Tregua de los mercados a Dilma, que prometió

el gobierno de Luiz Inacio Lula da. Silva (el propio ex mandatario par- ticipa de las conversaciones con. Dilma para evaluar quién sería la mejor opción); el ex ...
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el mundo

| Miércoles 29 de octubre de 2014

el MUnDO

Edición de hoy a cargo de Inés Capdevila www.lanacion.com/mundo | @LNmundo | Facebook.com/lanacion [email protected]

Vientos de cambio

Nuevo equipo económico Los inversores esperan un ministro de Economía más amistoso con los mercados y que impulse el crecimiento

El mercado le reclama reformas sustanciales a Dilma, que evalúa medidas

Contener la inflación Los mercados reclaman medidas para contener la inflación, que superó el máximo de tolerancia de la meta oficial de 6,5% en septiembre; quieren que sea de 6,45% para el cierre del año

Reforma tributaria Los empresarios insisten en recortar la burocracia, simplificar el código impositivo y reformar el sistema de pensiones

reelección en brasil | el futuro de la economía

Tregua de los mercados a Dilma, que prometió cambios de fondo Tras la caída de la Bolsa, dijo que dialogará con todos los actores económicos; avanza una reforma política Alberto Armendáriz CORRESPONSAL EN BRASIL

RÍO DE JANEIRO.– Tregua en Brasil. Tras la negativa reacción de los mercados anteayer a la reelección de Dilma Rousseff, la Bolsa de San Pablo y el real repuntaron ayer luego de que la presidenta anunció que comenzará a tomar pronto medidas para impulsar el crecimiento económico, y que tenderá puentes con el empresariado y el sector financiero para analizar las mejores formas de inyectar la confianza necesaria para garantizar la recuperación. “No voy a esperar a la conclusión de mi primer mandato para iniciar todas las acciones en el sentido de transformar y mejorar el crecimiento de nuestra economía. Voy a abrir el diálogo con todos los segmentos. Quiero dialogar con los sectores empresariales, financiero, con el mercado, para discutir cuáles son los caminos de Brasil. Pretendo colocar de forma muy clara las medidas que voy a tomar. Ahora, no será hoy; antes de final de año. Lo haré este mes que se inicia la próxima semana”, señaló Dilma, en una entrevista televisiva, en el Jornal Nacional de la cadena Globo, después de una turbulenta jornada financiera en la que la Bolsa cayó un 2,77% y el real se devaluó un 2,13% frente al dólar. Las palabras de la presidenta, que el domingo se impuso con el 51,64% de los votos frente al 48,36% del candidato opositor socialdemócrata Aécio Neves, trajeron calma a los mercados, dudosos de si en su nuevo gobierno, que empieza el 1° de enero, Dilma insistirá en la fallida política económica desplegada hasta ahora o si estaría dispuesta a realizar cambios. Desde que la presidenta asumió el poder en 2011, el crecimiento de la economía brasileña se ha desacelerado notablemente (para este año se espera que el PBI se expanda un mísero 0,3%), y la inflación no para de aumentar (6,75% en los últimos doce meses). Ayer, la Bolsa de San Pablo, la mayor de América latina, cerró con un alza del 3,62%, mientras que el real se apreció un 2,13% frente al dólar, para terminar con la moneda esta-

dounidense cotizada a 2,47 reales por unidad. En tanto, entre Brasilia y San Pablo los economistas y analistas financieros ya comenzaron a barajar nombres de quiénes podrían ser los elegidos de Dilma para reemplazar al desacreditado actual ministro de Economía, Guido Mantega. La presidenta ya había adelantado que no sería parte de su segunda administración. Entre las figuras que más suenan están Luiz Carlos Trabuco, presidente ejecutivo del banco Bradesco; Henrique Meirelles, ex presidente del Banco Central durante el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva (el propio ex mandatario participa de las conversaciones con Dilma para evaluar quién sería la mejor opción); el ex secretario ejecutivo del Ministerio de Economía Nelson Barbosa, y el ex presidente del Banco do Brasil Rossano Maranhão. Todos ellos son personas respetadas en el ambiente financiero, que, según se cree, podrían dar vuelta la página al intervencionismo estatal en la economía que se ha visto en los últimos años. “No es el momento ni la hora para discutir nombre para el próximo gobierno”, se limitó a responder Dilma cuando se le preguntó al respecto en las entrevistas que dio anteanoche a las televisoras Globo y Record. Mientras ayer los mercados decidieron darle a la presidenta un

Obama vuelve a invitar a Dilma ^b^b^ El presidente norteamericano, Barack Obama, felicitó ayer a su par brasileña, Dilma Rousseff, y sugirió que ambos gobiernos deberían hacer preparativos para una visita de Estado de la presidenta. Dilma había cancelado su viaje a Washington el año pasado tras el escándalo del espionaje norteamericano a la mandataria.

respiro, le surgieron, sin embargo, nuevos obstáculos políticos, tanto en su propia coalición como en la oposición. Por un lado, legisladores del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), advirtieron que se resistirán a la reforma política que la presidenta anunció el domingo que impulsará como una de sus prioridades en el nuevo gobierno y que pretende establecer por plebiscito. “El mejor camino para aprobar la reforma es el Congreso Nacional –caso contrario, podrá pagar caro por la omisión– y someterla a un referéndum popular”, indicó, a través de un comunicado, el presidente del Senado, Renan Calheiros. Una reforma política –que incluiría nuevas reglas para la financiación de campañas electorales, el fin de la reelección presidencial y normas para reducir la enorme cantidad de partidos– es un proyecto que permanece desde hace años estancado en el Congreso, donde intereses partidarios impiden su tratamiento. Por otro lado, el senador Aloysio Nunes Ferreira, ex candidato a vicepresidente de Aécio Neves por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), resaltó que “no dará tregua” a Dilma, pese a sus llamados al diálogo al ganar la reelección. Nunes Ferreira se quejó de la campaña negativa, sumamente agresiva, que el PT descargó, “con mentiras y difamaciones”, contra su partido. “Quien hace eso no tiene autoridad moral para pedir diálogo. Conmigo no. Ofrece una mano mientras en la otra tiene un puñal que clava en la espalda”, observó el senador opositor.ß

del editor: qué significa. La última elección estuvo lejos de ser un cheque en blanco para el PT; Dilma parece haberlo entendido así y está actuando en consecuencia.

Dilma, ayer, en el Palacio Alvorada, de donde prácticamente no salió

reuters

Un discurso conciliador Dilma prometió tender puentes con los empresarios y el sector financiero para analizar las reformas económicas que necesita Brasil; su objetivo es implementar medidas antes de fin de año

“No voy a esperar a la conclusión de mi primer mandato para iniciar las acciones en el sentido de transformar y mejorar el crecimiento de nuestra economía”

“Voy a abrir el diálogo con todos los segmentos. Quiero dialogar con los sectores empresariales, financiero, con el mercado, para discutir cuáles son los caminos de Brasil”

“No es el momento para discutir nombre para el próximo gobierno”, dijo Dilma cuando se le preguntó acerca del próximo ministro de Economía

Antes fragmentada, la oposición se rearma para enfrentar al PT el escenario Antonio Jiménez Barca EL PAÍS

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SAN PABLO

urante 12 años, el Partido de los Trabajadores (PT), primero con Luiz Inacio Lula da Silva (2002-2010) y después con Dilma Rousseff (2010-2014), gobernó Brasil casi sin oposición. Una sucesión de formaciones desarticuladas y empequeñecidas no hacían sombra ni servían de oponente al todopoderoso PT, una verdadera máquina de ganar elecciones y de conservar el poder. En la próxima legislatura, ganada por Dilma en las elecciones del domingo pasado por un ajustadísimo margen, de poco más de tres puntos, todo cambiará: el Partido de la So-

cial Democracia Brasileña (PSDB) del candidato derrotado, Aécio Neves, consiguió el 48,36% de los votos y salió de estas elecciones, a pesar de la derrota, más fuerte y consistente de lo que entró. De hecho, hubo un momento, a principios de septiembre –cuando Aécio figuraba tercero en las encuestas, por detrás de Dilma y de la ecologista Marina Silva– en que se especuló sobre su retirada y la consiguiente desaparición de la formación que encabezaba, o, al menos, su reducción a la condición de partido liliputiense, minoritario e intrascendente. Aécio, que se negó a rendirse, con una fe en sí mismo encomiable, prosiguió en la pugna y logró pasar a la segunda vuelta, superando a Marina Silva. Ahora, este senador de 54 años,

con casi medio país detrás de él, se prepara para organizar la oposición a Dilma con un partido mucho más articulado. No está solo. Tendrá a su lado –algunos afirman que, de hecho, estará marcándole demasiado de cerca– al otro peso pesado del PSDB, Geraldo Alckmin, gobernador de San Pablo, reelegido en el primer turno y responsable, según sus seguidores, de que el estado más poblado del país pertenezca de una manera abrumadora al PSDB y haya votado masivamente por Aécio. El próximo líder En tanto, la prensa brasileña ya hace especulaciones sobre quién será el líder indiscutido de la centroderecha brasileña y quién será el candidato para las elecciones de 2018, si el casi ganador, pero perde-

Durante 12 años, el PT gobernó Brasil casi sin oposición El PSDB sale de estas elecciones, a pesar de la derrota, más fuerte y consistente de lo que entró Aécio se prepara para organizar una oposición a Dilma con un partido articulado

dor al fin y al cabo, de la gran liga, Aécio, o el triunfador en una liga menor, pero triunfador sin medias tintas, Alckmin. La incógnita recién empezará a resolverse en 2015, cuando el PSDB elija la dirección para los próximos años. Mientras, este partido recupera el aliento y la fuerza perdidos desde la época en la que el presidente Fernando Henrique Cardoso gobernó el gigante sudamericano (19942002). Con 53 diputados federales en el Congreso, nueve más que en la pasada legislatura, se sitúa como la tercera fuerza, después del PT y del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una formación sin ideología precisa, especializada en componendas a diestro y siniestro y en aliarse con el que, a la

postre, se lleva la victoria electoral. En un Parlamento fragmentado hasta lo inverosímil como el brasileño, con 28 partidos, lograr 53 diputados puede considerarse un éxito. De cualquier modo, para convertirse en la unión vertebradora de la oposición que corresponde al caudal de votos recibidos, el PSDB deberá afrontar algunas reformas. La primera, y más importante, a juicio del analista político de la Universidad de Brasilia José Paulo Cunha, es la de encontrar un norte preciso. “El partido cometió muchos errores”, dijo Cunha al diario O Globo. “Sobre todo, el carecer de una ideología y de un programa claros. Eso va a tener que cambiarlo si quiere asumir autonomía y protagonismo político en la oposición”, añadió el analista. © El País, SL