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EFICIENCIA ENERGÉTICA
Las auditorías energéticas permiten conocer con precisión la situación energética de una organización. La serie de normas UNE-EN 16247 determina la metodología que hay que seguir para que estas auditorías energéticas sean fiables. Estas normas son una referencia clave para el cumplimiento del Real Decreto con el que España transpone la Directiva 27/2012/CE de eficiencia energética, y que está previsto que el Ministerio de Industria apruebe próximamente.
Pautas para realizar
auditorías energéticas Iván Moya
Dirección de Normalización AENOR
L
a realización de una auditoría energética representa un paso importante para toda organización que decide llevarla a cabo, con independencia de su tamaño y actividad. Los objetivos buscados son múltiples, por un lado, el beneficio económico directo que resulta del ahorro energético conseguido; por otro, el aumento de competitividad que supone la mejora de la eficiencia de sus procesos, sin dejar de lado la necesidad de cumplir con la reglamentación que marca objetivos claros
en el control del consumo energético de las organizaciones. Por supuesto, todo lo anterior sin olvidar el beneficio ambiental conseguido. Sin embargo, actualmente existe cierta confusión acerca de qué se considera una auditoría energética apareciendo dudas y reparos a la hora de dar este paso. La serie de Normas UNE-EN 16247 Auditorías energéticas elimina estas incertidumbres estableciendo los requisitos que debe cumplir una auditoría energética para que dé como resultado un
análisis correcto y preciso de la situación energética de la organización, útil como punto de partida para la mejora de su eficiencia energética. La serie de normas ha sido elaborada por los organismos de normalización europeos CEN y CENELEC en el grupo conjunto CEN/CENELEC/JWG 1 Energy audits. La adopción de estas normas en España implica la anulación de la Norma UNE 216501:2009 Auditorías energéticas. Requisitos, que durante años ha constituido el referente mediante
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el cual se verificaban los requisitos de una auditoría energética. En paralelo al desarrollo europeo y para completar una visión general, ISO, ha publicado recientemente la Norma ISO 50002:2014 Energy audits - Requirements with guidance for use. De forma general, coincide con las normas europeas en los requisitos y criterios de armonización de las auditorías energéticas. Entre las diferencias existentes entre ambas destaca el hecho de que la norma ISO admite un tipo de auditoría que puede no alcanzar los
requisitos establecidos por la legislación comunitaria. Actualmente se están analizando aquellos puntos en los que ambos documentos divergen para valorar la conveniencia de fusionarlos en una norma común que cubra los intereses de ambos entornos.
Cinco normas La serie UNE-EN 16247 establece los requisitos de calidad, la metodología y los elementos del proceso de auditoría energética. Está compuesta por cuatro partes que se refieren
a requisitos generales; edificios; procesos y transporte. A ellas hay que sumar la futura Norma UNE-EN 16247-5 Competencia de los auditores energéticos, que está en desarrollo y cuya publicación se espera para el primer cuatrimestre de 2015. La primera parte de la serie de normas UNE-EN 16247 actúa como eje central alrededor del cual se desarrollan las partes específicas de cada sector. Publicada en 2012, armoniza los aspectos comunes aplicables a toda auditoría energética estableciendo la
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metodología, los requisitos y los informes que han de estar presentes en la auditoría. El documento incluye tanto los requisitos del propio proceso de auditoría como los elementos específicos del mismo, incluyendo los contactos iniciales, la recopilación de datos, el trabajo de campo, el análisis de los datos, el informe y la reunión final. Desde su publicación, esta norma ha marcado la pauta para la verificación de los requisitos que hay que cumplir en la realización de una auditoría energética. Las partes 2, 3 y 4, recientemente publicadas, aportan los requisitos específicos de aplicación a los sectores de edificios, procesos industriales y transporte, respectivamente. Estos tres ámbitos requieren consideraciones específicas para una correcta estimación
del consumo energético. Las partes específicas han de utilizarse conjuntamente con la UNE-EN 16247-1. La Norma UNE-EN 16247-2 considera aspectos que afectan al consumo energético de un edificio entre los que se encuentran las condiciones climáticas locales, la envolvente, la actividad y procesos que tienen lugar en su interior o el comportamiento del ocupante. Este ámbito conlleva tanto una alta similitud entre los elementos auditados, como es el caso del sector residencial, como una alta diferenciación y complejidad cuando hablamos de edificios como hospitales o centros comerciales.
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Las auditorías realizadas sobre procesos industriales se tratan en la Norma UNE-EN16247-3. La tipología de procesos es, obviamente, amplísima ya sea por los distintos usos directos de la energía, las condiciones específicas de producción y los intervalos de funcionamiento o los procesos de conversión de energía. La norma establece los requisitos, metodología e informes comunes cuando el uso de la energía se debe al proceso productivo o de prestación de un servicio. El proceso puede incluir todo el emplazamiento (todas las líneas de producción, oficinas o secciones) o bien una parte del mismo. Una auditoría energética también puede realizarse sobre los activos móviles de una organización (vehículos terrestres, aviones, buques o plantas móviles). La propia naturaleza móvil de los elementos que se auditan conlleva consideraciones especiales. La Norma UNE-EN 16247-4 se divide en dos partes, una para tratar aspectos comunes al sector del transporte y otra específica que recoge las particularidades de cada modo de transporte. La estructura de las partes 2, 3 y 4 es paralela a la de la parte 1, particularizando sus apartados para cada sector e incluyendo elementos específicos,
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En España, todas las organizaciones, salvo las pymes, estarán obligadas a realizar auditorías energéticas como el balance energético y el desglose de energía, los indicadores de desempeño energético o las oportunidades de mejora, propias de cada uno de los sectores. Aunque las partes anteriores tienen un apartado específico sobre el auditor energético, es en esta parte 5 donde se trata en detalle la formación, habilidades y experiencia necesaria para que un auditor energético desarrolle de forma fiable los servicios de auditoría energética. Todas las normas que
componen esta serie pueden utilizarse para todo tipo de organizaciones: comerciales, industriales, residenciales y del sector público, excluyendo las viviendas particulares individuales. Las normas de la serie UNE-EN 16247 entran a escena en el contexto de la inminente transposición de la Directiva 27/2012/CE de eficiencia energética que obliga a realizar auditorías energéticas a todas las organizaciones con más de 250 empleados y un volumen de negocio superior a 50 millones de euros. Su referencia se recoge explícitamente en el texto de la Directiva como elemento para controlar que una auditoría energética se desarrolla con fiabilidad y precisión y constituyen un elemento de gran utilidad en el camino hacia una sociedad más eficiente y sostenible. ◗
Juan Manuel García
Gerente Eficiencia Energética AENOR
Verificación para ganar confianza Analizando la evolución de los esfuerzos que se han venido realizando por todos los actores implicados en los procesos de auditorías energéticas, la amplia variedad de sus modelos, los trabajos y alcances desarrollados y los sectores abordados, se llega a la conclusión de que es necesario unificar y hacer comparables los resultados que se obtienen. La verificación por tercera parte de estas auditorías permite asegurar a todos los participantes en el proceso la calidad de los trabajos obtenidos; reconocer la validez de estos trabajos ante terceros cuando se han realizado por personal cualificado interno de la propia organización (por ejemplo, administraciones competentes), y buscar canales de financiación y aseguramiento de las medidas de ahorro extraídas de las auditorías. Esta circunstancia toma un especial relieve si atendemos a los distintos dictámenes de la Comisión Europea, que determinan que “la aplicación efectiva del proceso de certificación de eficiencia energética en gran medida depende de los mecanismos de aplicación y seguimiento. Sin embargo, el criterio de éxito reside en garantizar recursos suficientes para el proceso de aplicación, es decir, legislativo, financiero, técnico y humano. El proceso de certificación se debe considerar como un instrumento útil y no como una carga administrativa adicional” (20 de noviembre de 2010); y que “los servicios de la Comisión Europea piden a los Estados miembro informar sobre la actividad de los sistemas de control independientes utilizando una plantilla común” (21 de marzo de 2014).
Así, entre otras, propone como soluciones la mejora constante de la ejecución de los planes del proceso de certificación en los Estados miembro y el refuerzo de la vigilancia del cumplimiento; fortalecer el papel del certificado energético en el contexto de la legislación nacional, especialmente ante las políticas y programas de rehabilitación; o introducir nuevas medidas de control de calidad, especialmente durante la etapa temprana del proceso de certificación. AENOR da respuesta a todas estas solicitudes con diversas herramientas como la Certificación UNE-EN ISO 50001 de Gestión de la Energía, así como la verificación de trabajos de auditorías energéticas y Planes de Negocio de Servicios Energéticos. Al verificar una auditoría energética, AENOR aporta seguridad a la calidad de los trabajos ejecutados y conformidad con la política energética de la organización, así como una herramienta para la implantación con éxito de un Sistema de Gestión de la Energía, entre otros aspectos. En el caso del Plan de Negocio, aporta eficacia en la planificación técnicoeconómica para la ejecución de un servicio/proyecto energético; desarrolla procedimientos, estrategias y evolución a largo plazo para asegurar la viabilidad de un proyecto energético; identifica medidas de ahorro y eficiencia energética o genera la confianza necesaria para la obtención de líneas de ayuda, financiación pública o privada, y favorecer la discriminación positiva en licitaciones.