El estratégico guiño a los evangélicos de Dilma Rousseff ...

24 ago. 2014 - bargo, un espectro político mucho más vasto, de derecha a izquierda, que el protestantismo evangélico, instalado en coordenadas sólida-.
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enfoques

| Domingo 24 De agosto De 2014

planetario

Alarma en el Reino Unido: la crisis ya pone en peligro a los pubs josefina salomón

PARA LA NACION

LONDRES.– La más inevitable parte de la rutina diaria de los británicos –tomarse una pinta en el pub local después del trabajo– parece estar en peligro. Al menos eso predice un reciente informe de Camra, un grupo que protege las cervecerías históricas, en el que revela que en los últimos seis meses han cerrado más de 31 pubs por semana en todo el Reino Unido. La “crisis” parece ser el resultado de los problemas económicos que enfrenta el país y el nuevo estilo de vida saludable que están adoptando grandes sectores de la sociedad local. Sin embargo, el grupo argumenta que la verdadera razón por la que tantos

pubs están cerrando es que los dueños de supermercados están comprando sus terrenos a bajo precio para establecer sus negocios, y que nadie les está imponiendo restricciones. De hecho, en una entrevista con The Guardian, Tom Stainer, representante de Camra, dijo: “Muchos pubs que son parte histórica de sus comunidades y que funcionan perfectamente están cerrando porque la legislación británica no los protege”. Según el documento de Camra, el Reino Unido cuenta con 54.490 pubs, aunque parece que no son suficientes para una población de fanáticos de la cerveza que están dispuestos a todo para proteger a sus tradicionales centros de recreación social. ß

Uruguay no es EE.UU., y eso, para algunos, no está nada mal nelson fernández

CORRESPONSAL EN URUGUAY

MONTEVIDEO.– Río Branco es una ciudad pequeña, donde viven poco menos de 15.000 uruguayos. Ahí cayó, sin entender mucho qué pasaba, un nigeriano que emigró de su país para trabajar en los Estados Unidos y juntar dinero para llevar a su familia africana. Chidi Asiegbu salió en un barco de carga ruso, y la tripulación lo convenció que lo dejarían en Norteamérica. Pero no iban al Norte, sino al Sur, y lo dejaron en el puerto brasileño de Río Grande. El paisaje no parecía el de Estados Unidos y el nigeriano no lograba hacerse entender. Un camionero lo llevó hasta Yaguarón, ciudad fronteriza con Uruguay, y caminando llegó a

la ciudad de Río Branco. Con traducción en inglés, la policía pudo entender que Chidi tenía 39 años, que había pagado para que lo llevaran a Estados Unidos, y que había llegado engañado a estas tierras. Según informó el jefe de Policía de Cerro Largo, Brasil impidió el reingreso del nigeriano a su territorio, por lo que se estaban haciendo tratativas ante el consulado nigeriano en Argentina para que pudiera volver a su país. Mientras tanto, una empresa de gestión de residuos hospitalarios contrató a Chidi, que se ganó la simpatía de la gente local. Él trabaja y comprueba que Río Branco no tiene nada que ver con los Estados Unidos. Pero se acostumbra… ß

La 2 perspectivas

A falta de certezas, buenas son las encuestas Claudio A. Jacquelin —LA NACION—

N

unca una campaña electoral empezó tanto tiempo antes y nunca como ahora el paso de los días sólo sirve para sumar incertidumbre. Los candidatos, precandidatos y proyectos de precandidatos se desviven por encontrar en ese escenario señales que les den algunas certezas. Y se abrazan con fervor místico a las encuestas. Mucho más que siempre. Buscan algo en qué creer, esperan desesperadamente qué pueden hacerles creer a los demás y terminan creyendo los resultados que les muestran lo que ellos quieren ver. Si los números son favorables, a casi ninguno le importa que la lógica interrumpa el pensamiento mágico y le diga que no se pueden comparar peras con manzanas ni medir postulantes que se eliminarán en las PASO con candidatos que irán directamente a las elecciones generales. Si el resultado responde a lo que pagaron, no dudan en hacerlo circular y se desviven por venderlo como verdad revelada. Como si fueran las primeras encuestas que la opinión pública y los formadores de opinión ven. Como si unos y otros no fueran consumidores consumados de sondeos. Sueñan con la aptitud creadora de los números. El verbo que se hace carne. La cifra que se convierte en masa de votantes. Gastan millones de pesos y de minutos, mientras la realidad no deja de cambiarles el decorado y correrles la meta. Eso los justifica. Sólo creen en la foto fija de los números que acaban de recibir. Un sosiego tan duradero como una dosis de paco. La adicción es así, el efecto dura cada vez menos y es cada vez más caro. Se entiende, la realidad es muy inhóspita e imprevisible. El Gobierno, reconocen hasta los demás miembros del Gobierno, es sólo Cristina, Axel y Máximo (en las sombras). Nadie sabe qué harán mañana o dentro de un rato. Y ningún funcionario se anima a decirles que no está de acuerdo. Menos, a sugerir que pueden estar equivocados. Pero el trío tiene reflejos y no pierde la iniciativa. Logran siempre desacomodar a todos, especialmente a los candidatos (no distinguen entre oficialistas u opositores) cada vez que creen estar cómodos en campaña. Cristina aprovecha (y gasta) el crédito que le da la certeza de que en un año y medio habrá un nuevo gobierno, que todos sueñan más previsible. Axel maximiza el beneficio de ese préstamo de tolerancia y tiempo, pero no para vencer las dificultades económicas que padecemos los argentinos, sino para ensayar sus dogmas, con la ilusión de demostrar que casi todos los teóricos de la historia de la economía mundial han vivido equivocados. Cristina, cada día más fascinada, le puso a su disposición un inmenso laboratorio de casi tres millones de kilómetros cuadrados con 40 millones de cobayos. Cómo no se van a desvivir por alguna certeza los que pretenden ser los dueños del futuro si el presente no les pertenece. Y la mayoría está en otra cosa. Al electorado le preocupa la inseguridad, lo desvela la posibilidad de perder el empleo, lo pone nervioso el aumento de los precios, lo saca la corrupción, le indigna la impunidad, lo deprime el default perpetuo del largo plazo. Las elecciones hoy quedan demasiado lejos. Y, con semejantes pesadillas cotidianas, se agotan las pastillas para soñar. Apenas quedan las encuestas.ß

g Hechizada Por Diego Sehinkman | Foto Marcos Brindicci / Reuters ciudad de BueNOS aiReS, 20 de aGOSTO de 2014. –¡Hay que controlar a las empresas! ¡Las estructuras de costos, cuánto margen se quedan! –Ay, Axel, creo los yanquis te ganaron de mano. Ya están controlando las empresas de Lázaro. Todo ocurrió en la Bolsa de Buenos Aires. Cual Ada Falcón cantando aquel tango de Canaro, la presidenta suspiró, obnubilada: “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”. El verdor de “Kichi” la encandila. En esta temporada otoño invierno es Axel el que le indica cuál de las sábanas colgadas es un fantasma y qué terraza está a punto de complotar contra

HUmor

el gobierno. Antes era Guillermo Moreno el que le atizaba el fuego de la desconfianza. Pero con Kicillof encontró su versión 3.0. El elegido viene de una familia de clase media intelectual, más bien de centroizquierda y no muy peronista. Axel militó desde que estudiaba en el Nacional Buenos Aires, en la facultad fue uno de los fundadores de una agrupación llamada TNT, Tontos pero No Tanto, que rompió la hegemonía de Franja Morada. Fue investigador, becario, docente de la facultad y se doctoró estudiando la obra de Keynes y el rol del Estado. Como lo acusaban de ser un bicho de universidad y

de quedarse sólo en lo teórico, un día decidió hacer su primer trabajo práctico: expropiar YPF. Dicen que a la Presidenta la hipnotizó el día en que la miró fijo y, con sus ojos claros, le dijo: “Vamos a pedirle prestado un eslogan al maldito capitalismo: «Impossible is nothing»: ¡expropiemos! A partir de ahí no paró hasta ministro de Economía y, según se dice, potencial candidato presidencial. Ahora lo acusan de soberbio. ¿Qué es un soberbio? Un convencido con el dedo en alto. Dicen que ese índice le quedó así, siempre arriba, por un accidente que tuvo de chico, a los 4 años. La culpa fue de los padres. Discutieron y ellos le dieron la razón. ß

opinión

El estratégico guiño a los evangélicos de Dilma Rousseff Miguel Ángel Bastenier —EL PAíS—

Joe Heller/ estados unidos –¿Vos creías que nuestro trabajo en Medio Oriente es duro? ¡Imaginate ser él! “Consejero de asuntos raciales”

Stephff/ Francia El grupo islamista ISIS y sus pretensiones de extender el califato islámico. –Por las dudas, ¡aumentá el presupuesto para colonizar Marte!

E

MADRID

n Europa, la religión se encuentra empaquetada en algún lugar relativamente apartado de la personalidad, y la capacidad de la Iglesia –católica, por supuesto– de incidir en la conducta de los ciudadanos depende de su destreza para actuar en el mercado de las creencias. Lo demás es inercia. Pero América latina es otra cosa. En el inconsciente –o muy consciente– colectivo latinoamericano, la religión es un factor político. Eso lo sabe muy bien la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, católica declarada que tiene en su despacho de Planalto una imagen de la Virgen de Aparecida, que ante las elecciones del próximo 5 de octubre corteja a los 42 millones de compatriotas que veneran al Jesús de los evangélicos, protestantismo en velocísima expansión en toda América latina. De 2000 a 2013, el catolicismo ha perdido, según Latinobarómetro, un 13% de fieles, y en Brasil, que, con unos 130 millones de bautizados, sigue siendo el país con más católicos del mundo,

las iglesias evangélicas han crecido un vertiginoso 60%. En América Central, ya talonean al catolicismo, que no congrega al 50% de la población. Rousseff asistió hace días, rodeada de prohombres y mujeres de pro, a la inauguración del templo de Salomón de la Iglesia Universal del Reino de Dios, con capacidad para más miles de fieles que San Pedro de Roma. La presidenta que, tras el fallecimiento del candidato socialista Eduardo Campos, tendrá que enfrentarse muy probablemente a Marina Silva, ecologista, negra y evangélica, ha repetido que creía firmemente en el poder de la oración, quizá pensando en no tener que exponerse con su ayuda a una siempre azarosa segunda vuelta. Pero, con oración o sin ella, atraer una parte del voto evangélico sería, literalmente, mano de santo. ¿Se imagina alguien a Rodríguez Zapatero haciendo una novena por el triunfo del PSOE o a François Hollande blandiendo un aspersorio con agua bendita? Ni siquiera Rajoy. Los catecúmenos de las redes sociales, Twitter especialmente, han podido darse cuenta de cómo los españoles no hacen prácticamente mención de las potencias celestiales, mientras que en el universo electro-

magnético latinoamericano, católicos y protestantes invocan al Señor hasta en su identificación en la red. ¿Y qué es ese acceso de fervor, especialmente grato al alma evangélica? Jorge Castañeda, en La utopía desarmada, califica el populismo político de “reflejo del sueño incumplido latinoamericano de una modernidad sin dolor”. Eso me parece también la milagrería, de nuevo más evangélica que católica, un populismo “curalotodo”, a la vez que una especie de spanglish de las religiones. El catolicismo latinoamericano, aún en retroceso pese al advenimiento del papa Francisco, cubre, sin embargo, un espectro político mucho más vasto, de derecha a izquierda, que el protestantismo evangélico, instalado en coordenadas sólidamente conservadoras, y de una disciplina de voto también mayor. Con ello contaría Marina Silva, claramente a la izquierda de su congregación. Rousseff, en medio de una caída de la actividad económica, del fiasco deportivo del Mundial tan reciente y de una visible carencia del afecto contagioso que exudaba su antecesor y guía, el presidente Lula, necesita votos donde se encuentren. Aunque haya que orar por ellos. ß