espectáculos | 5
| Martes 28 de Mayo de 2013
Elle Fanning, toda una revelación cine. Bastante más que la hermana menor de Dakota, la joven actriz que se dio a
conocer en Super 8, de J.J. Abrams, deslumbra en Ginger & Rosa, de Sally Potter
Fanning como una joven beatnik del Londres de los 60 No son amigas desde siempre como los personajes que les han tocado animar en Ginger & Rosa, el film de Sally Potter que se exhibe en estos días, pero también entre Elle Fanning y Alice Englert pueden hallarse coincidencias, más allá de la pequeña diferencia de edad y de los antecedentes diversos de cada una. Elle tiene quince recién cumplidos, nació en Conyers, una pequeña ciudad de Georgia, y ha estado apareciendo en la pantalla desde que tenía dos. En cambio, Alice, aunque es mayor –está a punto de cumplir los 19–, es casi una debutante. Eso sí: las dos han estado vinculadas con el cine desde el principio. Elle, por influencia directa de su hermana, la ya consagrada Dakota Fanning, que la llevó de las representaciones caseras que organizaba en la sala de su casa (era invariablemente la beba que Dakota llevaba en bra-
zos) a acompañarla a los sets, donde sin proponérselo la hizo debutar en cine en la misma película que a ella le dio notoriedad, Mi nombre es Sam, con Sean Penn: la chiquita estaba ahí el día que se necesitó contar con una versión más joven de Dakota, ¿y quién podía encarnarla mejor que su propia hermanita? A Alice, la familiaridad con el cine le viene desde la cuna. Es hija de Jane Campion, la prestigiosa directora neozelandesa de La lección de piano y Retrato de una dama, ha pasado la infancia de avión en avión, de escuela en escuela y de película en película, siguiendo los pasos de su madre. Hizo a sus órdenes uno de sus primeros films: un corto titulado The Water Diary y sólo el año pasado con Ginger & Rosa le llegó la hora de asumir un papel comprometido. Posteriormente protagonizó Hermosas
criaturas, de Richard La Gravenese. No es de ahora que los nombres de una y otra figuran cada vez que se habla de los nuevos rostros femeninos del cine. La ficción que les dio notoriedad, la que ahora se exhibe entre nosotros, habla de dos adolescentes en Londres de 1962. Amigas inseparables, lo hacen todo juntas: ratearse de la escuela, cambiar ideas sobre política o sobre religión, sobre ropa o sobre peinados. Y soñar con una vida menos gris y mediocre que la muy doméstica y frustrante que ven alrededor. Pero también el mundo atraviesa una época de tensiones crecientes. Son los días en que Kennedy y Khruschev tienen al mundo en vilo en plena crisis de los misiles y hacen pensar que si las cosas siguen así no se llegará a ver un 1963. La muerte vista tan de cerca fuerza a todos a definir qué es lo que cada uno quiere,
qué es lo que considera importante. También a las chicas. La pelirroja Ginger, estimulada por el padre, un profesor pacifista, elige el activismo político y sale a la calle a pronunciarse contra el peligro nuclear. La morena Rosa está al parecer demasiado ocupada en coquetear con los hombres como para prestarles atención a las cuestiones políticas. Las dos chicas, especialmente Ginger, viven una serie de rupturas y desencantos. Según parece, muy parecidos a los que Potter, adolescente a comienzos de los sesenta, vivió en carne propia, incluido algún episodio que la hizo pasar algunas jornadas entre rejas. Crecer en pantalla “Sally sabe muy bien cómo eran entonces las cosas”, ha reconocido Elle Fanning, cuya creación de Ginger es uno de los motivos fundamentales por los cuales la película
merece verse. “Londres de los 60 es algo muy específico”, reconoció la joven estrella, que debió perfeccionar su acento británico y cambiar el color de su pelo (el de Ginger es de un rojo encendido): “Las ropas, las costumbres, todos los pequeños detalles. Sally era una beatnik y Ginger y Rosa también lo son. No me costó mucho trabajo entender a Ginger. Es una chica de 13 años; cuando yo la interpreté, también tenía esa edad, y cuando se pasa por esa época de la vida, uno quiere ser adulto, pero sin tener las responsabilidades de un adulto, conservando la libertad. Ginger lucha con eso también, quiere la libertad, pero no cargar con el peso y las responsabilidades, sobre todo, en ese momento en que el mundo podía acabarse en cualquier momento. Ella está abrumada por esa situación y, más tarde, por la traición que experimentará con Rosa”. También ha dicho que nunca imaginó que iba a tener que asumir un personaje tan complejo. “Desde que leí el guión, supe que iba a ser un serio desafío, sobre todo, porque hay en ella sentimientos que yo nunca había experimentado antes en la vida real.” Fue mucho más que eso: además de la fotogenia, que salta a la vista, su trabajo resultó deslumbrante. Hay en el film primeros planos reveladores de la interioridad del personaje; incluso, hay un momento sobre el final en que en su rostro se transparenta el brusco proceso de maduración que experimenta su Ginger cuando atraviesa una crisis personal en la que han tenido participación directa los seres que ella más ama –su padre, su amiga del alma–; esa prodigiosa transparencia que el cine descubre en muy contados casos en actores excepcionalmente dotados para desnudarse ante la cámara. Ya no le cabe el rótulo de actriz infantil que llevó durante algún tiempo, cuando su nombre venía necesariamente acompañado de la referencia a su hermana Dakota. “Jamás hubo competencia entre nosotras –contaba hace poco–; al contrario, ella siempre me estimuló y muchas veces quiso que la acompañara, de manera que encaramos esta aventura juntas. Y ahora se ha dado este milagro de que soy actriz protagónica. Al lado de gente como Annette Bening, Timothy Spall o Alessandro Nivola, que representa a mi padre en la ficción y es un personaje interesantísimo. Ni siquiera hubiera sido capaz de soñar algo así”, concluye.ß
Al rescate en medio de la Cordillera estreno. Esta noche
comienza la miniserie Rescatistas por Canal 7
La vida y las misiones de los equipos de búsqueda y rescate de alta montaña son el nudo de Rescatistas, la minisierie en ocho capítulos de media hora que estrenará la TV Pública esta noche, a las 22.30. Filmada íntegramente en escenarios naturales de El Chaltén, Santa Cruz, el ciclo cuenta con el protagónico de Ivo Cutzarida, que interpreta a César, el líder de la brigada voluntaria en proceso de disolución por múltiples factores que se irán develando a lo largo de la trama. En una entrevista con Télam, el actor opinó que la brigada “busca contar las historias lo más reales posibles, mostrar lo que tenemos en el Sur y la solidaridad que existe en un lugar con un invierno duro. La brigada de voluntarios sale y se la juega cada día, aunque esa impronta se verá amenazada por una interna donde hay gente que va a querer hacer plata con esto, que quiere hacer un negocio”, adelantó Cutzarida. Comunidad La agrupación también tiene como integrantes a Juan Manuel (Leonardo Proverbio), un destacado montañista; René (Gastón Ricaud), un médico que se quiere instalar en el pueblo; Leonor (Cecilia Clemens), destacada atleta y montañista, y José Rancuiche (Claudio Millalonco), miembro de una comunidad indígena y baquiano del lugar. Dirigida por el santacruceño Martín Subirá y ganadora del concurso del Incaa 2011, Rescatistas incorpora además a cerca de 80 personajes secundarios interpretados por actrices y actores de las localidades santacruceñas de El Chaltén, Río Gallegos, El Calafate, Comandante Luis Piedra Buena y Pico Truncado.ß