12 | boxeo
| Jueves 13 de septiembre de 2012
El argentino apuntó al entorno y los manejos de Chávez para demorar la pelea y afectar su carrera
Maravilla Martínez: “Soy una falla en el sistema; no me pueden sacar de encima” Textos Osvaldo Príncipi
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PArA LA NACIoN |
AS VEGAS.– La importancia de su pelea con Julito Chávez no le resta calma al andar del quilmeño Sergio Martinez quien, a los 37 años, desde su fortaleza de lujo, del sector VIP del hotel Wynn, regula y controla cada uno de sus movimientos con precisión y exactitud. Por momentos, insoportable para la improvisación necesaria de un periodista. Como en casi todas sus peleas,
Foto Reuters
Maravilla no provoca escándalos ni grandes noticias en las horas previas a sus combates, pero colabora, con su claridad analítica, a resolver los interrogantes que se presentan antes del choque por el título mediano CMB. Manteniendo sus hábitos antes de las últimas peleas, recibió a la nacion después de su almuerzo. —¿Puede mencionar tres motivos por los que este match puede ser un desafío de riesgo? –Es difícil responder porque no en-
cuentro ninguno. El primero sería mi exceso de confianza, pero como no lo subestimo, estoy seguro. El segundo radicaría en que Chávez saque un conejo de la galera, pero hay un problema: Julito no la usa, ni frac ni galera. Y el tercero, estaría dado en la puntería que pueda tener un francotirador en lo alto del estadio… No veo opciones para perder. —¿Cuál es el foco central que tiene este combate para usted? —Mas allá de recuperar el cinturón que alguna vez tuve, o de mi lucimiento sobre el ring, permitiendo mostrar lo que significa ser uno de los tres mejores del mundo, hay un duelo personal mío contra Chávez y toda su estructura que me perjudicó e hizo perder un tiempo valioso de mi carrera y de mi vida. Me gusta definirme con una “falla en el sistema”. No me pueden sacar de encima. Soy alguien que molesta. —Ustedes hicieron una campaña de prensa muy dura y agresiva. ¿Julito fue un buen socio? —Fue un gran socio. No sólo él jugó, su padre también tuvo mucho que ver en todo esto. En alguna oportunidad dije: “No sé a quién hablarle”. Él lleva la cruz de ser hijo de Julio César, que a su vez se resiste a dejar la supremacía de importancia familiar que tuvo durante tanto tiempo… Y eso lo perjudica notoriamente. —Vivirá por primera vez en su carrera una gran experiencia:
recibir el apoyo de los argentinos que llegarán a Las Vegas para alentarlo. ¿Cómo lo está experimentando? —La sensación es espectacular. Sentir un respaldo que nunca tuve, ni siquiera cuando vivía en la Argentina. Hay retazos de mis tiempos quilmeños. Me sorprende saber que vendrán más de 3000 argentinos. Soñé con esto y ahora lo tengo. Hay quienes no tienen idea de quién soy, pero están y lo recibo. Me alegra sentir que seré parte de ese grupo de argentinos. Por fin llegó este momento. —¿Cómo es el estado de su cuerpo, vapuleado últimamente por las lesiones? —Mi tabique nasal, mis codos y mis rodillas gozan de buena salud. Tranquilos. —¿Cuál será el round de quiebre en la pelea?
En el foco de la escena, Maravilla Martínez causó sensación en su ingreso en el hotel Wynn de Las Vegas
por canal 7 y Tyc En un hecho poco común en las historias de transmisiones pugilísticas, la pelea del sábado será transmitida por Canal 7 y por la señal TyC Sports.
—El segundo round. Los rumores indican que el rincón de Chávez armará todo su plan después de las respuestas que de Julito, a los 6 minutos de pelea. Están perdidos. —El entrenamiento de Chávez y su sobrepeso se hicieron públicos. ¿Qué opina? —No sé si a su preparación se le puede dar más de seis puntos…, no llega a siete. Su cara no tiene buen color y los comentarios de pasillo no son los mejores. Lo veo alto, físicamente, pero lo miro a los ojos y lo veo frágil. Es una paradoja: un grandote al que veo chiquito. Comete un error constante: declara que me admira. —Después de esta pelea, ¿no teme que los millones lo vuelvan loco? —Debe ser bonito ver más ceros en la cuenta del banco de los que uno espera tener. Pero es el fruto de tantos años de trabajo. Ni me voy a volver loco ni cosa parecida. Me costó mucho ganar un cero tras otro. Lo tomo con calma y sigo el mismo estilo de vida. Noto, en cambio, que hay mucha gente que varía su manera de trato hacia mí y me cuesta digerirlo. No lo entiendo y me da rabia. —¿Qué espera del futuro tras esta pelea? —Siempre mi futuro tendrá el nombre de Floyd Mayweather, hasta que nos encontremos en un ring.