1 OCUPÉMONOS DE NUESTRA SALVACIÓN - ObreroFiel

Por Paco Jiménez. Usado con permiso. Periódicamente es bueno evaluar cómo estamos delante de Dios espiritualmente, para ver si nos seguimos ocupando ...
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OCUPÉMONOS DE NUESTRA SALVACIÓN (Fil.2:12-13) Por Paco Jiménez Usado con permiso Periódicamente es bueno evaluar cómo estamos delante de Dios espiritualmente, para ver si nos seguimos ocupando de lo que el Señor nos dio, es decir de la salvación. Él ha sido fiel con nosotros, pero ¿nosotros nos mantenemos fieles a él, avanzamos, crecemos en serio? Notemos la realidad de esto viendo en qué categoría espiritual nos encontramos para que mejoremos, con la ayuda de Dios, nuestro estado espiritual. ¿En dónde estamos desde el día que el señor nos rescató, hasta ahora? Pregúntate, ¿soy?: Recién nacido [“¿Qué más sigue?”] Convertido “atascado” [“No puedo salir…”] Convertido “prometedor” [“Tengo mucho que dar, pero no lo doy.”] Convertido “apantallador” [“Sólo de apariencia, pues amo todavía lo mundano.”] Convertido que “metió reversa“ [“Alguna vez estuve en la delantera, pero ahora …”] Convertido “con muchos pretextos” [“Yo ya hubiera avanzado mucho en mi fe, pero me bloquearon, no me dejaron crecer.”] Convertido “sabiondo” [“Sé mucho, pero no lo puedo practicar.”] Convertido “normal” [ “Yo mismo no pretendo haberlo alcanzado, … pero prosigo a la meta” (Fil. 3:1314)] ¿A qué se debe el fracaso en la mayoría de los casos citados? ¿Qué sucedería si le diéramos a nuestra fe la misma atención y tiempo que le damos a otras cosas? Eg. Al trabajo Al estudio A los amigos y a las diversiones A lo sentimental A los problemas interpersonales A lo material A perder el tiempo Etc. ¿Estaríamos dispuestos en invertir toda esta atención y tiempo en lo mejor? Lo mejor aquí en nuestro texto (v. 12), es la salvación; lo que Dios nos dio cuando creímos: Tu fe, tu despertar espiritual, tu comunión con Dios, tu evangelismo, etc. Y es precisamente lo que nos manda Pablo que nos ocupemos de nuestra salvación, que los cristianos demos la atención correcta a ella, no importando en la condición espiritual en que nos encontremos. OCUPÉMONOS DE NUESTRA SALVACIÓN EN VIRTUD DE QUE DIOS ES EL QUE PRODUCE EN NOSOTROS EL DESEO DE HACERLO Y LA MANERA DE LOGRARLO. I. OCUPÉMONOS DE NUESTRA SALVACIÓN, OBEDECIENDO A LA FE, INDEPENDIENTEMENTE DE NUESTROS MAESTROS “FAVORITOS” (12a). A. El antecedente. “Por tanto” El “por tanto”, (según el contexto) tiene que ver con el llamado a vivir la fe en unidad, firmeza, siguiendo el ejemplo de Cristo de humildad para encarnarse y de obediencia de para morir en la cruz. Entonces, si Cristo 1

obedeció para cumplir la obra de su Padre, de igual forma los cristianos debemos obedecer el mandato de ocuparnos de nuestra salvación para ser creyentes y unidos en amor con los miembros de nuestra iglesia local. B. Pablo enseña que hay que obedecer a la fe, no únicamente bajo la dependencia de un maestro bíblico, sino de manera personal y constante aunque el maestro ya no esté. Esta es mi actitud porque yo soy el único responsable de mi salvación, pues yo daré cuentas a Dios por lo que hice con ella. 1. “Habéis obedecido”. Es obedecer la verdad, o a Dios con el enfoque fuerte de escuchar (la verdad de Dios). 2. Estos creyentes no sólo deben continuar su crecimiento, con la presión de la presencia de Pablo él cual les dio la doctrina y “el método” para seguir en la fe. Ahora que él está ausente por sus prisiones ellos deben continuar solos, dependiendo fuerte y directamente del Señor. C. Para practicar: 1. Nosotros también tenemos fuertes antecedentes para ocuparnos atentamente de nuestra salvación. 2. No seamos dependientes de la “paternidad” de un maestro favorito o estimado por nosotros; dependamos directamente del Señor y seamos responsables de nuestro crecimiento espiritual. II. OCUPÉMONOS DE NUESTRA SALVACIÓN DILIGENTEMENTE, PONIENDO TODO LO QUE NOS TOCA A NOSOTROS PARA HACERLO (12b). A. “Ocupaos de vuestra salvación” no se refiere a ganarla por obras, pues el que la comienza en las personas es Dios y él mismo será el que la terminará (1:6). 1. Aquí ocuparse de la salvación es atender la salvación que ya recibimos. 2. El N.T. menciona tres aspectos de la salvación: a. La justificación (Ro. 5:1) “En el pasado fui salvo de la pena del pecado.” b. La santificación progresiva (1 P. 1:15-17) “En el presente estoy siendo salvo del poder del pecado.” Cada día soy más santo y me estoy pareciendo más a mi Señor Jesucristo. c. La glorificación (1 Co. 15:51-52). “En el futuro seré salvo de la presencia del pecado.” 3. ¿A cuál de los tres aspectos se refiere Pablo cuando dice ocupaos de vuestra salvación. Parece que se refiere al de la santificación. Y esta no es igual a la justificación que la recibí sin hacer nada. La santificación, aunque es obra divina, sí requiere participación de nosotros. a. “Ocupaos” significa hacer, realizar, llevar a cabo, obrar, completar, producir, trabajar etc. Lit. sería: “continuad ocupándoos en la salvación que Dios ya les regaló” b. Entonces, no hay ninguna duda. Somos nosotros también los que debemos trabajar en nuestro crecimiento espiritual. Dios usa personas que nos enseñan, pero esas personas no viven la vida cristiana por mí. Soy yo el que aplico la doctrina que aprendí; yo soy el responsable y nadie más. 4. Nos debemos ocupar de ella con seriedad, es decir, con “temor y temblor”. a. Se puede referir a ocuparnos de ella bajo el temor del Señor, es decir, reverenciándole, y dependiendo sólo de él en el trabajo de crecimiento que llevo a cabo. b. También “temor y temblor” se puede referir a una fórmula de Pablo para designar la humildad, de la cual ha estado hablando vehementemente. B. Para Practicar: No hay duda; el llamado de Pablo a ocuparse de la salvación es también para mí. Yo soy la persona esencial junto con el Espíritu Santo para ocuparme de mi salvación. Aunque tengamos buenos maestros no podemos depender de ellos para crecer, pues ellos no nos dieron su mensaje personal; nos dieron el mensaje de Cristo el cual quedó establecido en nosotros y ahora es el que debemos de seguir.

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III. OCUPÉMONOS DE NUESTRA SALVACIÓN, ALENTADOS DE QUE ES NUESTRO BUEN DIOS ES EL QUE PRODUCE EN NOSOTROS EL DESEO Y LAS FUERZAS PARA HACERLO (13). A. El deseo de ocuparme de mi salvación lo produce Dios en mí. 1. “El querer” (desear, querer, estar dispuesto, gustar etc.). Dios da el deseo de obrar, de producir. Da la energía y actúa en mí sobrenaturalmente para que yo desee ocuparme de la salvación que él me regaló. 2. “El hacer”: Él también produce el actuar por su Espíritu Santo (Col. 1:28-29). 3. Entonces, “la iniciativa” siempre proviene de Dios. Él, por medio de su Espíritu Santo, trabaja en nuestro interior para producir esto y todos estos deseos los alimenta con la verdad de la Palabra. B. La motivación de Dios para producir esto, no viene de nosotros, sino que él hace esto “por su buena voluntad”. “Buena voluntad” es el agrado, complacencia, propósito. Dios se complace, se deleita en que tú, primero lo conozcas, es decir, en que abras los ojos, en que seas libre y también se deleita en que tu crezcas, que dejes de ser niño fluctuante y seas maduro como Jesucristo. C. Para practicar: Todos estos deseos de conocer a Dios y de crecer vienen de él por su gracia y su bondad. Ahora has tú lo que te toca: ¡Ocúpate de tu salvación, dependiendo de él! CONCLUSIÓN: ¿Qué le podrás regalar al Señor como gratitud por la misericordia de la salvación que te obsequió? Según estos textos, el ocuparnos de nuestra salvación es lo que él quiere. Sal del estado negativo en que pudieras estar (revisa la evaluación de la introducción) y entrégate a él, ocupándote de tu salvación. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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