El rock oculto de Blue Öyster Cult

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ESPECTACULOS

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Miércoles 22 de febrero de 2012

MUSICA s EL SABADO EN THE ROXY LIVE

El rock oculto de Blue Öyster Cult

Llamados los Black Sabbath americanos, compusieron varios de sus temas con Patti Smith

Cuatro hombres de (cuero) negro

La banda norteamericana, formada en 1970 y precursora del hard rock, tocará por primera vez en el país JORGE LUIS FERNANDEZ PARA LA NACION A fines de los setenta, el punk decía que cualquiera podía formar una banda. Diez años antes, era posible incluso imaginarla. Richard Meltzer y Sandy Pearlman, dos estudiantes de filosofía amantes del situacionismo, decidieron que reproducir una cinta en clase con comentarios de la cátedra ya no era tan divertido. En cambio, se volcaron al scouting de bandas hasta dar con la elegida: un quinteto de rock pesado. Le pusieron nombre. Lo cambiaron tres veces. Quedó en Blue Öyster Cult. A Meltzer le encantaba la diéresis: decía que el nombre debía sonar “wagneriano”. Corría 1970, y mientras Pearlman producía al grupo Meltzer publicaba su canónico The Aesthetics of Rock, el primer maridaje entre Los Beatles y Heidegger. Además, escribía letras con Pearlman y efusivas reseñas de un grupo que todavía no había grabado su disco. Cuando lo grabó, en 1972, alguien sugirió que había nacido el Black Sabbath norteamericano. Absurdo, pero a nadie le importó; menos aún a Meltzer. Le hubiera fascinado saber que 40

años más tarde el latiguillo sigue vigente. “La comparación con Sabbath fue un invento de Columbia, nuestra discográfica, que sirvió para promocionarnos”, afirma Eric Bloom, cantante, guitarrista y miembro fundador de los BÖC, la banda neoyorquina que actuará por primera vez en nuestro país. “Ellos hacían metal, mientras lo nuestro, a excepción de algunos temas, siempre fue el hard rock”, agrega el músico, cuyo show desembarca este sábado, a las 19, en The Roxy Live. Bloom vive en Nueva York, pero durante el invierno boreal huye a su residencia de Florida, donde concede esta entrevista. “No tengo idea de cómo nos recibirán en Buenos Aires –se pregunta–. No sé si tenemos fans argentinos. A propósito, ¿hace calor allá? Si hay algo que detesto es el frío…” Nadie tiene idea de si hay fans de los BÖC en la Argentina. En 1981, la recordada revista Pelo publicó un artículo sobre las “otras” bandas de rock pesado; la segunda línea detrás de Led Zeppelin y Deep Purple iba encabezada por Aerosmith y Blue Öyster Cult. En pocos años, los primeros pasaron a ser favori-

tos del público local, mientras los Cult (como se los llama en Estados Unidos) permanecen en relativa oscuridad. Y quizá sea lógico: la banda de Long Island fue, ante todo, el producto de una época. Los dos primeros discos, Blue Öyster Cult y Tyranny And Mutation, esbozan un hard rock distinto, donde se cuela el cansino boogie de las guitarras de Bloom y Buck Dharma mientras las texturas de teclado de Allen Lanier aportan un tono sombrío, de psicodelia tardía. Pero lo que más distinguió a los Cult fueron las letras de Meltzer, Pearlman y Bloom: crípticas, oníricas, con humor y sesgos de ciencia ficción sintomática de la subcultura pop. A menudo, al trío se sumaba una novel poeta maldita: Patti Smith. “Conozco a Patti mucho antes de que grabara su primer disco

PARA AGENDAR Blue Öyster Cult: la banda norteamericana, en su primer show argentino. Teatro: The Roxy Live, Niceto Vega 5542. El sábado, a las 19.

–cuenta Bloom–. Ella leía poesía en vivo acompañada por Lenny Kaye en guitarra eléctrica (años después, los dos fundarían el Patti Smith Group). Yo siempre iba a verla y Patti empezó a salir con Allen, nuestro tecladista. Luego pasó a componer con nosotros.” Eric dice que “el sonido del grupo fue armándose a partir de distintos estilos”, y el estilo definitivo afloró en Secret Treaties, de 1974. Unánimemente reconocido como el pináculo de Blue Öyster Cult, en Treaties no sólo confluyen riffs zeppelineanos y acordes menores, dándole un tono sombrío a la música, sino que las letras fantásticas (un cyberpunk que prefigura a William Gibson) envuelven a las canciones en una saga conceptual. La producción de Pearlman (los platillos crepitantes; el overdrive comprimido de las guitarras) da el definitivo toque de clásico. “Secret Treaties es mi disco favorito –afirma Bloom–. Creo recordar que no fue preconcebido como un álbum conceptual. Trabajamos primero la música y a medida que los escritores aportaban su material el disco fue adquiriendo identidad. Me gusta el sonido denso de Secret

Treaties. Solemos tocar sus temas en vivo y es probable que también lo hagamos en la Argentina.” En 1976, el grupo alcanzó la masividad gracias al corte “(Don’t Fear) The Reaper”, incluido en su cuarto álbum de estudio, Agents of Fortune. El single, que ocupó el puesto 12 de los charts, resultó el más exitoso de los BÖC y su pegadizo power pop se extendió a tracks como “Debbie Denise” y “The Revenge Of Vera Gemini” (ambos coescritos por Patti Smith, que además canta en “Vera Gemini”). “Estábamos felices, porque finalmente podíamos vivir de nuestra música –recuerda Bloom–. Antes no la pasábamos mal, pero debíamos tocar en estadios más grandes junto a otros grupos.” Si bien hubo esporádicos repuntes (como The Curse Of The Hidden Mirror, de 2001), Agents of Fortune fue el último gran disco de Blue Öyster Cult. En su legendaria columna de Village Voice, Robert Christgau saludó la edición con habitual sarcasmo. “Fleetwood Mac haciendo heavy metal”, escribió. Y fue premonitorio: de Kiss a Metallica, pasando por Bon Jovi y los Guns ‘N’ Roses, buena parte del hard rock tiene una deuda con esa fórmula.

Natural hijo de la psicodelia, el imaginario de Blue Öyster Cult es tan importante como su música. Sus mejores canciones narran historias al límite en clave surrealista, bajo un velo de ambigüedad. “Dominance And Submission” evoca excursiones beatniks por Times Square con la sombra del S&M, mientras “(Don’t Fear) The Reaper” es una invitación al estupro, aunque Bloom sugiere que su autor, el guitarrista Buck Dharma, quiso describir su encuentro con la parca tras una severa enfermedad. Más conocido es el interés de la banda por teorías conspirativas, que subyace en “Flaming Telepaths”, “Veteran of Psychic Wars” y, especialmente, “Take Me Away”, donde se menciona (quizá por primera vez) la existencia de los hombres de negro. “Yo había escrito sobre ellos mucho antes de que saliera Men In Black”, cuenta Bloom, en referencia al popular film. “La letra dice, «the men in black, their lips are sealed» (los hombres de negro tienen los labios sellados). Son agentes de la CIA encargados de silenciar a quienes avistan un ovni. En realidad, yo nunca vi un ovni, pero me gustaría. A propósito, ¿hay avistamientos de ovnis allá en Argentina?”

CLASICA s TEMPORADA

La propuesta 2012 de la Comunidad Amijai Muy interesante programación para el templo de Arribeños Fiel y consecuente a una costumbre instalada desde hace casi una década, la Comunidad Amijai presentó su propuesta cultural, esencialmente musical, para esta temporada que, próxima a comenzar, incluye algunas propuestas no ya dignas, sino, definitivamente, excelentes. La simple enumeración cronológica de los conciertos, que conforman un panorama amplio, ecléctico y atractivo, corrobora esta afirmación. En el comienzo, hará su presentación la Orquesta Nacional de Rusia, dirigida por José Serebrier, un músico uruguayo de amplísima trayectoria y discografía. El violinista, también ruso, Alexei Bruni acompañará a la orquesta en esta gira. En junio, a puro tango, se presenta el trío que conforman Néstor Marconi, Rafael Gintoli y Juan Pablo Navarro. El notable violinista israelí Shlomo Mintz tocará, en julio, la integral de los Caprichos de Paganini. También desde Israel llega el Proyecto Multipiano, un ensamble de pianistas, liderados por Tomer Lev, que interpretan obras originales para piano a cuatro manos y para dos o más pianos. Para tocar en el flamante y ponderadísimo nuevo piano de la sinagoga del barrio de Belgrano vendrá Yevgeny Mijailov, quien ofrecerá un recital dedicado a compositores del romanticismo ruso. En septiembre, The Harlem Opera Theater hará que en el templo retumben sonidos de Duke Ellington, Kurt Weill y Gershwin. Ese mismo mes llegará la

Shlomo Mintz, concierto y concurso ARCHIVO

Orquesta Filarmónica de Cámara de Frankfurt, dirigida por Noam Zur. Habrá un concierto de música inspiracional y, a fin de año, en un auténtico testimonio de ecumenismo, en Amijai, sonará la Misa sacra, de Schumann, con la participación del Grupo Coral Divertimento, que conduce Néstor Zadoff. Con todo, por fuera de este ciclo que, se insiste, luce interesante y seductor, en el Templo Amijai habrá dos eventos de amplísima trascendencia. En julio, se llevará a cabo la segunda edición del Concurso Internacional de Violín Buenos Aires 2012, cuyo jurado será, nuevamente, presidido por Shlomo Mintz y cuya gala de cierre tendrá lugar

en el Colón. Sin embargo, todas las expectativas estarán puestas en el concierto oficial que ofrecerán, en noviembre, los jóvenes pianistas becados del Martha Argerich Presents Project y que podría significar el regreso a nuestra ciudad de la gran intérprete argentina luego de tantos años de ausencia y de aquel injusto maltrato del cual fue víctima y que, evidentemente, no ha sido olvidado. Martha, se sabe, estará tocando, este año, en Rosario y, tal vez, en alguna otra ciudad argentina. Podría ser que en Amijai se produzca el retorno tan deseado.

TEATRO COLON

REGGAE

TROVA PERUANA

Recuerdos en la costa

Gondwana en La Trastienda

La nueva canción

Más de 18.000 personas visitaron la muestra El Colón Nacional, que durante un mes se exhibió en el Hotel Provincial de Mar del Plata como parte del programa Del Colón al País. En la exposición se podían ver varios de los vestuarios de las óperas que se programaron en el Primer Coliseo, así como escenografías y fotografías del archivo histórico del Teatro.

En medio del fenómeno local de la escena reggae, una de las bandas pioneras del género en Chile llega nuevamente para presentar su disco Revolución, hoy y el domingo próximo, en La Trastienda. Con nuevos y potenciales hits como “Piénsame”, la banda celebrará veinticinco años en el circuito. Por eso, los que asistan a los recitales se llevarán con la entrada un CD de regalo.

La intérprete Myriam Quiñones rescata un repertorio de los autores más destacados del nuevo cancionero peruano. En su espectáculo, donde está acompañada por el guitarrista Pablo Figueroa, la artista limeña también recreará piezas de autores contemporáneos de diferentes puntos de América Latina. Hoy, a las 21, en La Peña del Colorado, Güemes 3657.

Pablo Kohan

SINTESIS