Marc Puig.“No es fácil, pero logramos acuerdos para importar”

13 abr. 2014 - El CEO de la multinacional Puig, dueña de Carolina Herrera,. Nina Ricci y otras marcas, afirma que mantiene negociaciones constantes con el ...
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| Domingo 13 De abril De 2014

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“En la Argentina hubo caída, si se mide en euros, pero no fue tanto en volumen; el perfume es un producto de lujo y la gente sigue comprando.” “La Argentina es un mercado importante; como en otros países de América latina, su población es de alto uso de productos de perfumería.”

El CEO de la multinacional Puig, dueña de Carolina Herrera, Nina Ricci y otras marcas, afirma que mantiene negociaciones constantes con el gobierno argentino

Con la mira puesta en ser aún más grandes

Marc Puig. “No es fácil, pero logramos acuerdos para importar” Textos Silvia Stang

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ARCELONA.– Se siente olor a nuevo. Marc Puig recibe a periodistas de América latina en una de las salas de la torre recién inaugurada que lleva su apellido, que es a su vez el nombre de la empresa que hace 100 años fundó su abuelo, Antonio Puig, y que bien supo fusionar sensaciones olfativas con negocios. La compañía, dedicada a la perfumería y la moda, no logró hacerse tan conocida por el apellido de la familia propietaria como por sus marcas: las propias, tal es el caso de Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne y Jean Paul Gaultier, y las que gestiona con licencias, como Prada, Valentino y Benetton. Además, es dueña de las marcas Shakira y Antonio Banderas. A uno de los actos de celebración del centenario y apertura de la sede corporativa –un edifico de 23 plantas ubicado en las afueras de la ciudad– asistió el príncipe Felipe, que elogió a la empresa por su importancia para la economía de Cataluña y de España. No fue un día cualquiera para decirlo. El evento, que reunió al presidente de la Generalitat, Artur Mas, y al ministro del Interior de España, Jorge Fernández Díaz, fue pocas horas antes de que fracasara en el Congreso español la posibilidad de un referéndum, con vistas a lograr la independencia de la región, impulsada por Mas contra la voluntad del gobierno de España. Puig, una de las multinacionales surgidas en estas tierras, cerró 2013 con una facturación global de 1499 millones de euros. El crecimiento respecto de 2012 fue de 1%, pero ese índice quedó muy recortado –explica Puig, CEO y chairman de la empresa–, dada la alta exposición a países emergentes que devaluaron sus monedas. Si el tipo de cambio se hubiera mantenido y si no se hubiera fortalecido el euro frente al dólar, la suba habría sido de 5%. Más allá del impacto de la devaluación, las restricciones a la importación en la Argentina hacen que la compañía se vea obligada a desarrollar otros negocios para poder vender los perfumes. Puig señala que la negociación constante con el Gobierno “no es fácil”. Pablo Mortstedt, director general de la firma Puig en la Argentina, detalla: “Nos asociamos con otras empresas y les aportamos capital para que puedan llegar a más mercados externos”. Como parte de los compromisos de compensación, en

el país se fabrican productos como los de Heno de Pravia o desodorantes de otras marcas propias, que se venden junto a un perfume en cajas para regalos. “Nos sentamos con el Gobierno y encontramos la manera de seguir adelante”, dice el directivo local. “No hay una regla –dice–. Creemos que lo mejor es entender las necesidades del Gobierno y tratar de que nuestro negocio sea rentable y esté a la vez alineado”. Con respecto al consumo local, Mortstedt considera que 2014 será un año plano. En diálogo con la nacion, Marc Puig señala que hay un compromiso de inversiones que incluye oficinas nuevas. “Hay negociaciones periódicas, y una forma de compensar la importación es con algún tipo de inversión”, advierte. –¿Qué peso tiene el mercado argentino? –Para nosotros, la Argentina es un mercado importante; como en otros países de América latina, su población es de alto uso de productos de perfumería, a diferencia de lo que ocurre en países de Asia; en Japón, por caso, la

mujer no usa perfume, para no invadir la privacidad del prójimo. –¿Hay productos que quisieran llevar al país y no pueden? –No, el problema es más que nada de volumen. Además, nos cuesta repatriar dividendos y hay que hacer compra de bonos del Estado y eso lleva algún descuento. No es fácil, pero vamos encontrando caminos y espero que todo se normalice algún día. –¿Cómo ve a América latina y qué peso tuvo en el crecimiento reciente de Puig? –Puede haber altibajos, pero somos optimistas a mediano plazo. Aun pese a la devaluación de monedas de los últimos tiempos que nos afectó, porque nuestros costos son en euros. En países con poder adquisitivo moderado, la perfumería es el lujo accesible. –Hoy fabrican en España y Francia. ¿Podrían instalar fábricas en otros países? –El perfume es un producto que viaja muy bien porque no tiene fecha de caducidad y porque el precio del transporte con respecto al del producto es muy pequeño. Además, se trabaja en

PUIG

producción de escala. No se justifica tener fábricas en otros lugares. –Usted dijo que la evolución de las ventas de estos productos no se ve muy alterada por los ciclos económicos. ¿Qué pasa cuando hay inflación como en la Argentina? –Como los productos son mayormente de países de la zona europea o Estados Unidos, cuando un país devalúa, los precios aumentan y hay impacto en el consumo. En la Argentina hubo caída si se mide en euros, pero no fue tanto porque no se afectó mucho el volumen; es un producto de lujo y la gente sigue comprando.ß

Profesión: ingeniero industrial (Universitat Politecnica de Catalunya) Cargo: CEO y chairman de Puig b Obtuvo un MBA en Harvard. Se incorporó a la empresa familiar en 1991, como director de Investigación y Desarrollo y luego presidió la filial en EE.UU., entre otros cargos. En 2004 fue nombrado CEO de Puig y en 2007, presidente del consejo de administración.

BARCELONA.– “Es muy bonito y motivante estar en un proyecto que va más allá de la propia existencia, pensar que se dejará algo como legado”, sostiene Marc Puig, que dirige la empresa familiar secundado por su primo Manuel. Pero a su apreciación Marc le ata otra frase: “El problema es que la empresa familiar tiene sus trampas”. Y cuenta que hay reglas para sortear riesgos: el consejo de administración debe tener mayoría de integrantes ajenos a la familia y en otros órganos con capacidad de decisión nadie se apellida Puig. La empresa catalana es hoy la sexta en facturación global en el mercado de fragancias selectivas. En la última década logró llevar su participación del 2,3 al 8,6% y tiene el objetivo de llegar a 12% en 2020, para ubicarse entre las tres primeras. Hoy, las cinco más grandes son L’Oréal, LVMH (Louis Vuitton, dueña de marcas como Givenchy y Kenzo), P&G, Chanel y Coty. En la Argentina, el perfume de Carolina Herrera, de Puig, lleva nueve años liderando las ventas en su segmento. Con dos tercios de la producción en España y el resto en Francia, Puig tiene el 48% de su facturación en mercados emergentes. La firma tiene 4204 empleados –135 en la Argentina– y en 2014 sumó una ganancia, después de impuestos, de 176 millones de euros. En la planta de Barcelona funciona un Perfumery Center, que no es otra cosa que un lugar donde trabajan los perfumistas que cada año elaboran nada más ni nada menos que unas 40 fragancias. O, como dicen aquí, “sueños en botellas”.ß