Un festival de música para derribar prejuicios

30 oct. 2014 - a las 19, en la Usina del Arte l CUARTETO PELLEGRINI. Entre muchos motivos, el Cuar- teto Pellegrini es recordado en. Buenos Aires por su ...
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espectáculos

| Jueves 30 de octubre de 2014

Un festival de música para derribar prejuicios

Contemporánea. Comienza hoy con el estreno de la ópera La libertad total

Pablo Gianera LA NACION

A lo largo de casi dos décadas, muchas cosas, desde repertorios hasta escenarios, cambiaron en el Ciclo de Conciertos de Música Contemporánea del Teatro San Martín. En todo este tiempo, aparecieron también nuevos espacios para la música de los siglos XX y XXI. Pero los cambios del ciclo que dirige Martín Bauer se produjeron en equilibrio con puntos fijos; o mejor dicho, se produjeron en el interior de una permanencia. La edición que empieza hoy, la número 18, mantiene, por ejemplo, el hábito incorporado desde hace un par de temporadas de presentar una ópera argentina. La música para escena fue entonces uno de esos cambios del ciclo ya desde la Medea, de Pascal Dusapin. Y así como antes estuvieron, en el plano local, Cachafaz, de Oscar Strasnoy, y El Gran Teatro de Oklahoma, de Marcos Franciosi, esta vez será La libertad total, de Lucas Fagin y Pablo Katchadjian (ver aparte). Otras tradiciones, incluso tradiciones recientes, se mantienen. Habrá un concierto en la sala principal del Teatro Colón, música de compositores argentinos, varios estrenos nacionales y, por supuesto, una fecha dedicada a Morton Feldman, talismán eficaz del ciclo, que en esta edición incluirá la pieza Clarinet and String Quartet. No menos importante será la nueva presentación de Margarita Fernández. El año pasado, ha-

bía hecho Montaje Lachenmann en el auditorio de la Fundación Proa. Esta vez, en ese mismo lugar, se podrá ver A modo de retrospectiva… In memoriam Hugo Parpagnoli, una masterclass de dos jornadas alrededor de la película Al azar Baltasar, de Robert Bresson, y el “Andantino” de la Sonata en La mayor, de Franz Schubert. El resto puede seguirse en la siguiente selección de lo más relevante que sucederá durante casi un mes. l TERRETEKTORH. “La obra

fue escrita para una gran orquesta, semejante a la que podemos encontrar en Beethoven. Lo nuevo reside en que los músicos se sientan diseminados entre el público; el director se ubica en el medio de la sala en un podio circular.” Así explicó Iannis Xenakis las intenciones de Terretektorh, su pieza para 88 músicos “esparcidos entre el público”, que tendrá su estreno local dirigido por Arturo Tamayo.

Domingo 2 de noviembre, a las 19, en la Usina del Arte l CUARTETO PELLEGRINI.

Dos cantantes y dos actores para la obra de Fagin l FRANÇOISE RIVALLAND. La percusionista francesa presentará un programa que parte de Le Corps à Corps, de Georges Aperghis, pero explora piezas que trabajan musicalmente con elementos puramente fonéticos. Habrá obras de Scelsi, Samuel Beckett y el primer movimiento de la Ursonate, de Kurt Schwitters, momento decisivo de la poesía sonora.

Miércoles 12 de noviembre, a las 20.30, en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín

l AN INDEX OF METALS. Poco antes de morir, apenas después de cumplir cuarenta años, el italiano Fausto Romitelli compuso An Index of Metals, una video ópera para soprano solista y ensamble de once instrumentos que pretendía cambiar las reglas del género. Fue un testamento y, en cierto modo, también una pregunta lanzada hacia delante.

Martes 18 de noviembre, a las 20.30, en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín

Entre muchos motivos, el Cuarteto Pellegrini es recordado en Buenos Aires por su interpretación, en 2001, del Segundo cuarteto para cuerdas, de Feldman, una obra de más de cinco horas de duración. El programa de esta nueva visita será más breve, aunque no menos concentrado: Anton Webern, Giacinto Scelsi y la Gran fuga opus 133, de Beethoven.

l ESCRITURAS ARGENTINAS. El conDiT (Conciertos del Distrito Tecnológico de Buenos Aires) será el escenario para un programa que incluye piezas de los argentinos Jorge Diego Vázquez, Santiago Pedernera, Fernando Manassero, Valentín Pelisch, Luciano Azzigotti y Daniel Halaban.

l CORO. El estreno latinoamericano de Coro, de Luciano de Berio, es uno de los puntos más altos del ciclo de este año. La pieza, fechada en 1977, fue escrita para cuarenta instrumentistas y cuarenta voces solistas, con la particularidad de que cada voz trabaja con un instrumento. Esta versión será dirigida por Emilio Pomarico e incluirá también la Sequenza para voz.

Sábado 8 de noviembre, a las 19, en la Usina del Arte. Entrada libre y gratuita

Sábado 15 de noviembre, a las 19, en CheLA. Entrada gratuita

Jueves 13 de noviembre, a las 20.30, en la Sala Principal del Teatro Colón

alejandro held

La ópera, como una película “¿Por qué no intenté que algunas cosas fueran un poquito más simples? Ante los problemas, uno piensa, ¿por qué no bajé un cambio?” Lucas Fagin se hace estas preguntas en mitad de los ensayos de La libertad total, la ópera que escribió en colaboración con Pablo Katchadjian y cuyo estreno había estado previsto originalmente para el Tacec del Teatro Argentino de La Plata y que podrá verse finalmente hoy y mañana, a las 20.30, en la Sala Casacuberta del San Martín con dirección musical de Mariano Moruja. “Quienes más habían avanzado en la época del Tacec eran los actores. La obra es para cuatro cantantes y dos actores: los dos actores son en realidad la columna vertebral de la pieza”, explica Fagin. –Es significativo que digas que en una ópera el eje son los actores y nos los cantantes. –Buscaba un modo de interactuar con la idea de la ópera, pero que también fuera convincente. Que tuviera una dinámica diferente, más teatral o casi cinematográfica. También quería que lo literario tuviera una dimensión tan potente que se pudiera equiparar con la música. Para eso, los diálogos tenían que fluir

con naturalidad y ser muy bien actuados. Buscaba una potencia narrativa mayor que escapara al formato tradicional de la ópera. Y además que el canto fuese una consecuencia de razones literarias. Hay dos personajes que avanzan en la obra hablando y se cruzan con otros personajes, que a veces cantan. No quería naturalizar el canto. Ellos cantan por una razón literaria. –¿Te parece que a estas alturas la ópera tiene más para aprender del teatro que de ella misma? –Ése es el planteo de esta pieza. Para mí, hay algo obsoleto en el género y, de hecho, nunca fui fanático de la ópera. Cuando pienso en las influencias a partir de las cuales construí la pieza, veo que no son influencias operísticas. En este caso, como es una pieza con elementos narrativos y hasta descriptivos me serví de muchas fuentes. No quería que el género condicionara mi imaginario. Por ejemplo, La libertad total no tiene una obertura: empieza con un diálogo sin música. Ya es una toma de posición. Yo me imaginaba la ópera como una película, como si se pudiera proyectar en el cine.ß