Espectáculos

Página 8/Sección 4/LA NACION

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Viernes 20 de marzo de 2009

DANZA/TEATRO Rodolfo Lastra, director del Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata

Una nueva edición de la Fiesta Nacional del Teatro

“Soy de los que apuntan bien alto” Maximiliano Guerra como coreógrafo y el Programa Stravinsky, lo más destacado de 2009 en la sala provincial Rodolfo Lastra es un personaje reconocido de la danza de acá. Fue durante dos décadas bailarín del Colón, lleva 25 años como coreógrafo y en este siglo se dedicó a la dirección de elencos: estuvo al frente del cuerpo de baile del Sodre de Montevideo de 2003 a 2005 y, luego, condujo el Ballet del Sur de Bahía Blanca, cuerpo oficial donde acaba de asumir Andrés Walsh. Ahora, Lastra estrena relación con el Argentino de La Plata y frente a este primer cargo que lo liga al coliseo bonaerense se muestra optimista. El coreógrafo volvía a asentarse en Buenos Aires tras poner en Tucumán, primero, y en Salta, después, dos obras de su autoría (Estampas de mi país y Variaciones en ragtime, respectivamente), cuando en diciembre último Marcelo Lombardero –flamante director, con Leandro Iglesias, del Argentino– le ofreció la dirección del Ballet Estable, que hasta entonces condujo Cristina Delmagro. –¿Te sorprendió la propuesta? –No sabía que la gestión anterior iba a terminar, pero estaba a la expectativa, porque si había un movimiento en el teatro a lo mejor tenía una posibilidad de que me llamaran. Me ha pasado varias veces ya y me he puesto un poco escéptico, porque mi nombre surge muchas veces cuando hay cambios de dirección y después... por ejemplo, con respecto al Colón, terminan llamando a otras personas. Lastra comenzó a trabajar con la compañía el 10 de febrero y dice que ya puede sentir un auspicioso recibimiento. No es extraño que así lo manifieste un optimista por definición, un hombre que cree en los resultados del trabajo profundo y que aspira a convertir al elenco bonaerense en el mejor del país. “Soy de sagitario, de los que tiran la flecha lejos y no saben dónde va a caer, pero siempre apuntan alto”, anuncia. Por un lado, para este año, el director plantea metas que tienen que ver con

Remendador de historias, una de las obras que representarán a la provincia de Buenos Aires

Cuando los caminos conducen a Resistencia El director del ballet del Argentino prepara una fuerte temporada

PARA AGENDAR

Lago de los cisnes, por el Ballet Estable del Argentino. Bailarines invitados del Ballet de la Opera Nacional de Ucrania. Teatro Argentino, 51 entre 9 y 10, La Plata. Hoy y mañana, a las 20.30; domingo, a las 18.30. Desde 15 pesos.

su rol ejecutivo. “Quiero implementar concursos y audiciones, y lograr cada vez mejor nivel. Si bien en el ballet hay muy buenos bailarines y bailarinas, también hay buenos bailarines y bailarinas fuera de los teatros oficiales”, enfatiza este partidario de la estabilidad bien conducida, quien cuenta con un grupo de artistas calificados y jóvenes, en buena parte gracias al régimen de jubilación 20/40 que el Argentino de La Plata supo mantener. “El impacto de una compañía no está en los primeros bailarines, por eso valoro tanto y quiero lograr un cuerpo de baile

homogéneo, de calidad, disciplinado. Porque el nivel de la compañía lo da el cuerpo de baile”, señala como uno de los objetivos a corto plazo. A propósito de la temporada que comenzará hoy con El lago de los cisnes (ver aparte), Lastra comenta que se trató de mantener la que estaba diseñada desde el año pasado, a la que por límites presupuestarios se despojó de invitados del exterior, como la española María Rovira. “Aunque no hubieran existido estas cuestiones, yo soy un gran defensor de los valores nuestros –distingue–. Se conservaron los títulos, pero se darán con otros coreógrafos, incluso los locales.” Después de que este fin de semana Odile engañe al príncipe Sigfrido y antes del cierre navideño con El cascanueces, de Iñaki Urlezaga, que ya es pieza del repertorio del Ballet del Teatro Argentino, habrá dos ocasiones para no perderse. En junio, desde el

12 y durante seis funciones, Maximiliano Guerra estrenará en calidad de coreógrafo su propia visión de Romeo y Julieta, un ballet que ha sido reformulado ya en célebres versiones de Anthony Tudor a Frederick Ashton, pasando por John Neumeier, Maurice Bejart y Rudolph Nureyev. En septiembre se pondrá el Programa Stravinsky. Para eso, se comisionó al coreógrafo Carlos Trunsky la Consagración de la primavera; a Diana Theocharidis, Pulcinella, y a Jorge Amarante, Pájaro de fuego. Una iniciativa congruente con otra de las banderas que Lastra levanta: “Las compañías oficiales tienen que hacer de todo”. Por eso en este 2009 el organismo se mantendrá, sí, por la senda clásica, pero también le dará lugar a una interesante incursión de tinte contemporáneo.

Constanza Bertolini

Invitados N Con dos primeros bailarines del Ballet de la Opera de Ucrania como invitados, hoy abrirá la temporada en el Argentino de La Plata con El lago de los cisnes, en versión coreográfica de Mario Galizzi. Los jovencísimos Natalia Lazebnikova y Jan Vana harán los protagónicos en las primeras dos funciones (hoy y mañana), mientras que en las restantes funciones la pareja central estará conformada por Julieta Paul y Bautista Parada (22), y Genoveva Surur y Jan Vana (29, 4 y 5).

La provincia del Chaco será la sede del encuentro Otra vez, la rueda de la Fiesta Nacional del Teatro se pone en movimiento. Como otras 23 veces, elencos de distintas regiones del país se juntarán por 10 días en una ciudad para compartir la experiencia de formar parte del único encuentro federal de teatro que tiene el país. Organizado por el Instituto Nacional del Teatro (INT), esta vez el punto de encuentro será la ciudad de Resistencia. Hasta allí, desde el jueves de la semana próxima hasta el sábado 4 de abril, llegarán alrededor de 400 teatristas de distintas regiones y, desde allí, varios de ellos partirán hacia once ciudades y pueblitos chaqueños para ampliar la fiesta, para intentar que los aplausos y el asombro lleguen a terrenos poco acostumbrados al rito teatral. Como yapa, habrá algunas funciones en ciudades capitales próximas y hasta una extensión a Asunción del Paraguay. “Somos una provincia empobrecida por políticas neoliberales, pero no somos una provincia pobre”, afirmó Francisco Romero, presidente del Instituto Provincial de Cultura de Chaco en la conferencia de prensa que tuvo lugar anteayer en el Teatro Cervantes. En ese mismo encuentro se anunció que unas 30 salas independientes recibirán a unos 400 teatristas de 35 elencos provenientes de diversas provincias a los que se sumarán unos cinco espectáculos invitados especialmente para la ocasión. Si bien esta nueva edición de la Fiesta Nacional del Teatro comenzará el jueves con un acto que tendrá lugar en el Paseo de la Costanera, en la misma provincia esta historia se inició en pleno calor del verano con talleres en los barrios periféricos de Resistencia y en las localidades de interior como forma de ir aceitando los motores y generar nuevos públicos y nuevos creadores. En esa línea de acción cultural, Raúl Brambilla, el director ejecutivo del INT, se refirió al encuentro escénico como la “fiesta de la inclusión”.

Con la movida teatrera ya en marcha, vendrá la avalancha de espectáculos, los talleres, las presentaciones de libros, las colas de gente para conseguir entradas en las 13 salas de la ciudad, las inevitables críticas, los actos de homenajes, algún que otro bostezo y todo lo que hace al contacto directo entre público, actores, técnicos, periodistas y directores que –como sucede todos los años– cumplen el sueño federal de verse las caras una vez al año en algún rincón distinto del país.

De acá y de allá De la ciudad de Buenos Aires, la misma que tuvo tantos inconvenientes para elegir a sus tres espectáculos, estarán las obras Lote 77, de Marcelo Mininno; Tercer cuerpo, de Claudio Tolcachir, y Escrito en el barro, de Andrés Bazzalo. Este espectáculo, por ejemplo, hará funciones en Los Sauzalitos, un pueblo wichi ubicado a casi 600 kilómetros de Resistencia, donde el Impenetrable chaqueño se confunde con las provincias de Salta y Formosa. De otros lugares llegarán montajes de reconocidos directores de la talla de Paco Giménez y Claudio Martínez Bel; textos de Jorge Díaz, Sergio Boris, Javier Daulte y Arístides Vargas; y grupos como la Compañía Omar Alvarez Títere, El Círculo de Tiza y Malajunta. Gladis Gómez, la representante del INT por la provincial del Chaco, confiesa que está atravesando la misma variedad de síntomas que siente cuando está por estrenar un espectáculo. Es de entender: en su provincia se estrena la fiesta. Una deuda pendiente que, a partir de la semana próxima, comenzará a saldarse. Los motores se ponen en marcha y, esta vez, el mojón del kilómetro cero estará en Resistencia.

Alejandro Cruz

Los miedos, las tristezas y las esperanzas

Gabriela Licht, Germán Rodríguez y Osvaldo Djeredjian

Delicado trabajo de Martín Flores Cárdenas sobre el mundo poético de Carver  
  



     
       
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Muy buena

((((

Quienquiera que hubiera dormido en esta cama. Sobre textos de Raymond Carver. Dramaturgia y dirección: Martín Flores Cárdenas. Intérpretes: Osvaldo Djeredjian, Gabriela Licht y Germán Rodríguez. Vestuario: Merlina Molina Castaño. Escenografía: Carlos Di Pasquo. Luces: Marco Pastorino. Sonido: Leandro Cattani. Asistente de dirección: Merlina Molina Castaño. Producción ejecutiva: Berta Silberman. En el Abasto Social Club. Duración: 35 minutos. .

El dramaturgo y director Martín Flores Cárdenas vuelve a meterse en el mundo de Raymond Carver –ya lo hizo con Catedral, obra que sigue en cartel hasta fin de mes–, pero esta vez no ya para trasladar fielmente el mundo que pintan las palabras del escritor estadounidense sino para intervenirlo. Respetuosamente, con sutileza, Flores Cárdenas cruza los cuentos ¿Por qué no bailan? y Quienquiera que hubiera dormido en esta cama y logra un

nuevo relato que los contiene y a la vez los resignifica. Siempre manteniendo la atmósfera melancólica y compasiva que se desprende de los textos del poeta. La anécdota es sencilla: una pareja está buscando muebles usados en una “venta de jardín” para equipar la casa que están a punto de compartir. Ese hecho marca cierto límite que los enfrenta a lo que vendrá, a un futuro del que nada saben y que parece provocarles una incertidumbre que por momentos los paraliza. El miedo aparece así en escena con un rol protagónico: miedo a la muerte, a la agonía, a la enfermedad, a estar juntos, a no estarlo; pero todo cambia cuando aparece el dueño de esos muebles que desean comprar.

Clima conmovedor Flores Cárdenas vuelve a echar mano al rol del narrador que refuerza la idea de distanciamiento, de sosegada frialdad y de explícita teatralidad a su puesta, y que –por

ende– profundiza en ella la presencia de Carver, de su rara mezcla de tristeza y esperanza. Con todo, el director logra un clima conmovedor, con ciertos toques de misterio –a la economía de palabras le sigue la escueta información que entrega sobre el mundo de sus criaturas– y ternura, que vuelven sumamente queribles a sus personajes. Sin duda ayuda el parejo y meticuloso trabajo de sus actores, sobre todo los de Germán Rodríguez y Osvaldo Djeredjian. Esa economía de recursos tiene su correlato en la escenografía –la iluminación apoya este planteo– y en la bienvenida ausencia de literalidad en lo que expresan las palabras, los cuerpos y el ambiente. Así, Quienquiera... se convierte en una propuesta pequeña en apariencia (dura sólo 35 minutos) pero repleta de sensaciones que perduran bastante tiempo después de que se apagó la luz de la sala.

Verónica Pagés