espectáculos | 5
| Martes 4 de Marzo de 2014
teatro
Cosas del libre albedrío exiliados (heridos de amor). ★★★
buena. autor: James Joyce. adap-
tación y dirección : intérpretes :
Claudio Ferrari.
Camilo Parodi, Maia
Francia, Tony Lestingi, María Dimaio, Silvia Trawier y Franca Ferrari. iluminación :
Ariel del Mastro y Lestingi.
escenografía : rio :
Jorge Ferrari. vestua-
María Dimaio y Maia Francia.
sala :
Centro Cultural de la Coopera-
ción. funciones: viernes y sábados, a las 23. duración: 85 minutos.
H
ace casi cien años, James Joyce dio a conocer su único material dramatúrgico, un camino que no continuó y que le valió algunas críticas. Exiliados no resulta un texto sencillo de atravesar ni para los actores ni para los espectadores. Es elogiable que el director Claudio Ferrari haya decidido sumergirse en el universo del autor de obras notables como Ulises, por citar un título ampliamente difundido, y abordarlo sin traicionar en su adaptación del texto, y en su puesta, las ideas esenciales que conlleva. Decir que Exiliados sólo versa sobre la pasión, el sexo, la fidelidad y la libertad en las relaciones de pareja resultaría una mirada incompleta. Aquí también el autor esgrime su crítica en torno al contexto social y político de su época, a partir de una enérgica detracción al atraso cultural y los cánones de ética y moral impuestos. La pieza plantea la relación cruzada entre cuatro personas. Un matrimonio de mediana edad, un amigo cercano y su prima. Deseos y pulsiones se ponen en acción en este cuadrilátero en el que cohabita una búsqueda: la de la verdad y la libertad. Podría decirse que la obra es una suerte de manifiesto anarquista sobre la pasión y el sexo. Pero, en realidad, se convierte en una radiografía de sentimientos tan humanos que, en este caso, se apartan de la represión para dar paso
Tony Lestingi y Maia Francia, en interpretaciones jugadas a un libre albedrío con sus lógicas consecuencias. Libertad y censura. Deseo y represión. Verdad y ocultamiento. Temas de debate vigente que forman parte de las cuestiones más profundas que hacen a las relaciones humanas, marcadas por los tabúes y acotadas por los cánones sociales, religiosos y culturales. Ante una propuesta compleja, resulta imprescindible contar con un trío actoral conformado por Camilo Parodi, Tony Lestingi y Maia Francia, quienes tienen a su cargo el peso dramático del relato. Resuelven con precisión escenas de gran compromiso físico y emocional. Sus personajes son construidos desde una complejidad psicológica
de muy difícil resolución escénica. Los actores logran construir ese lazo entreverado por el erotismo y el deseo latente de sus criaturas. Una puesta de luces con mayor alternancia de climas hubiese permitido una mejor resolución de algunos pasajes y la posibilidad de potenciar una escenografía muy sugestiva diseñada por el experimentado Jorge Ferrari. Exiliados deja abierta la fascinante inquietud en torno a una posible libertad total en el amor. El planteo de Joyce continúa con respuestas abiertas en el hoy. Allí reside el gran valor de visitar este material. Su revisión nos habla de su vigencia. ß Pablo Mascareño
La danza independiente se pone en movimiento imperdibles. Esta semana se reponen cuatro magníficos espectáculos: La idea fija, El pollo rojo, Villa Argüello y La Wagner alejandro Cruz LA NACiON
La actividad coreográfica porteña saca a relucir buena parte de su mejores espectáculos estrenados en otros tiempos. La semana pasada, Pablo Rotemberg volvió con La idea fija en su sexta temporada (todo un dato, toda una realidad que ha convertido a esta brillante propuesta en algo así como un clásico de la danza independiente de estas costas). Como es costumbre, se presenta en El Portón de Sánchez (S. de Bustamante 1034) y va los domingos, a las 21. A no tantas cuadras, los sábados, a las 22, la cordobesa Celia Argüello Rena vuelve con Villa Argüello, esa magnífica evocación del mundo cordobés en manos de un elenco de talentosos creadores (Pablo Castronovo, Josefina Gorostiza, Andrés Molina, Teli Ortiz, Jimena Pérez Salerno y Diego
El pollo rojo Rosental) que se acostumbraron a apropiarse del salón principal de un club social de barrio (la Sociedad de Fomento General Benito Nazar, para ser precisos) en donde esta evocación toma cuerpo entre alguna copita de Fernet y alguna canción de La Mona Jiménez. Esta verdadera fiesta escénica toma vida en Antezana 340. De volver a La idea fija, en esa obra trabaja Alfonso Barón (Ponchi, para los amigos). Él, junto con
Luciano Rosso, son los intérpretes de El pollo rojo. Otra obra para agendar que, desde esta semana, irá los viernes, a las 23, en el Teatro El Perro (justo en la esquina de Bonpland y Vera en donde hay un cartel que dice “cuidado con el perro”). El pollo rojo es teatro físico en estado candente y es humor y es una trama homoerótica con dos magníficos intérpretes dirigidos por Hermes Gaido. El plan se completa con la reposición de La Wagner que irá los sábados, a las 19, en el Cultural San Martín (Paraná y Sarmiento). Su creador, Pablo Rotemberg, dice: “En La Wagner, cuatro mujeres, como cuatro valquirias, se montan sobre la música de Wagner y arremeten con la difícil tarea de desactivar estereotipos y revelar prejuicios relacionados con la feminidad, la violencia, la sexualidad, el erotismo y la pornografía”. Hay para elegir (y para bailar). ß