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Página 18/LA NACION
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Jueves 3 de julio de 2008
Tragedia en una clínica de Haedo: la víctima, de 18 años, falleció en un quirófano
Apresan a un médico por una cirugía Una joven murió cuando era operada de apendicitis; el anestesista quedó detenido; también investigan a dos cirujanos Dos cirujanos y un anestesista, quien quedó detenido, fueron denunciados por la muerte de una joven de 18 años, que ocurrió durante una operación a la que era sometida en una clínica privada de la ciudad bonaerense de Haedo. La Justicia ahora investiga a dos de los profesionales por homicidio culposo (por haber actuado con negligencia) y por homicidio simple con dolo eventual (cuando se provoca un daño, sin intención, pero que por omisión o irresponsabilidad sabía que podía ocasionarlo); ambos delitos son castigados con penas de 8 a 25 años de prisión. El otro médico está imputado de falso testimonio, que se castiga con penas de 1 a 10 años de cárcel. Fuentes judiciales afirmaron que el médico que quedó preso, imputado del delito de homicidio simple con dolo eventual, es el anestesista Luis Romero Hiriart, de 58 años, que intervino en una cirugía de apendicitis a Eliana Romero, en un quirófano de la Clínica Magnasco el lunes pasado por la tarde, ocasión en la que falleció la joven. Fuentes judiciales explicaron a LA NACION que, según el resultado preliminar de la autopsia, Romero habría muerto “como consecuencia de dos acciones distintas, pero concomitantes: al parecer, el anestesista no habría entubado correctamente a la paciente, lo cual le habría provocado un shock mortal”. Romero Hiriart se negó a declarar en la causa que lleva adelante la fiscal Valeria Courtade, de la Unidad Funcional de Instrucción N° 4 de Morón, y quedó detenido. También se negaron a declarar los dos cirujanos que habían sido demorados y luego liberados. Uno de ellos está acusado de homicidio culposo y el otro, que no estuvo presente en el quirófano, de falso testimonio. Este último habría dicho que participó de la operación, al parecer para “cubrir” al médico que la dirigió. “Un cirujano no puede operar solo, necesita de otro cirujano ayudante”, explicó una fuente judicial a LA NACION. Courtade espera los resultados definitivos de la autopsia y otros exámenes que, según confiaron fuentes judiciales, podrían resultar reveladores: los de sangre y orina a que fue sometido el anestesista tras ser apresado. El padre de la víctima dijo que, luego de la operación, Romero Hiriart “se movía como si estuviera bajo los efectos de sedantes”. Los supuestos errores que habría cometido en la intervención abonarían esa hipótesis, según el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate: “Aparentemente, el imputado habría tenido dificultades para entubarla
Investigado por otros dos casos Ocurrieron en Rafaela y en Frías
TELAM
Al retirarse del velatorio, amigas y familiares intentan consolar a Viviana (centro), la madre de la joven fallecida en una clínica de Haedo
Otros casos que llegaron a la Justicia ■ En julio de 2006, el Tribunal Superior de Justicia confirmó una condena por mala praxis contra el gobierno porteño y contra un médico del hospital Alvarez, a raíz de los daños y perjuicios provocados al viudo de una paciente, como consecuencia de un diagnóstico erróneo en ese centro de salud. ■ Un oftalmólogo debió pagar, hace tres años, 15.000 pesos de
indemnización a una paciente que fue a tratarse con láser el ojo derecho y terminó con una lesión en el izquierdo. ■ En 2003, en un fallo sin precedente, la Justicia condenó a una empresa de medicina prepaga a indemnizar con 180.000 pesos a una pareja. Fue la primera vez que se consideró que el cónyuge también sufrió las consecuencias de la víctima. IMAGEN DE TV
Eliana Romero, la joven fallecida
y lo hizo por el esófago, entonces lo que tendría que ir a los pulmones habría ido al estómago. La imputación es que él sabría que no podía hacerse cargo de esa tarea porque, supuestamente, ponía en riesgo la vida de la paciente”. Según fuentes judiciales, se habrían secuestrado pastillas, que podrían corresponder a ansiolíticos, de un bolsillo del delantal del imputado.
Romero Hiriart
Cuando el nombre del acusado tomó estado público, se conocieron otras causas judiciales en las que Romero Hiriart fue investigado. Ambos sumarios comenzaron a instruirse a partir de la muerte de dos pacientes, en Rafaela, Santa Fe y, Frías, Santiago del Estero (ver aparte). “No puedo controlar todo lo que sucede en mi clínica [...] no pongo las manos en el fuego por nadie”, dijo en
declaraciones a la TV Marcelo Molina, uno de los directivos de la Clínica Magnasco, donde falleció Romero. Aseguró que Romero Hiriart hacía sólo 20 días que estaba trabajando en el instituto y que fue admitido debido a que posee un título habilitante de la provincia de Santa Fe y una matrícula en el Distrito II, de Avellaneda. Molina alegó que “ninguna empresa de salud exige un prontuario a sus médicos”.
Los familiares y amigos de Eliana no podían creer lo que había ocurrido. “Era una simple operación de apéndice, es increíble”, comentaron indignados. Hace dos semanas, Eliana se juntó con sus amigos del secundario para festejar su cumpleaños. Ayer fue sepultada. Con la colaboración de: Sebastián Lalaurette y Paula Soler
SANTA FE.– Luis Romero Hiriart, el anestesista de 58 años acusado de homicidio por la muerte de una joven de 18 años durante una operación de apendicitis en una clínica bonaerense, tiene antecedentes en la ciudad santafecina de Rafaela. Rubén Daire, de 38 años, padre de tres hijos y empleado de la Empresa Provincial de la Energía, murió el 13 de febrero de 1998, “después de recibir una inyección que lo dejó en coma durante varias horas”, según dijo el hermano de la víctima, Marcelo Salvador Daire. “El [por Romero Hiriart] llegó un día a Rafaela, alquiló una casa y comenzó a atender. La llamó la «clínica del dolor». Rubén acudió ese día con un fuerte dolor de cabeza. Al rato, recibí una llamada de mi cuñada con la noticia de que Rubén estaba en coma”, relató Daire. Según Rodolfo Arancibia, jefe del cuerpo forense de Rafaela, Romero Hiriart había sido inhabilitado “por su responsabilidad profesional” en el caso de Daire. Aclaró que, en el caso de Rafaela, “la mala praxis no se produjo en su calidad de anestesista, sino en una especialidad que desarrollaba en ese momento contra el dolor”. Según recordó Arancibia, por el caso Daire, denunciado ante la Justicia, el anestesista estuvo demorado ocho horas. “Ante la situación planteada, cerró todo y se marchó. Un año después, nos enteramos de que había muerto otro de sus pacientes, pero en Frías, Santiago del Estero.
En Santiago del Estero SANTIAGO DEL ESTERO.– Zaida Mellberg, madre de Gonzalo Mellberg, en declaraciones difundidas por la radio Panorama recordó ayer a Romero Hiriart: “Mi hijo Gonzalo fue operado de los cornetes por Romero Hiriart, quien atendía como cirujano especialista en otorrinolaringología en el hospital de Frías. Gonzalo murió durante la operación. Hubo una investigación penal y estuvo detenido, pero no pasó nada”, dijo la mujer.
Daños al patrimonio urbano
Cuánto le cuestan al vecino las protestas en plazas porteñas Habrá que invertir $ 70.000 en arreglos Por Evangelina Himitian De la Redacción de LA NACION Ya no quedan flores en “la plaza del amor”, como la presidenta Cristina Fernández calificó a la Plaza de Mayo en su último acto allí. Sólo unas pocas y deshojadas margaritas amarillas se salvaron de ser pisoteadas durante las últimas marchas. No fueron deshojadas por el amor, sino por la desidia. Lo mismo les pasó a las demás flores que solían habitar la plaza. El cantero frente a la Casa Rosada parece la huella de un dinosaurio, ya que sólo quedaron los pozos en lo que alguna vez fue un colorido jardín. Lo mismo ocurrió con las plantas que formaban un escudo en el centro de la plaza. En rigor, falta de todo: pasto, luminarias, limpieza... Las fuentes están silentes y dormidas. Cada vez que se realiza un acto político y multitudinario en la Plaza de Mayo, la ciudad debe invertir unos 30.000 pesos para revertir los daños en el césped, las plantas, los actos de vandalismo que destruyen baldosas, luminarias y carteles, entre otras cosas, según informaron a LA NACION voceros del Ministerio de Medio Ambiente y Espacio Público porteño. El cálculo para la plaza del Congreso es mayor: cuando se levante el campamento de carpas habrá que invertir $ 40.000. Se trata de un dinero que saldrá de las arcas de la ciudad. En otros actos, como por ejemplo el que convocó en el Obelisco el pastor Luis Palau, los daños fueron estimados en unos 65.000 pesos. Cuando la ciudad concedió los permisos, exigió que la organización del acto religioso pagara esa suma en concepto de “césped, plantines, plantas y flores, rotura de riego y vandalismos varios”, se informó. Y así se hizo. En los casos antes señalados, en cambio, los destrozos los pagarán los vecinos. LA NACION quiso consultar al legisla-
dor porteño Juan Cabandié, del Frente para la Victoria, impulsor de la carpa de la Juventud Peronista en la plaza del Congreso, acerca del daño en el patrimonio urbano que provocan en la ciudad estas manifestaciones, pero el diputado no respondió las llamadas. “Cuando lugares que están protegidos por la ley como monumentos históricos nacionales, por ser exponentes extraordinarios de esos valores, se bastardean, se degradan, se ensucian, se rompen de la forma en que estamos viendo hoy, no hay duda alguna de que nuestra sociedad está enferma. Uso no es abuso. Libertad no es libertinaje. Autoridad no es autoritarismo. Como sociedad tenemos la obligación de recuperar el respeto por el otro y por las cosas que son de todos nosotros en conjunto, como las plazas”, dijo a LA NACION la doctora Sonia Berjman, urbanista y vicepresidenta del Comité Internacional Jardines Históricos y Paisajes Culturales.
Desde hace dos meses, un campamento de familias de La Matanza vive en la Plaza de Mayo
La fuente está seca y rota
Pirámide de insultos Desde el último acto, el 17 del mes último, la Pirámide de Mayo se convirtió en un pizarrón de insultos. Las rejas que la rodean, en la muralla de un campamento de personas que vivían en un predio tomado en La Matanza y fueron desalojadas. Viven en la plaza desde hace dos meses. Cuando uno visita la Plaza de Mayo, no sabe si un acto está por desembarcar o si acaba de terminar. Allí quedaron, desde quién sabe cuándo, dos escenarios a mitad de armar (o de desarmar). El primero está del lado este de la valla que divide la Plaza de Mayo en dos. Si uno se sube a él, descubre que incluso faltan tablones y que dejado allí no es otra cosa que un peligro. Del otro lado de la plaza hay otro, abandonado. También una escalera que termina en el vacío, en la que juegan los hijos de las familias desalojadas. Hay tachos
FOTOS DE MARCELO GOMEZ Y FERNANDA CORBANI
En lo que era un cantero de flores sólo queda tierra
que faltan y otros que están abollados y deformados a fuerza de golpes. Los carteles indicadores no cumplen ninguna función. Están cubiertos de carteles partidarios y graffiti. Algo similar se va forjando en la plaza del Congreso, donde son más de diez las carpas levantadas por el debate sobre las retenciones móviles que enfrenta al Gobierno con el campo. Pese a que hay baños químicos, el olor a orina aparece en ráfagas indeseables. También hay yerba usada tirada en todos lados.
Al dar una vuelta por allí se reciben unos diez folletos. El suelo es el mejor testimonio de que la información es demasiada. También hay pancartas colgadas de las luminarias y un orden precario en la instalación de cables y conexiones de sonido. Hay que recordar que el 17 del mes último un manifestante que participaba de un acto en apoyo a la Presidenta murió al caerle sobre la cabeza una luminaria que se desprendió de una columna en la que se habían atado demasiadas pancartas.
En el campamento de la plaza del Congreso hay de todo
Es un delito ■ Dañar el patrimonio urbano es un delito castigado por la Justicia. Según se informó desde el Ministerio de Medio Ambiente porteño, romper un banco, dañar una luminaria, sacar una baldosa o escribir un monumento no son simplemente “faltas administrativas”, sino un “delito”. Es más, si un inspector porteño sorprende a una persona que daña una plaza, debe informar a la policía, que podrá proceder a su detención. Algo que en la práctica casi nunca ocurre, porque durante las manifestaciones políticas, en general, la policía está afectada al operativo de seguridad. En las plazas de Mayo y del Congreso el daño es doble, ya que se trata de patrimonio arquitectónico e histórico.