Consejos para el cultivo de semillas de marihuana autoflorecinentes

Consejos para el cultivo de semillas de marihuana autoflorecinentes: fotoperiodo, germinación y macetas. El cultivo de plantas de cannabis autoflorecientes ha ...
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Consejos para el cultivo de semillas de marihuana autoflorecinentes: fotoperiodo, germinación y macetas.

El cultivo de plantas de cannabis autoflorecientes ha sufrido un auge espectacular y las ventas de semillas de este tipo de variedades ya suponen más del 30% del total de la compra de semillas de marihuana que se realizan en nuestro growshop de Galicia. La mejora en cruces y las selecciones genéticas realizadas en los últimos años permiten la creación de nuevas variedades de semillas de marihuana autoflorecientes con cualidades organolépticas mejoradas así como de mayor tamaño, producción y psicoactividad. Otra de sus ventajas es que, en exterior, pueden plantarse mientras que no haya heladas o en una ventana durante todo el año, sin que se vean afectadas por el fotoperiodo; cualquier persona puede cultivar este tipo de plantas fácilmente sin tener que preocuparse de montar un cultivo de interior o de mantenerlas a oscuras durante la noche. Lo más recomendable es sembrarlas entre abril y octubre, porque durante el invierno la producción es mucho menor que en otras estaciones. Los mejores resultados se darán al cultivarlas entre mayo y agosto; ya que durante estos meses, al ser los días más largos, las plantas reciben un mayor aporte de luz solar, crecen mucho más y generan cogollos de mayor tamaño. Si se plantan en interior bajo luz artificial es conveniente utilizar un fotoperiodo de 20 horas de luz y 4 de oscuridad cada día. Hay que tener en cuenta que este tipo de plantas de marihuana florecerán al cabo de unos determinados días desde el momento de su germinación; por lo tanto, todo aquello que retrase su desarrollo durante esos días de crecimiento implicará una menor cosecha final. Como tienda de semillas de marihuana creemos que es importante germinar la semilla en un jiffy o un cubo de lana de roca, ya que de esta manera puedes asegurarte un éxito mayor si antes la sumerges en un estimulador de germinación. Después se pasan al contenedor definitivo, así conseguiremos que la planta se desarrolle al máximo posible durante su fase vegetativa, evitando estrés y parones de crecimiento después de cada trasplante. Si el cultivo es en tierra, debe de utilizarse una maceta de entre 4 y 20 litros, según el tipo de variedad y el tamaño final que se desee que tenga la planta. Para las variedades más productivas, un tiesto más grande dará como resultado una planta mayor y una cosecha más abundante.