La canción del largo adiós a Mercedes Sosa

El homenaje cantado de León Gieco. En la ciudad donde nació Mercedes Sosa, el intérprete santafecino le brindó tributo durante su show. SAN MIGUEL DE ...
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Espectáculos

Martes 6 de octubre de 2009

LA NACION/Página 3

Despedida: miles de personas acompañaron el cortejo fúnebre hasta la Chacarita

La canción del largo adiós a Mercedes Sosa Continuación de la Pág. 1, Col. 6 Jairo, Pedro Aznar, Alfredo Alcón y Luis Alberto Spinetta. Todos dejaron algún recuerdo en palabras, en sutiles gestos de amor con los ojos hinchados de lágrimas. El Flaco Spinetta fue uno de los que quisieron dejar unas últimas palabras de agradecimiento para la artista: “En nombre de mi vieja, mi viejo, mis hijos y todos los músicos con los que toqué, quise dejarle un saludo final lleno de emoción para esta viajera, esta cantante tremenda, con toda nuestra pena. No nos acostumbremos a perder verdades en la Argentina. Perdimos una verdad impresionante”. Otras personalidades la despidieron con profunda congoja. Charly se asomó al Congreso cerca de las once de la noche y se paró frente a su vieja aliada (desde que la tucumana regresó al país en 1982), la contempló algunos minutos, apenas la rozó con su mano y se fue rápido. A la salida hizo un gesto de silencio y pidió respeto a los periodistas que buscaban su declaración. Lo mismo pasó con la diva televisiva Susana Giménez, que después de varios minutos se retiró en su auto sin hacer declaraciones, orillando la madrugada del lunes. Jairo, compañero en el exilio cuando la Negra tuvo que irse a vivir a Europa, fue otro de los que se mostraron quebrados por la situación: “Mercedes vino a verme a mi casa una vez que estaba muy mal de salud –recordó el cantante, al que la tucu-

“Para los cantantes, es una madre. Tenemos una sensación de orfandad”, dijo Pedro Aznar mana admiraba–. Yo estaba casi del otro lado y ella vino a cantarme. Se me acercó y me empezó a cantar al oído «Duerme, negrito».” Como instantáneas, pasaron por el Congreso, en las voces de sus amigos, los gestos de infinita ternura de la artista, capaz de llorar sin pudor frente a cámaras, emocionada por un recuerdo doloroso o una situación de injusticia. Mercedes supo abrazar a los músicos, que ahora deben sentir un estado de indefensión. Como decía Pedro Aznar, a la salida del velatorio: “Para todos los cantantes, es una madre. Ella dejó un legado como maestra, que es irreemplazable, y es una sensación de orfandad el hecho de que no esté más”. Hay quienes prefirieron recordarla con otra de sus facetas, intensa y corajuda. Tarragó Ros contó aquel episodio mítico en un concierto, en el que le tiraron una bomba de gas lacrimógeno al escenario. “Ella pateó la bomba y siguió con su show, a pesar de que sus músicos y todos tenían los ojos hinchados por el efecto del gas. Eso demuestra lo valiente que era”. Otros relataron los días de dolor de la artista en el exilio. Maradona, que la conoció en 1983 cuando jugaba en el Barcelona, comentó: “Ella estaba fuera del país por todo lo que la había pasado durante la dictadura. Me acuerdo de que le tiraban piedras. Tuvo que suspender el concierto, porque había algunos boludos que todavía la resistían. Nosotros nos agrupamos con ella. Actuó con todos

Charly, con el dolor de un amigo

“Te querré toda la vida”, dijo Susana

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“No lo puedo concebir”, dijo Aznar

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Maradona estuvo presente

Spinetta, en nombre de los músicos

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“Su muerte deja un vacío que no llenará nadie” Gustavo Santaolalla la recordó con su grupo Bajofondo Por Silvia Pisani Corresponsal en los Estados Unidos

Por el Congreso de la Nación pasaron miles de personas, entre el domingo y la mañana del lunes TELAM

El público se reunió en las esquinas y le dio su último adiós a la cantora ANIBAL GRECO

Aplausos y ovaciones de la gente, al paso del cortejo fúnebre RODRIGO NESPOLO

y nadie se le podía negar porque era la mejor. Y lo sigue siendo. Murió la diosa de la libertad”. Desde el exterior comenzaron a llegar los mensajes de artistas internacionales como René, de Calle 13, que escribió: “Su voz le inyectó vitaminas a una colonia deshidrata-

da, a mi isla, Puerto Rico, que lucha poco porque sabe poco. Logró que el folklore se escuchara más alto que una canción de Madonna”. También el cantautor Jorge Drexler le dedicó unas décimas desde Madrid: “Duerme, duerme, Negrita, que tu voz está en el campo, en la ciudad, en el canto

rodado de aquel arroyo, en la almohada en la que apoyo mi cabeza desvelada, en mi vaso, en la enramada y en las radios de los coches. Tu voz la guarda la noche muy, pero muy bien guardada”. Al mediodía, un largo cortejo de autos partió hasta el cementerio de Chacarita, donde sus restos fueron cremados para ser repartidos, según su última voluntad, en distintos pagos de su querencia. “En Tucumán, porque es el lugar donde nació y dio sus primeros pasos; en Mendoza, porque fue el nacimiento del Nuevo Cancionero, y en Buenos Aires, porque desde acá se batalló para consolidar ese proyecto”, explicó su hijo Fabián. Durante el último viaje de la artista, la gente se agolpó espontáneamente en las esquinas de las calles por las que pasaba el cortejo para brindarle aplausos o lanzarle flores. Una imagen repetida, como la que se vivió cuando falleció el ex mandatario Raúl Alfonsín, quizá porque Mercedes fue otro símbolo de la democracia que partía. El último aplauso fue en la Chacarita, con un centenar de personas que se autoconvocaron, entre amigos y seguidores, con banderas rojas que flameaban y canciones que se esparcieron al aire. En el país se declararon tres días de duelo nacional: también Tucumán y Cosquín repitieron la medida. Es que para toda una generación, la Negra Sosa fue Gardel; fue el pañuelo blanco; fue el rostro indígena de los antiguos dueños de la tierra; fue la canción con todos. Y lo seguirá siendo.

Más información. Mirá los videos de la despedida de Mercedes Sosa y los mensajes de los lectores en www.lanacion.com.ar

El homenaje cantado de León Gieco En la ciudad donde nació Mercedes Sosa, el intérprete santafecino le brindó tributo durante su show Por Fernando García Soto

Otra escena del homenaje se presentó cuando el público encendió velas mientras el show se desarrollaba.

Corresponsal en Tucumán SAN MIGUEL DE TUCUMAN.– La muerte de Mercedes Sosa llenó de pena a sus coprovincianos, los tucumanos, que en su mayoría no pudieron despedir en forma directa a la embajadora más importante que ha dado esta provincia. Por eso cada hogar, cada rincón se convirtió ayer en un ámbito de duelo, de congoja por la cantora que fue el orgullo de Tucumán. Un escenario en que la gente tuvo la oportunidad de expresar su dolor fue el recital que León Gieco ofreció antenoche junto con los participantes del proyecto Mundo Alas, que se llevó a cabo en la plaza Independencia, en pleno centro de esta capital. Alrededor de 30.000 personas colmaron el principal paseo público de la provincia, en parte en respuesta a la convocatoria artística de Gieco, pero en gran medida para despedir a “la Negra”. Según los medios de comunicación que cubrieron el concierto, nunca antes se había juntado tanta gente en la plaza Indepen-

El músico argentino ofreció el primer homenaje a Sosa en tierras sajonas

Dios lo puso allí

TELAM

“Fue un orgullo tocar para los tucumanos en un momento tan especial”, aseguró Gieco

dencia para escuchar a un músico. Durante el recital, Gieco hizo referencia a su querida Mercedes Sosa en varias oportunidades. El recuerdo y el dolor estuvieron presentes en todo momento, con imágenes de la cantante tucumana permanentemente proyectadas en la pantalla central del escenario, y con miles de personas que la vivaban.

Entre canciones, el músico santafecino relataba anécdotas sobre su relación con Mercedes Sosa, y reveló que durante el día no pudo atender a los periodistas, “porque era imposible hablar de Mercedes sin llorar; ella me había enseñado que no tenía que hacerlo en el escenario, porque les hace mal a los cantantes”.

Ayer, finalmente Gieco habló con la prensa durante una conferencia de prensa en el hotel El Sol, de la capital tucumana. “La Negra fue la artista más grande de la música argentina y nunca tendremos otra igual, al menos yo no voy a tener el gusto de conocer otra, seguramente”, expresó el cantautor. “Para mí Mercedes Sosa fue un poco una madre, otro poco una hermana, pero siempre una amiga. Nos conocimos cuando volvió al país en 1982 y ella fue quien me llevó a Europa, donde compartimos muchos viajes y escenarios”, recordó Gieco y completó: “Es algo increíble lo que pasó, porque yo hago aproximadamente cien shows por año y justo me tocó estar en Tucumán el día que ella falleció. Hablé con Fabián, su hijo, y él me dijo que la Negra, que era tan sabia, me colocó aquí este día y fue un orgullo tocar para los tucumanos en un momento tan especial.”

WASHINGTON– También el público norteamericano evocó anteayer a Mercedes Sosa en esta ciudad. Anteanoche, en pleno concierto de Bajofondo, su grupo musical, Gustavo Santaolalla pidió silencio a un público enfervorizado, hasta ese momento, y evocó a la cantante fallecida: “Calma, calma. Por favor, necesito su ayuda y su silencio ahora”, pidió Santaolalla, en inglés. En un primer momento, el público no supo qué pasaba. Inmediatamente, el “oscarizado” explicó: “Hoy [por anteayer], en la Argentina, una grande voló al cielo”. La audiencia norteamericana fue la más desconcertada. Pero los argentinos reaccionaron enseguida. “¡Mercedes… Mercedes!”, fue el grito de la platea. Hubo un sentido aplauso y aparecieron los encendedores: el llanto de Washington por la voz que se había ido. El homenaje tuvo como fondo el solo de Santaolalla en “De Ushuaia a La Quiaca”, uno de los temas del músico argentino, incluido en el film Diarios

de motocicleta. Fue un silencio emotivo, lleno de recuerdo. La primera evocación para la grande desde tierra sajona. El primer adiós en otra lengua. Las primeras lágrimas desde un show en tierra extraña. Y fue, curiosamente, una evocación alegre; llena de energía para alguien que se movió tanto. Poco antes, en diálogo con LA NACION, Santaolalla había evocado a Sosa así: “Una voz única, una figura irreemplazable. Su muerte deja un vacío que no llena nadie. Es una gran pérdida”. El músico, que grabó, trabajó y cantó con ella varias veces (incluso en su última obra, Cantora), evocó el comienzo de su relación con la cantante. “La conocí desde muy chico, en la época de mis comienzos con el grupo Arco Iris, que siempre tuvo una búsqueda con el folklore. Siempre nos unió una canción, «Río de las penas». La habíamos cantado juntos muchas veces.” Fuera de esa evocación, la prensa norteamericana se hizo eco del fallecimiento. Tanto The New York Times como The Washington Post dedicaron largas notas necrológicas a “la voz de los sin voz” en América latina.