La resistencia mapuche en clave 2.0

parte de su cuerpo. Te vemos como una toxina. ... po de Operaciones Especiales de Carabineros ... argumentaba que la muerte del carabinero había sido un ...
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ENFOQUES

I

Domingo 10 de junio de 2012

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El perfil

Pedro Cayuqueo

La papelera de reciclaje de Twitter

La resistencia mapuche en clave 2.0

GASTON ROITBERG LA NACION

Periodista, adicto a Twitter, formado en la universidad y participante asiduo de programas de televisión, es el líder más influyente de la comunidad indígena en Chile, en la que transformó el ideal de la reivindicación armada por la difusión global de su cultura y sus reclamos EL MERCURIO/GDA

CARLOS VERGARA CORRESPONSAL EN CHILE

SANTIAGO iene más de 14.000 seguidores en Twitter, red social en la cual se autodefine como “aborigen, nativo, salvaje, prehispánico, indio, o como usted prefiera”, su pasaporte registra pasos por casi 40 países, es un confeso adicto a la tecnología y su nombre es un extraño sinónimo de milenaria tradición mezclada con provocadora modernidad. Es periodista, tiene 35 años y se llama Pedro Cayuqueo Millaqueo, acaso el mapuche más influyente del complejo escenario sociopolítico en el cual se desarrolla esta etnia que alcanza a casi un millón de personas en Chile, mayoritariamente, y la Argentina. Es el fundador de dos ambiciosos proyectos periodísticos: el Azkintuwe (El Mirador), una publicación bimensual de resistencia indigenista, miembro de la Agencia Internacional de Prensa y que se distribuye en Chile y la Argentina, y el Mapuche Times, un interesante proyecto de corte popular. Nació en una comunidad mapuche llamada Luis Millaqueo, en Ragnintuleufu (Entre Ríos, en su traducción castiza), en los actuales límites de las comunas de Nueva Imperial y Temuco, encerrado por los ríos Quepe y Cautín. Un lugar que él define poéticamente –citando al antropólogo chileno José Bengoa– como la “Mesopotamia mapuche”, pero que nada tiene de idílico en un país que ha acostumbrado históricamente a ningunear a los de su raza. “Más que una comunidad, era una reducción. Como decía mi abuelo: un corral de animales, lo que nos dejó el despojo chileno”, aclara. Pero no todo era tan aciago. La lengua indígena se extendía en un sector plagado de “machis”, en el cual –por su cercanía con Temuco– muchos mapuches llegaron a ser profesores en las décadas del 30 y 40. En ese escenario, Pedro fue educado en un colegio de monjas. “Mi madre y sus castigos”, explica él, intentando describir a esa mujer católica que optó por que sus hijos fueran a uno de los colegios donde se educaban los niños blancos de alta alcurnia. Pero no vivió allí Pedro aquello que hoy llaman discriminación. “No tengo muchos recuerdos de eso. Siempre tuve un firewall que fue mi rendimiento escolar. Si había blanquitos con malas notas, ¿qué me iban a decir a mí?”, precisa. En el particular universo mapuche, en el cual históricamente no se reconocen liderazgos únicos, Cayuqueo genera tanto atractivo como desconfianza. Fue el primero, al menos públicamente, en “cambiar el chip” de la reivindicación armada mapuche y hacerle entender a su etnia –al menos, a gran parte de ella– que la profesionalización podía abrir más puertas que las tomas de terrenos y quemas de empresas forestales. Chile, por entonces, experimentaba un curioso tránsito de integración para una comunidad ostensiblemente postergada durante la dictadura del general Augusto Pinochet. En los meses previos al regreso a la democracia, el futuro presidente, Patricio Aylwin, les prometió reconocimiento constitucional a sus derechos en el llamado Acuerdo de Nueva Imperial. También se crearían nuevas instancias, como la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, una de cuyas misiones sería la restitución de tierras a los mapuches. Pero los ánimos volverían a caldearse cuando los indígenas vieron que, pese al discurso integrador de la coalición de gobierno, la Concertación, seguían siendo ciudadanos de segunda clase. Su integración se reducía a, como explica Cayuqueo, “un indio vestido

T

Quién es Nombre y apellido: PEDRO CAYUQUEO MILLAQUEO

Edad: 35 En la academia: Nació en una comunidad mapuche en Ragnintuleufu, en Chile, se educó en un colegio religioso y estudió derecho y periodismo en la universidad.

con manta para las fotos oficiales”, mientras la represión continuaba, principalmente durante los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. Lejos del estereotipo Paralelamente, en la universidad, Cayuqueo comenzó con sus primeras incursiones comunicacionales, como fue el Kolectivo Lientur, grupo sobre el que alguna vez, como broma, posteó en su blog que era auspiciado por la “Bin Laden Corporation”, lo que provocó denuncias de parlamentarios en torno a los supuestos vínculos entre los mapuches y Al-Qaeda. Cerca del periodista lo definen como “un tipo muy inteligente y razonable”, alejado del clásico estereotipo mapuche, caricaturizado en Chile como sinónimo de holgazanería y resentimiento. En septiembre de 2010, mientras los periódicos chilenos llenaban sus páginas con la presión al gobierno de Sebastián Piñera que representaba la huelga de hambre de más de 30 comuneros mapuches en el sur de Chile, Cayuqueo, desolado, escribía una sentida columna titulada “Tan lejos, tan cerca”, donde alababa el proceso de descolonización en la Argentina, tras un viaje a General Roca. “Puede resultar paradójico, pero como mapuche mil veces hubiera preferido hoy

Periodista militante: Fundó las publicaciones Azkintuwe (El Mirador) y el Mapuche Times, tiene un blog, 14.000 seguidores en Twitter y publica sus notas en Chile y el exterior. Vive en Temuco, la ciudad que aspira a gobernar.

haber nacido al otro lado de los Andes, en Puelmapu, la «tierra del Este», como llamamos nosotros al territorio conocido por el resto del planeta como la Argentina. […] ¿Es la Argentina la copia feliz del Edén para los indígenas? En absoluto. De que hay conflictos no resueltos, los hay. Pero la diferencia radica en la voluntad del Estado argentino y de algunos Estados provinciales de abordarlos, con altura de miras y no desde el cálculo político menor”, escribió. El detalle no es casual, por cuanto al ver perjudicada su relación con el Estado chileno, sus demandas encontraron eco en organizaciones de derechos humanos y ONG extranjeras, sobre todo europeas, que hicieron bastante más que los gobernantes de turno por sus derechos. Si hay algo por lo que Cayuqueo siente que debe dar explicaciones (o, al menos, se las exigen) es por un episodio de su pasado: a los 23 años fue detenido por una supuesta usurpación de tierras y hurto de madera, tras lo cual fue condenado a 541 días de presidio remitido. “Es parte de mi trayectoria política: participé de la fundación de la Coordinadora Arauco Malleco (una polémica organización de reivindicación mapuche, asociada a actos

Conectados

terroristas), en el año 98. Pero fue bastante limitada”, dice. Los representó en un congreso en Suiza y también estuvo preso. Tras ello, retomó sus estudios. “No compartía las ideas tan vinculadas a la tierra, tampoco las de marxismo y revolución social. Me dije a mí mismo: quiero estudiar. No tenemos por qué ponernos sobre las espaldas la lucha mundial contra el capitalismo. Me interesaba más la identidad”, cuenta. Pero habría varios puntos de inflexión. El primero sería la muerte del sargento del Grupo de Operaciones Especiales de Carabineros Hugo Albornoz, asesinado en abril de este año a balazos en un confuso incidente, durante un allanamiento a una comunidad mapuche en Ercilla, en las cercanías de Temuco. En aquella ocasión, Cayuqueo publicó la que quizás fue su más aplaudida columna, “Yo acuso”, en el semanario The Clinic. “Hoy, desde esta tribuna pública, yo acuso. Acuso al Estado y sus instituciones, sobre todo a los poderes Ejecutivo y Legislativo, de ineptitud inexcusable y criminal al sur de la frontera del Bío Bío. Yo acuso a los presidentes y sus ministros, a los parlamentarios y sus asesores, a los alcaldes y sus concejales, de tener todos sus manos manchadas con sangre”, escribió. “Un conflicto se puede resolver o bien se puede administrar. Muchos optan por lo segundo, sobre todo por cálculo político”, expresó, citando al líder del Sinn Fein, el irlandés Gerry Adams. Sus acciones se apreciaron exponencialmente tras su aparición por ese mismo tema en el programa político por excelencia de la TV chilena, Tolerancia cero, en el cual defendió la postura de la comunidad mapuche, que argumentaba que la muerte del carabinero había sido un mero accidente. “Descubrí que hay un sector del país que ve TV, pero no lee. Me dio una visibilidad en un sector social bastante especial. Descubrieron a este mapuchito que hablaba de corrido y no se ponía furibundo. Lo triste es que no soy una excepción. Existen muchísimos mapuches haciendo patria. Hay todo un mundo por descubrir”, reflexiona. ¿Cómo piensa políticamente Cayuqueo? El recurre a la filosofía de su abuelo para explicarlo. “Cuando uno tiene un problema con el fundo de al lado, es muy distinto tratar con el capataz que con el patrón. El patrón te arregla o no los problemas. El capataz, que sueña con ser patrón, te tramita. Los mapuches vivimos en un fundo llamado Chile y hoy estamos tratando con los patrones”, explica. Para él, sin filtro alguno, es un avance que se haya ido la Concertación. “Hoy es un abordaje distinto, con las mismas políticas. Piñera ha optado por el diálogo en vez de la represión”, continúa. El movimiento estudiantil de 2011 encabezado por Camila Vallejo fue un abrir de ojos formidable para el pueblo mapuche. Por primera vez, la federación de estudiantes mapuches fue aceptada en la Confederación de Estudiantes Chilenos (Confech), que integró también sus demandas. Es un secreto a voces en su región que Cayuqueo tiene ambiciones políticas. ¿Las tiene? Sí, responde él. Algún día será alcalde de Temuco, ciudad a la cual sueña en convertir en una capital multicultural, el “DF chileno, la Montreal de Sudamérica”. Por lo pronto, el periodista-twittero se las ingenia para hacer visible a su etnia: es uno de los organizadores del primer Encuentro Nacional Mapuche (Enama), un evento que ha reunido a más de 1500 profesionales, empresarios, científicos y artistas, “un punto de reunión donde los mapuches urbanos son los encargados de cambiar su propia historia”.

En Internet, la acción de borrado siempre es relativa. En apenas milésimas de segundo lo que se pretende ocultar o hacer desaparecer para siempre puede volver a la vida con una captura de pantalla, una descarga o un enlace. Por otro lado, en el caso de Twitter, el enorme volumen de información corporizado en su unidad de medida (el tweet, o tuit) fluye de manera ininterrumpida desde su lanzamiento en 2006 y la tarea de encontrar materiales viejos, borrados o en desuso puede ser una misión imposible. La Fundación Sunlight parece haber encontrado una solución al botón “suprimir”. Con base en EE.UU., el desarrollo se sostiene en una base de más de 3000 mensajes eliminados por 435 usuarios registrados a la red de información en tiempo real. El objetivo es que los tweets publicados y eliminados por los políticos de ese país –en plena campaña electoral– queden exhibidos ante la opinión pública. Con un nombre divertido (Politwoops) y un eslogan marketinero (“Descubre los tuits que nuestras autoridades compartieron y de inmediato borraron”), la plataforma muestra qué día fueron eliminados los mensajes y permite volverlos a la vida a través de un retweet. De origen holandés y localizado en otros doce países, el proyecto apunta a fomentar el llamado watchdog ciudadano a través de las nuevas tecnologías, es decir que alienta a los ciudadanos a través de ONG para que sean los guardianes de posibles abusos de poder por parte de los gobernantes. Metidas de pata, tweets polémicos, mensajes directos llevados a públicos y luego borrados, bloopers, etcétera., son algunos de los contenidos que permiten monitorear cómo modifican sus estrategias de comunicación los equipos que asisten a los políticos en el camino a la Casa Blanca. “Poliwoops es una ventana de búsqueda de aquellas equivocaciones que sus autores no querían ver”, explicó Nicko Margolies, vocero del proyecto, y completa con algunas de las perlitas que se pueden encontrar en el sitio: “Hay mensajes de cuando el senador Chuck Grassley comparó la película El graduado, de Dustin Hoffman, con la serie de actualidad The Hunger Games; cuando el representante Jeff Miller propuso una encuesta sobre si Obama nació o no en EE.UU., o cuando John McCain se burló de las lágrimas del reelegido presidente ruso Vladimir Putin”. @grmadryn

Más información. Enlaces, videos y otros contenidos multimedia www.lanacion.com.ar/diario-dehoy/ suplementos/enfoques

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© LA NACION

Terapia (arriba también se sufre)

Hoy, Aníbal Fernández DIEGO SEHINKMAN PARA LA NACION

Aníbal: (Bufa, molesto) ¿No le digo yo? El periodismo es nefasto. ¡Ne-fas-to! Terepauta: ¿Otra vez me va a hablar del Monopolio y Magnett…? A: (Interrumpe) Víctor Hugo nos pesificó los dólares. T: … Aníbal: (Irritado, se rasca el bigote) La Señora le tomó el desafío e hizo el gran anuncio: en una especie de ritual religioso, vamos a tener que ir pasando de a uno por el altar del Modelo a ofrendar nuestros verdes para sacrificio. ¿Adivine quién es el primero de la fila y con bonete? Mis famosos 24.000 dólares van a ser degollados a 4.49. (Guiña el ojo) Los no famosos, no. T: Lo hemos trabajado en este espacio, ¿lo recuerda? Cuando con sus declaraciones, solito, se pone en la fila… A: Nah, nah, momentito. Yo le puedo admitir que no fueron felices mis palabras en lo de Magdalena, cuando dije que yo con mi

plata hago lo que se me antoja. Ahora, usted preguntará: “¿Y le molesta que la Presidenta lo rete públicamente?” Para nada, soy un servidor y un profundo admirador de este Gobierno, el mejor de los últimos 30 años. (Hace una mueca de bronca.) T: ¿Qué asoció que puso esa cara? A: (Con odio) Después de que Cristina me tiró lo del Vivarachol, uno de estos pendejos agrandados de La Cámpora que estaba sentado atrás mío en el acto, dijo por lo bajo: “¿Cómo Aníbal no se va a bancar calladito la rutina del cachetazo, si sabe bien que ése es su rol en el circo?” T: Aníbal, quisiera focalizarme en un tema: ¿qué piensa de esos episodios donde usted pierde la línea, como en el reportaje con Magdalena? A: (Chista, despreciativo) No empiece a buscarle el pelo al huevo con preguntas estúpidas. Acá lo único importante es que la señora Presidenta, en el medio de las medidas que se están tomando, haya dado el ejemplo y exigido que todos lo demos. Como decía Jauretche: “Hasta que un día el paisano

acabe con este infierno, y haciendo suyo el Gobierno, con sólo esta ley se rija: o es pa’ todos la cobija, o es pa’ todos el invierno”. T: … Lo mismo le ocurrió con Viviana Canosa en televisión, ¿lo recuerda? De repente, frente a alguna palabra o frase del otro que a usted no le gusta, el payador pierde la rima y se desangela. Yo se lo digo diplomáticamente. Pero la Presidenta, por esto mismo, lo llamó “border”. A: ¡No diga pavadas! Yo no pierdo la rima ni me desangelo. A mí que no me corran con el teorema de Baglini. Ese que dice que cuanto más lejos se está del poder, más barbaridades se pueden decir. (Se rasca el cuello, incómodo) Busquen en el archivo. Barbaridades yo dije desde siempre, incluso cuando gravitaba… T: ¿Se escuchó lo que acaba de dec… A: ¡Esperesé! No cometa la obviedad de querer poner el dedito en la palabra “gravitaba… aba”. Conmigo, señalamientos de psicólogo berreta de revista de sala de espera, no. Y déjeme terminar. Le decía: Yo no me desangelo. Lo que pasa es que la

prensa canalla amplifica todo. El otro día, delequetedele con que Randazzo me desautorizó cuando dijo que comprar blue era como comprar un estéreo robado. Yo estoy completamente de acuerdo con Randazzo (guiña un ojo) públicamente. A ver. Todos sabemos que si el blue es un estéreo robado, medio país vive en la calle Libertad. T: … A: (Se queda en silencio, estrujándose el bigote.) T: ¿Qué piensa que apagó motores? A: ¿Sabe lo que no puedo terminar de entender? Cómo Randazzo, que tampoco es pingüino nativo, está en el Kremlin y yo en esa Siberia llamada Senado… T: ¿Se dio cuenta del cambio? Cuando Néstor vivía, sus extravagancias verbales eran simpáticamente llamadas “Anibaladas”. Para Cristina, que es menos tolerante, son “borde-

rismos”. Fíjese la distancia semántica. A: (Camina por el consultorio, transformando su angustia en hiperactividad) Yo no creo ni remotamente en lo que le voy a decir y me parece una imbecilidad mayúscula. Pero alguien decía: “Hablando del dólar, el problema de fondo de Aníbal también tiene que ver con su incapacidad para ahorrar. ¿Dinero? No, capital político. En todos estos años no ha logrado acumular capital político propio. No es autoválido. Nadie lo votaría si su cargo fuera electivo. Entonces, ¿qué otra cosa que fidelidad esperan que muestre por este gobierno? T: ¿En qué falló, Aníbal, que no pudo “ahorrar”? A: (Piensa, serio, tenso) Este mismo mala leche de La Cámpora que se sentó atrás mío en el acto, riéndose, me dijo casi al final: “Avivate, Aníbal. A diferencia del primer kirchnerismo, el sistema inmunológico del cristinismo no te registra como parte de su cuerpo. Te vemos como una toxina. Y de a poquito, te vamos arreando hacia el riñón”.