Ese instante de arte puro

19 jul. 2008 - Jean-Paul Sartre y Pablo Picasso. Cuando cumplió los 66 años, guardó la Leica y tra- tó con vehemencia de convertirse en un pintor de ...
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SUMARIO | EDITORIAL Año 1 • Número 49 Sábado 19 de julio de 2008 Buenos Aires, Argentina

Cartier-Bresson, el ojo absoluto La historia del gran reportero gráfico, fundador de la agencia Magnum, contada por su viuda, su biógrafo y él mismo, en una entrevista inédita

páginas 4 a 9 10

NÉSTOR GARCÍA CANCLINI Entrevista con el antropólogo argentino que amplía el concepto de extranjería

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POR RAQUEL SAN MARTÍN

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POR NATALIA BLANC

EL ESPEJO DEL ESCRITOR La nueva temporada del programa televisivo El Fantasma, según su conductora

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POR SILVIA HOPENHAYN

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FONTANARROSA, LA LETRA El diseñador Eduardo Rodríguez Tunni creó una tipografía basada en la escritura a mano del creador de Inodoro Pereyra

CITA CON EL MAESTRO Ante el agotamiento del esquema pedagógico tradicional, varios libros proponen una revolución educativa POR LUIS GRUSS

UN ARTISTA DEL TAROT Alejandro Jodorowsky –de quien acaba de editarse Cabaret místico– lee el tarot cada miércoles en un bar de París. Una periodista de adnCULTURA fue a su encuentro

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POR LUISA CORRADINI

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CRÍTICA DE LIBROS Castellanos Moya, Piglia, Bolaño, Harnoncourt, Tavares, Reches

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JOHN BANVILLE Uno de los grandes novelistas en lengua inglesa habla de El otro nombre de Laura, policial que firma con el seudónimo Benjamin Black, del que se publica un anticipo

CAMBRE, DE ANTOLOGÍA Sesenta pinturas de distintas épocas integran esta muestra antológica en el Centro Cultural Recoleta POR JULIO SÁNCHEZ

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GORKI EN BUENOS AIRES Hijos del sol, la pieza del gran escritor ruso, se presenta en el teatro porteño Elkafka POR OSVALDO QUIROGA

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AGENDA

POR JUAN JOSÉ DELANEY

STAFF Director: Bartolomé Mitre • Subdirector: Fernán Saguier • Secretario general de Redacción: Héctor D’Amico • Prosecretarios generales de Redacción: Ana D’Onofrio y Carlos Reymundo Roberts • Director de adncultura: Jorge Fernández Díaz • Director de Arte: Carlos Guyot • Jefe de Redacción: Hugo Beccacece • Editora: Verónica Chiaravalli • Subeditores: Pedro B. Rey, Héctor M. Guyot y Leonardo Tarifeño • Editora de Artes Visuales: Alicia de Arteaga • Editora de arte: Silvana Segú • Editor fotográfico: Rafael Calviño • Redacción: Raquel Loiza, Pablo Gianera, Natalia Blanc, Celina Chatruc y Martín Lojo • Corresponsales: Luisa Corradini (Francia), Hugo Alconada Mon (EE.UU.), Elisabetta Piqué (Italia) y Silvia Pisani (España) • adncultura.com: Luis Moreiro, Daniel Amiano • Diseño gráfico: Hernán de la Fuente • Retoque digital: Osvaldo Sánchez • Corrección: Susana G. Artal Gerente comercial: Gervasio Marques Peña

2 I adn I Sábado 19 de julio de 2008

POR JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ Director de adnCULTURA [email protected]

Ese instante de arte puro U

n fotógrafo crepuscular, que estuvo en los lugares más crueles del planeta, abandona la cámara, toma el pincel e intenta retratar lo que vio con sus propios ojos a lo largo de su vida, en un mural que resulta aterrador pero inevitablemente mediocre. Estoy describiendo El pintor de batallas, de Arturo Pérez-Reverte. Pero también cuento el final de la vida de Henri Cartier-Bresson, el legendario fotógrafo francés a quien se adjudica haber elevado a obra de arte el fotorreportaje. Cartier-Bresson vivió 94 años y murió en 2004. Retrató a Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro, Madame Curie, Henri Matisse, Edith Piaf, Mahatma Gandhi, Jean-Paul Sartre y Pablo Picasso. Cuando cumplió los 66 años, guardó la Leica y trató con vehemencia de convertirse en un pintor de renombre. Todo lo que consiguió fue ser una pálida fotocopia de Goya y de Rembrandt. A veces ambicionamos el arte para el que no tenemos talento y desdeñamos el oficio que el destino nos tenía cuidadosamente asignado. Aún persiste una cierta idea de que la pintura es un arte mayor y la fotografía, un género menor practicado por periodistas y marketineros. Similares prejuicios existen entre el periodismo y la literatura, entre el cine y la televisión. Sin embargo, tanto la fotografía como el periodismo y la televisión lograron sobreponerse a su sino de “industria popular” a fuerza de creatividad, obras maestras y grandes artistas. Con sus intentos pictóricos, CartierBresson no logró casi nada, pero con sus fotografías llegó al Museo del Louvre. Su apellido es sinónimo del fotoperiodismo, el arte de capturar la noticia con una imagen. Había nacido en las afueras de París y frecuentó de muy joven los círculos surrealistas. En 1947, y luego de muchas correrías con la Leica a cuestas, fundó con Robert Capa y otros “monstruos” de la fotografía, la agencia Magnum. Viajó por África, México, la Unión Soviética y los Estados Unidos fotografiando la vida y luego trabajó como asistente del director Jean Renoir. Cartier-Bresson aportó estilo y teo-

ría a la fotografía periodística. “Somos observadores pasivos en un mundo en perpetuo movimiento –decía–. Nuestro único momento de creación es esa fracción de segundo que tarda el obturador en dispararse.” También decía que “fotografiar es poner la cabeza, los ojos y el corazón en el mismo punto de mira”. Al darles lecciones a los reporteros gráficos que empezaban les recomendaba mirar: “La gente no mira, piensa. Que no es lo mismo”. Se cumplen cien años de su nacimiento. En esta edición de adncultura, nuestra corresponsal en París, Luisa Corradini, reproduce una conversación que mantuvo con Cartier-Bresson un año antes de la muerte del artista y Pierre Assouline, acaso el periodista cultural más polémico e influyente de Europa, escribe sobre el gran fotógrafo. La producción de tapa se completa con el testimonio de su viuda, la fotógrafa belga Martine Franck, que compartió los últimos treinta años de la vida de CartierBresson. Después de mucho tiempo, la fotografía (palabra cuya raíz griega significa “diseñar/escribir con la luz”) logró su trono en la sala de las artes con mayúscula. La ensayista Susan Sontag quiso precisarlo en un concepto que significa todo un reconocimiento: “Sin ser específicamente un arte, posee la propiedad de poder transformar en obras de arte todos los sujetos que toma por modelos”. El no menos mítico Man Ray definió acaso como nadie las fronteras entre foto y pintura: “Pinto lo que no puedo fotografiar, los productos de la imaginación, y fotografío lo que no quiero pintar, las cosas con existencia propia”. Cartier-Bresson es a la fotografía lo que Truman Capote es a la crónica. Artistas verdaderos que hicieron obras maestras bajo presión. Bajo la presión de la realidad y también del cierre. La portada lo muestra, fotografiado de espaldas, mirándose al espejo y realizando un autorretrato a carbonilla. Esa foto se la tomó su esposa. Y es un acto de amor.