LA CAÍDA DE UN GRANDE Eran las 5 de la tarde aproximadamente y ya estaba ansioso por ver el estreno de la cuarta temporada de ‘Game of Thrones’; sin embargo, ese mismo día era el evento principal de la WWE (World Wrestling Entertainment), Wrestlemania edición XXX. A pesar de que hace mucho tiempo no lo veía, siempre había una razón para estar atento, la cual era ver pelear al Undertaker; ídolo de todos los hombres de mi generación. Él era uno de las últimas leyendas de nuestra infancia, que aún estaban activas y tras 20 años en el cuadrilátero uno ya presagiaba su retiro. Se decía a voces que este iba a ser su última batalla y luego de ganar 21 victorias consecutivas, uno esperaba ver un final majestuoso, digno de un mito como lo es él. A las 8 en punto comenzó ‘GOT’, y casi paralelamente se daba inicio a la pelea decisiva entre Undetaker y Brock Lesnar, pero nada era más importante que la lucha de ‘Taker’. Uno se preguntaba quién es Brock Lesnar; sin menospreciarlo, porque no ‘La Roca’, ‘Triple HHH’, hasta inclusive John Cena, gente de peso, campeones de campeones y que tiene una historia en la WWE, no un ‘semidesconocido’ para esta industria. Finalmente comenzó la pelea y como siempre ‘Taker’ atacaba dando sus mortales ganchos, aunque ya se le veía agotado, cansado, viejo, víctima de los años; pero era ‘Undertaker’ y él lo podía todo, hasta resucitar. Su rival tampoco estaba en el mejor momento de su carrera ni mucho menos era una joven promesa, capaz de quebrar el récord del enterrador, ambos no estaban en sus mejores condiciones. A pesar de eso resistió 2 Hell’s Gate, 1 ascensor y un Tumbstone PileDriver; mientras que Undertaker sucumbió ante el tercer F5. Ambos estaban dando lo mejor de sí, tratando de dar un espectáculo formidable, para que el público se fuera satisfecho, triste por la partida de un grande, pero feliz por su hazaña de quedar invicto en Wrestlemania y lograr el 220. Ya había pasado buen rato de pelea y sabía que se acercaba el final, pero Lesnar aún no era derrotado; ‘El Castigador’ seguía regresando de la muerte, hasta que el excampeón de la UFC le aplicó otro F5, ese fue uno de los momentos más impactantes de mi vida, las 3 palmadas más largas e impensadas de la historia de la WWE. Dije “Vamos Undertaker, tu siempre te levantas”, pero no, esta vez se quedó tirado en el ring, incapaz de levantarse, y no era el único que se había quedado sin aliento, con ojos medios llorosos; las personas no lo podían creer, había perdido Undertaker y en su última pelea. Pasaron los minutos y ‘The Deadman’ apenas se podía parar, ni él mismo lo podía creer, toda la multitud, el estadio y los comentaristas estaba en un silencio mutuo, nadie lo asimilaba aún, ‘Taker’ caminaba hacia los vestidores, cansado, dubitativo, tal vez preguntándose, “¿Este es el final para mi?.” El público finalmente reaccionó, y comenzó a corear su nombre, a aplaudir y a despedir a uno de los mejores, sino el mejor luchador que ha tenido la WWE en su historia.
Las cosas no duran para siempre y los años no pasan en vano, derrepente era lógico pensar que algún día ‘Undertaker’ iba a perder, tras 20 años de lucha constante ininterrumpida. No fue el mejor final para él, pero dio lo mejor de sí en cada combate, y se mantuvo en la gran élite de la lucha libre por mucho tiempo. La WWE, ya no será lo mismo sin él, ver caer a un ídolo de tu infancia es duro, pero sólo nos queda decir, “Adiós Undertaker y gracias por todos esos años maravillosos que nos regalaste”.