La comedia de toda una generación

18 feb. 2012 - amateur por cable, que hacen y emiten desde el sótano de una casa en un lugar llamado Aurora, en los suburbios de Chicago. Por esas cosas.
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ESPECTACULOS

I

Sábado 18 de febrero de 2012

CINE s A 20 AÑOS DEL ESTRENO DE EL MUNDO SEGUN WAYNE

CINE s LOS OSCAR

La comedia de toda una generación

El Cirque du Soleil actuará en la fiesta

Gran éxito en los cines, potenció una particular jerga juvenil y dejó un influyente legado en el género JAVIER PORTA FOUZ PARA LA NACION Un día, uno busca un dato en Internet y ve, sin querer, que ya hace veinte años que se estrenó El mundo según Wayne: 14 de febrero en los Estados Unidos, un poco después en la Argentina. Veinte años. Para los que la vimos en el momento justo –es decir, en el fin de la adolescencia– la película se asocia con carcajadas sin fin, recuerdos de chistes, situaciones, repetición e imitación de diálogos, incluso con un ataque de risa que motivó una caída al piso desde la butaca cuando Wayne (Mike Myers) opina que el balcón de Benjamin Kane (Rob Lowe) es un gran lugar para escupir hacia abajo. Sí, claro, el humor de El mundo según Wayne fue (y es) tildado de idiota, de tonto. Es un defecto del lenguaje castellano que humor tonto y humor idiota suenen como descalificación casi tajante. Goofiness es una buena palabra en inglés para una zona del humor –descerebrado, pavote, adorable– de El mundo según Wayne. Wayne y Garth (Dana Carvey) tienen un programa de televisión amateur por cable, que hacen y emiten desde el sótano de una casa en un lugar llamado Aurora, en los suburbios de Chicago. Por esas cosas que pasan, terminarán haciendo el programa de manera más profesional. Y Wayne conocerá a una chica rockera llamada Cassandra (la hawaiana Tia Carrere). Pero ¿realmente importa recordar el argumento, abundar en ese tipo de detalles lineales? El mundo según Wayne es una película cómica, no una comedia, y tampoco es una comedia romántica. Vuelta a ver ahora, a veinte años del estreno, la película dirigida por Penelope Spheeris (con grandes documentales sobre rock en su carrera previa) se presenta como un relato relajado narrativamente, cuyos componentes parecen moverse magnetizados más por la posibilidad de hacer chistes que por los conflictos. Hay un viaje en auto y se produce una coreografía disparatada, con cabezas violentamente bamboleantes, de “Rapsodia Bohemia” de Queen. Un protagonista habla con otro y de

Mike Myers y Dana Carvey encarnaron a dos personajes que dejaron marca en los años 90

Preparativos para el domingo 26 MARCELO STILETANO LA NACION

repente mira a cámara y le cuenta una infidencia. Otro personaje habla a cámara y le dicen que no está autorizado, que sólo los protagonistas pueden hacerlo. Un cartel en una casa de música advierte que está prohibido tocar “Escalera al cielo”, de Led Zeppelin, en la codiciada guitarra en exhibición.

En el momento justo El mundo según Wayne apareció en el momento justo: a principios de los noventa, y fue un éxito en cines y, notoriamente, en la edición en VHS. De hecho, fue la película más exitosa de las que salieron del programa Saturday Night Live. ¿Por qué el momento justo? Entre otras cosas, porque Los Simpson (que empezaron en 1989) estaban revolucionando el humor televisivo con reflexiones sobre el propio medio y

la industria del entretenimiento (lo que se denomina, más corto y más pomposo, “metadiscursivo”). El mundo según Wayne no era una parodia al estilo de Súper secreto o La pistola desnuda, pero jugaba con las formas de muchos discursos, arremolinados: había chistes sobre subtítulos, sobre “la escena de sexo”, sobre la iluminación y el ralenti publicitario para mostrar a “la chica linda”, sobre el final (los finales) al estilo Scooby Doo. Pero los componentes paródicos no eran el centro de la película. La potencia cómica de El mundo según Wayne, lo que la hizo material adictivo a principio de los noventa, era esa sensación que provocaba en el espectador de que en cualquier momento podía aparecer un chiste: veíamos a Wayne o a Garth caminar, o incluso estar sentados, y en cualquier mo-

mento podía aparecer una frase, un salto, una búsqueda cómica. El mundo según Wayne procedía, procede, mediante acumulación: si a los diez minutos uno no entró en la lógica de la película, mejor abandonarla. Pero si uno entra en el juego se sostiene la sonrisa a punto de explotar en carcajadas durante toda la película. Incluso se sostiene el “contrato humorístico” con chistes que no son de los mejores, porque uno está esperando la explosión de la risa, que puede aparecer en el momento menos pensado, como cuando Alice Cooper se pone a hablar con autoridad y seriedad sobre la historia de los Estados Unidos. Película tal vez demasiado generacional, es difícil que El mundo según Wayne seduzca nuevos espectadores hoy en día: sus coordenadas son las de su época. Sin embargo, buena

parte de sus andanzas humorísticas tuvieron descendencia en muchas comedias posteriores. La gente de Saturday Night Live (Adam Sandler, Will Ferrell, entre otros) vio allanado el camino para animarse a jugar fuerte en la pantalla grande. Y Mike Myers luego sería una superestrella con Austin Powers. El mundo según Wayne, como toda comedia, fue consciente de los lenguajes que ponía en juego, y su particular jerga juvenil proveyó por esos años el uso frecuente del “excellent” y el “party on”. Cuando hace veinte años se estrenó El mundo según Wayne, se dijo que la presencia de Rob Lowe como “el malo” obedecía a motivos comerciales. Hoy Rob Lowe se nos aparece como un fósil de los ochenta, la década que la jocosamente noventosa El mundo según Wayne estaba ayudando a enterrar.

Contrarreloj, los productores Brian Grazer y Don Mischer ajustan los últimos detalles centrales del espectáculo con el que Hollywood vivirá, en algo más de una semana, su gran celebración anual. Ayer, los responsables de la puesta en escena televisada de la 84a. entrega de los premios Oscar confirmaron que el Cirque du Soleil será una de las atracciones de la velada, que tendrá lugar en el mismo teatro en donde la compañía canadiense representa cada noche Iris, un espectáculo que gira, precisamente, alrededor del cine. En el anuncio oficial, la Academia de Hollywood adelantó que el Cirque du Soleil ofrecerá el domingo 26 y “por única vez” un cuadro especialmente preparado para esta ocasión, del que tomará parte medio centenar de artistas. Será la segunda aparición de esta compañía en la historia del Oscar, una década después de su debut. También en la víspera, la Academia sumó nuevos nombres a la lista de figuras que se encargarán de presentar los premios. Se trata de la comediante Tina Fey y del dúo animado que integran la rana Kermit y Miss Piggy, estrellas de los Muppets. Este último anuncio aparece como una suerte de compensación para los entrañables muñecos, relegados de la ceremonia desde que se supo que los dos temas nominados a mejor canción original (uno de ellos, “Man or Muppet”) no serán interpretados en vivo. La duda que subsiste aún, en tanto, tiene que ver con una marquesina. Kodak logró un aval judicial para retirar su nombre del frente del teatro que se prepara para la fiesta. Queda por definir si lo hará efectivo antes del domingo 26.