Macfarlane, régisseur de otro mundo

programa High School Musical: la selección lo reconoce con facilidad. También es un nombre asiduo en el mundo de la comedia musical y ya entró con pie ...
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Espectáculos

Viernes 6 de junio de 2008

MUSICA CLASICA

Macfarlane, régisseur de otro mundo Más conocido por sus incursiones en el universo del musical, ahora dirige La belle Hélène, de Offenbach Peter Macfarlane. El hombre se presenta casi innecesariamente; su castellano impregnado de una fuerte tonada inglesa lo identifica con contundencia. Cualquiera que se haya cruzado con su imagen en la televisión, como estricto jurado del programa High School Musical: la selección lo reconoce con facilidad. También es un nombre asiduo en el mundo de la comedia musical y ya entró con pie firme en el de la ópera. De hecho, ése es el motivo que nos convoca, ya que está a cargo de la régie de La belle Hélène, la opereta de Jacques Offenbach que sube a escena esta noche en el teatro Avenida, a instancias de Buenos Aires Lírica. El entusiasmo por contar “el delirio” (ver recuadro) de su puesta lo lleva a perder casi totalmente esa tonada extranjera –que heredó de su familia escocesa– y deja al descubierto que en realidad es un tucumano que se crió desde chico en la zona norte del Gran Buenos Aires y que desde muy joven supo que quería cantar El Mesías, de Haendel. Mientras esperaba que eso sucediera, empezó a alternar sus estudios líricos con Margarita Kenny con producciones de comedia musical, el terreno en el que se mueve con más comodidad; por eso

Mariana Rewerski es Helena

La ópera como musical “La clave es que todo esté justificado. Esa fue la razón por la que la gente de Buenos Aires Lírica aceptó gustosa mi versión de la obra”, explica el régisseur que el primer día de trabajo se plantó frente a solistas y coro y les aclaró que eso era una comedia musical y que todos deberían bailar, sin excepciones. “La opereta se puede tomar como una ópera pequeña o como la abuela de la comedia musical; yo elegí esta segunda mirada y creo que no me equivoqué: nos estamos divirtiendo como unos zanguangos”, dice Macfarlane desfachatado y contento con sus ocurrencias. Una de ellas puede pintar el todo: la bella Helena (Mariana Rewerski) aparece como una diva de teatro de revista, con plumas y escaleras. Eso sí, sin conchero.

LA GUIA DEL FIN DE SEMANA

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Peter Macfarlane, una mirada desfachatada, aunque justificada, de la lírica FOTOS DE GUSTAVO SEIGUER

PARA AGENDAR

La belle Hélène, de Offenbach, con régie de Peter Macfarlane y dirección musical de Dante Ranieri. Teatro Avenida, Avenida de Mayo 1222. Desde hoy, a las 20. Informes, 4812-6369.

sorprende encontrarlo en el papel de régisseur. “La verdad es que el puntapié inicial fue la lírica y hasta llegué a ser tenor solista; pero un día me di cuenta de que no era tan buen cantante y me jubilé como tal a los 22 años. Un amigo me aconsejó seguir la carrera de régie en el Instituto Superior de Arte del Teatro

Colón, y allí fui”, resume Macfarlane, este polifacético hombre de la música en cuyo haber profesional aparecen datos tan eclécticos como el teatro de revista, la dirección de un espectáculo de Marilina Ross, la iluminación de un show de su coprovinciana Gladys, la “Bomba Tucumana”, la dirección del grupo teatral Los Prepu y, quizás el que más placer y orgullo le provoca: ser maestro de música de la primaria del Colegio San Andrés. “Me encanta dar clases; hace 33 años que soy profesor, y me divierto horrores. Pruebo cosas; por ejemplo, hace un tiempo con alumnos del secundario hicimos una versión rock de Turandot, agarré las melodías de Puccini y las rockeé. Los adultos casi me matan, pero los alumnos estaban tan fascinados que quisieron que los llevara a ver la Turandot, que estaba presentando el Teatro Colón”, sigue diciendo. Esas experiencias, más otras que trajo de sus trabajos como “asistente del asistente del asistente” de un par de producciones en el Covent Garden londinense y en el Met neoyorquino, son las que seguramente nutrirán desde esta noche su versión de La belle Hélène.

Verónica Pagés

LA NACION/Sección 4/Página 3