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quinto árbitro Angel Sánchez PARA LA NACION
| Lunes 24 de marzo de 2014
Aprobado Dirigir el superclásico español no es sencillo. Alberto Undiano tuvo mucho trabajo en un Real-Barcelona duro y caliente, y lo resolvió bien. Su decisión en los tres penales:
1
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difícil de ver Hay falta de Alves a Ronaldo, pero fue centímetros fuera del área. El portugués cae adentro y por eso lo confunde.
falta y roja Sergio Ramos derribó al brasileño Neymar: lo tocó abajo, así que fue penal y expulsion. Correcta decisión.
Hererra y el contexto
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otro acierto Andrés Iniesta juega la pelota entre dos adversarios que lo encierran y lo derriban, sobre todo Xabi Alonso. Penal bien cobrado.
punto de viStA
Los partidos los ganan y pierden los jugadores
contagio. Es muy difícil lucirse en un pésimo partidio. Esto le pasó a Darío Herrera en Quilmes vs. Boca. Un encuentro trabado y lento que le imposibilitó darle continuidad al juego. Como error, la amarilla a Braña con plancha abajo utilizando una fuerza desmedida, que era para roja. Bien por la expulsión de Bravo. En el resto del partido no tuvo inconvenientes.
Carlos Beer
LA NACION
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C
Vigliano salió airoso complicado. En un complejo partido, Mauro Vigliano cumplió en River vs. Lanús. Los protagonistas, tanto dentro como fuera del campo, discutían absolutamente todo y debió recurrir a las tarjetas para calmarlos. En el segundo gol de River había posicion adelantada de Villalva, jugada difícil de observar para el asistente (Lechner) y, desde ya, para el árbitro.
Merlos va creciendo correcto. En un difícil arranque en Colón vs. Tigre, Andrés Merlos, en frío, sancionó correctamente penal ante una falta de Javier García a Luque. Luego, en una mala salida del equipo visitante y estando lejos de la jugada, no pudo observar una falta a Graciani sobre la línea. Por suerte el resultado lo ayudó. Más allá de esto tuvo una acertada labor. Va creciendo.
Saúl Laverni tuvo buenas y malas en Racing-Belgrano
Aciertos y errores: Laverni se quedó a mitad de camino altibajos. Cuando a uno le toca un partido de trascendencia le gusta que pase de todo, ya que sabe que ante el acierto la consideración de su arbitraje será mayor. Cuando uno se queda en la mitad del camino, seguramente la crítica se va a quedar con los errores y no con los aciertos. Esto le pasó a Saúl Laverni en Racing vs. Belgrano, un partido que ya desde lo emocional era complicado. El árbitro no es ajeno a la realidad que viven los equipos, pero tuvo aciertos importantes en lo técnico, valoró
correctamente como una fricción de juego el forcejeo que luego derivó en la mano y la sanción correcta del primer penal. Expulsó acertadamente a Velázquez y sancionó el penal ante el codazo a Villar dentro del área. Sin embargo, se quedó corto en las expulsiones: debió echar a Farré y a Villar por ir con plancha con fuerza desmedida ante el adversario, jugadas similares a las de Ortigoza y Vangioni de semanas pasadas. Una lástima: pudo haber redondeado una gran actuación.
Delfino: el error ajeno
el control beligoy y de loustau las manos
el tribunal y su deber
acertado. Buen trabajo de German Delfino en Gimnasia vs. San Lorenzo. Certero en la toma de decisiones tanto técnicas como disciplinarias al estar siempre cerca de la jugada. Esto le permitió darle la dinámica necesaria al juego. Un error de trascendencia, pero que corresponde al asistente (Pérsico) es el primer gol de Gimnasia, ya que había posición adelantada que no fue sancionada.
Patricio Loustau tuvo una acertada labor en Olimpo vs. Rafaela. En un partido con dos equipos comprometidos por el descenso, supo imponer su jerarquía para controlarlo.
El Tribunal de Disciplina puede colaborar, así como los árbitros, en mejorar nuestro futbol. La manera es siendo justos y equitativos en las sanciones a los protagonistas.
Federico Beligoy dirigió Godoy Cruz vs. Arsenal y tuvo un correcto control del partido. Sin embargo, no mostró igual criterio en la sanción de las manos y eso confundió.
ristiano Ronaldo no necesita eso. Ganó el último Balón de Oro y ya tiene un lugar asegurado en la historia de los grandes jugadores. No necesita criticar a un árbitro después de una derrota. “Un partido como el Madrid-Barça tiene que tener un árbitro del nivel de esta competición. Al árbitro yo lo veía blanco. No entendía nada, una persona que está blanca es que está muy nerviosa”, se quejó después de la caída de su Real Madrid por 4-3 ante Barcelona, en el partido del año. Las objeciones del portugués apuntan a Alberto Undiano Mallenco, quien con 41 años se convirtió ayer en el segundo árbitro que más clásicos españoles oficiales dirigió con nueve (7 de Liga y 2 de Copa del Rey). Las estadísticas son parejas: cinco triunfos para Barcelona, tres para Real Madrid y una igualdad. Además, es el primer referí en arbitrar los dos clásicos en una temporada tras 20 años. Con esto queda claro que si algo no tenía Undiano Mallenco era nervios. Tuvo uno partido dificilísimo para encarrilar y salió bien parado. Cobró tres penales, que para algunos pueden ser dudosos, pero en todos los casos no se puede decir que se equivocó groseramente. Es más: el primer golpe de vista en cada caso lleva a pensar que las tres fueron faltas. Cristiano Ronaldo es un crack dentro de la cancha. Fuera de ella tiene que entender que los partidos se ganan y se pierden por lo que hacen o dejan de hacer los dos equipos. No por las sanciones de los árbitros. Y en esa queja estéril y de mal perdedor se reflejan muchos jugadores y técnicos del planeta.ß