POLITICA
Martes 6 de octubre de 2009
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LA JUSTICIA Y EL PODER s JAVIER FERNANDEZ, UN HOMBRE CLAVE EN LA AGN
Allanan el juzgado de un juez sospechado
“No soy el operador del Gobierno en la Justicia”
Continuación de la Pág. 1, Col. 5
El funcionario negó también vínculos con la campaña kirchnerista HUGO ALCONADA MON LA NACION –¿Usted es el operador del Gobierno en la Justicia? –No. Para nada. Francisco Javier Fernández, a quien todos llaman por su segundo nombre, afronta un desafío complejo: cómo demostrar lo que no es. Es el hombre al que camaristas, jueces y fiscales señalan como el enlace del Gobierno con la Justicia. Su cargo formal es de auditor general. Es el de mayor antigüedad de los siete de la Auditoría General de la Nación. Pero, más allá de ese puesto –o de los anteriores como prosecretario letrado del ministro de la Corte Suprema Adolfo Vázquez y como secretario privado del ministro de Justicia menemista Rodolfo Barra–, es considerado en los ámbitos políticos y judiciales uno de los tres o cuatro operadores clave para la Justicia. Acaso el más influyente. El ruido en torno a él cobró inusitada fuerza en los últimos tiempos. Primero, cuando allegados a la jueza María Romilda Servini de Cubría lo vincularon con el supuesto robo de un dictamen en su despacho. Luego, por un amparo que permitió continuar con la fusión de Cablevisión y Multicanal, a pesar de la orden opuesta del Comfer. A eso se sumó que los dos postulantes sospechosos en el concurso más delicado del Consejo de la Magistratura tienen vínculos con él: uno es su asesor; el otro, padre de su ahijada. Y a esto se suman, por último, sus hermanos. Sergio es camarista del fuero contencioso administrativo, y Claudio, ex secretario de la cámara de ese fuero, lo que alimenta su halo. “No, hombre, no. No soy un operador”, insistió varias veces durante el diálogo con LA NACION. Fernández accedió a dar su primera entrevista para precisar su rol tras haber recibido unos e-mails de un empresario del sector farmacéutico que denunció que habían usado su nombre para dibujar aportes por $ 310.000 para la campaña presidencial de Cristina Kirchner. El emisor pidió su intervención, no de la AGN en ge-
neral, para impulsar una auditoría. Fernández niega todo. “Desde hace dos años no voy más a Comodoro Py, excepto cuando me autodenuncié en varios temas, por ejemplo, cuando algún periodista escribe algo sobre mí. Autodenunciado, ¿eh?, para que se me investigue”, dice. Fernández también denunció o demandó a varios que lo señalaron. Como a Roberto Martínez Medina, el ex secretario del ministro de Justicia Raúl Granillo Ocampo, que lo señaló como el “valijero” que entregaba los “sobres” con los sobresueldos a Barra, Vázquez y a un tercer ministro de la Corte, Mariano Cavagna Martínez. Resultado: la Justicia condenó a Martínez Medina a 3 años de prisión por calumnias. “¿Sabe qué pienso?”, desafía Fernández, antes de lanzar una sospecha: “Que hay gente que me quiere hacer daño”. –¿Por qué entonces se lo señala
➾Como yo tengo una hija, la gente me pide que nombre a sus hijas. Son intocables y yo las respeto➵ como un “excelente” operador del Gobierno en la Justicia? –[Tajante.] Eso es mentira. –¿El hermano del juez federal Ariel Lijo trabajó para usted? –Sí. Alfredo Lijo. Me lo pidió la “Piru” Riva Aramayo [por Luisa, camarista federal fallecida]. Trabajó en mi gabinete hasta poco después de que se recibió. –¿También un familiar del camarista Jorge Ballestero? –Yo no estoy haciendo nada malo. Y como yo tengo una hija y vivo para mi hija, la gente que me conoce me pide que nombre a sus hijas. ¿Sabe por qué? Porque las hijas de las personas que yo conozco son intocables y yo las respeto. Acá trabajó Malena, la hija de Canicoba Corral [Rodolfo, juez federal], que se fue cuando se recibió de diseñadora
gráfica. Hermosa chica. Pero acá estaba cuidada. También Josefina, la hijastra de “Pati” Ballestero. –Me cuentan que tiene una excelente relación con el senador Nicolás Fernández, miembro del Consejo de la Magistratura… –Nicolás Fernández es el presidente de la Comisión Revisora Mixta. Es jefe nuestro, de los auditores, que dependemos de esa comisión. Llama continuamente para pedir informes, pero no sólo él. También el resto de los miembros de esa comisión. –Carlos Ferrari, cuyo examen en el Consejo de la Magistratura en el concurso clave para juez federal en Comodoro Py llamó tanto la atención por su exuberante precisión de citas jurisprudenciales, ¿es asesor suyo? –Fue un chico que trabajó 25 años con Martín Irurzun [camarista federal]. Pasó por un estudio, estaba sin trabajo y lo tengo para que me asesore en las denuncias penales que tengo que hacer por la Auditoría. Es brillante. –¿Tiene relación con el camarista federal Eduardo Farah? ¿Fue compañero suyo de colegio? –Mmm [asiente]. ¿Sabe de dónde lo conozco a Farah? –¿Farah con acento en la primera “a” o en la segunda? –Yo le digo Eduardo [ríe]. Nos conocemos desde tercer grado. Ibamos a campamentos… Fue el escolta o el abanderado del colegio. Chico brillante. Pero no es delito ser compañero de colegio de alguien, ¿no? –¿Puede ser que porque conoce a varios jueces y camaristas genere cierta resistencia? –Sí, por supuesto. ¿Sabe qué es Comodoro Py para mí? Es el Sanedrín. ¿Usted es católico? ¿Vio Jesús de Nazareth? Yo soy muy católico. –Aclare eso porque es fuerte. ¿Usted se compara con Jesús? Si no, lo van a crucificar… –No. No me comparo. Digo que en la película, cuando Jesús está en el Sanedrín, Anthony Quinn, que hace de Caifás, se rasga las vestiduras [gesticula la escena] y dice: “Se hace llamar Hijo de Dios”, ¿eh? Bueno, la hipocresía está en todas partes…
“No quiero tener ningún problema” Javier Fernández no sólo emplea a Carlos Oscar Ferrari, uno de los dos postulantes cuestionados en el concurso más delicado para el poder político del Consejo de la Magistratura: el abierto para ocupar cuatro juzgados de Comodoro Py. También tiene vínculos estrechos con el otro señalado, Luis Rodríguez. El examen
del primero llamó la atención por la exuberancia y precisión de citas jurisprudenciales; el segundo, porque su tribunal pidió copias de un fallo que resultó muy parecido al que luego se tomó en la prueba. –¿Usted intercedió por Ferrari o Rodríguez en el concurso? –[Tajante] No. Absolutamente
nada. No quiero tener ningún tipo de problema, ni de cuestión vinculada con eso. Se lo puedo asegurar por mi hija. Esa es la verdad. Como tengo olfato, y veo cómo viene la mano, quiero vivir en paz. –¿Usted es el padrino de la hija de Rodríguez? –Padrino de la nena.
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