economía | 3
| Domingo 18 De mayo De 2014
página tres
la semana que pasó
miércoles
Actualizan la Asignación por Hijo
El Gobierno anunció una suba de 40% del monto de la Asignación Universal por Hijo –que reciben casi 1,9 millones de familias–, que pasa de $ 460 a $ 644 mensuales. También habrá una mejora, desde junio, de los pagos por familia para los asalariados del sector formal; en este caso, el alza será de entre 20 y 40%, según el rango de salarios.
jueves
Índice de inflación, nueva brecha
La evolución de los precios al consumidor medida por consultoras económicas fue de 2,78% en abril, según el índice que difundieron legisladores nacionales. Antes, el Indec había dado a conocer el dato oficial, según el cual la inflación del cuarto mes del año fue de 1,8 por ciento. La diferencia reavivó el debate sobre la credibilidad del organismo.
ÁLTER ECO Sebastián Campanario PArA LA nAcIon
¿Por qué su jefe varón incompetente ocupa un puesto que le queda tan grande? e
n la versión estadounidense de la comedia de TV The Office, el personaje que interpreta Steve carrell es un jefe incompetente, que tiene una elevada opinión de sí mismo y no para de hablar. En su lugar de trabajo hay mujeres mucho más capaces que él, pero menos ególatras, que ocupan cargos de menor jerarquía. El mundo The Office es, en este sentido, representativo de un factor poco considerado a la hora de estudiar las diferencias de género en el mercado laboral. De acuerdo a un libro recientemente publicado en los EE.UU., la arena corporativa está llena de cEo varones incompetentes que ocupan sus puestos –en detrimento de las posibilidades de mujeres mucho más capaces– sólo porque confían más en sí mismos. En El código de la confianza, claire Shipman y Katty Kay pasan revista a múltiples investigaciones que muestran cómo lo que la economía del comportamiento llama “sesgo de autoconfianza” tiende a estar más marcado entre los hombres y esto les termina jugando a favor en la carrera laboral. Tanto en los EE.UU. como en Inglaterra, cuando salen de la facultad, las mujeres piden entre 20% y
30% menos de salario que sus pares masculinos para ingresar a una empresa. cuando se les pregunta “cuánto merecen”, también contestan que deberían ganar menos que los hombres. otro estudio divulgado por la compañía Hewlett-Packard reveló que, dentro de la empresa, las mujeres se postulan para un ascenso cuando consideran que tienen el 100% de los requisitos que se piden, en cambio los varones toman el riesgo cuando advierten que poseen el 60% de lo demandado, y descuentan que irán aprendiendo el resto sobre la marcha. cameron Anderson, un psicólogo de Berkeley, afirma que en muchos casos del tope de la pirámide empresaria se observa que la confianza puede ser más importante que la capacidad para escalar posiciones. “De hecho, lo que se ve es que las mejores carreras las realizan aquellos que son «levemente sobreconfiados», son vistos como más exitosos y como líderes naturales, y les cuesta menos imponer sus ideas”, dice Shipman. Un dato curioso: en un estudio sobre cEo se descubrió que las jefas mujeres son juzgadas como más competentes cuando hablan menos; en cambio a los cEo varones se los consideran mejores cuando hablan más.
Tipos de líderes de pocas luces b El flotador agradable No se caracteriza por su habilidad para el trabajo, pero sí para tomar decisiones sin molestar a nadie, y logra así subir escalones b Homme de ressentiment Piensa siempre mal de los demás y piensa en forma constante complots contra quienes considera que son sus enemigos b Manager narcisista Es un arrogante, tiene gestos grandilocuentes y necesita ser halagado siempre; son actitudes que esconden su inseguridad
¿Qué sucede en la Argentina con el nivel de confianza por género? Desde la Facultad de ciencias Económicas de la UBA, Pablo Fajfar investiga sobre el “sesgo de exceso de autoconfianza” y realiza mediciones al respecto a nivel local. “En cuanto a la formación de expectativas acerca del rendimiento de las tareas, se encuentra que las mujeres tienden a ser más pesimistas que los hombres. En líneas generales, se observa un cierto sesgo de subconfianza en las mujeres”, explica Fajfar a la nacion. La brecha salarial entre hombres y mujeres es un tema de moda entre los economistas. El gap a nivel mundial se ubica en torno al 30%, pero con mucha diferencia entre países. De acuerdo con un reciente estudio de la cepal, la Argentina presenta un nivel de “equidad de género” que está por debajo del esperable en base a su índice de desarrollo humano (IDH). “Aun los países con mayor IDH y más avanzados en la transición demográfica, como la Argentina y Uruguay, muestran indicadores de equidad apenas discretos, del 68% y el 70%, respectivamente, ligeramente superados por Perú, Brasil y colombia, todos con más de 70 por ciento. chile, por su parte, registra un indicador de equidad muy bajo,
de sólo 59%, totalmente incongruente con su nivel de desarrollo, e igual incongruencia puede apreciarse para México y costa rica”, sostiene el informe Participación laboral femenina y bono de género en América latina, que firman ciro Martínez Gómez, Tim Miller y Pablo Saad. Según Víctor Beker, académico de la Universidad de Belgrano y estudioso del gap salarial entre hombres y mujeres, “la promoción de la equidad de género no es sólo un fin en sí mismo sino también un medio indispensable para la reducción de la pobreza. En promedio, a igualdad del resto de las circunstancias, una mujer gana 100 pesos allí donde un hombre obtiene 130. Ello hace que la pobreza afecte con mayor gravedad a las mujeres”. Los jefes ególatras de pocas luces podrán ser buenos para su propia carrera, pero no para las organizaciones que conducen. Un trabajo clásico de la psicología del management, realizado una década atrás, lleva por título El lado oscuro del carisma y categoriza a los malos jefes en estereotipos que tienen mucho que ver con el señor Burns (de Los Simpson), Pelopunta (de la tira de historietas Dilbert) y Michael Scott, el personaje que interpreta carrell en The Office. El estudio, que explica cuál de estas personalidades es la más nefasta para los resultados de la empresa en el largo plazo, fue escrito por robert Hogan, robert raskin y Dan Fazzini, de la Universidad de Florida. ¿cuáles son las tres categorías de jefes nefastos? Una es la del High Likability Floater: el “flotador agradable”, que va subiendo escalones en la organización empresarial gracias a que jamás toma decisiones difíciles ni se hace enemigos. como el jefe “Pelopunta” del personaje de historietas Dilbert, de Scott Adams,
se caracteriza por ser un inútil que termina siendo favorecido por sus superiores para evitar serruchadas de piso más adelante y bloquear el ascenso de rivales más peligrosos. Su especialidad: dar la mano y sonreír en los cócteles de aniversario de la empresa, además de funcionar como “tapón” para el ascenso de quienes realmente se lo merecen. El segundo prototipo de jefe nefasto es el que los académicos de Florida llaman Homme de ressentiment, quien se la pasa nadando bajo la superficie, pensando mal de los demás y preparando complots contra sus enemigos. El señor Burns de Los Simpsons, ni más ni menos. Pero el líder más dañino para las organizaciones, el Tiranosaurus rex de los jefes destestables es, según esta investigación, el manager narcisista. El término narcisista fue acuñado para referirse a una condición clínica que denota un enamoramiento de uno mismo en 1898 por Havelock Ellis y luego difundido en los trabajos de Sigmund Freud. Los líderes narcisistas son arrogantes, usan gestos grandilocuentes y necesitan permanentemente que los halaguen. Todo esto cubre, en el fondo, una elevada inseguridad y una frágil autoestima, que los lleva a menudo a actitudes hostiles con sus empleados. Michael Scott, el líder de The Office, es un animal arquetípico de esta especie. ¿Durará mucho tiempo este statu quo? Esperemos que sí, porque hay una larga fila de mujeres periodistas supercompetentes que pugnan por escribir esta columna de economía no convencional, pero que son reservadas y no tienen el ego ni la autoestima de este cronista brillante, alto, rubio y de ojos azules. ß
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