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INFORMACION GENERAL
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Lunes 19 de octubre de 2009
MADRUGADA FATAL s EL FINAL DE UNA NOCHE DE DIVERSION EN TIGRE
Trágico accidente en un lago de Nordelta Cuatro jóvenes murieron cuando el auto en el que viajaban, aparentemente a alta velocidad, cayó en un espejo de agua del barrio EZEQUIEL VINACOUR
Los vecinos, entre el asombro y las quejas
LA NACION
Discrepancia sobre los controles de velocidad PABLO TOMINO LA NACION
Desconsolados amigos de las víctimas, frente al destacamento policial Benavídez Este FERNANDA CORBANI
El lugar de la tragedia
Río de la Plata
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Buzos de la Prefectura ubican el auto
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Sentido de circulación
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Comienzan a retirarlo del lago
Lugar del accidente
Barrio Cabos del Lago (en construcción)
de Av.
El accidente
NORDELTA
los Lag os
Anteanoche, los cuatro amigos habían asistido a una fiesta en el pub irlandés Downtown Matías, uno de los del complejo de bares, aledaño a Nordelta. Se sabe que, tras irse de allí, cargaron combustible en una estación de servicio Petrobras, sobre la ruta 27, y que decidieron atravesar Nordelta en dirección al corredor Benavídez-Bancalari, como una forma de acortar camino para tomar la autopista Panamericana y regresar al partido de San Martín; tres de los jóvenes vivían en San Andrés y uno, en Villa Ballester. Ninguno tenía residencia en Nordelta, por lo que aún es motivo de averiguación y controversia establecer cómo sortearon los controles de ingreso. Pedro Segura, director de la Dirección Vecinal de Nordelta, aseguró que los jóvenes ingresaron en el complejo como acompañantes de un amigo con el que habían compartido la noche y que sí residía en el country. Pero fuentes policiales del destacamento Benavídez Este descartaron la presencia de un quinto joven en el auto y aseguraron que las víctimas contaban con un permiso para ingresar, extendido por una de las familias de Los Castores, uno de los 14 barrios de la urbanización. “Ellos no vivían en Nordelta, pero el conductor [Frachia] tenía autorización de una familia para entrar en el complejo. Esa familia, sin em-
Río
ana mp l Ca ma Ra
Cuatro jóvenes murieron al caer dentro de uno de los lagos de Nordelta el auto en el que viajaban, presuntamente por una mala maniobra, a una velocidad mucho mayor que la máxima permitida en los 14 barrios privados que componen esa exclusiva urbanización cerrada en el partido de Tigre. Las víctimas fueron identificadas como Alexis Iván Frachia, de 26 años; Darío Fasano, de 22; Sebastián Cabirta, de 22, y su primo Eduardo Cabirta, de 25. Frachia era quien conducía el Volkswagen Crossfox que terminó en las aguas de un lago artificial de 12 metros de profundidad. Según confirmaron a LA NACION fuentes policiales, el accidente ocurrió pasadas las 6, luego de que el auto, que según fuentes policiales circulaba a gran velocidad, “mordiera” el cordón del bulevar Los Lagos, lo que hizo que, ya fuera de control, cruzara el cantero que divide ambas manos de esa vía, cayera primero sobre un terraplén de un sector en construcción y terminara en el fondo de un lago artificial en la zona del barrio Cabos del Lago, entre Barrancas del Lago y La Glorieta. Los cuerpos de las víctimas fueron rescatados por buzos tácticos de bomberos de Tigre y por personal de la comisaría 2a. de ese distrito, que llegaron al lugar tras una llamada al 911, realizada por guardias de una de las empresas de seguridad que operan en el complejo. “Los cadáveres fueron rescatados de entre los hierros en que quedó convertido el vehículo. Dos de los jóvenes tenían astillas de vidrios en el cuerpo como consecuencia del fuerte impacto con el fondo del lago”, señaló un bombero de Tigre consultado por LA NACION. Aún se desconoce si el accidente se debió a una mala maniobra o a un desperfecto técnico. Tampoco se sabe si los jóvenes estaban alcoholizados. Esos detalles sólo se conocerán luego de que la policía científica concluya con los peritajes sobre el rodado y luego de que los médicos legistas hayan realizado las autopsias, programadas para hoy, a las 10, en el hospital de San Fernando. Una campera blanca sobre el asiento del acompañante, una factura telefónica, un par de zapatillas y un pequeño muñeco de peluche eran algunas de las pertenencias que, ayer, podían verse dentro del Crossfox negro, dominio GES 142.
AB AN
CAL
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Luego de dos horas, lo extraen totalmente
LA NACION
FOTOS GENTILEZA FEDERICO VILLALBA DIAZ
bargo, no estaba enterada de que los chicos estaban allí, porque cuando la policía se acercó a certificar la validez del permiso, aseguraron que no los esperaban. Por todo esto presumimos que ingresaron en el barrio sólo para cortar camino hacia la Panamericana”, dijo a LA NACION el oficial principal Lucas Borges, ayer a cargo del destacamento Benavídez Este, Villa La Ñata. Según confirmaron fuentes policiales, los cuatro ocupantes habrían perdido la vida en el acto, aunque aún no se ha establecido fehacientemente si murieron por el fuerte impacto o ahogados. Como los ventiletes traseros del VW Crossfox estaban destrozados, una de las hipótesis que se manejaban ayer era que los jóvenes los hubieran roto en un desesperado intento por salir del vehículo. Se espera que hoy los peritajes y las autopsias echen luz sobre estas cuestiones. Pedro Segura dijo, en declaraciones a los medios de comunicación, que la alta velocidad a la que transitaban los jóvenes por el bulevar Los Lagos
(donde el máximo permitido es de 60 kilómetros por hora), en su opinión, había sido la causa del accidente. “Estos chicos venían saliendo por el carril derecho y, en algún momento, tocaron el cordón y empezaron una trayectoria desequilibrada por la que terminaron cayéndose al lago, unos 250 metros adelante. Saltaron el bulevar, las lomas que protegen la calle del agua y terminaron dentro del lago. No hay ninguna duda de que se trató de un exceso de velocidad grave”, sostuvo Segura. Con muestras de profunda desazón, en un radiante día de sol en el que deberían haber estado festejando el Día de la Madre, familiares y amigos de las cuatro víctimas se acercaron ayer hasta el destacamento Benavídez Este, donde fueron recibidos por el principal Borges. Allí reconocieron el VW de Frachia. Nordelta expresó, en un escueto comunicado, su profundo sentimiento de pesar y sus condolencias a los familiares y amigos de los cuatro jóvenes fallecidos.
EL ESCENARIO
Falta de controles, un problema cotidiano JORGE PANDINI LA NACION Hace varios años, decidí vivir en un country. Como otros miles de padres, opté no sólo por estar rodeado de verde, sino también por buscar un espacio seguro donde mis hijos pudieran crecer con mayor tranquilidad. Poco a poco, el country en cuestión, de los más grandes en tamaño, comenzó a poblarse y las casas, a multiplicarse. Y también, de la mano de la explosión demográfica, los temas por solucionar fueron mayores. Entre estos, el tránsito de vehículos es uno de los más importantes. Durante muchos años, y con pocos habitantes, las dificultades fueron menores. Pero actualmente, con casi 1600 casas, el country es una pequeña ciudad, con todo lo que ello implica. En sus calles deben convivir peatones, ciclistas, chicos que de la mano de sus padres dan sus primeros pasos, y una enorme cantidad de vehículos, tanto de propietarios como de visitantes y proveedores. Camiones, autos, ciclomotores y cuatriciclos van y vienen de manera constante. La manera de ordenar tanto movimiento es un reglamento interno, que determina, entre otros aspectos, las velocidades máximas, que en este caso son de 20 km/h. Sin embargo, hace algunos años hubo un intenso debate sobre las cuestiones de tránsito, en especial, con respecto a si los menores podían o no manejar cuatriciclos y ciclomotores, ya que era común ver a niños de poco más de 10 años conduciendo modelos de elevados cilindrada y tamaño. Predominaban dos posiciones:
la de los adultos que intentaban esgrimir el argumento de “ya le compré el «cuatri» y ahora no se lo puedo sacar” y la de quienes impulsábamos una reglamentación que fuese igual o, en todo caso, más restrictiva que la ley de tránsito de la provincia de Buenos Aires, que es clara respecto de quiénes, y con qué requisitos, pueden conducir vehículos. Finalmente, se adoptó la ley de tránsito bonaerense, con mayores restricciones, y un sistema de penalidades para quienes violaren las normas. * * * La falta de controles y de sanciones es un problema cotidiano; además, pareciera que en los countries o en los lugares de veraneo se aplica el “vale todo”, ya que es común ver cómo menores y adultos violan las
Sería bueno que funcionarios provinciales y administradores de countries adoptaran un criterio común en el tema leyes de tránsito frente a la mirada pasiva de las autoridades. Por estas horas, lamentamos profundamente la muerte de cuatro jóvenes, que se suma a una lista que parece no tener fin. Sería bueno que funcionarios provinciales y administradores de los countries adoptaran un criterio común en este tema. Que no haya grises legales; que la ley sea una; que se la haga cumplir, y que se sancione a los infractores. Si no, seguiremos llorando muchas muertes más.
La conmoción que generó la tragedia de ayer en Nordelta también despertó situaciones encontradas entre los habitantes del lugar: mientras una vecina afirmó que había debido reclamar un mayor control en los caminos ante violaciones en el límite de velocidad permitido, otros aseguraron que lo sucedido ayer fue algo “excepcional”, y argumentaron que las reglas de tránsito sí se respetan. Débora Arditi, una vecina del barrio, dijo que el día anterior al fatal accidente había presentado una denuncia ante las autoridades de Nordelta porque notó que “la gente burla los radares de velocidad”, ya que saben dónde están ubicados. “Sucede, también, que las personas que vienen de visita quizá no tiene los cuidados que tenemos los que vivimos acá, que sabemos que los chicos corren y juegan en la calle. Y después suceden situaciones como esta”, señaló. Arditi explicó que fueron muchas las situaciones que la motivaron a realizar una denuncia en la administración de Nordelta. “Ayer [por anteayer] un Audi casi me lleva por delante cuando estaba corriendo. Y no iba a menos de 100 kilómetros por hora. Por situaciones como esta iban a dejar un saldo fatal, tarde o temprano”, dijo la mujer. Diego Moresco, gerente general de Nordelta SA, comentó a LA NACION que el control del tránsito se lleva adelante con seis radares fijos y cuatro móviles, además de una motocicleta que recorre la zona y la presencia de la fuerza policial. “No es común advertir por aquí que los autos excedan la velocidad, y esta fatalidad realmente nos sorprendió. Los vecinos son respetuosos de las normas”, dijo Moresco, que también reconoció que el mes pasado “se labraron 2000 multas por excesos de velocidad, que se cobran a través de las expensas, y tienen un costo de 100 pesos”. El gerente de Nordelta dijo que los mismos vecinos están acostumbrados a denunciar a quien excede la velocidad, y que analizarán si es necesario ajustar los controles para evitar que se repitan situaciones como la que de ayer. “Hay numerosos controles y, en general, la gente no está acostumbrada a sobrepasar esos límites. Mucho menos, a circular a 100 kilómetros por hora en una avenida con una máxima permitida de 60 kilómetros. Realmente nos sorprendió el accidente”, dijo Federico Villalba Díaz, otro vecino. “Habitualmente no pasa esto. Fue un caso excepcional. El nivel de cuidado en los temas de tránsito es elevado. Hay radares, hay controles de seguridad y se hacen multas que se cobran”, dijo un reconocido profesional que vive en el barrio y que prefirió resguardar su nombre.
Un exclusivo pueblo privado Nordelta es mucho más que un barrio cerrado o un country. Es una ciudad-pueblo a la que tienen acceso sólo sus habitantes en un ambiente de paz y exclusividad. Nació con la impronta de reunir en un ámbito de unas 1600 hectáreas todos los aspectos de la vida social. Más allá de un estupendo negocio inmobiliario, la idea resultó una solución atractiva para los prolegómenos cotidianos y abrió la posibilidad de crear un estilo de vida propio a sólo 30 kilómetros de la Capital. El complejo incluye 14 barrios donde viven 12.000 personas, y cuenta con una amplia oferta de colegios (con 2800 alumnos), un centro comercial, restaurantes, estación de servicio, farmacias, bancos, medios gráficos propios (Gallaretas) y hasta hoteles (en construcción). El hábitat creado en forma artificial a fines de los noventa emula paisajes de ensueño, con grandes arboledas, lagos donde nadan los peces y en los que pueden realizarse actividades náuticas. Eduardo Costantini, el empresario y fundador del complejo, diseñó Nordelta con la visión de desarrollar una “ciudad ideal” que, a los ojos externos, podría parecerse mucho a un set de filmación de Hollywood.