Una tarde

El Manneken Pis (“el niño que. » orina”) es una figura de bronce de un niño orinando que se ha convertido en símbolo en Bruselas. De acuerdo con el portal ...
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VIAJES & TURISMO

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Banquete por la vendimia

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Los vinos de Bodegas Pomar acompañarán un menú larense que encabezará el lomo prensado COMER Y BEBER P. 7

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EL NACIONAL Caracas, domingo 21 de agosto de 2016

MARÍA GABRIELA MEDINA D. » [email protected]

B

ruselas es el hogar de la diplomacia europea. Se puede decir que es una ciudad gris con un propósito institucional. Pero dentro de la formalidad que rodea su acontecer cotidiano, hay momentos de luz y de esparcimiento que hacen de una tarde en esta urbe una experiencia divertida. La capital de Bélgica aparte de admirarla, hay que degustarla. Merendar un waffle con un café es obligatorio y hay numerosos lugares para escoger y probar, mientras se camina por sus calles. En Bruselas se encuentra la Unión Europea, lo que la hace también la capital del Viejo Continente. Un paseo para contemplar la extraordinaria arquitectura de estas instituciones es una actividad interesante para entender el alma de la metrópoli. Después de un recorrido por los edificios de la UE, se vuelve obligatorio probar el chocolate belga. En cualquier tienda habrá algún vendedor con un colorido atuendo ofreciéndole muestras gratis de la bebida. Hay para todos los gustos desde el que tiene leche hasta el más oscuro. Caminar por Bruselas revela que es un lugar relajado a peas desar de que allí se toman las cisiones más importantess de eneEuropa. No es caótica ni geneiura el estrés de las grandes ciudades. Al recorrer a pie suss calles también conoce o se reencuentra con su cultura: murales de Tintín, numerosas librerías con textos a diferentes precios y músicos que ganan algo de dinero tocando sus violines para los turistas. Para cenar lo ideal es saborear las famosas papas fritas, que usualmente se acreditan a los franceses, pero en realidad son creación de los belgas. Hay mu-

Una tarde en

Espíritu rebelde

Bruselas

PIXABAY/EUROPA. EU

» El Manneken Pis (“el niño que orina”) es una figura de bronce de un niño orinando que se ha convertido en símbolo en Bruselas. De acuerdo con el portal oficial de la ciudad, esta pequeña estatua (de apenas 61 cm de alto) es el emblema del espíritu rebelde de la urbe. Su origen se remonta hacia el final del siglo XVII. Su imagen se fortaleció cuando sobrevivió el bombardeo de Bruselas en 1695, por parte de las tropas francesas del rey Luis XIV.

» Durante los grandes eventos de la ciudad, lo “visten” con ropas de lujo y, según la página web, gradualmente se ha convertido en una imagen y símbolo de Bruselas porque demuestra la alegría de sus habitantes y su capacidad de burlarse de sí mismos.

La capital de Bélgica aparte de admirarla, hay que degustarla. Merendar un waffle con café es obligatorio y no hay que perderse de probar una taza d chocolate y terminar el día de c una cerveza con

chos lugares en los cuales puede comer un cono lleno de papas fritas con la salsa de preferencia: desde la tradicional ketchup hasta queso fundido. A Bruselas hay que caminarla. Mientras disfruta de las papas fritas puede dar una vuelta por la Grand Plaçe en la noche, cuando está iluminada, y que es el momento ideal para admirar su belleza. Es la plaza central de la ciudad y en 1998 fue nombrada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Para finalizar la tarde, no se pue-

de ir de esta espléndida capital si no se sienta en un bar a beber alguna de sus famosas cervezas. Uno de los más recomendados es Delirium, el espacio soñado para probar estas burbujeantes bebidas, pues cuenta con alrededor de 2.000 tipos de cervezas de diferentes sabores. Si lo prefiere, cerca de la Grand Plaçe hay bares con música en vivo, en cualquiera de ellos se puede esperar la noche escuchando una banda de jazz, eso sí acompañado de una cerveza belga.