COMENTARIO DE TEXTO DE SAN BUENATURA Trabajo realizado por

los dominicos, y sostiene que la filosofía y la razón no se encuentran en la base de la teología ni en la culminación del conocimiento de la divinidad, pero sí en ...
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COMENTARIO DE TEXTO DE SAN BUENATURA Trabajo realizado por: Gabriel Navarro Solano [email protected] Móvil: +34 669 63 71 78

Texto a comentar: “Itinerarium Mentis in Deum” (Itinerario de la Mente a Dios) (Fuente del texto: Instrumentos Cristianos http://goo.gl/v8yza) 1. Introducción al autor 2. Resumen del texto 3. Análisis del texto 4. Problemática y aporética del texto 5. Localización del texto 6. Proyección del texto 7. Bibliografía y webgrafía ---o--1. Introducción al autor (Nota: por tratarse de un autor no explicado en clase he creído conveniente añadir una breve introducción biográfica) Acerca de San Buenaventura Juan da Fidanza, conocido como San Buenaventura de la Orden de los Frailes Menores O.F.M. (Bagnoregio, Toscana, Italia; 1218 - Lyon; 15 de julio de 1274) fue un místico franciscano, obispo de Albano y cardenal italiano que participó en la elección del papa Gregorio X. Es Doctor de la Iglesia Católica (Doctor seráfico1), fue discípulo de Alejandro de Hales, y llegó a General de la 1 Se le llama "Doctor seráfico", porque "Serafín" significa "el que arde en amor por Dios" Fuente: http://jorv18.blogspot.com.es/2008/07/san-buenaventura-el-doctor-serafico.html

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Orden Franciscana. Juan de Fidanza, que luego adoptó el nombre de San Buenaventura, impartió enseñanzas en la Universidad de París, en la cual estudió. Aunque rechazó ser arzobispo de York, hubo de aceptar la diócesis de Albano. En 1274 fue nombrado legado pontificio al concilio de Lyon. Fue un participante activo en los concilios de la época y destacó en los ataques a las herejías y en las críticas a los cismáticos (favorables a las rupturas dentro de la iglesia occidental). San Buenaventura representa a la escuela franciscana que, inspirándose en San Agustín, se opone al aristotelismo de los dominicos, y sostiene que la filosofía y la razón no se encuentran en la base de la teología ni en la culminación del conocimiento de la divinidad, pero sí en el camino que conduce el alma hacia Dios. Erudito y hombre de gran espiritualidad, de entre sus obras destacan un estudio sobre Pedro Lombardo (Comentario sobre las sentencias de Pedro Lombardo) y el Itinerarium mentis in Deum (Itinerario de la mente a Dios). Estudió filosofía y teología en París y, habiendo obtenido el grado de maestro, enseñó con gran provecho estas mismas asignaturas a sus compañeros de la Orden franciscana. Fue elegido ministro general de su Orden, cargo que ejerció con prudencia y sabiduría. Escribió la vida de San Francisco de Asís. Fue cardenal obispo de la diócesis de Albano, y murió en Lyon el año 1274. Escribió muchas obras filosóficas y teológicas. Conocido como el "Doctor Seráfico" por sus escritos “encendidos de fe” y amor a Jesucristo. Pedro de Tarantaise, el dominico que ciñó más tarde la tiara pontificia con el nombre de Inocencio V, predicó el panegírico1 de San Buenaventura y dijo en él: «Cuantos conocieron a San Buenaventura le respetaron y le amaron. Bastaba simplemente con oírle predicar para sentirse movido a tomarle por consejero, porque era un hombre afable, cortés, humilde, cariñoso, compasivo, prudente, casto y adornado de todas las virtudes.» Fuente: Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Buenaventura_de_Fidanza y Enciclopedia Católica Online: http://ec.aciprensa.com/wiki/San_Buenaventura

2. Resumen del texto Estamos ante una de las principales obras teológico-místicas del autor franciscano que en 1 del latín: panegyrîcus; a su vez del griego: panegyrikos, πανηγυρικός, es un discurso que se pronuncia en alabanza de alguien. Fuente: Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Paneg%C3%ADrico

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forma de metáfora nos habla del proceso de ascensión mística hacia Dios. Para ello se apoya en su experiencia personal de la escalada al Monte de Alverna, lugar en el cuál San Francisco de Asís tuvo la visión del Serafín alado y recibió los estigmas en una de sus últimas ascensiones. El argumento del "Itinerarium" se teje sobre la alegoría de que las seis alas del Serafín suponen los estadios de iluminaciones sucesivas, fases de la sabiduría cristiana que conducen al alma desde las criaturas terrenales hacia el Dios Creador, haciendo uso de las facultades animales, del espíritu y de la mente. De esta manera emprende el alma su itinerario ascendente de los vestigios a las imágenes y de éstas al primer principio, siempre impulsada por el doble motor de la oración y del ardiente amor a Cristo crucificado. La mencionada subida o ascensión a Dios, es la caminata de tres jornadas en la soledad, ésta es la triple iluminación de un sólo día así como triple es la existencia de las cosas (materia, inteligencia y eternidad). De la misma forma, guarda una relación con las tres substancias que hay en Cristo, que en nuestra escala son; la corporal, la espiritual y la divina. Vemos que la trinidad se da en todo el proceso de ascensión a Dios a través de las cualidades de sus criaturas. En conformidad con esta triple progresión, el alma humana posee tres aspectos principales: 1. Hacia las cosas corporales o animales, 2. Hacia las cosas interiores o espíritu y 3. Hacia las cosas superiores o "mente". Estos tres elementos para la ascensión del alma a Dios se ven duplicados según se considere a Dios como "alfa y omega", de aquí que sea necesario elevar al número de séis estos grados principales, de la misma manera que Dios completó en séis días el universo y el séptimo descansó de la misma manera el mundo terrenal sea conducido al descanso de la contemplación tras los seis grados de iluminaciones sucesivas. El hombre fue creado hábil para la quietud de la contemplación y por ello lo puso Dios en el paraíso de las delicias. Pero se apartó de la verdadera luz al bien conmutable y conllevó a toda la humanidad al pecado original, pecado que inficionó la humana naturaleza de dos modos: inficionando la mente con la ignorancia y la carne con la concupiscencia y sólo verá la luz del cielo si le socorre la gracia con la justicia contra la concupiscencia, y la ciencia con la sabiduría contra la ignorancia. Todo ello se consigue por Jesucristo quien ha sido constituido por Dios para nosotros por sabiduría, justicia, santificación y redención. En todo lo creado reluce la suma potencia, la suma sabiduría y la suma benevolencia del Creador, conforme lo anuncia el sentido de la carne al sentido interior por tres modos: a través del aspecto del entendimiento que contempla, que cree y que investiga.

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3. Análisis del texto Términos y conceptos relevantes que aparecen en el texto y en la obra del autor. Algunos de ellos derivados de la corriente platónica-agustiniana que nuestro autor franciscano desarrollará. Algunos son: Iluminación: San Buenaventura recurre a la teoría de la Iluminación para subrayar a la vez la dependencia del intelecto humano respecto de Dios y la actividad de Dios en el interior del alma humana. Inmortalidad del alma humana: Esta prueba presupone la existencia de Dios, y es el argumento principal y la prueba favorita de san Buenaventura. Asimismo, san Buenaventura argumenta a partir de la consideración de la causa formal, a partir de la naturaleza del alma como imagen de Dios. Razones seminales: quiere indicar que Dios ya ha fijado en la materia los gérmenes de aquello que surgirá en la naturaleza, y que la acción de las causas segundas se limita a desarrollar aquello que Dios ha sembrado. Aristotelismo averroísta: filosofía que de la cual San Buenaventura desconfiaba por haber manifestado toda su fuerza corrosiva con respecto al pensamiento cristiano. Creación: revela el mundo como procedente de Dios, creado a partir de la nada y enteramente dependiente de dios. Ejemplarismo: revela el mundo de las criaturas como estando con Dios en la relación de la imitación al modelo, del exemplatum al exemplar. En otras palabras; en Dios están las ideas y los modelos, las semejanzas de las cosas, desde las más humildes hasta las más elevadas. Vestigio: Indicio por donde se infiere la verdad de algo o se sigue la averiguación de ello o también como sinónimo de huella. Orden franciscana: La Orden Franciscana, cuyos miembros son conocidos como franciscanos, es una orden mendicante católica fundada por San Francisco de Asís en el año 1209. Providencia: término teológico que indica la soberanía, la supervisión, la intervención o el conjunto de acciones activas de Dios en el socorro de los hombres. 4. Problemática y aporética del texto Camino hacia Dios

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Se puede decir que San Buenaventura en el Itinerarium ha conseguido realizar la síntesis de los esquemas dionisíanos y del auténtico pensamiento de San Agustín, lo que es tanto más de admirar cuanto que necesitaba invertir la orientación del Seudo-Dionisio1, completamente extraña a su cristocentrismo o teocentrismo. Y San Buenaventura lo sabe y lo dice. La ascensión hacia la paz del éxtasis sólo puede llegar a la cima pasando por Cristo crucificado. Tiene experiencia de esta ascensión, y le pide al lector que no se pare en la letra de su obra, sino que haga como él, si quiere participar en la visión propuesta: orar, gemir y reflexionar, todo a la vez. En este “camino hacia Dios” hay que comenzar por el objeto más fácilmente accesible, el mundo sensible (primer grado) que es el vestigio de Dios. El movimiento de especulación parte, pues, del espejo de la naturaleza, donde se contempla el poder de Dios, su sabiduría y su bondad. Prosiguiendo esta especulación, San Buenaventura subraya cómo podemos considerar a Dios elevándonos a él por las criaturas sensibles y contemplándose en esas mismas criaturas (segundo grado). El estudio de ese microcosmos que es el hombre le hace subir la escala de los seres creados, que va de lo sensible, puesto en contacto con nuestra alma espiritual, hasta del mundo de espíritu, libre de toda limitación sensible. El tercer grado nos eleva todavía más por el estudio del alma misma en sus potencias: memoria, entendimiento y poder electivo, que son como la impronta de nuestro origen divino. Por nuestra alma llegamos a Dios, de quien ella es imagen y de quien recibe la luz de las razones eternas; en nuestra alma descubrimos la acción personal de Dios recreando nuestro ser sobrenatural, e inaugurando así una nueva relación con nosotros en una presencia de gracia. Contemplar a Dios fuera de sí mismo y en sí mismo nos lleva a elevar nuestros ojos por encima de nosotros mismos para contemplar el Ser Divino en la unidad de su esencia y en la pluralidad de las personas. El alma humana está hecha para percibir el bien infinito que es Dios, para reposar en Él y para gozar de Él. De este objeto supremo hacia el cual tiende, el alma posee, ya aquí abajo, un conocimiento imperfecto, pero muy seguro, que es el de la fe. Ningún otro conocimiento nos proporciona una convicción tan profunda, tan inconmovible como éste. El filósofo está menos seguro de lo que sabe que el fiel de lo que cree. Y sin embargo es la misma fe en la verdad revelada la fuente de la especulación filosófica. En efecto, allí donde la razón es suficiente para determinar el asentimiento, la fe no encuentra sitio. Pero sucede muy a menudo que la fe se refiere a un objeto demasiado elevado para que podamos aprehenderlo racionalmente. No es la razón, sino el amor a este objeto lo que nos impulsa al acto de fe. Entonces entra en juego la especulación filosófica. El 1 Discípulo de San Pablo, que llegó a ser obispo de Atenas. Debe su apodo a que vivía en el Areópago, un barrio de Atenas, y sede del consejo del mismo nombre

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que cree por amor quiere tener razones de su creencia, nada es más dulce para el hombre que comprender lo que ama , así, la filosofía nace de una necesidad del corazón, que quiere gozar de manera más plena, del objeto de su fe. Esto equivale a decir que la filosofía y la teología, distintas por sus métodos, se completan y continúan una a otra, hasta el punto de aparecer como dos guías que nos conducen hacia Dios. Toda nuestra vida no es sino una peregrinación hacia Dios; el camino que seguimos, si estamos en la buena vía, es la vía iluminativa, la finalidad nos es dada por la fe, la alcanzamos y nos adherimos a ella por el amor, pero con un alcance incierto y con una adhesión a menudo vacilante, porque nos falta el conocimiento claro sobre el que se fundaría un amor inmutable. El amor perfecto y el goce total que lo acompaña nos esperan al término de la peregrinación en que nos hallamos metidos. El camino puede parecer largo pero si lo miramos bien nos esperarán en el camino numerosas alegrías de la bienaventuranza. El que sigue la vía iluminativa creyendo y esforzándose por comprender lo que cree, encuentra en cada una de sus percepciones y en cada uno de sus actos de conocimiento al mismo Dios escondido en el interior de las cosas. Así pues, la doctrina de San Buenaventura se presenta expresamente y de manera primordial como un "Itinerario del alma hacia Dios". Por eso toda su filosofía se reduce a mostrarnos un universo en que cada objeto nos habla de Dios, nos lo presenta a su manera y nos invita a volvernos hacia Él. Si la vida nos es más que una peregrinación hacia Dios, el mundo sensible es el camino que nos conduce a Él. Los seres que bordean este camino son otros tantos signos que pueden parecernos, a primera vista, enigmáticos, pero si los examinamos atentamente, la fe, ayudada por la razón, descifrará en ellos, bajo caracteres siempre distintos, una sola palabra, una llamada siempre igual: Dios. 5. Localización del texto a) Localización del texto en la obra del autor La obra "Itinerario de la mente a Dios" representa una de las obras cumbres del misticismo escolástico cuya influencia ha permanecido hasta nuestros días. Impulsado por un gran amor por la contemplación divina hacia todos los seres de la creación, San Buenaventura se adentra en el misterio de la ascensión a Dios teniendo muy cercanas sus experiencias franciscanas pero nunca dejando de lado la reflexión filosófica. El autor consideraba que se puede llegar a Dios uniendo ambas tendencias, la teológica y la filosófica, aunque esta última, siempre a merced de la primera. “El Itinerario del alma de Dios” es una obra a la vez filosófica, teológica y mística. 6

Adoptando el método inverso al que había seguido en su Breviloquio (ver más adelante), el autor traza esta vez el camino por el cual el alma se eleva gradualmente, a partir de las “creaturas”, hasta el conocimiento del Creador y llega finalmente a la unión íntima con Dios: El libro comprende siete capítulos: l) el conocimiento de Dios por medio de sus vestigios en el universo; 2) el conocimiento de Dios en esos mismos vestigios; 3) el conocimiento de Dios por su impronta en las potencias de la naturaleza; 4) el conocimiento de Dios en su imagen restaurada por los dones gratuitos (el alma humana); 5) el conocimiento de la unidad de Dios por su aspecto primordial, el Ser; 6) el conocimiento de la Santísima Trinidad en Dios por el aspecto del Bien; 7) del transporte mental y místico en el que, quedando la inteligencia en reposo, el amor se ejercita totalmente en Dios. Salta a la vista que “esta es una de las más bellas consagraciones de las facultades humanas que haya podido hacerle a Dios la filosofía. Esas sucesivas fases en la ascensión a Dios pueden reducirse en suma a tres grandes etapas: a) Adivinar al Creador gracias a las huellas que Él ha dejado en el universo; b) Reconocer a Dios en su imagen más perfecta, el alma humana; c) Entregarse a Dios con miras a una pertenencia y a una semejanza perfectas. Los medios que recorre este itinerario están tomados de la filosofía platónica: la iluminación gracias a la cual los rayos del pensamiento divino iluminan la inteligencia humana. Como dice en su obra: “Por lo tanto, abre los ojos, apresta el oído, desliga tus labios y aplica tu corazón, a fin de ver a tu Dios en todas las creaturas, de oírlo, alabarlo, amarlo, rendirle homenaje, proclamar su grandeza, si no quieres que el universo se levante contra ti” (Capítulo I del Itinerarium). Pero la condición sine qua non del arranque es la humildad. En lugar de enorgullecerse del poder de la razón, que el espíritu humano se incline ante el poder del Creador si quiere comprender algo en su obra, y sobre todo descubrirlo a Él mismo a través de los misterios de su Providencia. He aquí la base de la verdadera sabiduría. Por lo cual “la viejecilla que barre el atrio de la Iglesia es quizá más sabia que el sabio que se agota sobre sus libros, porque siendo ella más humilde, es más accesible a las luces de la Fe”1. Y a todo lo largo de este itinerario, los sostenes indispensables son el recuerdo amoroso de los grandes misterios de la Encarnación y de la Redención, la devoción a la Sagrada Eucaristía, al Sagrado Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen María, con la sumisión a la autoridad de la Iglesia y la caridad para con el prójimo. Dentro de la producción del autor podemos destacar otras obras teológicas complementarias al Itinerarium, como las siguientes:

1 Vida y obra de San Buenaventura: http://www.mercaba.org/DOCTORES/Buenaventura/san_buenaventura.htm

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Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo San Buenaventura siguió la división del Maestro. Cuatro libros: l ) el conocimiento de Dios; 2 ) la creación, la caída del ángel y del hombre; 3 ) la Encarnación de la Redención; 4 ) los Sacramentos y las postrimerías1. Pero aquí no había sino un marco. Verdadero comentarista y no simple repetidor, el profesor sabe agrupar alrededor de estas cuestiones anejas que trata a su manera y marca con su sello. Cada cuestión es seguida de una o de varias “dudas”, que dan lugar a nuevas pruebas y a la solución de las objeciones Breviloquio El Breviloquio es, como su nombre lo indica, un resumen. Lo que el “Comentario sobre las Sentencias” expone en cuatro mil páginas, el Breviloquio lo condensa en un centenar, en un orden casi idéntico. Conforme a su mérito, heredado de San Agustín y con la impronta de neo-platonismo, el autor nos da de cierta manera un manual completo, aunque abreviado, de teología, dividido en siete partes: l) Dios, su naturaleza, sus atributos, la Trinidad; 2) la creación, los espíritus, la materia, el hombre; 3) el pecado, el original y el actual; 4) la Encarnación y la Redención, motivos y circunstancias; 5) la Gracia, su origen, su naturaleza, sus efectos; 6) los Sacramentos, su institución, su administración, su eficacia; 7) las postrimerías, estado de las almas separadas, resurrección, juicio. Cuestiones Disputadas Las

“Cuestiones

disputadas”

son

tratados

particulares,

dogmáticos

o

morales,

indudablemente curso de teología dados por el Doctor Seráfico. Siete de ellas conciernen a la ciencia de Cristo; ocho, al misterio de la Trinidad, notables por un carácter más original. Planteada la existencia de Dios como una verdad primera, evidente, que no acepta ninguna duda, el misterio de la Trinidad, verdad de Fe, proporciona un conocimiento real de ese Dios; porque, lejos de negar en algo sus perfecciones tales como la unidad, la infinitud, la Trinidad de las personas, se presenta, por los atributos divinos, como la verdadera florescencia de la vida divina. Las otras cuatro cuestiones tratan de la “perfección evangélica y especialmente de la virtudes de humildad, de pobreza, de castidad y de obediencia: cuestiones que se dicutían de hecho en el libelo de Guillermo 1 Las cuatro 'Postrimerías' son, según el Catecismo de la Iglesia Católica, muerte, juicio, infierno y gloria: ni más ni menos que lo que espera después de la vida. Otros sustituyen en esta enumeración el juicio por el Purgatorio.

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de Saint-Amour”. Los peligros de los últimos tiempos, virulento ataque contra las Ordenes en sus cursos, San Buenaventura fija por escrito su argumentación, la cual, llevada a Roma, contribuyó eficazmente a la defensa de las religiones incriminadas. Soliloquio El Soliloquio es una serie de meditaciones en las que el alma habla consigo misma. En diversas materias, tales como los efectos del pecado, la vanidad de los bienes terrenos, la muerte, el juicio, el infierno, el cielo el alma se plantea cuestiones y halla las respuestas apropiadas en la Sagrada Escritura o en los textos de los Padres. b) Localización del texto en la época histórica y el contexto filosófico Contexto teológico-histórico. La renovación teológica. La renovación teológica, cuyo apogeo marca el siglo XIII, viene precedida de una larga preparación. Don nombres dominan ya el siglo XI, el de San Anselmo, cuyas elevadas disertaciones tienen una influencia segura sobre el pensamiento de San Buenaventura, y el de Beda el Venerable1, cuyo trabajo humilde e intenso ha sido considerable en la formación de la civilización carolingia. Los dos fueron los precursores de la elaboración teológica y ambos estuvieron en la base de la renovación bíblica. A partir del III Concilio de Letrán (1179) no se trata ya solamente del esfuerzo de algunos especialistas continuadores de las escuelas monásticas como Hugo de San Víctor y sus discípulos, también a su vez, San Francisco y Santo Domingo estimulan esta renovación y llevan la frescura evangélica a través de toda la cristiandad. La razón profunda de la opción que hizo San Buenaventura ingresando en los Menores es precisamente esta "vuelta al evangelio". Y dicha vuelta va a influir considerablemente en la evolución de los estudios bíblicos . A comienzos del Siglo XIII la enseñanza de la Sagrada Escritura rebasa los claustros, los estudiantes de la Universidad concurren solícitos en torno a las cátedras de los que "dispensan espíritu y vida". Pero esta evolución lleva consigo una modificación en la técnica misma de la exégesis. Se pasa de la simple lectura comentada, la lectio (forma de recitar las lecturas de las Sagradas Escrituras) de la Biblia, a una enseñanza más completa. La historia del término sacra pagina1 ya es 1 Beda el Venerable: monje benedictino en el monasterio de Saint Peter en Wearmouth del siglo VII-VIII 1 Sacra pagina: doctrina cristiana y dogma. http://www.britannica.com/EBchecked/topic/1315652/sacra-pagina

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significativa a este respecto ya que no designa solamente la Biblia, sino que se enriquece de todo un conjunto de nociones suscitadas por cuestiones, para convertirse en materia de estudio y de enseñanza distinta del sólo conocimiento escriturario. En San Agustín como en San Gregorio, las cuestiones propendían a explicar ciertos pasajes oscuros de un libro o de un conjunto de libros de la Escritura. Es un momento para rebasar poco a poco este programa primitivo para tratar de problemas que no tienen nada que ver con las cuestiones escriturarias2. Contexto filosófico-histórico. Alta Escolástica. Nos encontramos en la “Edad de oro de la escolástica” cuyos grandes representantes, además de nuestro autor franciscano, serían Santo Tomás y Duns Scoto. En esta época se producen las grandes redacciones de las Summas teológicas y filosóficas que tendrán una gran influencia a lo largo de los siglos así como la incorporación de nuevos elementos provenientes de las filosofías árabe, judía y aristotélica, principalmente a través de Averroes y Maimónides. La escolástica y sus caracteres fundamentales La Escolástica la podemos definir como el movimiento teológico y filosófico que intentó utilizar la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo. “Credere ut intelligam”. Los escolásticos sobre todo Tomás de Aquino pondrán el acento en el “cree para entender”. La filosofía escolástica es una especulación filosófico-teológico forjadas en las escuelas de la edad media. Caracteres principales de la Escolástica: 1. La unidad de fondo espiritual, las fuentes comunes. 2. La creencia en un fin sobrenatural de la humanidad. Existe una trascendencia, una divinidad, Dios. 3. Las verdades sobrenaturales las conoce el espíritu humano a través de la fe. Hay una primacía de la fe. 4. Hay una inclinación por la metafísica, por la teodicea que es la teología natural o filosófica. Diferencias: teología natural se estudia a Dios desde el punto de vista desde la razón vs. teologia revelada, se estudia a Dios desde los principios del 2 Especializado en el conocimiento de la Sagrada Escritura. http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta? TIPO_BUS=3&LEMA=escriturario

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dogma. ¿En qué consiste esta inclinación?. En la especulación teológica y la elaboración especulativa que sobre los dogmas habían realizado los Santos Padres y San Agustín. 5. La metafísica se convierte en fundamento o cimiento de la teología (agustiniana) y a partir del siglo XIII será tomista. 6. Para la escolástica lo concreto, lo individual, lo particular, no tiene valor sino que se preocupan de lo universal. De la “quidditas” (la esencia o substancia “ussía”, las notas constitutivas de algo). El modo de Aristóteles es mediante la abstracción: abstrae de lo concreto lo universal. 7. El espíritu humano puede penetrar en el ser de las cosas para los escolásticos y lo hace a través de las apariencias (ver Parménides de Platón). Por ello el hombre puede elevarse hasta Dios. Dios es “causa sui” es el primer principio, causa de sí mismo. 8. La teología va a tener “auctoritas” y se caracteriza por su especulación (especular, pensar) y se va a basar en elementos de la tradición. Mientras que la filosofía, los dialécticos, se caracterizan por la investigación, por la reflexión filosófica desde la razón. 9. La filosofía es sierva de la teología. Cabe destacar una cita importante de Paul Vignon sacado del libro El pensamiento en la edad media: “Los medievales han discutidos sobre el hombre. Pero más a menudo han razonado sobre Dios. Desde su punto de vista, una y otra consideración, estaban, sin duda, estrechamente unidas. La edad media trata del hombre en función de Dios” Fuentes principales de la escolástica. –

Fuentes platónicas y neoplatónicas: de Platón es El Timeo (aparece el demiurgo) Fedón o de la inmortalidad del alama y El Menón. De los neoplatónicos sobre todo Proclo y Escoto Eriúgena.



Los Padres de la Iglesia, sobre todo San Agustín.



Escritos aristotélicos que vienen de la tradición arábigo-judía. La Metafísica, el De anima o del alma, del Tratado del cielo y del mundo. Etica a Nicómaco y por ultimo De la generación y De la corrupción.

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6. La proyección del texto Buenaventura fue el verdadero heredero y seguidor de Alejandro de Hales y el continuador de la antigua escuela franciscana fundada por el Doctor Irrefragabilis, pero sobrepasó a este último en perspicacia, fertilidad de imaginación y originalidad de expresión. Su lugar apropiado está junto a su amigo Santo Tomás, en cuanto son los dos máximos teólogos del Escolasticismo. Sí es verdad que el sistema de Santo Tomás está más acabado que el de Buenaventura, debe recordarse que, mientras que Santo Tomás fue libre de dedicarse al estudio hasta el fin de sus días, Buenaventura aún no había recibido el grado de doctor cuando fue llamado a gobernar su orden y se vio muy atareado en consecuencia por múltiples preocupaciones. Las pesadas responsabilidades que soportó hasta unas semanas antes de su muerte fueron incompatibles con ulteriores estudios e incluso le imposibilitaron de completar lo que había comenzado antes de los treinta y seis años. También, al intentar hacer una comparación entre Buenaventura y Santo Tomás, debemos recordar que los dos santos fueron de una diferente inclinación mental; cada uno tuvo cualidades en las que sobresalía; uno era en cierto sentido el complemento del otro; uno suplía lo que le faltaba al otro. Así Tomás era analítico, Buenaventura sintético; Santo Tomás fue el Aristóteles cristiano, San Buenaventura el verdadero discípulo de San Agustín; Santo Tomás fue el maestro de las escuelas, San Buenaventura el de la vida práctica; Santo Tomás ilustró la mente, San Buenaventura inflamaba el corazón; Santo Tomás extendía el Reino de Dios por amor a la teología, San Buenaventura por la teología del amor. Incluso los que sostienen que Buenaventura no alcanza el nivel de Tomás en la esfera de la especulación escolástica conceden que como místico sobrepasa al Doctor Angélico. En este particular reino de la teología, Buenaventura iguala, si no sobrepasa, al propio San Bernardo1. León XIII llama correctamente a Buenaventura el “Príncipe de los Místicos”: “Habiendo escalado las difíciles cumbres de la especulación de una manera muy notable, trató la teología mística con tal perfección que en la opinión común de los sabios es el “facile princeps” en este campo.” (Alocución del 11 de octubre de 1890). No debe concluirse, sin embargo, que los escritos místicos de San Buenaventura constituyan su principal título a la fama. Esta conclusión, en cuanto que parece implicar una desaprobación de sus trabajos en el campo del Escolasticismo, se opone a las declaraciones explícitas de varios Pontífices y eminentes eruditos, es incompatible con la reconocida reputación de Buenaventura en las escuelas, y se excluye mediante una lectura inteligente de sus obras. Como cuestión de hecho, la mitad de un volumen de los diez que comprende la edición de Quaracchi2 basta para contener los 1 Religioso francés Bernardo de Claraval, considerado santo por la Iglesia Católica, siglos XI y XII 2 Famosa colección editorial que alberga la totalidad de la obra de San Buenaventura

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escritos místicos y ascéticos de Buenaventura. Aunque las solas obras místicas de Buenaventura bastarían para colocarlo en primera fila, aun así solamente se le puede llamar un místico más que un escolástico en cuanto que todo asunto del que trata se hace converger finalmente en Dios. Este permanente sentido de la presencia de Dios que se extiende por todos los escritos de Buenaventura es quizá su atributo fundamental. A él podemos remontar esa unción que lo impregna todo que es su peculiar característica. Como expresa acertadamente Sixto V: “Al escribir unió a la erudición más alta una cantidad igual de la más ardiente piedad; de forma que mientras iluminaba a sus lectores también emocionaba sus corazones penetrando en los más íntimos escondrijos de sus almas” (Bula Triumphantis Jerusalem). San Antonino, Dionisio el Cartujo, Fray Luis de Granada, y el Padre Claude de la Colombière, entre otros, han señalado también esta característica de los escritos de San Buenaventura. Invariablemente busca suscitar la devoción tanto como impartir conocimiento. Nunca separa uno del otro, sino que trata materias del saber devotamente y materias devotas sabiamente. Buenaventura, sin embargo, nunca sacrifica la verdad a la devoción, pero su tendencia a preferir una opinión que suscita devoción a una especulación árida e insegura puede contribuir a explicar no poca de la amplia popularidad que disfrutaron sus escritos entre sus contemporáneos y todas las épocas posteriores. De nuevo Buenaventura se distingue de los demás escolásticos no sólo por la mayor calidez de su enseñanza religiosa, sino también por su tendencia práctica como señala Trithemius1. Muchas cuestiones puramente especulativas son pasadas por alto por Buenaventura; en casi todo lo que escribe hay un carácter directo. Ninguna finalidad útil, declara, se logra por la mera controversia. Es incluso tolerante y modesto. Así, mientras que él mismo acepta la interpretación literal del primer capítulo del Génesis, San Buenaventura reconoce la admisibilidad de otra diferente y se refiere con admiración a la explicación figurativa propuesta por San Agustín. Nunca condena las opiniones de los demás y enfáticamente rechaza eso como finalidad de las suyas propias. De hecho afirma la pequeñez de su autoridad, renuncia a toda pretensión de originalidad y se llama a sí mismo un “pobre compilador”. Sin duda las obras de Buenaventura revelan algunos de los defectos del saber de su época, pero no hay nada en ellas que huela a sutileza inútil. “Uno no encuentra en sus páginas”, señala Gerson (De Examin. Doctrin.) “vanas fruslerías o cavilaciones inútiles, ni mezcla como hacen muchos otros, prolijas digresiones con discusiones teológicas serias”. “Esta, es la razón por la que San Buenaventura ha sido abandonado por aquellos escolásticos que están desprovistos de piedad”. Se ha dicho que el espíritu místico de Buenaventura le incapacitaba para el análisis sutil. Sea como sea, uno de los máximos encantos de los escritos de 1 Johannes Trithemius, (1462-1516) fundador de la sociedad secreta Sodalitas Celtica (Cofradía Céltica) dedicada al estudio de las lenguas, las matemáticas, la astrología y la magia de los números.

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San Buenaventura es su sencilla claridad. Aunque tenía que hacer necesariamente uso del método escolástico, se elevó por encima de la dialéctica, y aunque su argumentación puede parecer a veces demasiado engorrosa para encontrar aprobación en nuestra época, aun así escribe con una facilidad y gracia de estilo que uno busca en vano en los demás escolásticos. Para las mentes de sus contemporáneos impregnados del misticismo de la Edad Media, el espíritu que alentaba en los escritos de Buenaventura parecía encontrar su paralelismo en los que estaban más próximos al Trono, y el título de “Doctor Seráfico” que se otorgó a Buenaventura es un innegable tributo a su amor por Dios que lo absorbía todo. Este título parece habérsele dado por primera vez en 1333 en el Prólogo de la “Pantheologia” por Rainiero de Pisa O.P. (mercader pisano, que se hizo eremita1 y monje). Mientras enseñaba en París ya había recibido el nombre de Doctor Devotus. Autores influyentes en San Buenaventura Es interesante hacer un pequeño recorrido de las fuentes e influencia que recibió San Buenaventura en el transcurso de su vida. Podemos resaltar como principales influencias:



San Agustín y el agustinismo



El Seudo-Dionisio el Areopagita



San Anselmo



San Bernardo San Agustín y San Buenaventura En sus escritos se puede leer que “San Agustín” es el más grande de los Padres, después de

la Escritura, es la mayor autoridad, porque recibió una palabra de sabiduría y de ciencia a la vez, como el más grande intérprete de la Sagrada Escritura. Su escritura supera a todos los otros padres. Semejantes palabras denotan sin duda, el agustinismo que él ha heredado de sus maestros, pero revelan, sobre todo una convicción profunda y un parentesco espiritual con San Agustín. A San Buenaventura se le puede calificar de intelectualista si con ello queremos indicar que le exige a la razón hasta el máximo de sus posibilidades, no podemos calificarlo de fideísta. Más exactamente resulta decir que, de acuerdo con San Agustín, él cree posible y suficiente elaborar, desde la Escritura, una inteligencia de la fe, a la que contribuye también la razón con sus recursos propios. 1 Un ermitaño o eremita es, en el cristianismo, una persona que elige profesar una vida solitaria y ascética, sin contacto permanente con la sociedad, con el fin de alcanzar una relación con Dios que considera más perfecta.

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Una mentalidad de este tipo antepone a todo objetivo la búsqueda de la sabiduría, porque tanto para San Buenaventura como para San Agustín, sabiduría y felicidad se identifican. San Buenaventura se adhiere al agustinismo tal y como se lo han enseñado y, además, como resultado de su reflexión personal entrando él mismo al fondo de su obra. El agustinismo no es un sistema. Casi se puede decir que es “una palabra” según muchos historiadores, palabra a la cual se ha de añadir un calificativo si queremos entenderla. El agustinismo es ante todo, el agustinismo de San Agustín, es decir, un impulso que llega de Platón a través de Plotino, quien le dota de una técnica filosófica, y que desemboca en la revelación creacionista de la Biblia. Podemos ver la influencia de San Agustín en San Buenaventura por las veces mencionadas en las obras de éste que llegan a superar las 3.000. El Seudo-Dionisio el Areopagita y San Buenaventura Se trata de un autor que San Buenaventura cita con buen agrado en sus obras ocupando un puesto considerable. A la hora de estudiar la influencia del Seudo-Dionisio sobre nuestro autor nos encontramos con el problema de las versiones utilizadas por él ya que han llegado cinco de ellas entre las cuales se encuentra la de Juan Escoto Eriúgena. La conclusión de todo esto es que han existido varias versiones del corpus dionisiano. Un texto interesante en el que se basó en su Itinerarium (cap. VII) fue la obra “Teología mística”. El texto asienta los cimientos de la “docta ignorantia” que, por la contemplación, supera y trasciende el mundo sensible y el alma misma en un “transitus”, un paso en Jesucristo crucificado y puesto en el sepulcro, dejando atrás todas las operaciones de la inteligencia y transformando en Dios el “apex affectus”, es decir, la cima de nuestros afectos. San Anselmo y San Buenaventura Se ha dicho que San Buenaventura aparece como el mejor comentador de San Anselmo. San Anselmo es un “metafísico del dogma”. Su obra no tuvo un influencia inmediata debido a su salida de la abadía de Bec para Canterbury en 1093, es por ello que no tuvo renombre hasta el umbral del siglo XIII gracias al Canciller Felipe. Algunos autores como Alejandro de Hales, San Buenaventura y Duns Escoto lo acogieron como una “autoridad”. San Buenaventura cita 274 veces a San Anselmo en sus obras entre los cuales se encuentra el Monologion y el Proslogion. 15

El Monologion está presente en varios lugares precisamente cuando San Buenaventura trata de justificar por qué le asigna al Verbo el puesto que él le atribuye en relación con la creación. El Proslogion va a constituir la conclusión de obras de gran importancia para San Buenaventura como el Breviloquium y el Soliloquium. Pero el punto más importante que coge de San Anselmo le va a servir a San Buenaventura para fundamentar su doctrina sobre la evidencia de la existencia de Dios en sus Sentencias y en sus Cuestiones disputadas. San Bernardo y San Buenaventura San Bernardo1 prefiere la sabiduría de las sagradas escrituras a la ciencia y le niega toda curiosidad al hombre de Dios. Está impregnado de la escritura , lo que le da a su estilo una gran elegancia. San Buenaventura es sensible tanto respecto al objetivo que persigue San Bernardo como a los medios que adopta para alcanzarlos. Para él penetrar el misterio de Cristo es encontrar en la Escritura tres puntos esenciales: 1. La generación eterna y la encarnación de Cristo 2. La regla de vida 3. La unión del alma con Dios El esfuerzo de los doctores debe consagrarse intensamente al primer punto; el de los predicadores al segundo; el de los contemplativos, al tercero. Se aprende el primero sobre todo en San Agustín; el segundo sobre todo en San Gregorio; el tercero, en Seudo-Dionisio. De esta manera, para San Buenaventura, San Bernardo es, ante todo, un predicador dedicado a enseñarnos la regla de vida. Esta palabra encierra una gran riqueza de sentido ya que, en efecto, el predicador no sólo debe hablar de lo que ve o de lo que entiende de Jesucristo, debe también escuchar al Espíritu Santo, que habla a los oídos del corazón. San Buenaventura frente al aristotelismo averroísta Pensaba que si el saber filosófico solo se contempla a sí mismo y no se remonta a un saber más elevado, es fuente de errores. San Buenaventura no se opone a la filosofía en general sino a aquélla que sea incapaz de elevarnos hacia lo infinito, hacia Dios. El problema no consiste en rechazar el uso de la razón y de la filosofía sino de distinguir entre una filosofía cristiana de otra que no lo sea. Está en contra de una razón que considere que el mundo sea una realidad totalmente 1 San Bernardo de Claraval 1090-1153, fue Doctor de la Iglesia y uno de los fundadores de la mística medieval. Tuvo gran influencia en el desarrollo de la devoción a la Virgen María y en la Orden del Temple.

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profana cuyas leyes son autónomas y autosuficientes. San Buenaventura desconfía de la filosofía aristotélica que, en versión averroísta había manifestado su fuerza corrosiva respecto al pensamiento cristiano, por este motivo elige la tradición platónica-agustiniana más fiel a sus creencias. Nuestro autor franciscano afirma que el rechazo a la teoría platónica de las ideas se encuentra en el origen de los errores de Aristóteles y de sus seguidores Avicena y Averroes. Al negar las ideas se entiende que Dios sólo es causa final de las cosas, que atrae hacia sí, sin conocerlas. Por consiguiente, Dios no es el creador del mundo, no es providente, sino ajeno al acontecer cósmico y se halla aislado en sí mismo. De todo esto se deduce que todo lo que sucede es casual o fatalmente necesario. Pero si todo es necesario no hay libertad, tampoco habrá responsabilidad y por consiguiente tampoco habrá castigos o premios en la otra vida. Si todo procede necesariamente de Dios, el mundo es eterno y entramos en conflicto con el concepto lineal del tiempo, el “alfa y el omega”. Si el mundo es eterno debemos admitir infinitos hombres e infinitas almas y si estas son inmortales existirán pues infinidad de hombres lo que para Aristóteles resulta inadmisible. Para superar tal aporía1, Averroes afirma que sólo hay un intelecto espiritual o inmortal para todos los hombres con la consiguiente negación de una felicidad o un castigo individual después de la muerte. Esto entre en conflicto con la doctrina cristiana. San Buenaventura adopta pues una postura platónica de las ideas.

1 hace referencia a los razonamientos en los cuales surgen contradicciones o paradojas irresolubles; en tales casos las aporías se presentan como dificultades lógicas casi siempre de índole especulativa

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7. Bibliografía y webgrafía COPLESTON, FREDERICK. Historia de la filosofía. Volumen I, De la Grecia Antigua al Mundo Cristiano. Ariel Filosofía. Barcelona 2011. FERRATER MORA, JOSÉ. Diccionario de Filosofía. Nueva edición revisada, aumentada y actualizada por el profesor Josep María Terricabras (Univ. De Girona). Ariel Filosofía. Barcelona 2009. GILSON, ÉTIENNE. La Filosofía En La Edad Media. Editorial Gredos. Madrid 2007. GUY BOUGEROL, JACQUES. Introducción a San Buenaventura. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid 1984 MORENO CHUMILLAS, EVELIO Y OTROS. Los libros de los Filósofos. Ariel Filosofía. Barcelona 2004 REALE, GIOVANNI Y ANTISERI, DARIO. Historia de la Filosofía. Volumen I, tomo 2, “Patrística y Escolástica”. Editorial Herder. Barcelona 2010. Webgrafía



Corpus Christi, Blog de Teología: http://jorv18.blogspot.com.es/2008/07/san-buenaventurael-doctor-serafico.html



Doctores de la Iglesia Católica: http://www.mercaba.org/DOCTORES/Buenaventura/san_buenaventura.htm



Enciclopedia Católica Online: http://ec.aciprensa.com/wiki/San_Buenaventura



Instrumentos Cristianos: http://instrumentoscristianos.blogspot.com.es/2010/05/sanbuenaventura-itinerario-de-la-mente.html?m=1



Obra comentada “Itinerario de la mente a Dios”: http://idd0098d.eresmas.net/itinire.htm



Wikipedia. San Buenaventura: http://es.wikipedia.org/wiki/Buenaventura_de_Fidanza ---o--by @gabinavarros

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