De Bolivia a Buenos Aires El vestuario intervenido por

sino de encuentros premeditados, agresivos, destructivos. La pieza de Rainer Werner. Fassbinder aparece en la puesta de. Matías Marmorato como una come-.
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Espectáculos

Viernes 27 de noviembre de 2009

LA NACION/Página 7

TEATRO Entrevista con el director Percy Jiménez

De Bolivia a Buenos Aires Mañana estrena Mis muy privados festivales mesiánicos, en el Espacio Callejón Percy Jiménez llegó de Bolivia en cía en Bolivia. De hecho la idea de 2002 con la idea de permanecer en ir a la Argentina era profundizar mi Buenos Aires tan sólo un año; el ob- formación y ampliar la mirada para jetivo era estudiar dramaturgia con volcar todo eso en el teatro boliviaMauricio Kartun y puesta en escena no”, sigue este director que continúa con Rubén Szuchmacher. Pero algo produciendo en paralelo. Justamente pasó que este director boliviano cam- mañana, a las 20.30, estrenará en el bió de planes y se quedó siete años. Espacio Callejón Mis muy privados “La verdad es que me he festivales mesiánicos, obra dedicado al teatro por cierde la alemana Felicia Zeller PARA AGENDAR que empezó con destino de ta cosa de lo humano, por Mis muy semimontado pero que dio el trabajo con el otro y eso privados el salto y llega a puesta comaquí en Buenos Aires emfestivales pleta. Y el mismo texto, pero pezó a funcionar tan bien mesiánicos, con un elenco paceño, subique me atrapó”, cuenta Jide Felicia ménez –en conversación rá a escena el próximo mes Zeller. telefónica con LA NACION– de enero en Bolivia. E. Callejón, desde La Paz, ciudad a la Esta traslación del trabaHumahuaca que volvió hace casi un año jo responde a cierta idea so3759. Desde convocado por el gobierno bre “textos que migran” un mañana, viernes, sábados proyecto que pensó junto a municipal para organizar y domingos, a un festival de teatro que la actriz Tatiana Sandoval las 20.30. Encelebre su Bicentenario. (quien forma parte del elentrada: $ 30 El festival fue un éxito y el co argentino junto con Carolina Balbi, Gonzalo Marenvión de la vuelta lo dejó tínez y Marigela Ginard) y bien plantado en su país a tal punto que está dando clases de que pone el foco en las circunstandramaturgia y pergeñando un la- cias que hacen que una misma obra boratorio de investigación teatral mute de un lugar a otro. junto a otros colegas. “La realidad de que somos dos cul“Siempre pensé en volver; durante turas tremendamente distintas, en la todo el tiempo que estuve trabajan- que en una predomina el realismo y do en Buenos Aires, también lo ha- en la otra un gran simbolismo; eso

vuelve muy fértil cualquier tipo de encuentro teatral ya que la retroalimentación es enorme”. Con un bagaje enorme de trabajo realizado (participó de diez puestas) y del aprendizaje que vino a buscar a la Argentina, Jiménez reconoce que volvió a su país no sólo por el teatro sino por querer ser partícipe de un instante político revelador. “Bolivia está atravesando un período de cambio muy grande, es un buen momento para repensar nuestra bolivianidad, y desde el teatro la reflexión puede resultar muy útil”. Y útil también espera que sea su nueva mirada, lo que tiene para aportar a la escena teatral de su país, una que durante muchos años tuvo como casi exclusiva referencia la que daba César Brie desde su Teatro de los Andes, donde Jiménez se formó y desde donde ideó su propio proyecto, el Teatro Duende. Allí estuvo teatreando durante ocho años, hasta que se dio cuenta que estaba comenzando a repetirse, por lo que decidió que había llegado el momento de salir a buscar nuevas cosas. Precisamente aquí empieza esta historia, una bastante circular.

Verónica Pagés

Jiménez, a pesar de haberse vuelto a su tierra, sigue trabajando en Buenos Aires

El vestuario intervenido por tres actores Juan Pablo Gómez desarrolla su obra en un ambiente pequeño de un club de barrio, con magníficas actuaciones y un buen montaje Muy buena ((((

Un hueco. Dramaturgia y dirección: Juan Pablo Gómez. Intérpretes: Patricio Aramburu, Nahuel Cano y Alejandro Hener. Iluminación: José Pigu Gómez y Carolina Rolandi. Producción: Luciana Zylberberg. Asistencia de dirección: Natalia Gutiérrez. Sábados, a las 22; y domingos, a las 20, en el Club Estrella de Maldonado, Juan B. Justo 1439. Capacidad limitada (reservas: 155 708 5927).

El Estrella de Maldonado es de esos pocos clubes de barrio que aún quedan. Domingo, pasadas las 19, se juega allí un torneo de hockey y, mientras las jugadoras tratan de contraponerles energía a sus nervios, los padres y parientes van y vienen. El lugar tiene ese aspecto tan especial... Se respira a familia, a un ámbito casi íntimo donde se tiene la sensación de que todos se conocen. Algo así como sabor a pueblo (aunque sea en pleno

Palermo “de moda”). Tal vez por eso, el director Juan Pablo Gómez y su equipo intervinieron el piso de arriba, más concretamente el vestuario masculino del club. Era el ámbito ideal para su propuesta. Ya en el sector “visitante” de ese lugar de sudor acumulado, el espectador se ve envuelto en un olor tan rico como desagradable. Irremediablemente remite a velatorio. Es que proviene de las flores de la corona que descansa en una de las esquinas del lugar. En la otra, hay una mesita con café y sandwichitos. Entonces, uno se queda allí, sentadito, como velando a alguien que no conoce y esperando a que lo dejen pasar al vestuario para sentarse en unas gradas y volverse invisible para poder espiar a tres personas. Ellos están “atrincherados”, como dice el programa de mano. Son refugiados del velatorio de un amigo de la barra. Allí están escondidos para desnudar sus personalidades, con-

Sofía Gala Castiglione y Juan Pablo Mirabelli en trabajos sensibles

Nahuel Cano, Patricio Aramburu y Alejandro Hener, espléndidos

frontarlas y, a su vez, hermanarlas. Es que en el vínculo entre estos tres amigos de la infancia reside el nudo de esta dramaturgia sencilla, sostenida principalmente por un grupo de actores espléndidos y una precisa batuta que los dirigió.

Fiesta de premios en el Rojas Elena Roger y Luis Garay, ganadores

Un Fassbinder ingenuo y en tono de comedia Cruce de elementos que no llegan a provocar Regular ((

Gotas que caen sobre rocas calientes. Autor: Rainer Werner Fassbinder. Adaptación: Matías Marmorato. Intérpretes: Sofía Gala Castiglione, Virginia Garófalo, Juan Pablo Mirabelli, Daniel Toppino. Realización de arte: Dino Balanzino. Operación técnica: Adriana Antonutti. Producción ejecutiva: César Carozza. Dirección: Matías Marmorato. En Teatro Del Nudo (Corrientes 1551). Viernes y sábados a las 22.45. Duración: 60 minutos..

Personajes devastados que reclaman afecto pero se regodean con sus propios egoísmos. Seres marginales que encuentran en el sexo una posibilidad de encuentro y también de destrucción. Una sucesión de escenas que expone una relación homosexual, marcada por un dominador y un dominado, que acabará resultando un patético juego en el que, la ex amante del hombre mayor y la ex novia del joven, comenzarán a interferir para que nada de lo que sucedía entre ellos se convierta en una realidad palpable. Siempre algo puede desestabilizarse más y más. Y no es sólo una cuestión de desencuentros, sino de encuentros premeditados, agresivos, destructivos. La pieza de Rainer Werner Fassbinder aparece en la puesta de

Matías Marmorato como una comedia ligera, en la que una sucesión de aparentes equívocos van dando forma a un mundo que provoca risa por lo desgastado que está. La lectura podría ser posible si la opinión del director fuera contundente. Si construyera personajes lo suficientemente enteros como para que su mirada posibilitara una reflexión. Si cada una de las situaciones que esos personajes transitan encontraran en el drama esa razón que los motivara, realmente, a tener un desarrollo efectivo, coherente y provocador ante la platea. En esta experiencia se cruzan elementos del realismo con el comic, el varieté y algo del gran guiñol, en un cruce que no termina de encontrar un camino seguro. Los intérpretes se mueven con inseguridad, mucha marcación del director les imposibilita dejar escapar un poco de sus verdaderas sensibilidades, algo que sobre todo dos actores demuestran que pueden desarrollar: Sofía Gala Castiglione y Juan Pablo Mirabelli. Es cierto que esta historia de Fassbinder, en 2009, resulta algo ingenua. Por eso se hace necesario reelaborar ese valor ingenuo, porque eso podría confrontar épocas históricas, estéticas diferentes, y promover un pensamiento al respecto.

Carlos Pacheco

El Centro Cultural Ricardo Rojas, cumpliendo ya casi una rutina establecida hace 12 años, entregó los Premios Teatro del Mundo, galardón que intenta conectar a la actividad argentina con la escena internacional. El jurado compuesto por 50 críticos e investigadores destacó a una amplio abanico de propuestas que incluyó desde trabajos gestados en la escena comercial hasta puestas generadas en la escena alternativa y oficial. Fiel a esa línea de mixtura, fue premiado Alfredo Ramos, por la dirección de Los desórdenes de la carne; Mauricio Kartun, por su obra Ala de criados; Villanueva Cosse y Nicolás Costa, por el trabajo de adaptación de Marat-Sade; Luis Garay, por su coreografía Maneries; Elena Roger, por su labor protagónica en Piaf; Emiliano Dionisi, por su interpretación

ALE DEL CASTELLO

Elena Roger, ganadora por Piaf

en De hombre a hombre, y Sebastián Mogordoy, por su actuación en Amor a tiros y Los rocabilis. Como mejor obra internacional el jurado reparó en el espectáculo ruso Circo en hilos, que se presentó en el Festival Internacional de Títeres del Sur. Durante la entrega, el Premio Homenaje fue para el desaparecido escenógrafo Gastón Breyer y el Trayectoria fue para el actor Max Berliner.

El eje de todo lo que allí ocurre está en la piel de Alejandro Hener, Patricio Aramburu y Nahuel Cano, quienes demuestran una conexión perfecta que logra momentos de gran intensidad. Con actitudes, consiguen trazar una radiografía de tres muchachos comunes

de pueblo, cuya insatisfacción trata de simularse con lo cotidiano o la hipotética paz parece fundirse con un aburrimiento que cercena y tortura. Entonces, ellos confrontan la aparente pureza con la supuesta “pacatería”. Sienten a su pueblito como un micromundo del que es difícil escapar y, a su vez, el nicho ecológico que necesitan para sobrevivir. Defienden y cuestionan. A su vez, en aquel vestuario es donde lo masculino puede desmenuzarse hasta lo íntimo, hasta lograr que el espectador sienta que está espiando por el ojo de la cerradura. Otra obra más de actores, en la que una buena idea está contada en forma sencilla, pero muy efectiva, y dirigida por el ojo agudo y sensible de Juan Pablo Gómez. A su vez, aprovecha el espacio elegido, en apariencia incómodo, pero efectivo.

Pablo Gorlero