpretar como el oportunismo– no era su arma predilecta. En octubre de 1876, más por temor que por recompensa, el agonizante régimen Lerdista, envía a Rocha a recorrer, Francia, Alemania y España para estudiar los progresos de la ciencia de la guerra. A través de sus memorias de viaje vemos a un hombre emotivo, que acude a diario a contemplar la tumba de Napoleón Bonaparte, en el Museo de Artillería de París, donde también se solaza por largas horas admirando la numerosa colección de banderas obtenidas por Francia en sus victorias, hasta que en una de esas salas –y esto lo apunta en su diario de viaje-, repentinamente sentí que el corazón se me saltaba en el pecho, que las lágrimas se agolpaban a mis ojos, una profunda impresión se apoderaba de mi alma, acababa de reconocer entre aquellas banderas la de mi batallón, la que perdimos en San Lorenzo, todavía manchada con la sangre del Coronel Rivera, hasta ese instante vine a conocer el amor a la patria y el amor de la bandera. Impulsos irresistibles me asaltaron de coger aquel glorioso lienzo y correr
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hasta mi alojamiento, llevándomelo. Desde entonces mi visita diaria obligada era la tumba del General Bonaparte y a la bandera de mi batallón. A su regreso a México en 1880, el presidente Manuel González, lo nombra Director del Colegio Militar, actividad que combina con el periodismo a través del Diario “El Combate”, fundado y dirigido por él mismo. Hombre combativo y controversial, Rocha promovió, reglamentó, codificó y participó en varios duelos de honor. Como duelista se enfrentó al ex General imperialista Antonio Gallón, a raíz de una disputa periodística surgida entre ambos en 1887, con motivo del vigésimo aniversario de la caída de Querétaro, en esa ocasión, con el duelo pactado a dos tiros de pistola, a una distancia de treinta pasos, hiere a su rival con la primera descarga y magnánimamente prefiere no causarle la muerte con una segunda, sino que se acerca a auxiliarlo y a tenderle la mano en son de paz. Posteriormente acudiría a visitarlo durante su convalecencia. También se desempeña como padrino de duelos, ese mismo año atestigua como el periodista Francisco Montes de Oca, su apadrinado, se bate a duelo con el Director del “Imparcial”, Rafael Reyes Spindola, del que resultó herido Montes de Oca, es decir su apadrinado. Como producto de su viaje y de la experiencia acumulada a lo largo de los años, Rocha se dedica a redactar varios manuales, códigos y libros de guerra de impresionante calidad militar y técnica, entre ellos destacan: “Estudio sobre la ciencia de la guerra”, “Memorándum del oficial mexicano en campaña”, “Exploraciones de la caballería en campaña”, “Enquiridión o manual para los sargentos y cabos del ejército” y tal vez el más conocido “Los Apuntes Históricos del sitio de Querétaro”. En junio de 1896, fue comisionado por el presidente Díaz para conducir la campana de la iglesia de Dolores a la ciudad de México, encargo que culminó exitosamente el primero de julio, siendo ésta la última de sus misiones, pues muere en la ciudad de México el 31 de marzo de 1897. Sus restos mortales descansan en la rotonda de los hombres ilustres, y en la ciudad de Guanajuato se honra su memoria con una estatua ecuestre, inaugurada en 1955, frente el Palacio de Gobierno del Estado. Tenemos pues a un hombre controversial, juarista, en todo momento. Todo depende de hacer una revisión de las fuentes, hay numerosas fuentes de las que se quieren sacar varias interpretaciones, sanguinario, liberal, buen militar, dependerá del cristal con que se mire. Muchas Gracias.
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4. Discursos acerca del Bicentenario del Nacimiento de Benito Juárez García
José de Jesús Morales Torres6
El siglo XIX constituye una de las épocas de mayor trascendencia en la vida política, social y económica de la República Mexicana. No fue suficiente la Independencia del país, lograda a base de tantas luchas violentas, era necesario consolidar el cambio de México. En un momento en que las circunstancias no eran idóneas para el país debido a las intensas luchas de principios del siglo XIX surge uno de los principales personajes de la historia de nuestra nación. Hablar de Don Benito Juárez García, es hablar de un personaje que contribuyó a la construcción no sólo del México moderno, sino de toda América. Inspirado por las ideas liberales de sus maestros, Juárez nos ha legado más de medio siglo de Historia y una serie de ideas e instituciones que perduran hasta nuestros días. El registro civil, como reconocimiento de identidad y constancia legal del estado civil de cada persona. La separación Iglesia–Estado, definiendo la soberanía del gobierno para la procuración del bien común y la competencia del clero en la evangelización del pueblo, así como su no interferencia en la cosa pública. La desamortización de los bienes del clero, convirtiéndoles en propiedades productivas del y para el pueblo. La educación obligatoria, laica y gratuita, respecto a lo cual citó: “Estudia y no serás cuando crecido, el juguete vulgar de las pasiones, ni el esclavo servil de los tiranos”. El fin de los fueros militares y eclesiásticos, contribuyendo a la consecución de la justicia y la igualdad. 6
Diputado de la LIX Legislatura del Congreso del Estado
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Los antecedentes del juicio de amparo, que se constituye como una figura de suma importancia y distintiva del derecho mexicano para la defensa de las garantías individuales. Las Leyes de Reforma y la Constitución de 1857, que declaraba la libertad de enseñanza, de imprenta, de industria, de comercio, de trabajo y de asociación. Se trata de un legado que en su tiempo marcó el fin de un régimen que lastimaba al país, y un nuevo comienzo para la patria, todo ello labrado al lado de grandes hombres como Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, Miguel Lerdo de Tejada y Guillermo Prieto, quienes también aportaron para la Historia de un México diferente. Don Benito Juárez fue, sin duda, un hombre de Estado que propugnó por el respeto a las leyes y las autoridades. Fue un hombre con visión que contribuyó a la construcción de un Estado de Derecho y que tuvo la capacidad de innovar para hacer el cambio de una nación. Su actuar como ciudadano fue ejemplar: jamás se ostentó con base en su popularidad ante el pueblo de México, siempre actuó con respeto irrestricto a la ley y a las autoridades. El Benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, político y jurista destacado, hombre de bien quien siempre sostuvo una incansable defensa de las libertades humanas, del respeto al derecho ajeno manifestado en el respeto a la dignidad de todos, de la igualdad y de la justicia, del orgullo de compartir sangre, origen y destino. A 200 años de su natalicio, honramos y recordamos hoy a Don Benito Juárez como el claro ejemplo de lo que México necesita: un hombre visionario, capaz de responder ante el compromiso de dirigir un país con hechos, con ideas, con conocimientos y con entrega. Un mexicano idealista que, como Juárez, anteponga los intereses de la nación para lograr un objetivo, el mismo objetivo que nos es común a todas las generaciones comprometidas con nuestra patria: el México que todos queremos ver.
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José Huerta Aboytes7
El grupo parlamentario del PRI por mi conducto, hace uso de la máxima tribuna del Estado, para sumarse al júbilo de los mexicanos ante uno de los acontecimientos cumbres de su historia: el bicentenario del nacimiento del héroe cuya verticalidad, lealtad, perseverancia y altura de miras le hicieron acreedor al nombre de benemérito de las américas. Al analizar la actuación de los grandes hombres, no debe destacarse solamente su obra; es preciso comprender su trascendencia. Muchos años han corrido desde que Juárez viviera y sus tesis son tan vigentes como entonces. Un hombre no trasciende a su tiempo por azar, sino por el talento con el que propone grandes transformaciones y por su habilidad e inteligencia para entender y proyectar la realidad hacia el futuro. Por más que algunos se empeñen en hacerla parecer como tal, la lucha de la generación juarista, no se reduce a una guerra religiosa. No fue contra normas y principios religiosos por los que Juárez luchó; fue por derribar un sistema injusto, perezoso y decadente, que se oponía a que México fuera un país independiente y soberano. Los guanajuatenses, como todos los mexicanos, recordamos hoy al héroe que al paso del tiempo, consolida aun mas, su presencia en nuestra vida, pues Juárez es ejemplo para el hombre, en su niñez; lo es también para la juventud y para la edad madura; como padre, como esposo, pero sobre todo como ciudadano. Por eso, el benemérito encarna el ideal del hombre patriota, pues sin dejar de cumplir con las obligaciones que todo hombre tiene, sin dejar de ser ciudadano del mundo, supo amar entrañable y racionalmente a su patria, a la que se entregó sin medida. En estos momentos de dura prueba, volver los ojos al patricio, nos hace reconfirmarnos en nuestra fe. Fe en la patria que él supo defender a cada día; fe en la enorme capacidad de nuestro mestizaje para enfrentar la adversidad; fe en poder derribar 7
Diputado de la LIX Legislatura del Congreso del Estado
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obstáculos en apariencia superiores a nuestra fuerza; fe en que bajo la inspiración de los principios rectores de su conducta, habremos de seguir por el camino de los hombres libres; fe en que el mexicano sabrá apegarse a una vida austera y de trabajo, apoyado en el ejemplo de su vida; fe en que jamás trocaremos, por ningún bien, la dignidad de la nación. Es lastimoso que a causa del encono y la ignorancia, los ciudadanos y los pueblos vuelvan a enfrentarse en guerras intestinas por cuestiones superadas en el decurso de la historia. Los estados deben recordar a los héroes que los hicieron posibles, en un acto permanente de refrendo a los principios y epopeyas sobre las que se fincan todas las patrias de la tierra. Por eso, los mexicanos recordamos a Juárez con singular aprecio, pues a doscientos años de su natalicio, Don Benito Juárez García representa la expresión máxima de las virtudes de nuestra mexicanidad. Emilio Castelar afirmó: “es imposible que haya existido un hombre mas firme en sus convicciones ni mas dispuesto a desafiar la adversidad”. México es un país donde los pobres son aún la mayoría que necesita del guía que le muestre el camino de la virtud, pues finalmente ella lleva a conquistar lo que se busca con ahínco. Por eso la pobreza nunca explicará que un pueblo abdique de su soberanía, y, ¡cuánta razón encierran estas palabras! Pues, ¿qué hubiera sido de México si Juárez hubiese evaluado en su tiempo la viabilidad de nuestro país por el dinero que tenia, si era tan pobre que necesitaba mandar zurcir uno de sus trajes mientras usaba el otro que tenia? ¿Qué hubiese sido de este país si los líderes del tiempo de la reforma hubieren pretextado, para actuar, falta de confianza de las fuerzas vivas de aquel tiempo? Ayer como hoy, la patria es objetivo de los tiranos, de los populistas, de los demagogos, de los neoliberales y de sus testaferros; pero hoy y siempre, el pueblo dará respuesta al desafió, sin mengua de nuestra dignidad como nación. Por eso, Benito Juárez, a doscientos años de distancia, continúa siendo la luz rectora del camino que habremos de recorrer para mantenernos como una nación independiente y soberana. Para Juárez hubiere sido muy fácil pactar con el invasor, y en su tiempo lo veían como el único camino. La figura del patricio alcanza entonces su majestuosa estatura y sin ejército y sin dinero, sin armas, sin ornar su figura con acarreos militares, severo y firme, apoyado en la legalidad y en el derecho de su pueblo a ser independiente, realizó la hazaña que asombró al mundo entero y que justifica la expresión de Víctor Hugo en su Carta a Juárez: “Usted ha hecho la guerra a montañazos“. Rafael de Zayas Enriquez, uno de sus biógrafos, condensa la significación del presidente titán, diciendo: “Juárez era la verdadera personificación de la resistencia a la intervención francesa y al imperio. Juárez no era en aquellos momentos un hombre, sino una causa; no era el presidente, sino la bandera; y la causa y la bandera estaban sobre todo y sobre todos en los instantes en que se resolvía el problema del ser o no ser de nuestra patria”. Juárez en su peregrinar, hizo un paréntesis histórico en nuestra tierra y la lealtad de sus hombres lo acompaño físicamente también, mas allá de los límites de nuestra geografía. Apreció tanto nuestra lealtad, sintió tan profundamente nuestra solidaridad republicana, que autorizo la creación de un ejército para el Estado de Guanajuato esa fue la mejor muestra de la confianza que tuvo en nuestra vocación libertaria. Juárez tuvo como obsesión dar a los mexicanos una patria, luchó por ello y con su éxito, por segunda vez, consumó nuestra independencia. El sufrimiento de Juárez, concluyó cuando su corazón amante inconmensurable de la patria, sucumbió después de haber consumado su obra social, política y económica. Juárez triunfó aun después de la muerte, porque su cuerpo depositado en su tumba del panteón de San Fernando, guardó sus restos, pero su espíritu vive perennemente en la conciencia y el corazón de cada mexicano que ame intensamente a su nación.
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Juárez nos enseñó que la única diferencia entre los seres humanos, será a causa de los valores que practican y que no hay pasión mas fecunda que el amor y entrega incondicional a la patria, y a este noble mestizaje que arranca de la conquista y perdura hasta nuestros días. Dos siglos después, es necesario hacer un alto en el camino, para ver hacia dónde va la patria y a dónde pretenden llevarla los ambiciosos que la consideran un botín. Todos debemos impulsar a México, por el camino de la justicia, la concordia y la libertad, que no distinguen raza, sexo, condición económica o preferencia ideológica. A doscientos años de distancia, cuando el país está necesitado de paz social y de la vigencia del estado de derecho, la moral juarista es el pilar fundamental sobre el que descansa nuestra carta política fundamental y señala caminos seguros a una patria urgida de rumbo cierto y patriótico.
Señoras y señores: En estos momentos en los que es urgente la suprema lealtad a México, recordemos todos en las propias palabras del patricio, su pensamiento, para que tengamos clara conciencia de su patriotismo y hagamos de él un ejemplo a seguir de todos los mexicanos: Juárez dijo: “señores: somos llamados a presenciar las angustias de la patria en los momentos terribles de su agonía; ella reclama nuestro socorro; hagamos los últimos esfuerzos y aun es tiempo de que la salvemos. Pero si por uno de esos designios incomprensibles, estuviere determinado que ella desaparezca de la lista de las naciones libres, trabajaremos de manera que al perecer bajo sus ruinas, dejemos a la posteridad gratos recuerdos que honren nuestra memoria”.
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5. Sección de archivo histórico y biblioteca “José Aguilar y Maya”
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5.1. Testimonios legislativos durante la estancia de Juárez en Guanajuato Felipe Guevara Luna8
La capital del Estado de Guanajuato fue uno de los sitios donde Juárez estableció la residencia del gobierno constitucional durante los meses de enero y febrero de 1858, una vez que fue puesto en libertad después de haber estado prisionero. De su breve estancia en Guanajuato, la Diputación Permanente del Congreso del Estado recibió comunicación tanto de su llegada como de los graves acontecimientos suscitados en la capital de la república, luego de que el 17 de diciembre de 1857 el Congreso de la Unión fuera disuelto a consecuencia del pronunciamiento del Plan de Tacubaya y el desconocimiento de la Constitución de 1857. La llegada de Juárez a la presidencia de la república tuvo como fundamento lo señalado por el artículo 78 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del año de 1857; en ella se establecía que al faltar el presidente de la República Mexicana de manera absoluta y mientras se presentaba el nuevo electo, entraría a ejercer el poder el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Durante este movimiento inestable en el país, el licenciado Benito Juárez desempeñaba ese cargo mediante la promulgación del decreto número 5027 de fecha 21 de noviembre de 1857, logrando así y por mandato constitucional, asumir la presidencia de la nación. Como resultado del anterior acontecimiento, los conservadores no acataron lo señalado por la Carta Magna y nombraron como Presidente a Félix María Zuloaga apoderándose de la capital, provocando que hubiera dos presidentes y que estallara la Guerra de Tres Años (1858-1861) o Guerra de Reforma, entre liberales y conservadores. Juárez tuvo que abandonar la capital de la república y trasladar su gobierno a Guanajuato y posteriormente a Guadalajara. Más adelante tuvo que salir del país por Manzanillo, pasó por Panamá para dirigirse a La Habana y a Nueva Orleáns, después regresó por Veracruz y allí instaló su gobierno, donde decretó una serie de leyes en las que radicaliza aún más su política liberal en perjuicio de sus adversarios, pues éstas muestran el propósito de limitar el ejercicio de la actividad eclesiástica solo al campo espiritual. Por medio de esas leyes denominadas “Leyes de Reforma”, establece la separación de la Iglesia y el Estado; se suprimen las corporaciones de los regulares masculinos y de los sacerdotes secularizados; se extinguen las cofradías y las archicofradías y todas las corporaciones religiosas; se clausuran los noviciados de los conventos, pero se conservan los antiguos con capitales y dotes; se expropian a favor de la Nación todos los bienes administrados por el clero regular y secular; la remuneración que hacen los fieles al sacerdote por concepto de la administración de los sacramentos, así como de los demás servicios religiosos, es materia de un convenio libre entre partes, y la autoridad civil no puede intervenir en ello. En este marco, queda separado el campo espiritual y religioso de la potestad civil del Estado Mexicano. En adelante, la Iglesia no debería tomar parte en los asuntos del Estado. Con lo anterior quedan establecidos los sucesos en el ámbito federal para dar paso a lo acontecido en Guanajuato. Ahora bien, la documentación depositada en el Archivo Histórico de este Congreso, refleja parte de lo sucedido durante la estancia de Juárez en la Capital del Estado: antes de su llegada del “Benemérito de las Américas” a Guanajuato, el quehacer legislativo local había sido interrumpido mediante un decreto promulgado por el Congreso en el mes de diciembre y, por circunstancias apremiantes en el mes de febrero, se reanudaron sus actividades. Entre las primeras disposiciones promulgadas por el Poder Legislativo en el Estado como resultado del movimiento suscitado en Tacubaya destacan:
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Auxiliar en el Archivo Histórico del Congreso del Estado de Guanajuato.
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El decreto aprobado por el pleno del Congreso y sancionado el 11 de diciembre de 1857 bajo el número 21, aludiendo que en la capital de la república había sido desconocida la Constitución Federal de 1857; que la inmensa mayoría de los estados de la nación la habían adoptado siempre y cuando ésta fuera legalmente reformada; y que el Estado consideraba una ignominia dar incumplimiento a este juramento, por lo tanto, con fundamento en lo anterior, se declara que el Estado de Guanajuato reasume su soberanía y desconoce a las autoridades que han secundado el plan proclamado en Tacubaya y a las que amenacen al mismo, además, que el propio estado protesta reconocer a los Supremos Poderes de la Unión tan pronto como se restablezca el orden constitucional y por último, se faculta ampliamente al C. Manuel Doblado, Jefe Supremo del Estado, para que dicte cuantas medidas estime oportunas a fin de hacer frente a la revolución. Otra de las acciones importantes que tomo el Congreso local fue la suspensión de la actividad legislativa, al promulgar el decreto número 23 de fecha 23 de diciembre de 1857 donde se determina que mientas prevalezcan las circunstancias políticas en que se encuentra la nación mexicana, y para que la acción del Ejecutivo sea más expedita, el Congreso del Estado suspende sus sesiones, dejando nombrada una Diputación Permanente que tendrá como facultad, entre otras tantas, la de convocar al Congreso a continuar con sus sesiones cuando a su juicio hayan cesado las circunstancias excepcionales en que se encuentra el país y teniendo como una de sus funciones, admitir los proyectos de ley que se presenten. Durante este intervalo de inactividad legislativa, los diputados continuaron reuniéndose como Diputación Permanente y tratando asuntos concernientes a las comunicaciones recibidas tanto del Supremo Gobierno del Estado, de las Corporaciones (Congresos Estatales), de funcionarios públicos, así como solicitudes para la glosa de cuentas y el nombramiento del Gobernador Interino en el Estado. Los primeros documentos que narran lo acontecido durante el periodo del mes de enero y febrero de 1858 son las actas se sesiones y los decretos aprobados por el Congreso. La primera de las actas más relevantes es la que hace referencia a la sesión celebrada el 5 de enero de 1857 por el Congreso del Estado. En ella se indica que fue recibida diversa correspondencia relativa en su mayoría, a comunicados de otras legislaturas donde remiten decretos expedidos con motivo del movimiento en Tacubaya, exhortando al Congreso Local a secundarlo. Otro más fue enviado por los señores secretarios del Honorable Congreso de Zacatecas, cuyo dictamen se turnó por la comisión que trato lo concerniente a los documentos de la asonada de Zuloaga, en que constan las protestas de aquel estado por mantener el orden constitucional, además de desconocer a las autoridades que emanen de la misma causa y protestando también coligarse con los estados que se encuentren en igual sentido por el sostén de las mismas instituciones. Asimismo, el Congreso del Estado de Querétaro solicita al de Guanajuato, se adhiera al manifiesto que ha enviado al Congreso Nacional en el que se pide declarar traidor de la nación al ex-presidente de la República, Don Ignacio Comonfort. Como respuesta a estos primeros escritos, el Congreso local manifiesta que han recibido con satisfacción y cuestiona a estas legislaturas si han dictado las providencias conducentes para oponerse a la asonada que tuvo lugar en la Villa de Tacubaya el 17 de diciembre de 1857. Al último de los escritos la Legislatura local manifiesta su reserva para darse cuenta de él al Honorable Congreso, tan luego como continué en el ejercicio de sus funciones. Continuando con el mismo orden de ideas, el segundo documento trascendente es una acta de sesiones celebrada el 16 de enero, en ella se manifiesta la designación del señor licenciado Don Nicanor Herrera como comisionado por el Estado de Guanajuato, para tratar con el Excelentísimo Señor General en Jefe Don Anastasio Parrodi, lo relativo a la negociación de la situación actual. Un punto más que se trató durante la celebración de esta sesión fue lo referente a la designación del Gobernador Interino del Estado quien supliría las faltas temporales del Gobernador, ordenándose el
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escrutinio secreto entre los diputados presentes. De esta elección resultaron nueve votos para el Señor Rodríguez y un voto para el Señor Linares, quedando electo para tal cargo, el ciudadano Licenciado Don Francisco de P. Rodríguez quien supliría durante la separación del gobierno al Excelentísimo Señor Licenciado Don Manuel Doblado para hacer frente a la revolución que estalló en la ciudad de México, ya que éste fue nombrado Segundo General en Jefe de las fuerzas que han de obrar sobre los revolucionarios. Mas adelante, en sesión celebrada el 25 de enero de ese mismo año se expresa la inquietud de parte de los diputados para que continúen los trabajos ordinarios, ya que a su juicio han cesado los motivos que determinaron ese receso. Es por ello que se emite un dictamen que es puesto a consideración del pleno, teniendo como resultando la aprobación del mismo y publicándose posteriormente mediante el decreto de fecha 25 de enero de 1858 que manifiesta que debido a la carencia de facultades otorgadas al Ejecutivo Interino del Estado que permitan su adecuado desenvolvimiento, ya que no tiene demarcadas sus atribuciones ordinarias que le competen para el ejercicio de sus funciones, se convoca al H. Congreso para que continúen sus trabajos estableciéndose el día 1° del mes de febrero como fecha para la celebración de dicha reunión. Una noticia de suma importancia fue recibida con satisfacción por el Congreso del Estado mediante un oficio leído en la sesión celebrada el 28 de enero de 1858. En esta reunión se da vista de la correspondencia proveniente del Excelentísimo Señor Ministro de Gobernación mencionando que “[...] el 19 del corriente, se ha instalado en esta capital el gobierno Constitucional de la República, quedando así restablecido el centro de unidad nacional que destruyó el Plan de Tacubaya. Participa tan importante suceso a la Honorable Legislatura de este Estado acompañándole ejemplares del manifiesto que el Excelentísimo Señor Presidente acaba de dar, en el que están consignados los principios de libertad y de justicia que se propone seguir en el periodo de su administración; no dudando del patriotismo de la misma Honorable Asamblea en cooperación para salvar la patria de la presente crisis y colocarla en el camino de la prosperidad”.9 Posterior al conocimiento de este comunicado, las sesiones del Congreso fueron reanudadas, pronunciándose y dando contestación en sesiones futuras de las demandas y asuntos que habían permanecido en espera de contestación por estar instituido el Congreso en Diputación Permanente. Hay muchos puntos importantes que fueron tratados a partir de la continuación de los trabajos legislativos y de la noticia que el Presidente Juárez declaró provisionalmente a la ciudad de Guanajuato como capital de la República. Uno de estos temas fue lo relativo a la designación de los representantes de la Diputación de Guanajuato, quedando nombrados para ello al Señor Juan Ortiz Careaga como Presidente, como diputados Secretarios a los señores Benito Herrera y Miguel T. Barrón. Otros aspectos importantes lo constituyeron las discusiones a los artículos 114, 115, 116, 117, 118 119 y 120 del proyecto de Constitución Política del Estado de Guanajuato. Consecuentemente, en sesión celebrada el 9 de febrero de ese mismo año se da vista de la correspondencia recibida por esta Honorable Diputación y se transcribe un oficio enviado por el Ministerio de Justicia donde se comunica “[...] el nombramiento que ha hecho el Ecsmo. Señor Presidente para escribiente provisional del mismo Ministerio, en el Ciudadano Felipe Quesada, esperando S. E. se le conserve la plaza que obtiene en la Secretaría de esta Honorable Legislatura y que le de su permiso para que pueda servir dicho empleo; haciendo igual recomendación el Ecsmo. Señor Gobernador del Estado”.10 En sesiones sucesivas que comprenden hasta el día 5 de marzo de 1858, se continuaron con los trabajos legislativos sin existir comunicado alguno que mencionara la etapa en que concluyó la permanencia de la Presidencia de la República de la Capital del Estado. Entre los últimos puntos que se debatieron durante este periodo destaca: el 9
Archivo Histórico del Congreso del Estado de Guanajuato. Fondo: Poder Legislativo, Sección: Actas de Sesiones. Colocación: 100.1-36 V1E5.430. 10 Idem.
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dictamen para aprobar la Ley para juzgar a los ladrones, incendiarios y homicidas en el Estado. Existe una repentina interrupción de los trabajos legislativos en el Congreso Estatal a partir de la última sesión celebrada el día 5 de marzo de ese mismo año; y para comprender la causa de la misma, es preciso mencionar la existencia de la publicación del decreto número 29, remitido al Ejecutivo del Estado con fecha de aprobación del 22 de febrero de 1858. En él se manifiesta lo siguiente: “[...] Excmo. Sr.- Tenemos el Honor de acompañar a V. E. el decreto que bajo el número 29 acaba de expedir el H. Congreso; manifestando por su acuerdo, que a dicho decreto no le de V. E. la publicidad que corresponde, hasta entre tanto no se encuentre absolutamente seguro que las fuerzas enemigas invadan esta capital...”11. En la parte final del decreto se plasma el siguiente texto: “[...] Y habiendo llegado las circunstancias a que se refiere la anterior comunicación, y que el repetido H. Congreso pone como condición para la publicación del decreto, mando que este se imprima, publique y circule y se le de el debido cumplimiento. Dado en Guanajuato en el Palacio del Gobierno a 10 de marzo de 1858...”12 Con lo anterior, se inicia una etapa de inestabilidad en el Estado entre las fuerzas armadas defensoras del Plan de Tacubaya y las de los Estados coligados. En Guanajuato se registra el 10 de marzo de 1858, una batalla en Salamanca donde son vencidas las tropas que integraban los estados coligados y el 11 del mismo mes y año “[...] entran a la capital los Generales vencedores Osollo, Miramón y Liceaga y son recibidos con frenético entusiasmo”13. Los anteriores acontecimientos se encuentran registrados en el acervo documental del Archivo Histórico de este Congreso. Es por ello que en esta edición de Apuntes Legislativos, se muestran algunas imágenes tanto de las actas de sesiones, como de los decretos de ámbito federal que fueron publicados durante esta etapa de inestabilidad tanto en la Capital de la República, como en el resto de los Estados integrantes de la Federación.
FONDO: Poder Legislativo SECCIÓN: Actas de Sesiones del Congreso del Estado COLOCACIÓN: 100.1-36 V1E5.430 Libro de actas del Honorable Congreso y Excelentísima Diputación Permanente del Estado Libre y Soberano de Guanajuato desde el año de 1857. Primera foja del acta de sesiones de fecha 28 de enero de 1858.
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Archivo Histórico del Congreso del Estado. Fondo: Poder Legislativo, Sección: Decretos Aprobados por el Pleno. Colocación: 100.3-19 E3V1.397 Idem. 13 Ibidem. 12
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DESCRIPCIÓN: Segunda foja del acta de sesiones de fecha 28 de enero de 1858, en donde se plasma la transcripción de la correspondencia recibida por el pleno de la Excelentísima Diputación Permanente, la cual manifiesta el comunicado que ha recibido de parte del Excelestísimo Señor Ministro de Gobernación donde comunica que desde el 19 de enero de ese año, se ha instalado en la Capital del Estado, el Gobierno Constitucional de la República a cargo del Lic. Benito Juárez.
FONDO: Poder Legislativo SECCIÓN: Actas de Sesiones del Congreso del Estado COLOCACIÓN: 100.1-36 V1E5.430 Libro de actas del Honorable Congreso y Excelentísima Diputación Permanente del Estado Libre y Soberano de Guanajuato desde el año de 1857. Primera foja del acta de sesiones de fecha 9 de febrero de 1858.
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DESCRIPCIÓN: Segunda foja corresponde al acta de sesiones de fecha 9 de febrero de 1858, donde se manifiesta la transcripción de la correspondencia recibida por el pleno de la Excelentísima Diputación Permanente, notificándose la recepción de un escrito a cargo del Ministerio de Justicia en el que se comunica la designación que ha hecho el Excelentísimo Señor Presidente del C. Felipe Quezada como escribiente provisional de dicho Ministerio, quién tiene su plaza en la secretaría de este Congreso.
FONDO: Colecciones Especiales SECCIÓN: Colección Dublán y Lozano COLOCACIÓN: 200.8-8 V3E1.1306 DESCRIPCIÓN: Legislación Mexicana de las Disposiciones Legislativas expedidas desde la independencia de la República, Edición Oficial, Tomo N° VIII, México, Imprenta del Comercio, 1877. Mediante el decreto N° 5027, Ignacio Comonfort hace del conocimiento el nombramiento como Presidente y Magistrado de la Suprema Corte de Justicia al Lic. Benito Juárez García.
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FONDO: Colecciones Especiales SECCIÓN: Colección Dublán y Lozano COLOCACIÓN: 200.8-8 V3E1.1306 DESCRIPCIÓN: Legislación Mexicana de las Disposiciones Legislativas expedidas desde la independencia de la República, Edición Oficial, Tomo N° VIII, México, Imprenta del Comercio, 1877. Mediante el decreto N° 5032, se declaran nulos los actos y de ningún valor ni efecto, los realizados por los revolucionarios desde el día 17 de diciembre de 1857.
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5.2. Benito Juárez en textos Gloria del Carmen Hernández Morales14
Este número especial de Apuntes Legislativos, tiene como marco principal el Bicentenario del Natalicio del Benemérito de las Américas, don Benito Juaréz García, para lo cual nos permitimos hacer una modesta reseña de los hechos más relevantes de uno de los hombres más importantes de nuestra historia nacional de los últimos siglos. Benito Juárez, de origen indígena, nació en el pueblo de San Pablo Guelatao, Oaxaca, en 1806. Su primera lengua fue el zapoteco; posteriormente, mediante su asistencia a la escuela, aprendió el idioma español. Más tarde, en la capital del estado, estudió Derecho en el Instituto de Ciencias y Artes. Fue electo regidor del Ayuntamiento de Oaxaca en el año de 1831 y diputado local en 1833. Dedicó mucho esfuerzo a trabajar por la defensa de las comunidades indígenas y a favor de los más necesitados. En 1847 se convirtió en gobernador del Estado de Oaxaca y contribuyó a beneficiar a la población de la siguiente manera: invirtió en obras para beneficio público (caminos), mejoró el Palacio de Gobierno, fundó escuelas, levantó una carta geográfica y un plano de la cuidad de Oaxaca, entre muchas otras labores. Al caer Santa Anna y asumir la presidencia de la República Juan Álvarez, Benito Juárez fue nombrado Ministro de Justicia (1855). En esa época, expidió la Ley sobre Administración de Justicia Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios, en la cual se abolían los privilegios que tenían los militares y el clero por encima del pueblo. En 1857, promulgó la Constitución de Oaxaca y fue elegido presidente de la Suprema Corte de Justicia durante el gobierno de Ignacio Comonfort. En 1859, expidió las Leyes de Reforma, donde se declaraba la independencia del Estado respecto de la Iglesia, la ley del matrimonio civil y registro; la ley aplicable a panteones y cementerios, y el traspaso de los bienes de la Iglesia a la nación. En 1861, al término de la Guerra de Reforma, fue electo presidente de México. Juárez dedicó todos sus esfuerzos a velar por el bienestar del país: impulsó la economía y se interesó por leyes que impartieran justicia debidamente. Trabajó interesado en el bien común y su mayor enseñanza es la que dejó con su ejemplo al realizar acciones que siempre se encaminaron al bienestar social fundamentado en los valores. Por todo eso, Juárez fue llamado "Benemérito de las Américas". Igualmente, en un famoso discurso, dejó como legado para las futuras generaciones la siguiente frase: "… el respeto al derecho ajeno es la paz", para que todos entendamos que, así como él respetó a todas las comunidades indígenas, las diferencias de pensamiento, los derechos de todo ser humano y la dignidad, todas las personas debemos seguir su ejemplo de acto y de palabra, para vivir en una sociedad basada en valores y en el bien común. En este marco la Biblioteca cuenta con 6 ejemplares sobre esta temática; el primero de ellos es de la Secretaría del Patrimonio Nacional titulado, Benito Juárez Documentos, Discursos y Correspondencias, es una edición de 1966, contiene un total de 651 documentos entre los cuales destacan las oposiciones de varios países a una Monarquía Mexicana como la de chile entre otros, la autorización a Prim para proceder enérgicamente frente al gobierno de Juárez, el ofrecimiento de Comonfort de sus servicios frente a la invasión extranjera, el plan para derrocar a Juárez, una certera síntesis de Juárez respecto al panorama de esos días, el deseo de Guatemala para anexarse a la Monarquía Mexicana, la disolución de la Triple Alianza, el decreto por el cual el gobierno mexicano da la instrucción para rechazar la invasión francesa, un manifiesto del Presidente Juárez llamando a la defensa de la Independencia Nacional frente a la Intervención Francesa, la decisión de Napoleón III de llevar a Maximiliano al 14
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trono de México, un agradecimiento de Carlota a Eugenia su participación en los asuntos de México, la decisión de Gran Bretaña de no intervenir en asuntos internos de México, la ocupación de los franceses de Orizaba, entre otros documentos. El segundo material es de Tulio Hernández y se llama El otro Juárez: Un político combatiente; este libro tiene un novedoso enfoque pues tiene una “preocupación muy marcada por combatir la mitificación y la fría retórica con que se ha revestido el culto al forjador de la reforma y defensor de la república” menciona la complejidad de las relaciones humanas que le tocaron vivir y a las que debió enfrentarse para surgir como triunfador, a merced de su inteligencia, fortaleza, habilidades y capacidades para entender la naturaleza humana. En síntesis “el otro Juárez” es un político en la más amplia acepción de la palabra; el hombre dedicado por completo a luchar con otros hombres por alcanzar el poder y ejercerlo con eficacia aplicando sus ideas. El tercer ejemplar es un libro de Edgar Robledo Santiago llamado Ideario Juarista, es una edición de 1972, es un nutrido y bien hecho estudio de Juárez como un indígena esclarecido, como un hermano generoso, estudiante ávido, hombre humilde, ciudadano ejemplar, maestro de la verdad, patriota creador, benemérito del mundo, político de la concordia, como defensor de nuestros principios, reformador, visionario del porvenir de México entre muchas otras cualidades y habilidades. El cuarto lleva por título Benito Juárez, Apuntes para mis Hijos 1806-1857, es un libro ameno donde se traslucen con toda nitidez los rasgos característicos de la personalidad de don Benito Juárez y tiene como objetivo contribuir a mejorar el conocimiento de sus elevadas virtudes personales, y de su extraordinaria obra política de consolidación republicana y de afirmación definitiva de la soberanía y la Independencia Nacional. El quinto se titula Benito Juárez Cien Años a... Es una edición del consejo Editorial del Gobierno de Tabasco, es un discurso pronunciado el 21 de Marzo de 1906 en el Acto de Homenaje al Descubrirse la estatua de Benito Juárez en el parque a su nombre. Por último presentamos la Enciclopedia Espasa Calpe, edición 1926, en dónde en el tomo 28 encontramos una interesante y completa biografía.
Secretaria del Patrimonio Benito Juárez. Documentos, discursos y correspondencia Secretaría del Patrimonio-México: SPN, 1966 933 Pág. [No. Eje.] 1 (Historia)
Hernández, Tulio El Otro Juárez Tulio Hernández-México: Bibliófilio Oaxaqueños, 1974 280 Pág. [No. Eje] 1 (Historia, Biografías)
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Robledo Santiago, Edgar Ideario Juarista Edgar Robledo Santiago-México: FSTSE, 1972 202 Pág [No. Eje] 1 (Historia, Biografía)
Juárez García, Benito Apuntes para mis hijos Benito Juárez García-México: CNCCFDBJ, 1972 76 Pág. [No. Eje] 1 (Historia, Relato)
Gobierno del Estado de Tabasco Benito Juárez. Cien Años ha… Benito Juárez- México CEGET. 1979 18 Pág. [No. Eje] 1 (Historia, Discurso)
Hijos de Espasa-Calpe Enciclopedia Universal Ilustrada EuropeoAmericana/Hijos de Espasa CalpeBarcelona, España: Hijos de Espasa Calpe Editores, 1929 3047, 348 pp [No. Eje] 1 (Enciclopedia)
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