EMBOLSADO DE GRANO (Ing. Agr. Luis M. Bertoia)

su transporte hacia las escasas plantas de silo disponibles, conjuntamente con la ... En los últimos 10 años, la producción de granos de cereales y oleaginosas.
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Laboratorio NIRS – Facultad de Ciencias Agrarias – Universidad Nacional de Lomas de Zamora

 

EMBOLSADO DE GRANO (Ing. Agr. Luis M. Bertoia) INTRODUCCIÓN

La tecnología para producir y cosechar avanzó mucho más rápidamente que la infraestructura para trasladar y almacenar el grano. En nuestro país, factores tecnológicos y climáticos han dado sustento a un significativo incremento de la producción. El ejemplo más típico es el aumento de disponibilidad de agua en la zona agrícola de la región pampeana.

La falta de infraestructura para conservar los excedentes y caminos inadecuados para su transporte hacia las escasas plantas de silo disponibles, conjuntamente con la crisis económica que obliga a disminuir costos, son algunas de las causas que han llevado a un sistema económico exitoso de almacenaje y control de calidad dentro de los establecimientos. Frente a estas circunstancias, el productor agropecuario se vio obligado a cambiar sus hábitos, desarrollando distintas estrategias para el manejo poscosecha en chacra. Esta práctica no era común en nuestro país, y como consecuencia, los productores se plantean muchos interrogantes.

En Argentina, la producción de granos varía entre 60 y 75 millones de toneladas por año. En los últimos 10 años, la producción de granos de cereales y oleaginosas aumentó un 60 %, principalmente por el uso de semilla transgénica y el advenimiento de nuevas tecnologías. La capacidad de almacenaje a granel aumentó a razón de 2 millones de toneladas por año debido especialmente a un aumento en la utilización de "silos chacra". En los establecimientos se utilizan instalaciones tradicionales como silos de chapa, galpones, silos de malla de alambre, y no tradicionales como los silos de bolsas plásticas. Desde 1997, el silo bolsa para grano húmedo tuvo una importante difusión en las zonas lecheras. Sin embargo, el almacenamiento de grano seco en bolsas es el que más ha crecido en Argentina en los últimos años, especialmente para trigo, maíz y soja. En la campaña 2001-2002 se almacenaron en silos bolsa

 



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11.500.000 toneladas y se estima que para la campaña 2002/2003 se almacenan 16.100.000 toneladas. En los tambos con elevada producción se han implementado prácticas de ensilado de forraje picado desde la década pasada. Según datos de INTA PROPEFO, en la campaña 96/97, se ensilaron 270 mil hectáreas entre los cultivos de maíz y sorgo. Se utilizaron distintos sistemas de ensilaje: en un 30% de dicha superficie se aplicaron sistemas de bunker, en un 20% se utilizaron silos tipo puente y el 50% restante, bolsas. El 95% del ensilado se realizó con el forraje picado fino y el 50% del silaje picado fino se confeccionó con bolsas. En el año 2002 se almacenaron en bolsas el 15 % de la producción de granos (8 millones de toneladas) y se espera que un 20 % de la cosecha record alcanzada se almacene en bolsas. Sin embargo, nuevas tecnologías para el embolsado y extracción son necesarias para un buen uso del silo.

En los últimos años, el mercado internacional de alimentos se ha vuelto más exigente obligando a los productores a respetar las normas estándar de calidad. Por lo tanto, éste deberá tener en cuenta no solo el rendimiento sino la calidad de su producto final. Una forma de tener éxito es controlar todos los pasos del sistema productivo. Deberá elegir correctamente el híbrido o cultivar de acuerdo a la demanda de calidad exigidas, controlar el manejo de cultivo eliminado causas de estrés mediante la utilización de buenas prácticas de manejo (Uso de determinados herbicidas e insecticidas, etc.), cuidar la forma de cosecha para reducir al máximo los daños mecánicos, elegir el momento apropiado para evitar semilla cosechada verde o con condiciones de humedad inapropiada, y mantener la calidad del grano post-cosecha, controlando cuidadosamente el almacenaje. El embolsado de grano es una buena alternativa para clasificar lo producido, ya que permite preservar la identidad comercial (Origen) y la calidad de los granos. Las bolsas protegen a los granos de los factores climáticos y permiten el almacenaje con niveles de humedad superiores a las condiciones de cámara. Productos diferenciados podrán venderse a precios diferenciados. De esta forma, el productor podrá acceder a mejores precios, aumentando la rentabilidad de su negocio.

 



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Durante la campaña 2002-2003 se han almacenado el 20 % de los granos de la producción nacional en silos bolsa, lo que permitió duplicar la capacidad de almacenamiento existente en el campo. Para el productor, este tipo de silo es una herramienta muy útil, ya que le permite vender durante los meses en que bajan los costos de fletes y suben los precios del grano. Fundamentalmente, estas nuevas tecnologías le permiten tener un mayor control de su negocio, e independizarse de terceros y de las fluctuaciones del mercado.

FISIOLOGÍA DEL PRODUCTO CONSERVADO

Los sistemas de almacenamiento de granos pueden clasificarse por diferentes características. Una de ellas es de acuerdo al tipo de atmósfera presente dentro del silo durante el proceso de almacenaje. Así, podemos encontrar un sistema de almacenamiento con atmósfera normal, con presencia de aire en el producto almacenado, tales como silos metálicos, celdas, etc., y otro sistema de almacenamiento con atmósfera modificada, representado en la actualidad por los denominados silos bolsa o silobag.

Dentro de este último sistema de conservación se crea una atmósfera automodificada, en donde se genera una disminución de la concentración de oxígeno y aumenta considerablemente la de dióxido de carbono. Este fenómeno se produce por la respiración inicial de los granos y de los potenciales microorganismos presentes en el producto almacenado. En el ambiente interior de la bolsa se produce un autocontrol sobre los insectos, hongos, bacterias y la respiración de los granos, siendo ésta la principal propiedad que los diferencia de otros sistemas de conservación de granos. Con el llenado se expulsa el aire del interior de la bolsa. El poco que queda entre los granos es rápidamente consumido por el proceso respiratorio, liberándose dióxido de carbono. Cuando se alcanzan concentraciones elevadas de este gas los granos pasan a un estado de "inhibición respiratoria". Tales valores se alcanzan si existe una total hermeticidad del recipiente y después de un período de 4-5 días. Así, se logra

 



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una atmósfera letal para los insectos típicos de los granos almacenados: gorgojos, carcomas y palomitas. También son inhibidos los hongos y las bacterias. Por supuesto, el sistema se sustenta en la restricción al libre intercambio gaseoso con el ambiente que presentan determinados materiales plásticos tales como el polietileno al cual se le agregan aditivos que mejoran sus propiedades.

Una mala conservación de los granos se traduce en una pérdida de la cantidad y la calidad de los granos. Una pérdida de calidad se traduce en una disminución de la energía metabolizable, cambios en la composición química de los granos (aceites, proteínas, almidón), disminución del poder germinativo de la semilla y desarrollo de hongos con producción de micotoxinas u otras sustancias tóxicas. Dicha pérdida puede deberse a diferentes factores: 1. Respiración del grano. El grano, una vez cosechado continua respirando. La respiración es un proceso exogénico que libera energía en presencia de oxígeno. Químicamente consiste en una oxidación que degrada los hidratos de carbono y otros compuestos energéticos acumulados en el grano durante su llenado. Como consecuencia, el oxígeno produce la ruptura de los enlaces químicos C-C, que componen los compuestos complejos como los azúcares, liberándose energía en forma de calor (Proceso exogénico aeróbico), conjuntamente con agua y dióxido de carbono. El aumento del gas carbónico reduce o inhibe la respiración del grano cuando supera el 12 %. En condiciones normales, la atmósfera contiene sólo un 0,035 %. Disminuir la respiración durante el proceso de conservación implica mantener por más tiempo las reservas nutritivas del grano y su calidad. Además, el dióxido de carbono inhibe el desarrollo de agentes patógenos. 2. Humedad. Durante el proceso de embolsado, el grano no debería superar un máximo de 16 % de humedad para soja y maíz y no más del 14 % para girasol y trigo. Sí fuera necesario debería implementarse un proceso de secado artificial. Durante el período de conservación, si la humedad aumentara solo un 4?5 %, se produciría un incremento significativo de la respiración, siempre que hubiera disponible oxígeno en la atmósfera que rodea al grano. Los tiempos de

 



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conservación disminuyen con el aumento del % de humedad del grano. También la humedad del grano puede aumentar durante el almacenaje o conservación, por el agua que resulta de su respiración. 3. Fermentación. Es un proceso exogénico anaeróbico (en ausencia de oxígeno) por el cuál los hidratos de carbono se degradan en alcohol etílico, dióxido de carbono y energía. Produce una disminución de la calidad del grano. 4. Temperatura. Un aumento de la temperatura genera un incremento de la respiración y, por lo tanto, de la degradación del material conservado. Durante el proceso de almacenaje, la temperatura aumenta en el interior del silo por la respiración propia de los granos, de los microorganismos y/o por el aumento de la temperatura exterior. Por esto último es aconsejable mantener los granos conservados en lugares frescos. Esto puede lograrse mediante coberturas que produzcan un sombreado o mediante la conservación dentro de galpones. En el interior del silo se dan movimientos convectivos de aire, especialmente con los cambios de temperatura ambiente exterior (amplitud térmica), provocando que la humedad se condense principalmente en la parte superior del silo, o en los lugares donde la bolsa presenta depresiones (floja). 5. Factores físicos que dañan al grano. Durante la cosecha puede ocurrir un daño mecánico, así como también durante el manejo post-cosecha. Los granos con superficies rotas, o lastimadas, o partidos exponen las reservas nutritivas que fácilmente pueden degradarse por agentes patógenos o por oxidación al contacto con el oxígeno del aire, generándose una pérdida de calidad. 6. Microorganismos: Hongos, bacterias y mohos. Son uno de los principales factores responsables del aumento de la temperatura y humedad de los granos. Los hongos actúan iniciando un proceso de calentamiento de los granos conservados que puede aumentar hasta 50 ºC por la liberación energética durante la respiración. A mayores temperaturas sólo pueden actuar las bacterias. Estas pueden aumentar más aún la temperatura hasta llegar a producir la combustión del material, principalmente si los granos tienen alto contenido de aceites. Los hongos son prácticamente aeróbicos, las levaduras pueden ser facultativas y las bacterias pueden ser aeróbicas o anaeróbicas.

 



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Los hongos son los primeros colonizadores de los granos conservados, ya que pueden desarrollarse en un ambiente relativamente seco. Sin embargo, éstos con su respiración generan condiciones de humedad y temperatura óptimas para que los sucedan los mohos o levaduras, que nuevamente recrean condiciones ambientales de alta humedad y temperatura favorables para la proliferación de las bacterias. Existen factores que favorecen el crecimiento de microorganismos durante la conservación: alta humedad, temperatura y concentración de oxígeno. Controlando dichos factores se controlará la producción de dichos agentes patógenos. El control de los microorganismos deberá ser muy tenido en cuenta, especialmente por las micotoxinas que disminuyen la calidad de comercialización del grano. Las micotoxinas son metabolitos de origen fúngico, que en pequeñas concentraciones resultan tóxicos. Tienen capacidad de actuar por sí solos o sinérgicamente, en la generación de enfermedades. Un tipo de micotoxinas, las aflatoxinas, son producidas por los hongos del género Aspergilus sp. (A. flavus, A. parasiticus y A. nomius). Afectan a los cereales más importantes (maíz, trigo, arroz y cebada) y a otras especies tales como nueces, maní, algodón, etc. Se conocen 5 aflatoxinas denominadas B1, B2, G1, G2 y M1. La B1 es la de mayor potencia carcinogénica para los seres humanos. El hongo Aspergillus sp. no puede sobrevivir en una atmósfera con alto contenido de dióxido de carbono, ya que este actúa como fungistático. El uso de aditivos en el silaje puede ser beneficioso para reducir la posible contaminación con micotoxinas cuando se excede el porcentaje de humedad límite, ya que evitan el desarrollo de hongos. Por ejemplo, la incorporación de amonio anhidro y/o ácido propiónico se muestran efectivos en ese sentido. 7. Animales (Roedores, insectos). Los roedores e insectos producen la rotura del grano disminuyendo su calidad. Asimismo, muchos animales producen rotura de la bolsa. 8. Tecnología de ensilado. Durante el embolsado debe llenarse totalmente la bolsa, eliminando la mayor cantidad de aire posible. La bolsa no debe dejarse a medio llenar permitiendo espacios de aire, ni tampoco sobrepasar la capacidad

 



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de estiramiento. Una vez concluido su llenado se cerrará herméticamente. Deberá seguirse correctamente las recomendaciones de los fabricantes. Debe evitarse la mezcla de tierra con el grano durante el embolsado. 9. Manejo del cultivo. El cultivo debe realizarse en óptimas condiciones. Condiciones de estrés producirían un grano de baja calidad alcanzada previo al ensilado. Algunos factores que actuarían en el cultivo son: o

Una excesiva humedad al momento de formación y llenado de granos.

o

Sequía pronunciada.

o

Infestación de insectos.

o

Retardo en la cosecha por lluvias.

o

Aumento de la humedad relativa dentro del cultivo, favoreciendo el desarrollo de Aspergillus sp y la formación de toxinas.

10. Rotura de bolsa. Durante las tareas de carga descarga, es muy común que las bolsas sufran roturas. En caso de daños, las bolsas deberán repararse urgentemente,

con

cinta

del

mismo

material

que

los

proveedores

comercializan. No se debe olvidar que las bolsas también sufren un proceso de envejecimiento, aumentando el riesgo de roturas con el paso del tiempo. 11. Tipo de material genético. Existen cultivares o híbridos que por la constitución física del endosperma (grano duro - maíz), o por su composición química (conteniendo fenoles o flavonoides - soja) son más resistentes al deterioro.

Por lo expuesto, los granos deben guardarse secos, en una atmósfera automodificada, con baja concentración de aire (oxígeno) y alta concentración de anhídrido carbónico (CO2). Las bolsas de polietileno son las más aconsejables para mantener estás condiciones. Además, los granos al ingresar a la bolsa deben estar sanos, sin daño mecánico, y limpios.

VENTAJAS DEL SILO BOLSA EN LA CONSERVACIÓN DE GRANOS

El almacenaje de granos en "silo bolsa" es una práctica de uso creciente. Guardar granos secos ha tomado auge en Argentina en los últimos dos años. El destino de

 



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dichos granos es la comercialización o su uso como forraje. Los principales cultivos que se almacenan en seco utilizando bolsas son: maíz, trigo, soja, sorgo, arroz y girasol.

Los beneficios que aporta dicha práctica han permitido solucionar gran parte de los problemas de los productores argentinos. Estos pueden sintetizarse en los siguientes puntos: a. Pueden almacenarse los granos con algunos puntos más de humedad que en los sistemas tradicionales. b. Reduce costos de cosecha y flete. Se pueden aprovechar los fletes de contraestación de bajo costo. Quién embolsa durante la cosecha se independiza de la disponibilidad de camiones, la cosecha no se interrumpe, generando beneficios tanto al productor como al contratista, ya que en una misma campaña puede hacer más hectáreas en el mismo tiempo al disminuir los tiempos muertos. Otra ventaja para considerar es la posibilidad de realizar la cosecha aunque los camiones no puedan ingresar al establecimiento. Por lo tanto permite independizarse de la carencia de caminos, accesos intransitables por lluvia o falta de capacidad de secado, etc. c. Permite almacenar los granos en el lugar de cosecha, incluso en el mismo lote. De esta forma, se ahorra los costos cobrados por las plantas de recepción. La capacidad de almacenamiento por bolsa depende del diámetro, del largo y del tipo de grano almacenado. En el caso de trigo podemos conservar 200 ton o más por bolsa. Para girasol se estima una capacidad de almacenaje de aproximadamente 140 ton por bolsa. d. Permite un ordenamiento del establecimiento por hacer posible la clasificación de los granos según sus características y comercializarlos de manera independiente según su calidad diferencial. Especialmente, en este momento en donde existe gran variedad de semillas: Variedades e híbridos transgénicos vs. no transgénicos (soja y maíz), tipo de granos duros, dentados o semidentados (maíz) o diferentes tipos de girasoles (alto oleico).

 



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METODOLOGÍA

DEL

TRABAJO

DE

EMBOLSADO

DE

GRANOS

Ubicación del silo bolsa

El lugar para ubicar la bolsa debe ser lo más alto posible, lejos de los árboles y de cualquier posible fuente de rotura. El piso debe ser firme y liso para permitir un buen armado de la bolsa y que no se rompa en la parte inferior. Esto también facilita el vaciado de la misma. La importancia del suelo parejo reside, en que en presencia de desniveles, la bandeja inferior de la embutidora puede tocar el suelo, apretando la bolsa y produciendo daños.

Suelo parejo: Debe verificarse que donde apoye la bolsa no queden tallos cortados de rastrojos o malezas que puedan perforarla. Es recomendable elegir el lugar con la suficiente anticipación para poder preparar el terreno, de manera que esté limpio, firme y nivelado. El lugar más apropiado generalmente es un camino interno del lote ya que es un lugar firme y bien drenado, al que sólo habrá que emparejar para quitar las huellas. Lo más aconsejable es nivelar el suelo con una hoja niveladora y evitar remover el terreno con una rastra. Los sitios menos aconsejables para armar bolsas son los blandos, desparejos, con riesgo de acumulación de agua o donde halla rastrojos de soja, maíz, girasol, sorgo o trigo, ya que los restos pueden perforar las bolsas. Debe estar bien cercado para impedir el acceso de los animales (perros, aves de corral y otros).

Fácil acceso: La bolsa debe ubicarse donde sea posible maniobrar adecuadamente para que cuando se debe efectuar la extracción, la máquina extractora y el camión puedan trabajar con comodidad. Se debe proveer suficiente espacio entre las bolsas de manera de permitir el paso de un vehículo de inspección, la que debe realizarse con frecuencia y luego de cualquier contingencia climática. Las bolsas deben armarse lejos de los árboles o cortinas forestales.

Leve pendiente: La recomendada es de 1 al 3 %, y si nos manejamos dentro de

 



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estos valores es preferible embolsar cuesta abajo para dificultar la entrada de agua por el final de la bolsa. No se recomienda trabajar con pendiente cruzada, ya que esto recargará el lateral inferior provocando un mayor estiramiento, incrementando el riesgo de rotura de la bolsa. Estudios realizados indican la necesidad de orientar la bolsa de Norte a Sur para facilitar la insolación pareja en los laterales de la bolsa. Si se coloca de Este a Oeste estará expuesta al Norte provocando mayor insolación, con el consiguiente aumento de temperatura.

Es preferible embolsar en el mismo lote donde se cosecha, aunque además de la comodidad, se deben evaluar otros factores, tales como la cercanía con los caminos en relación con los riesgos de robo o de daño intencional.

Como conclusión debemos resaltar la necesidad que el lugar de almacenamiento debe proteger a la bolsa contra las inclemencias del tiempo, los insectos y las plagas en general. Se debe procurar disminuir el efecto nocivo de los factores ambientales para mantener la calidad inicial de los granos lograda en el campo. Una forma de alcanzar una protección adecuada es someter a la bolsa a un sombreado artificial mediante la utilización de mallas tejidas para media sombra, con el objeto de atenuar el efecto de la temperatura externa y la incidencia directa de la radiación. De acuerdo a trabajos de INTA, esta medida fue suficiente para minimizar la amplitud térmica diaria dentro de la bolsa y evitar la condensación de la humedad en los estratos superiores. De esta forma, no se crean condiciones de alta temperatura y humedad interna del silo, y se minimiza el desarrollo de microorganismos, que son los principales responsables del deterioro de los granos. Un beneficio adicional es la mayor duración del polietileno constituyente, que mantiene intactas las propiedades físico-mecánicas de la bolsa durante mucho más tiempo y disminuye el riesgo de daño por granizo.

 

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Llenado de la bolsa

Características de la máquina embolsadora

La embolsadora de grano seco es una máquina sencilla y si bien existe una oferta variada en el mercado que justifica las variaciones encontradas en los precios, ello no implica que las máquinas de bajo costo sean incapaces de realizar un buen trabajo.

La calidad de la confección del silo depende de muchos factores entre los que se encuentra la calidad de la máquina. El principio de confección de un buen silo de grano seco se basa en un estiramiento adecuado del plástico, manteniendo un equilibrio dinámico y uniforme durante el llenado de la misma. Esto se logra regulando el frenado, que depende del propio freno de la máquina y de una buena preparación del terreno. Cabe destacar que a diferencia de las embolsadoras de forraje, en las de grano la presión de llenado es generada por el peso específico propio de cada tipo de grano contra la pared de la embolsadora con cierta inclinación. La máquina debe dejar caer el grano en la parte superior dentro del túnel. El grano se va acomodando solo, por gravedad, de tal forma que llegado un punto de altura y ante la imposibilidad de

 

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formar un cono normal como cuando se descarga libremente, comienza a empujar la máquina y al tractor hacia delante teniendo como único obstáculo el freno de la embutidora. Mediante este proceso se logra un estiramiento correcto de la bolsa.

Así, el grano queda alojado dentro de la bolsa con un mínimo esfuerzo por parte de la máquina y con la menor cantidad de aire en su interior. Esta es la causa por la cual la potencia requerida por este tipo de máquinas es de 5 a 6 veces menor que la embolsadora de forraje picado. Si con una máquina para grano seco quisiéramos embutir grano húmedo, al no tener éste la misma capacidad de empuje que el grano seco, queda mucho más aire en el interior de la bolsa, lo que provocará un pico de temperatura muy importante afectando la calidad del material embolsado. Se puede llegar a poner en riesgo la integridad de la bolsa. Si por el contrario, pretendemos ensilar grano seco con una máquina de grano húmedo, la baja altura del sinfín hará que la bolsa no se llene adecuadamente, quedando aire en la parte superior. Esto determinará que al cabo de un tiempo se produzcan condensaciones que terminan mojando el material en la parte superior y deteriorándolo en un porcentaje más o menos importante. Esta característica del embutido de grano seco con máquina de grano húmedo se potencia con el diámetro de la bolsa que utilicemos y con el tiempo de almacenamiento. Es mínima en las bolsas de cinco pies y altamente riesgosa en la de nueve pies. Esta diferencia es por la altura relativa del sinfín en la máquina.

 

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Una buena embolsadora debe poseer un diseño donde el centro de la tolva coincida con el centro del eje de las ruedas de freno. Una tolva de gran capacidad facilita la alimentación con acoplados con gran capacidad de descarga. La forma alargada de la tolva facilita el llenado y disminuye la frecuencia de avance de la tolva autodescargable. Las tolvas deben poseer dispositivos que le permitan ampliar su boca de recepción para evitar pérdidas por fuertes vientos durante el llenado. En lo posible deben estar equipadas con tapas o lonas para evitar la entrada de agua de lluvia.

La rueda de frenado debe soportar la mayor cantidad de peso sobre su eje. Por lo tanto la pared del túnel de llenado de la máquina debe poseer la mayor inclinación posible para que ejerza un lastrado dinámico de mayor utilidad, ya que mejora notablemente la adherencia de la rueda a la superficie del suelo, además la inclinación de la pared de la embolsadora contribuye favorablemente en la presión de llenado que ejerce el grano con su peso específico sobre un plano inclinado. Los frenos deben ser eficientes. Dentro de los tres tipos disponibles: de fricción contra la rueda, de campana y de disco hidráulico con válvula de presión regulable, este último es más fácil de regular y trabaja en forma más eficiente. El frenado debe ser uniforme en ambas ruedas, parejo, sin bloqueos e independizarse del barro o la humedad existente.

Las ruedas de la embolsadora deben tener una superficie de agarre constante con el suelo y para ello la máquina debe apoyarse siempre con la mayor cantidad de peso sobre el suelo. Los neumáticos deben ser de un ancho y diámetro tal que permitan un buen agarre al suelo. Los neumáticos altos y anchos no son recomendables ya que "flotan" y se deslizan, provocando un frenado deficiente. El dibujo de la cubierta debe ser profundo y lo más agresivo posible.

El sinfín de llenado debe ser de gran diámetro, para bajas vueltas y paralelo a la superficie del suelo. Esta disposición permite aumentar la capacidad de carga y evitar

 

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la rotura de granos. Esta pieza es un elemento de rápido desgaste, por lo tanto la embolsadora debe tener características de diseño que faciliten su fácil reemplazo, como así también el tubo debe tener la posibilidad de ser encamisado cuando presente desgaste. El tornillo sinfín debe estar correctamente centrado en el tubo y estar bien terminado (sin asperezas). También debe ser altamente resistente al desgaste por la fricción causada por los granos. Para ello es aconsejable que el borde sea del doble del espesor y lo más liso posible. No es adecuado el acorazado con material duro en los sinfines, ya que estos adquieren dientes que dañan al grano. El malacate para subir la bolsa debe ser de accionamiento suave y preciso.

La bandeja de sostén del fuelle de los pliegues de la bolsa debe tener un ancho mayor al ancho del pliegue de la bolsa (mayor de 55 cm.). Su diseño debe preservar la integridad de la bolsa, aún en terrenos desnivelados y debe trabajar horizontal, paralela a la superficie del terreno.

El túnel de la embolsadora preferentemente debe tener una forma muy similar a la que tomara la bolsa una vez llena. Cuanto más circular sea la bolsa, más uniforme es el estiramiento y es mayor la cantidad de grano que podemos introducir en ella.

 

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Cuanto más largo sea el túnel de la embolsadora, menos esfuerzos puntuales soportara la bolsa a igual estiramiento.

El enganche del equipo al tractor debe tener una regulación fácil, para adaptarlo rápidamente a los diferentes tractores y sus respectivas alturas de enganche. Es aconsejable que la embolsadora posea algún dispositivo que facilite el desenganche y enganche del tractor en medio de la confección de la bolsa.

Debe presentar un sistema de regulación de altura en su posición de trabajo; esto permite buenos llenados en terrenos nivelados y disminución del reflujo de grano. Es importante que esta regulación sea individual en cada rueda para permitir nivelar la máquina, en caso de que eventualmente tengamos terrenos algo desparejos.

Las embolsadoras son máquinas riesgosas, debido a la cercanía y al permanente movimiento de los operarios con la máquina funcionando. Por lo tanto, las siguientes normas de seguridad deben ser tenidas en cuenta: a. Toma de potencia y barras cardánicas muy protegidas. b. Engranajes y cadenas cubiertas. c. Nunca quitar los protectores de seguridad colocados por el fabricante. La transformación de posición de trabajo a posición de transporte debe ser sencilla y práctica, pudiéndose efectuar por un solo operario con mínimas herramientas manuales. El ancho de transporte debe ser mínimo, ubicando las ruedas en la posición lo más central posible, o sea con trocha reducida para desplazar parte del ancho hacia la banquina derecha en ruta.

La embolsadora debe tener un sistema de balizas con luces giratorias para el traslado en rutas, que sean bien visibles. También debe poseer un manual de repuestos, un manual de uso eficiente, instrucciones de mantenimiento y un respaldo de fabricante reconocido.

Finalmente se debe considerar que una bolsa mal confeccionada puede significar un

 

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daño de almacenaje superior a cualquier diferencia de precio entre máquinas. La mejor bolsa no la confecciona la mejor máquina sino que es el resultado de una sumatoria de factores donde la habilidad del operario resulta fundamental; además la calidad de la máquina también ayuda.

Uniformidad en la confección de la bolsa.

Lo ideal es llenar la bolsa en forma continua, sin interrupciones. Muchas veces es difícil lograrlo, ya que las embolsadoras son máquinas con gran capacidad de trabajo y necesitan por lo menos 3 cosechadoras simultáneas. Debido a esta característica, las interrupciones durante el llenado de la bolsa son las principales causas de la desuniformidad en el llenado. Este inconveniente se manifiesta en cada parada de la máquina, con un bache de menor presión de llenado que causa una mayor acumulación de aire en ese lugar facilitando luego la condensación de humedad y dificultando la expulsión del aire. Por esta razón es imprescindible efectuar un frenado adecuado de la máquina durante el llenado y cada vez que se necesite parar a la espera de la siguiente tolva autodescargable. Un buen diseño de la máquina embolsadora y un tractor con doble embrague facilitan el trabajo continuo, disminuyen las detenciones y permiten minimizar el problema logrando bolsas con llenado uniforme.

Una vez elegido y acondicionado el lugar de embolsado, se procede al colocado de la bolsa. Para la descripción de este proceso se tendrá en cuenta las características comunes a la mayoría de las máquinas, pudiendo variar en algunos detalles de acuerdo a la marca y/o modelo del fabricante. Para la colocación de la bolsa, normalmente se requiere más de un operario, debido al peso de la misma. No es necesario contar con dos personas afectadas a la tares en forma permanente, ya que tractoristas, cosecheros o algún otro operario puede colaborar en la colocación de la bolsa.

 

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Pasos a seguir: 1. Retirar la bolsa del paquete, extendiéndola sin desarmar sobre el suelo, próxima al piso del túnel de la embutidora. La punta interior de la bolsa debe apuntar hacia la red de contención de la misma. Es decir que ésta debe ir extendiéndose de adentro hacia fuera. Este será el extremo que primero se llenará. 2. Controlar que la máquina embutidora no tenga elementos cortantes que puedan provocar roturas en la bolsa. Revise el área donde quedará apoyada la bolsa y retire todo cuerpo extraño que pudo haberse acumulado. Se debe tener especial cuidado con las rebarbas de soldadura que pueden romper la bolsa si no se liman bien. 3. Bajar la bandeja inferior de la embutidora hasta el suelo, desenroscándole los tensores de la misma sin desprenderlos de la cadena. 4. Retroceder la parrilla superior (percha) hasta detrás del área del túnel y luego bajarla hasta el piso. 5. Colocar la bolsa por encima de la parrilla superior como un saco en una percha, y comience a subir ésta con el malacate hasta que supere la parte alta del túnel. Luego empujar hacia el túnel ubicando a su vez la bolsa por fuera de todo el túnel y por encima de la bandeja inferior. Las barras guías impresas en la bolsa deben quedar a media altura para que sean de utilidad. 6. Asegurarse que las esquinas de la parte inferior de la bolsa no queden dobladas o torcidas. El resto de los pliegues deberán quedar colocados lo más adelante posible. 7. Retirar los precintos que sujetan la bolsa. 8. Encontrar la punta interna de la bolsa, y tirar de la misma unos 2,5 m hacia atrás de la máquina. Este tramo de bolsa será usado para sellar el fondo de la misma. 9. Una vez colocada la bolsa levantar la bandeja inferior sin llegar a apretar.

 

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10. Levante la parrilla superior hasta que note que la bolsa queda suficientemente estirada y envolviendo al túnel. 11. Colocar y tensar bien las sogas elásticas, una arriba de la parrilla y otra más atrás, cerca de la salida del túnel. Una tensión excesiva puede causar roturas en la bolsa, mientras que poca puede provocar que los pliegues salgan a borbotones y de esta forma no lograr una bolsa uniforme. 12. Para sellar la punta de la bolsa se pueden utilizar dos procedimientos diferentes. El más práctico y con buenos resultados es que dos personas, una de cada lado, empiecen a doblar el plástico hacia abajo, y cuando llegan al centro se ata con la piola que provee el fabricante. Es importante que se doble para abajo para evitar que ingrese agua dentro de la bolsa. Otra alternativa es clavar dos tablas entre sí luego de haber realizado los dobleces en el plástico. 13. Comenzar el llenado de la bolsa. Accionar el freno en ambas ruedas en un término medio, para accionarlos firmemente al totalizar 4 o 5 m de bolsa llena. Se deben controlar que la regulación de os frenos sea pareja antes de armar la primera bolsa. La capacidad de frenado de la máquina está determinada por el peso de la misma. Si es necesario, se puede accionar levemente el freno del tractor en la medida que se necesite para lograr un estiramiento mayor de la bolsa. No se debe olvidar que un exceso de frenado puede ocasionar daños a la estructura de la máquina. 14. Accionar suavemente la toma de fuerza del tractor con el motor a menos de 1.000 RPM. Dada la altísima capacidad de llenado de las máquinas, es innecesario trabajar a regímenes elevados. 15. Cuando queden 4 o 5 pliegues de la bolsa para salir del túnel, o al aparecer la marca que indica el final de la bolsa, pare la operación para poder efectuar un buen cierre. 16. Luego de terminar el llenado de la bolsa, pare la toma de fuerza y saque lentamente la máquina hacia delante. La bolsa quedará con su inclinación hacia el final en donde se procederá al sellado de la misma. Este trabajo se realiza en forma similar al del inicio, quedando en este caso la atadura a la

 

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vista. Es muy importante que se pliegue para atar el final de la bolsa para abajo para impedir el ingreso de agua de lluvia al interior de la misma.

La tecnología del embolsado de granos secos requiere un adecuado llenado de la bolsa para expulsar la mayor cantidad de aire posible, no dejando floja la bolsa ni tampoco sobrepasar la capacidad de estiramiento aconsejada por el fabricante en un 5-6 %. No se debe guiar por la presión de trabajo y sí por las marcas de máximo estiramiento. Durante el proceso de embutido, entre tolva y tolva de la cosechadora, se recomienda no dejar vacía la embutidora con el objeto de evitar la formación de lomos y cámaras de aire dentro de la bolsa. En caso de tener que desenganchar el tractor, llenar la tolva de la máquina embutidora para que el peso de la misma evite que la lanza se levante.

La velocidad de trabajo es muy elevada. La potencia requerida por la embolsadora es de 25 HP para un embolsado por flujo continuo de 180-220 toneladas/hora. Esta última capacidad de trabajo equivale a lo producido por el aporte de cuatro cosechadoras juntas.

Como medida de seguridad, es importante que el operario se mantenga alejado del mando de la toma de fuerza. Además nunca se debe subir a la tolva con el sinfín en funcionamiento, ya que cualquier accidente puede ser fatal. Se recomienda para evitar este tipo de problemas colocar una parrilla de hierro dentro de la tolva. Ésta debe ser resistente, ya que la caída de un operario desde arriba haría una presión importante sobre la misma.

Controles de calidad en el silo.

Los silos bolsa permiten almacenar en forma hermética e inerte granos, semillas y forrajes. Esta técnica es conocida hace muchos años, pero sólo ha podido llevarse a la práctica recientemente, gracias al desarrollo de nuevos materiales, con altas prestaciones y calidad satisfactoria a precios razonables.

 

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Una vez concluido el llenado y cerrado de la bolsa es importante realizar muestreos periódicos para controlar la calidad del material almacenado. Estas mediciones se deben realizar calando la bolsa en la zona de menor estiramiento, colocando cintas superpuestas en sentido vertical para proceder a realizar el corte en esta franja o por medio de caladores.

Embolsar grano seco a diferencia de forraje o grano húmedo con destino a nutrición animal es más delicado ya que los granos no tienden a unirse, esparciéndose hacia los laterales, produciendo mayor presión en los costados de la bolsa y adoptando la forma característica de achatado.

El éxito de este sistema está muy relacionado con el cuidado que se haga de las bolsas. Para esto es importante controlar en forma periódica el exterior de la bolsa para sellar las posibles roturas producidas.

Ataque de peludos: Se debe evitar volcar granos en el piso, ya que estos son un atractivo excelente para estos animales.

En caso de detectarse roturas estas deben ser selladas en forma inmediata. Es recomendable que el encargado de revisarlas vaya siempre con la cinta encima. Actualmente hay repelentes en el mercado que funcionan adecuadamente. Éstos deben ser aplicados en el suelo y en la parte inferior de la bolsa, pero presentan la limitación de la duración de su efecto hasta 45 días en condiciones normales, y una lluvia fuerte los lava. Pero el remedio más efectivo es la detección y eliminación de las cuevas y posterior tapado. La presencia de perros puede ser útil. Mantener el área libre de malezas es importante y para esto se recomienda realizar pulverizaciones con herbicidas totales. El empleo de alambrados electrificados de 3 hilos es eficiente en el control de peludos o de otros animales silvestres. Deben ser colocados a 5 ? 10 y 15 cm del suelo. Los roedores requieren cuidados similares a los necesarios para controlar el ataque de peludos. No se recomienda el uso de sulfuros, ya que causa

 

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degradación prematura de las bolsas. Pueden producirse roturas por la hacienda. Es este caso se recomienda la utilización de alambrados eléctricos con buena conductividad a no menos de 3 metros de separación de la bolsa para evitar que los animales la alcancen y la muerdan. La presencia de zorros puede ser controlada mediante la utilización de repelentes colocados en el lomo de la bolsa, ya que estos animales se trepan y la dañan en la parte superior con los dientes y uñas. Las aves de corral pueden picotear las bolsas perforándolas, siendo los pavos los más peligrosos por poseer mayor fuerza en las garras. Este problema es más frecuente cuando las bolsas están muy cerca de los puestos.

Un granizo de tamaño grande puede producir rotura de la bolsa. Luego de una granizada se las debe revisar cuanto antes, y si el daño es muy grave se puede embolsar nuevamente o vender.

Si la bolsa se estira demasiado durante el llenado, los riesgos de daño ante un granizo aumentan. En caso de daño leve, pueden emparcharse con cintas apropiadas. Otra manera de repararla cuando el daño es importante es utilizando una bolsa vieja. Se debe estirar en paralelo y al lado de la bolsa dañada, luego se corta la bolsa vieja de manera que quede abierta como un paño. Se extiende sobre la bolsa nueva cubriendo la parte dañada y una vez efectuado el despliegue se pega la periferia del paño a la bolsa para regenerar las condiciones de anaerobiosis. Es importante que el parche quede lo más estirado posible. En estos casos, la frecuencia de calados debe ser mayor que lo normal para controlar como evoluciona la calidad del grano almacenado.

Los rastrojos de trigo son muy riesgosos, siendo una buena práctica disquear alrededor de las bolsas (contrafuegos) para evitar la difusión del fuego.

El riesgo de combustión espontánea en un bolsón sin daños es nulo porque la atmósfera que se crea en el interior, caracterizada por una deficiencia de oxígeno y una elevada concentración de dióxido de carbono, impide la respiración. En los

 

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sistemas de conservación tradicionales, los microorganismos y los insectos pueden ser la causa del calentamiento de un silo, ya que desarrollan una gran actividad y, por lo tanto, producen mucho calor. Por esto los riesgos de combustión espontánea aumentan en los silos tradicionales o mal conservados.

También, defectos en el armado de la bolsa o roturas hacen que la bolsa pierda su hermeticidad. El ingreso de aire y/o humedad ambiente permite que se desencadenen procesos biológicos que atacan a los granos o forrajes almacenados, produciendo su degradación y pérdida de valor. Este proceso se manifiesta a través del aumento de la temperatura en determinadas partes de la bolsa, debido al ingreso de oxígeno al producto almacenado. Una medida precautoria que permite detectar estas fallas es la colocación de cables sensores que se colocan en la máquina embolsadora. De esta forma los cables se van introduciendo en la bolsa a medida que se produce el llenado. También es posible introducir sondas en silos ya concluidos. Estos sensores son conectados a terminales capaces de identificar el/los lugares de la bolsa donde se están produciendo fenómenos indeseables.

A pesar de tomar una serie de medidas tendientes a maximizar la calidad de los granos, a la hora de comercializarlos pueden presentarse situaciones no previstas en cuanto a la calidad de los mismos. Según un informe de AAPRESID, pueden deberse a tres grandes causas: 1. Desuniformidad del grano a almacenar. 2. Una mala confección del embolsado. 3. Malas condiciones durante el almacenaje.

Por tales razones se brindan una serie de recomendaciones donde se advierte que más allá de haber extremado las precauciones durante la confección y el almacenaje, es posible encontrar en las bolsas núcleos de granos de mala calidad. De allí la importancia de observar la calidad de los granos mientras son extraídos de la bolsa. Debido a que este tipo de pérdidas de calidad se da en núcleos o focos, es muy probable que si no se observa la calidad del material que se está extrayendo,

 

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podemos incluir en un camión una alta proporción de granos que puede traernos problemas en el momento de comercialización. La mezcla de estos focos de grano en el camión puede hacer que el muestreo de calidad arroje valores indeseables comprometiendo la calidad de toda la carga. Por ello es importante que el monitoreo de la calidad de los granos que cargamos en los camiones sea constante. Por tal razón debemos emplear equipos de extracción de granos que permitan identificar rápidamente estas zonas, evitando su mezcla con granos de buena calidad.

La calidad del grano obtenida luego del período de almacenaje está directamente relacionada con la presente al momento de cosecha. Se destaca en este sistema, en relación con los silos de metal, la capacidad de conservar la calidad de los granos. Las experiencias relevadas hasta el momento señalan que se mantiene de manera excelente. Esto se debe al aislamiento del producto de los agentes exteriores. No hay movimiento de aire y además, al no haber oxígeno las características del grano se mantienen inalterables.

El polietileno también es una barrera para el ingreso de insectos plagas de los granos almacenados, tales como gorgojos y carcomas. Estos deterioran seriamente la calidad y que en los silos convencionales no tiene barreras eficaces que eviten su ingreso. La calidad comercial de los granos, incluso aquellos destinados a la industria es frecuentemente evaluada a través del poder germinativo de los mismos. Existe, entonces, una estrecha relación entre estos parámetros. Numerosas experiencias de productores que han utilizado el sistema para conservar semilla propia para la siembra confirman el mantenimiento inalterable tras varios meses de embolsado.

Extracción del grano

Las bolsas nunca deben ser abiertas mediante cortes horizontales o verticales. Tampoco el corte debe hacerse en el "lomo" o parte superior de la bolsa. Lo correcto es realizar la apertura en la zona que fue sometida a un menor estiramiento, es decir en la base y en sentido oblicuo. Si el corte se realiza mal puede rajarse toda la bolsa.

 

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Si el corte se realiza en las zonas sometidas a mayor estiramiento, la abertura puede extenderse varios metros. También se deben tomar las mismas precauciones cuando se perfora la bolsa con el objeto de tomar muestras.

La extracción puede realizarse de diferentes maneras. 1. Chimangos y paleros: Es el menos recomendable por la elevada mano de obra que requiere y por la lentitud de la tarea. Se requieren aproximadamente 4 horas para cargar un camión. 2. Chimango con colita barredora: Este sistema acelera mucho la tarea, ya que demanda la mitad o menos del tiempo que el método anterior. Tiene la ventaja de ser más económico por el ahorro de mano de obra que genera. El sistema de chimangos presenta el inconveniente de tener que moverlos a lo largo de la bolsa mientras se va descargando. 3. Extractores neumáticos: Existe una oferta muy variada en el mercado. Es recomendable para el manejo de volúmenes importantes de grano. La capacidad de los transportadores neumáticos fluctúa desde 25 a 150 ton/h.

La utilización de corrientes de aire para mover o elevar granos puede resultar una tecnología segura, rendidora, de fácil operación y económicamente accesible. El transporte neumático de granos tiene una gran difusión como consecuencia del mayor uso del silo bolsa. Los requerimientos de potencia son mayores que en los equipos mecánicos. La técnica se basa en aspirar el grano a través de una manguera produciendo vacío dentro de un ciclón separador. En este compartimiento el grano se separa del aire y cae al fondo del mismo para luego ser extraído por impulsión del mismo aire generado en la aspiración. En este caso una misma bomba genera vacío (Chupado del grano) y presión (Empuje del grano) con lo cual los granos son trasladados desde un sitio (bolsa) al otro (camión) sin que haya en el medio ningún implemento mecánico que los pueda dañar. Esta es una de las ventajas que ofrece el sistema neumático. Otra, relacionada con la seguridad y calidad de trabajo de los operadores, es la eliminación de accidentes producidos por el uso de los sinfines mecánicos. Debido al elevado costo energético que genera este tipo de implementos,

 

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se han ideado máquinas mixtas mecánico- neumáticas, que disminuyen los requerimientos de potencia. Algunas aspiradoras poseen un dispositivo de filtrado que permite separar el grano de partículas de polvo, granza, etc. expulsándolas por una chimenea al exterior. De esta forma el sinfín solo transporta grano limpio.

Tipos y calidades de bolsa

El insumo más importante en la práctica de conservación de granos es la bolsa, por esta razón se deben extremar los cuidados para evitar su deterioro. Los fabricantes deberán proveer el tiempo máximo permitido de almacenamiento y no se deberá exceder bajo ningún concepto de ese período. El plástico se degrada por la acción de la radiación solar (radiación UV) y la temperatura, por lo que las bolsas están provistas de aditivos que retardan su deterioro. Embolsar grano seco, a diferencia del grano húmedo o forraje picado, es más delicado, ya que los granos no tienden a unirse, se esparcen hacia los laterales. Por esta razón generan mayores presiones en lo laterales de la bolsa y ésta adopta una forma achatada típica. Es muy importante que durante el llenado no se supere la máxima capacidad de estiramiento. Este valor está dado por el fabricante y fluctúa entre 5 a 10 % según las marcas y grosores del film. Generalmente las bolsas tienen en sus laterales líneas marcadas que permiten controlar estos valores, en caso contrario se debería realizar con un marcador al alcohol grueso dos trazos paralelos separados a 50 cm. y realizar en ese lugar la comprobación.

A diferencia de los metales, los plásticos utilizados en las bolsas (polietileno principalmente) son permeables a los gases. La razón de este comportamiento es la distribución de las moléculas que forman el film. El coeficiente de permeabilidad se incremente a medida que el espesor disminuye, o aumenta la temperatura. Por lo tanto, es fundamental el agregado de aditivos al polietileno que le otorgarán, además de resistencia al estiramiento, a la radiación ultravioleta y al deterioro por otras causas ambientales, opacidad a la luz para limitar el efecto invernáculo dentro de la bolsa.

 

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Algunos fabricantes incorporan aditivos que impiden el micropuntillado que producen los granos en las paredes de la bolsa.

El espesor es la principal barrera contra la penetración de oxígeno y por lo tanto favorece una mejor conservación. La película está compuesta por 3 capas, se mide en micrones y varía desde 150 hasta 250, según la capacidad de la bolsa (largo y diámetro). Los diámetros disponibles son de 5, 6 y 9 pies (1,52-1,82 y 2,74 m, respectivamente), y el largo varía desde 50 a 70 m. El tamaño de la bolsa debe ajustarse perfectamente al perímetro exterior del túnel. Si calza demasiado suelta corremos el riesgo que durante el llenado se formen cámaras de aire que complicarían el proceso de conservación. El plegado debe ser suave, sin marcas profundas o pliegues sueltos. Se puede tener una idea aproximada de la calidad del plástico por la presencia de una coloración blanca intensa, brillosa, flexible, carente de rugosidades, con facilidad para extenderse y con protección para rayos UV.

PRODUCTOS ALMACENABLES

En todo momento se deberá recordar que cuanto mejor es la calidad del producto a conservar, mejor será el resultado final. El proceso no aumenta la calidad, en el mejor de los casos se limita a conservarla.

Granos

Trabajos realizados por INTA Pergamino hace poco tiempo muestran que es posible conservar granos en silos bolsa durante un período de al menos 180días sin que sufran deterioros en su estructura ni en su constitución química. Mucho de ello se ha hablado en capítulos anteriores. Con respecto a la calidad nutricional estos trabajos muestran que grano de soja conservado con 12 % de humedad no mostró cambios en el contenido de humedad, proteínas, aceite, acidez, digestibilidad y poder germinativo. El testigo utilizado fue su equivalente conservado en plastillera bajo techo. En ninguno de los análisis se detectó presencia de micotoxinas.

 

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Si bien esta tecnología ha demostrado buena tolerancia por períodos interesantes con el 2% por encima de la humedad de recibo en maíz, soja y trigo, siempre se logra mayor seguridad de almacenaje con granos secos.

Semillas

El sistema, con su probada capacidad para la conservación de granos, permite almacenar semillas, desde la cosecha hasta el momento de la siembra de la campaña siguiente. Este concepto se aplica a la conservación de semillas de variedades de arroz, trigo y/o soja con contratos de regalías extendidas, con algún grado de humedad por encima del recomendado convencionalmente y sin clasificar. Esto representa una considerable ventaja económica para cualquier productor, pero en particular para aquellos sin infraestructura para el secado, clasificación y almacenaje en chacra. Las experiencias realizadas muestran que es posible conservar semillas con buen poder germinativo hasta 170 días posteriores a la cosecha siempre que se respeten las humedades máximas de almacenamiento de 14-15 %. Si se quiere estar seguro de alcanzar una buena conservación de los granos, es posible tratar a las semillas en el momento de almacenaje con productos específicos. Podemos adosar al tractor un tanque de 100 l. con insecticidas utilizados normalmente para el control de gorgojos y/o fungicidas. En todos los casos esta recomendación es complementaria, ya que respetando las condiciones de almacenaje adecuadas, estos tratamientos serían superfluos.

Guía de almacenamiento de granos secos en silo bolsa¹ Riesgo por humedad del grano Tipo de grano

Bajo*

Medio

Alto

Soja-Maíz-Trigo

Hasta 14 %

14-16%

Mayor de 16%

Girasol

Hasta 11%

11-14%

Mayor de 14%

*Para semillas este valor debe ser entre 1-2 % menor

 

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Riesgo por tiempo de almacenamiento Tipo de grano Soja-Maíz-Trigo hasta 14 % Girasol 11% Soja-Maíz-Trigo 14-16 % Girasol 11-14 % Soja-Maíz-Trigo >16 % Girasol >14 %

Bajo

Medio

Alto

6 meses

12 meses

18 meses

2 meses

6 meses

12 meses

1 meses

2 meses

3 meses

¹Cassini, C. INTA Manfredi. Com. Nº 17.

Fertilizantes

No existen demasiados trabajos realizados en el almacenamiento de fertilizantes en silos bolsa. Las experiencias llevadas a cabo por INTA Concepción del Uruguay muestran que es una alternativa interesante debido a los excelentes resultados alcanzados y su bajo costo.

La urea granulada conservada en bolsas de plástico mostró un contenido de humedad constante a lo largo del estudio. Siendo este producto altamente higroscópico, los valores de humedad sólo fluctuaron entre 0,066-0,082%, de acuerdo al lugar de la bolsa donde se realizó el muestreo. El fertilizante, luego de los 66 días en que duró la experiencia no mostró cambios en su constitución química ni en su apariencia física. Esta técnica en muy recomendable para aquellos productores que se encuentran muy alejados de los centros de abastecimiento de fertilizantes para el ahorro de tiempo y fletes. Se advierte que puede ser riesgoso su empleo por más de 2 meses.

BREVE ANÁLISIS ECONÓMICO

Como ya hemos visto, la utilización del silo bolsa no solo permite realizar la cosecha anticipada aunque las condiciones no permitan el acceso de camiones, sino que se reducen costos y mejora el poder de negociación del productor que puede reflejarse

 

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en la obtención de un mayor precio por la venta del grano en momentos fuera del pico de cosecha. En el caso del maíz, los gastos de comercialización llegan a ser casi del mismo valor que los gastos de implantación. Con esta tecnología, los costos de flete se reducen, permitiendo hacer uno solo y evitando la época de máxima demanda.

Si tomamos como punto de partida la situación actual, podemos concluir que la crisis económico-financiera, y la consecuente devaluación del peso, trajo acompañada la falta de crédito y de confianza que se ha generado en el sistema bancario por efecto del congelamiento de depósitos. La inestabilidad cambiaria también contribuyó al auge de la conservación en bolsas, ya que el productor encontró la forma de preservar el valor de su producción ?que cotiza en dólares- en forma segura y ajena a los vaivenes del mercado cambiario. Frente a esta situación optaron por retener parte o la totalidad del grano y vender a cuentagotas, de acuerdo a sus necesidades financieras. Estas decisiones fueron posibles gracias a la utilización de la tecnología del embolsado de granos. Además, pueden tener la mercadería más controlada, y en muchos

casos,

evitar

la

participación

del

acopiador

para

ahorrar

costos.

Los análisis económicos realizados por la EERA INTA Marcos Juárez para esta campaña muestran leves ventajas de rentabilidad a favor del almacenaje en chacra. Llegan a la conclusión que el uso de estrategias que permitan aprovechar la estacionalidad de precios son positivas para optimizar el resultado económico de la empresa agropecuaria. De acuerdo a ello, el uso de los silos bolsa para almacenaje transitorio de la producción muestra adecuados resultados económicos. Los valores logrados son aún más positivos en el caso de tener escala productiva y la disponibilidad financiera para invertir en esta tecnología. De esta forma es posible realizar en forma propia esta estrategia de almacenamiento.

Mediante la técnica de almacenaje en bolsas es posible separar e identificar partidas. Por lo tanto permite la "trazabilidad del producto". Este concepto pasará en breve a ser un requisito indispensable para lograr mejores cotizaciones de las materias primas. Como ejemplos podemos citar a la soja transgénica vs. no transgénica,

 

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maíces flint vs. dentados, maíces alto aceite vs. normales, girasoles alto oleico vs. normales, etc.

Ing. Agr. (MSc.) Luis Bertoia Cátedra de Cerealicultura Facultad de Ciencias Agrarias Universidad Nacional de Lomas de Zamora  

 

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