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Domingo 26 de julio de 2009
RUGBY
Un torneo como vehículo de ayuda
La tarde en la que el rugby unió sus manos por una causa solidaria Fue en Deportiva Francesa, el club de Iñaki Benítez Cruz, quien se recupera de una lesión cervical sufrida durante un partido, en abril pasado Iñaki es una bandera. La enarbolan dos chicas que ofrecen café a cuatro pesos; el parrillero que vende choripanes y hamburguesas. También la llevan las empresas que pusieron su logo en la cancha 2, donde se desarrollan sus partidos. Todo, para afrontar los 45.000 pesos mensuales que cuesta el tratamiento actual de Iñaki, “y para darle al chico la mejor calidad de vida en el futuro”, según aseguran en su club. “Cada uno, desde su lugar, está haciendo fuerza por él”, dice Rodrigo Roncero, el Puma que colaboró para que los menores de Stade Français hicieran el viaje desde Francia. “Esto no tiene camiseta. El único equipo es el de Iñaki”, sentencia el pilar argentino. La UAR y la URBA también se unieron para dar una mano. “Donamos parte de la recaudación de la Copa Citi y haremos otro partido a fin de año en la M-19”, describe Néstor Galán, presidente de la URBA. Además, circula un petitorio para que el gobierno nacional le otorgue un subsidio –se necesitan entre 20.000 y 30.000 firmas–
Por Alejandro Casar González De la Redacción de LA NACION
a leyenda está en todos lados. Las remeras de los jugadores dicen: “Fuerza, Iñaki”. Se lee en un cartel gigante. También, en la entrada del club Deportiva Francesa, en Del Viso. Toda la gente porta, orgullosa, un pin con la misma frase. Todas las camisetas se unen para darle ánimo a Iñaki Benítez Cruz, que tiene 17 años y se recupera a paso lento de una lesión cervical que sufrió el 19 de abril pasado, en un partido de rugby de su categoría –menores de 19 de Deportiva Francesa– contra Don Bosco. Para tenderle una mano, su club formó una Subcomisión de Ayuda y organizó el primer encuentro internacional Sub-17. Además del equipo local, también participaron los dos clubes de San Isidro (CASI y SIC) e Hindú. Dos ídolos del club de Iñaki (los Pumas Rodrigo Roncero y Juan Martín Hernández) hicieron las gestiones en Francia
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“Estoy orgulloso de ser ex jugador. Cuando la necesitamos, la familia del rugby siempre está”
“La lesión de Iñaki fue un accidente. Juega al rugby desde los cinco años y sabía lo que hacía”
Carlos PALOU (presidente de D. Francesa)
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para que dos equipos del Stade Français se sumaran a la fiesta. El encuentro era la excusa perfecta para colaborar. Desde que hace unos meses, la Subcomisión de Ayuda tuvo la idea de organizarlo, los aportes desinteresados se sucedieron. Juan Martín Hernández aprovechó una corta estada en Buenos Aires para darse una vuelta por el club y grabar el spot publicitario del torneo. Rodrigo Roncero se reunió con el presidente de Stade Français y consiguió que los menores de 17 confirmaran su participación. Agustín Pichot le envió a Iñaki una camiseta autografiada. Y clubes como Curupaytí o Don Bosco donaron recaudaciones enteras. Esa unión del rugby hace la fuerza que Iñaki necesita para salir adelante. Por ahora, su recuperación está centrada en la parte aeróbica. En los últimos días, pudo respirar 12 horas seguidas sin asistencia mecánica, pero depende de los aparatos para dormir. En cuanto supere esta etapa, le tocará la rehabilitación kinesiológica, que podría realizarse en el instituto Fleni. Mientras, en la clínica Alcla, de Núñez, Iñaki disfruta del chat y de los DVD de rugby. Lo hace gracias a una ayuda especial: una notebook donada por gente de su club y un programa informático que le consiguió un jugador de la primera, Guillermo Pedrazzini, que traduce el movimiento de los ojos en clics sobre las letras. Y así, Iñaki forma palabras. Más que un paciente en recuperación,
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1- Roncero con los menores de 17 de Deportiva Francesa/ 2- Un jugador del SIC amaga ante rivales de Stade Français/ 3- Iñaki, en familia: su padre, Jorge; su madre, Angie, y su hermana, Ximena/ 4- Todo el merchandising del encuentro/ 5- Un éxito del rugby solidario // FOTOS DE M AU RO A L FIE R I
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Jorge BENÍTEZ CRUZ (padre de Iñaki) y hay una cuenta abierta en el Banco Nación para que todos puedan aportar lo suyo: código 0074, número 180953422. Iñaki provocó un efecto contagio: todos quieren ayudar. Como el primer equipo de La Depo, que tenía previsto hacer su primera gira por Europa a fin de año y la suspendió por la lesión del joven. Además, los jugadores destinaron todo el dinero ahorrado para el viaje a la recuperación de Benítez Cruz. Hasta el día de su lesión, Iñaki era el wing titular de la M-19. Diestro y “muy áspero dentro de la cancha”, soñaba con ser jugador profesional. “Quería conseguir una oportunidad para jugar en Europa de acá a tres años”, dice su padre, Jorge. Y rescata una frase que tiene el copyright de su hijo: “Voy a ser jugador de rugby o cartonero”. Acto seguido, Jorge repite una y otra vez que lo de su hijo “fue un accidente” y que con “sobreproteger a los chicos no se gana nada”. “En Del Viso, por ejemplo, lo quisieron asaltar dos veces”, grafica. Y se sincera: “Si Iñaki se recupera, estamos hechos”. A un costado de la cancha, los compañeros de Iñaki no sueltan la bandera de su amigo enfermo. “Fuerza, Iñaki, la 90-91”, puede leerse. Sueñan con que, algún día, ese amigo lesionado vuelva a verlos jugar. O con una recuperación milagrosa que consiga devolverlo a la cancha. Si eso sucede, seguro, volverán a gritarle: “¡Peinate, Iñaki!”. E Iñaki sabrá que tendrá que cambiarse de punta para intentar conseguir un try.