Otro aniversario sin justicia El fracaso del blanqueo

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eDITORIALeS | CARTAS

| Sábado 5 de octubre de 2013

Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre

El fracaso del blanqueo El proceso de exteriorización de moneda extranjera resultó paupérrimo y su extensión por tres meses sólo agravará algunas inequidades

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l Gobierno ha renovado hasta fin de año la vigencia del blanqueo de capitales lanzado en junio pasado. Los resultados conseguidos hasta ahora han sido paupérrimos: apenas se acogieron en los primeros tres meses a esta facilidad 1930 contribuyentes, que aportaron 379 millones de dólares, un monto muy bajo comparado con la expectativa oficial de alcanzar los 4000 millones y, también, al contrastarlo con los fondos exteriorizados en el de 2009, que ascendieron al equivalente a unos 4700 millones de dólares. El fracaso del blanqueo era esperable por diversos motivos que resultaban evidentes al momento de su anuncio para cualquier analista privado. Hasta ahora, todos los blanqueos llevados a cabo por la Argentina se habían basado en la reincorporación de fondos “negros” al circuito “blanco”. Podía ello implicar la obligación de repatriación de los fondos, pero en este caso las autoridades decidieron dar un paso más: para blanquearlos en este caso debían ser transferidos a las arcas del Estado. Quedaba así claro que el objetivo de las autoridades no era entonces invitar amablemente a los capitales a retornar al circuito formal, sino capturar fondos que permitieran emparchar las alicaídas cuentas públicas. Invitar a esos capitales a suscribir instrumentos del Estado en momentos en que el riesgo país se sitúa en niveles muy elevados ha sido una muestra más del aislamiento en la toma de decisiones. El riesgo soberano argentino es altísimo, en parte por el juicio que llevan a cabo los holdouts en Nueva York, y en parte a raíz del riesgo que supuso la instauración de las restricciones en el mercado cambiario. Con tan altos niveles de desconfianza, el fracaso del blanqueo era perfectamente previsible para cualquier persona con un poco de sentido común aunque no para su mentor, el secretario Guillermo Moreno. Ni siquiera su metodología patoteril fue esta vez persuasiva para atraer empresas al blanqueo. Adicionalmente, la Argentina ya había efectuado un blanqueo de relativo éxito en 2009. Sumar una nueva operación a tan poca distancia temporal de la anterior presentaba tres contraindicaciones. En primer lugar, podía generar la sensación internacional de que la Argentina es un paraíso para el lavado de dinero, minando la credibilidad de los discursos de nuestra Presidenta contra las “guaridas fiscales”. En segundo lugar, generaría un obvio relajamiento de la cultura tributaria. Y, en tercer lugar, si el blanqueo de 2009 fue exitoso, cabía preguntarse cuántos capitales adicionales podrían ingresar al nuevo llamado. En febrero de 2009, se lanzó un régimen de moratoria y blanqueo que permitía exteriorizar tenencias de fondos no declaradas abonando penalidades del 1% al 8%. La penalidad ascendía al 8% cuando se trataba de bienes o moneda extranjera localizados en el exterior que no se transferirían al país, al 6% cuando se trajeran pero se mantuvieran bajo la forma de un activo financiero o la compra de bienes raíces usados, del 3% cuando los fondos se destinasen a la suscripción primaria de títulos nacionales y de 1% cuando se utilizaran pa-

ra construir o comprar viviendas nuevas. En esta ocasión la propuesta fue otra. El Gobierno ofreció un menú de dos activos. El primero es el bono Baade, expresado en moneda extranjera, con vencimiento en 2016, un interés anual del 4% y bajo legislación argentina. El segundo, una nota emitida por el Banco Central sin vencimiento estipulado ni cupón de interés denominada Cedin, que podría ser empleado para la compra de viviendas y la construcción. Quienes blanqueasen fondos suscribiendo bonos deberían aceptar una pérdida del orden del 20% si quisieran luego vender esos títulos para alejarse del riesgo soberano argentino. Esto ocurriría dado que el valor del Baade sería de aproximadamente el 80% de su paridad, puesto que mientras el riesgo soberano se acerca al 12%, esos bonos sólo tienen un interés del 4%. Esta pérdida del 20%, que surgiría de exteriorizar fondos a través del bono Baade, debe ser comparada con el 8% de costo del blanqueo de 2009. Además, por aquel año, había todavía en la Argentina una relativa libertad a la movilidad de capitales y de acceso al mercado de cambios, al tiempo que, pese a la crisis financiera internacional, se mantenía en el país una elevada corriente inversora hacia proyectos inmobiliarios. El caso del Cedin es distinto ya que estos papeles funcionan como un pagaré que recibe un inversor que posee dólares no declarados que desea efectuar una inversión inmobiliaria. Deposita los dólares en un banco, que encaja el 100% de los dólares en el Banco Central y el depositante de fondos recibe el Cedin. Efectuada la operación y aprobada por las autoridades, el Cedin se convierte en un activo “pagable” por el BCRA. Cuando esta entidad le abona al tenedor final de Cedin, las reservas vuelven a su nivel original. Dado que los Cedin no harían subir las reservas más que muy temporariamente, su único fin aparente sería el de estimular la actividad inmobiliaria. ¿Qué aporta el Cedin? Pues nada. En nada se modificarían los efectos del blanqueo si el Cedin no existiera y quienes desearan blanquear sus fondos para una operación inmobiliaria simplemente los declarasen tal como ocurrió en otras ocasiones. Hasta aquí, asistimos a demasiadas inconsistencias y un final previsible: el fracaso. Pero esta historia no termina. Ahora el objetivo ha mutado: el Gobierno pretende que se suscriban bonos Baade aun cuando esto se efectúe en el marco de una operatoria ajena al blanqueo. El objetivo sería que el inefable Moreno pueda exhibir un resultado “favorable”. La información periodística da cuenta de que algunos grupos empresarios aprovecharán la oferta para ingresar fondos al país sin tener que liquidar sus divisas al tipo de cambio oficial, creándose así un tipo de cambio VIP que cotizaría a mitad de camino entre el oficial y el paralelo. El modelo supuestamente nacional y popular sigue ofreciendo nuevas curiosidades. Los exportadores salteños, mendocinos o sanjuaninos padecen las inclemencias del atraso cambiario, mientras el Baade subsidia a los tenedores de dólares en el exterior.

Otro aniversario sin justicia

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oy se conmemora el Día Nacional de las Víctimas del Terrorismo, en recuerdo del ataque que la organización terrorista Montoneros cometió en Formosa contra el Regimiento de Infantería de Monte 29 y el aeropuerto internacional de El Pucú, y el secuestro de dos aeronaves durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, el 5 de octubre de 1975. Ese día, decenas de combatientes del autodenominado Ejército Montonero atacaron con alevosía varios puntos de la ciudad de Formosa. Diez soldados conscriptos fueron asesinados junto con un suboficial, un subteniente y un policía. Los soldados y el subteniente, menores de 22 años; el sargento y el policía eran jóvenes esposos y padres. Sus nombres no figuran en los museos ni parques de la memoria, los libros escolares no hablan de ellos ni de las más de 18.000 víctimas del terrorismo que el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) representa y ha investigado en el Proyecto Víctimas. Por ello, en recuerdo de esos 13 ciudadanos que fueron asesinados, de los heridos y secuestrados aquel día en el aeropuerto y en el avión de Aerolíneas Argentinas, es que se conmemora el Día Nacional de las Víctimas del Terrorismo, víctimas que han sido invisibles para buena parte de la sociedad, para las cuales no hay ninguna reparación. Para ellas no hay memoria, ni justicia, ni verdad, sólo orfandad de derechos humanos, en un país donde esos derechos parecen ser únicamente los de quienes integraron organizaciones terroristas. Hipocresía e impunidad es lo que hay en la Argentina cuando se conoce que los agresores mon-

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toneros fueron incluidos en las indemnizaciones que el Estado otorgó bajo la figura de “víctimas de ejecución sumaria”, frase con la que se denominaría en nuestro país a quienes en democracia atacaron al pueblo y murieron en combate. Mientras los agresores son tratados como víctimas por el Estado, las verdaderas víctimas son desaparecidas de la memoria, sus viudas e hijos mueren o se enferman ante la acción subjetiva del Gobierno de rescatar a quienes dilapidaron terror, creando un relato romántico respecto de lo que, en cualquier país, sólo es terrorismo. Pocos días atrás, la presidenta del Celtyv, Victoria Villarruel, compartió en Formosa las vivencias, el dolor de los familiares de las personas asesinadas ese 5 de octubre de 1975. Estar con ellos, conocer a verdaderos luchadores ante la indiferencia y la impunidad, documentar a través de sus testimonios quiénes eran sus familiares, ver a las madres octogenarias de esos soldados recopilando firmas en el centro formoseño para que se trate en el Senado de la Nación el proyecto de ley que les otorgue la debida indemnización sólo habla de la desidia y de la enorme deuda que tiene el Estado argentino para con todos aquellos cuyas vidas fueron arrancadas por los que creían que la Argentina podía germinar regada con sangre inocente. Hoy plasmamos sus nombres en la memoria de los argentinos de bien. Antonio Arrieta, Heriberto Dávalos, José Coronel, Dante Salvatierra, Ismael Sánchez, Tomás Sánchez, Edmundo Sosa, Marcelino Torales, Alberto Villalba, Hermindo Luna, Víctor Sanabria, Ricardo Massaferro y Argentino Alegre representan a una Argentina oculta que merece justicia, verdad y reparación.

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Reacción “Defenderé con orgullosa terquedad al país”, declaró la Presidenta. Qué lástima que no supieron defenderlo cuando Uruguay anunció la instalación de la pastera. El entonces presidente Kirchner demostró absoluto desconocimiento y desinterés. El pueblo de Gualeguaychú y su defensa del río Uruguay pusieron en una situación incómoda a nuestro gobierno, que, al igual que cuando eligieron al querido Francisco, reaccionó tarde y mal. La realidad muestra que a nuestros gobernantes no les interesa nada salvo que el pueblo se manifieste. Fernando Braconi

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¿A quién le creo? En un monólogo editado para televisión que algunos optimistas llamaron entrevista, la presidenta Cristina Kirchner, entre las muchas frases autorreferenciales, afirmó que una multitud de argentinos –los que no sufren el cepo cambiario, según sus propias palabras– la esperaba en las puertas del hotel cinco estrellas donde se alojaba para saludarla calurosamente. En contraposición, una vieja amiga que reside en Nueva York me envió una foto digital que mostraba a un grupo de compatriotas con carteles poco amigables y que abucheaban a la señora Presidenta. Acontecimientos recientes me predisponen a creer más en mi amiga.

Los textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, LA NACION podrá seleccionar el material y editarlo. Los mensajes deben enviarse a: [email protected] o a la dirección: Av. Del Libertador 101, Vicente López (B1638BEA) Buenos Aires, Argentina

comercialización, industrialización o experimentación de embriones humanos, tema que no había sido contemplado en la ley de reproducción médica asistida recientemente sancionada. Representantes como él llenan de orgullo a nuestra ciudadanía, que en su gran mayoría defiende la vida humana como valor inmutable. Dr. Raúl Mones Cazon

DNI 4.537.619

Debate pendiente El artículo de Silvia Stang publicado el domingo pasado, titulado “Jubilaciones, un futuro imperfecto”, merece los mejores elogios. Resulta igualmente valiosísima la propuesta que efectúa la autora, en el sentido de señalar la necesidad del “debate pendiente” sobre el problema jubilatorio. En materia previsional se habla muchísimo, y se dice muy poco. Discursos de barricada y promesas demagógicas no aclaran –mejor dicho, oscurecen– la cuestión. Mientras que cuestiones fundamentales como si los aportes efectuados durante toda una vida laboral otorgan al jubilado

En la Red Pecheras K en el Jardín Facebook

Marta Escobar

DNI 6.030.071

Acoso al sector rural La Presidenta dijo, con sorna y picardía, que en su “década ganada” gracias a su política agropecuaria había logrado el récord histórico de cosecha con una producción de 105 millones de toneladas. Casi paralelamente con el tratamiento de la circular 125, se impuso al sector petrolero una especie de retención móvil, al ponerle un precio fijo a la producción. Manejada la exploración y explotación por poco más de 10 empresas multinacionales o asociadas a ellas, con la experiencia y la paciencia de lo sucedido en otros países, simplemente se sentaron a esperar. Caída de la inversión, falta de exploración, agotamiento de los pozos y consecuente pérdida de reservas, incremento exponencial de importaciones, escasez de divisas y como crónica de una muerte anunciada, “lo que me negaste ayer, me lo darás triplicado hoy”. Muy por el contrario, el sector agropecuario atomizado en 300.000 productores, y a pesar de la salvaje política agropecuaria kirchnerista (donde un kilo de soja vale el 150% más con solo cruzar la frontera), no tiene la opción de sentarse y esperar, tiene que seguir produciendo. Productores descapitalizados, acoso impositivo, pooles de siembra que se van retirando del mercado, poco a poco irán produciendo un retroceso tecnológico que mermará la producción, y qué decir si hubiera que sumarle algún efecto climático negativo o una probable baja de los precios. Seguramente no será exportando celulares de Tierra del Fuego ni bicicletas de Corrientes que suplirán las genuinas divisas generadas por el despreciado sector rural. Dimas Peña

LE 4.537.626

Ignorancia religiosa En el desagravio al templo profanado por alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, algo llamaba la atención. Los muchos que allí oímos hablar de tolerancia y paz (no de justicia) éramos casi todos gente mayor. No vi jóvenes de parroquias ni colegios católicos, aunque el hecho involucraba a jóvenes como ellos. ¿No les importó, ni a ellos ni a sus maestros? ¿Los espantó una ceremonia pensada para “viejos”? En cambio, comprobé el dolorido horror de los alumnos humildes (herederos de la “primera evangelización”), en el colegio estatal donde enseño. Ellos, sin embargo, no pueden estudiar religión en sus escuelas (tampoco pueden en el Nacional) pese al clarísmo Art. 18.4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Observación General 22 (48) del Comité de DD.HH. de la ONU. Sólo la ignorancia religiosa de los jóvenes –también se dijo en la ceremonia– explica el triste suceso de San Ignacio. Explica el insulto y también la indiferencia. Aníbal Roque Baeza

DNI 7.657.089

Defensa de la vida Quiero destacar la labor del diputado Julián Obiglio por su proyecto de ley que presentó este mes, en el que propone que se prohíba la destrucción,

“Horrible. A los niños hay que darles educación, no involucrarlos en política. ¡En lugar de avanzar se retrocede!” Marta Cucci

“Digo yo, ¿ por qué es necesario que se efectúe una denuncia desde un particular cuando es la autoridad educativa del nivel que fuere la que tiene obligación de iniciarla?” Máximo Miguel Alvelo

“Indignante. No se hace campaña con los chicos, no tienen vergüenza, ¿Dónde están sus derechos?” Celeste Bonifacini

“Eso demuestra lo incompetente que es este gobierno. ¡Los votos deben ganarse con una buena gestión, no usando a la gente y mucho menos a los chicos!” Cecilia Lardapide

el derecho concreto a pretender un determinado nivel de ingreso en función de esos aportes; si la jubilación es cosa pública o privada; si hay diferencia entre una jubilación contributiva y una jubilación asistencia; quien es el propietario de los fondos existentes en el sistema previsional, etc., permanecen en la mayor incertidumbre. Por ello, la propuesta de un debate que hace la autora del artículo debería ser escuchada por quienes tienen la voluntad y responsabilidad de procurar un mejoramiento real a la gravísima situación por la que atraviesan la mayoría de las personas de edad avanzada en nuestro país. Dr. Ricardo L. Cammi

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Multas en la ruta 2 He recibido una foto de mi automóvil con un texto que indica infracción por exceso de velocidad en la ruta 2. Esa supuesta infracción, con antigüedad mayor a dos años, se documenta con la fotocopia de un formulario firmado en blanco (no hológrafa), sobre el cual se adhieren la foto y datos del vehículo, y establece un importe a pagar. La ruta 2 es una vía de alta velocidad, atraviesa zonas urbanas (no debería), cruces a nivel, etc., con carteles de advertencia y velocidades máximas. Las infracciones son sancionadas con la detención del vehículo en el próximo puesto de control más que con una multa tardía. En los tramos previos a la zona a proteger, existen advertencias para la reducción paulatina de velocidad. Es en esos tramos donde se obtienen estas fotos, y no se toma

en cuenta que no siempre es posible bajar de inmediato la velocidad . Un frenazo supone, cuando un vehículo es seguido por otro de mayor porte, riesgo de un choque en cadena. Ante la pendiente amenaza de una multa, los conductores se ven obligados compulsivamente a disminuir la velocidad, y se genera un peligro mayor del que se pretende evitar. El motivo de penalizar en estos tramos –y con tolerancias mínimas– no se comprende claramente. ¿Se supone que no es por aquello de “llevar agua para mi molino”, no? Norberto Mastroianni

CI 3.621.242

Carteles Desde hace un par de meses la empresa Ausol instaló carteles para anunciar el cambio de tecnología de su servicio de PASE. Algunas semanas atrás emplazaron sobre la autopista un letrero luminoso que anuncia los días faltantes para el vencimiento de ese cambio. Sería conveniente y mucho más útil que la empresa instale carteles luminosos para informar el estado de la autopista, accidentes, demoras, cortes, etc., situación que nunca informa a pesar de estar cobrando un servicio hace más de 12 años . Mariano I. Ymaz

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Roban encomiendas A raíz del nacimiento de mi primera hija, la familia de mi esposa, de nacionalidad alemana, nos envió varias encomiendas – siempre a través del correo alemán–, que llegan a casa por el Correo Argentino. Esta semana vino mi suegra de visita desde Alemania y al comentarnos de las encomiendas, descubrimos que faltan cosas de las que ella incluyó en los envíos. No sé si desaparecieron en la Aduana o en el correo, pero desaparecieron. Y me avergüenza decirle a mi suegra que en mi país nos roban en las encomiendas. Son cosas que pensaba del pasado, pero evidentemente el pasado, si es negro, siempre se las arregla para alcanzarnos. Juan Ruiz

DNI 17.023.148

Publicidad invasiva A través de mi teléfono celular ingresa un promedio de tres mensajes de texto diarios para anunciar promociones de empresas automotrices. Envían permanentes SMS para vender sus unidades con facilidades financieras que no me interesan en lo absoluto. Además, los mensajes ingresan en horas de la madrugada lo cual es una doble molestia. El hostigamiento que realizan especialmente estas empresas, pero también los bancos y entidades de beneficencia, quienes llaman a mi número supuestamente privado invocando mi nombre, es muestra elocuente de que esta privacidad no existe. Ahora bien, si tampoco hay una guía pública de números celulares, es evidente que esta información proviene de gente que obtiene o roba y vende estos datos a través de bases de datos. Dado que yo no he hecho público mi número y mi nombre, alguien debería protegerme de esta invasión. Desde la operadora de telefonía celular me dicen que estos números no se pueden bloquear ni identificar. Entonces, ¿a quién debo dirigirme para denunciarlos? Carolina Rawson

DNI 12.491.898

Sí o no a los gansos Elegimos vivir en Nordelta con mi mujer porque queríamos estar cerca de la naturaleza, rodeados de árboles, pájaros y otros animalitos que difícilmente pueden verse en la gran ciudad. Patos, cuises, coipos, castores, carpinchos, garzas, teros, liebres, etc., comparten nuestra vida cotidiana. En Sauces, nuestro barrio, se crió espontáneamente una familia de gansos que viven en una de las lagunas. Grandes y chicos que amamos a los animales les damos de comer, jugamos o sencillamente los contemplamos por su simpatía. Sin embargo, un reducido grupo de vecinos alegando que ensucian y son molestos han presionado a las autoridades para erradicarlos. Se está desarrollando una encuesta “sí o no a los gansos” como si la vida de esos animalitos dependiera de una circunstancial mayoría. ¿Qué valores estaremos transmitiendo a nuestros niños cuando pregunten cuál ha sido el destino de los gansos de Sauces? Qué clase de gente es ésta que no la conmueve el incierto porvenir de esos seres vivos? Quien desprecia a la vida, aun en sus mas sencillas manifestaciones, se hunde en su propia indignidad. Dr. Alejandro A. Segura

DNI 12.915.398