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Incertidumbre por el alza del dólar blue

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POLITICA

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Domingo 27 de mayo de 2012

Nuevo escenario económico | Consecuencias del virtual desdoblamiento cambiario

Incertidumbre por el alza del dólar blue Donde más se siente el impacto negativo es en el negocio inmobiliario; dudas y expectativas en la industria, el campo y las finanzas El virtual desdoblamiento cambiario que se consolidó tras el endurecimiento, este mes, de los controles del Gobierno sobre la compra de dólares y otras divisas extranjeras agrega incertidumbre a una economía con evidentes signos de desaceleración. Según los testimonios recogidos por LA NACION en diversos sectores de la actividad, es el negocio inmobiliario el que está sufriendo el mayor impacto negativo del aumento del dólar blue o paralelo, que se traduce en una paralización de las operaciones de compraventa de propiedades. También los bancos están padeciendo la coyuntura, con una caída de los depósitos en dólares y una significativa contracción de los créditos en esa moneda. En la vereda opuesta, el consumo masivo aún no acusó impacto. Algo similar dicen en la industria y el campo, aunque en estos dos sectores las fuentes consultadas advierten que hay que esperar a las próximas semanas para tener más claro qué puede pasar. También hay gran expectativa en materia laboral, ya que falta que se definan varias paritarias y la persistencia de una escalada del dólar blue (que el jueves cerró a $ 5,93 vs. $ 4,49 el oficial), por su eventual efecto inflacionario, tensaría las relaciones laborales. Este es el panorama:

Negocio inmobiliario La compraventa de inmuebles se paralizó a partir del endurecimiento del cepo cambiario, mientras que como contrapartida se reactivó la oferta de viviendas en alquiler y los desarrolladores de proyectos nuevos que aceptaron pesificar sus precios están recibiendo cada vez más potenciales clientes. Afirman que las ventas cayeron más del 40% y que en los últimos días no sólo desaparecieron los compradores de la plaza, sino que también muchos vendedores decidieron retirar del mercado sus propiedades a la espera de tener un panorama más claro sobre el futuro del dólar. “La actividad ya venía golpeada y se terminó de frenar con los últimos controles. Hoy prácticamente nadie puede comprar dólares y cada vez más vendedores, al no saber dónde

Así lo vive cada sector

INMOBILIARIO

AGROPECUARIO

INDUSTRIA

CONSUMO MASIVO

Freno de las operaciones

Sin cambios, pero con dudas

Costo de reposición, en la mira

Bajo la vigilancia de Moreno

La compraventa de inmuebles se paralizó en los últimos días, al tiempo que se reactivó la oferta de viviendas en alquiler. Los desarrolladores de proyectos nuevos aceptan pesificar los precios de las propiedades.

Por ahora no hay problemas para importar agroquímicos y fertilizantes al cambio oficial. Con todo, entre los productores crece el temor de que en el futuro los precios de los insumos se guíen por el dólar paralelo.

En el sector, la mayoría dice que hay que esperar algunas semanas, hasta la próxima reposición de insumos, para ver qué precios pretenden cobrar los proveedores. El tema se analizó en el seno de la UIA.

La suba del dólar blue aún no se siente en las góndolas. El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, ya avisó a supermercados y autoservicios que no tolerará alzas que se guíen por el paralelo.

están parados, optan por sacar su propiedad del mercado”, explicó Néstor Walenten, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina. Según el Colegio de Escribanos porteño, en el primer trimestre del año –antes del último endurecimiento de los controles– la caída en las ventas llegó al 11 por ciento. “Todavía no tenemos datos, pero está claro que el parate en las ventas se profundizó en los últimos días. Acceder a los dólares es cada vez más difícil y el que los tiene en la mano, no los quiere soltar”, sintetizó Hugo Mennella, presidente del Colegio Unico de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires.

Consumo masivo A diferencia del mercado inmobiliario, el efecto blue no llegó al consumo masivo. En el sector dicen que la disparada de la cotización del dólar no se siente en las góndolas. “No tuvimos quejas por nuevos aumentos y el mes viene relativamente tranquilo. Además, no veo mucho margen para subir los precios porque Guillermo Moreno tiene muy controladas a las empresas más grandes, y las segun-

das marcas están muy pegadas en los niveles de precio a las líderes”, señaló Yolanda Durán, presidenta de Cedeapsa, Cámara que reúne a los autoservicios chinos. La visión es compartida por los grandes supermercados. “Hasta ahora no pasó nada. Y más que los aumentos de precios y el dólar, nos preocupa los problemas en el abastecimiento de varios productos”, reconoció el director de una cadena líder. En el sector además destacan que el secretario de Comercio Interior ya se encargó de comunicarles personalmente a los dueños de los súper que intensificará los controles para evitar que los precios de los alimentos sigan al dólar paralelo. “El último lunes tuvimos una reunión que ya estaba programada de antes, en la que Moreno se encargó de repetirnos que no va a dejar pasar ningún aumento por el dólar paralelo”, advirtió un hombre del sector. En tanto, Carlos de la Vega, presidente de la Cámara Argentina de Comercio, es partidario de la idea de no apresurarse. “Todavía no hay un impacto en general en las actividades. Tal vez sí en algún sector

específico, como el inmobiliario y el automotor, en el cortísimo plazo. Pero la gente está a la expectativa. No hay una decisión de guiarse por el dólar paralelo; no ha sido todavía internalizado”, estimó.

Industria La mayoría de los empresarios contesta que hay que esperar algunas semanas, hasta la próxima reposición de insumos, cuando quede claro qué cotización de dólar, oficial o paralela, toman en cuenta los proveedores y surjan los valores con los que se moverá la economía de aquí en más. En la industria automotriz hay algunos efectos diversos. Por un lado, uno que resultará positivo en el corto plazo para los consumidores. Quienes tengan dólares y decidan liquidarlos al cambio paralelo podrán pagar los autos en estos días a un precio hasta un 20% inferior. Por ahora, las terminales importan sus repuestos a 4,45 pesos por dólar, el cambio oficial. Se trata, de todos modos, de un dato relativo porque los valores de los vehículos vienen aumentando sistemáticamente todos los meses. Los industriales argen-

tinos afirman que, en los últimos seis meses, mientras el real pasaba de cotizar a 1,54 por dólar a 2,07, la Argentina siguió con un ritmo de inflación de casi un 12% en el semestre, por lo que el sector fabril perdió casi un 30% de competitividad. Estas y otras cuestiones se discutieron el martes pasado en la reunión semanal de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde volvió a emerger la inquietud con el dólar.

Sector agropecuario El desdoblamiento cambiario no está causando por el momento problemas para las importaciones de agroquímicos y fertilizantes para el campo, ya que, según empresarios del sector, están pudiendo acceder al valor oficial del dólar y traer los productos. Sin embargo, por el lado de los productores, hay crecientes preocupaciones de que empiecen a tener que pagar los insumos al valor del dólar paralelo. “Las empresas están importando al dólar oficial y las importaciones están saliendo”, señaló Carlos Capparelli, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa). En una de

las empresas importadoras de agroquímicos dijeron que, hoy por hoy, pueden comprar dólares para traer los productos desde el exterior. En el sector dicen que les están vendiendo los insumos a los productores en pesos equivalentes al dólar oficial. Sin embargo, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Luis Biolcati, denunció que eso no estaría ocurriendo. “El productor agrícola trae dólares al vender su cosecha, y nos pagan a razón de 3,70 pesos [por dólar], y tenemos que comprar insumos a un valor de la divisa de seis pesos: quiero comprar mis insumos a la misma cotización que vendo mi producción, sino me fundo”, indicó Biolcati a radio El Mundo. “Es cierto que somos los que traemos los dólares [desde el exterior], pero que nos los entregan a $ 4,40, no es tan cierto, ya que nos los entregan a $ 3,70”, agregó.

Bancos En el corto plazo, el desdoblamiento del mercado cambiario tiene su impacto más visible en los bancos en el drenaje de depósitos en dólares, y en consecuencia, en la restricción de la oferta de crédito en moneda extranjera. En 30 días, de hecho, ya se fueron del sistema US$ 732 millones, de US$ 13.184 millones a US$ 12.452 millones, al tiempo que los préstamos descendieron US$ 321 millones, a US$ 9099 millones. “La incertidumbre y las restricciones a la compra de dólares están impactando directamente sobre el volumen de depósitos en dólares, que sí repercuten directamente sobre el financiamiento de los bancos”, señala Andrea Manavella, consultora especializada en el sector financiero. En el mediano plazo, un desdoblamiento cambiario podría tener impacto en el desarrollo de algunos productos financieros. Por caso, la oferta de tarjetas de crédito internacionales o la venta de seguros, cuyo valor esté atado directa o indirectamente al precio del dólar.

Informes de Alfredo Sainz, Florencia Donovan, Fernando Bertello, Silvia Stang y Francisco Olivera

El mercado laboral, ajeno

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Los economistas no creen que el desdoblamiento cambiario que se está dando en los hechos tenga efectos inmediatos en el mercado laboral. Pero sí advierten que agrega un elemento negativo a un escenario ya signado por la incertidumbre y la caída de los planes de inversión en las empresas. Cuando falta que se definan varias paritarias, una escalada de la divisa también agravaría –por sus efectos sobre las expectativas inflacionarias– la tensión en las relaciones laborales. “El principal impacto es sobre el clima de inversión, por las señales que se están dando”, evaluó Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Eco-

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tora en la segunda quincena de abril determinó que, de la mano de una caída de los planes de inversión, el porcentaje de empresas que prevén contratar empleados cayó del 27 al 15% en el término de un año. Además, subió del 10 al 15% el índice de firmas que planean reducir la dotación. “La situación encarece los procesos productivos y eso supone hacer menos fuerte el nivel de actividad”, afirmó Tomás Raffo, economista del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas. Raffo recordó que desde 2007 la creación de empleos sólo acompaña el crecimiento vegetativo de la población, con lo que no se logran bajas significativas del nivel de desempleo.

EL ESCENARIO

Aquel dólar alto de 2002 no se parece al paralelo actual JORGE OVIEDO

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nómicas Latinoamericanas (FIEL), que apuntó que los indicadores de importación y producción de bienes de capital muestran caídas significativas. “Sin el efecto del dólar, la inflación ya se venía instalando en el 2% mensual; ahora se da una señal adicional de que los precios podrían subir un poco más”, advirtió Bour. “Nadie va a decir que va a pedir más aumento de salarios por el tema del dólar blue –afirmó Ernesto Kritz, director de SEL Consultores–. Por el tamaño del mercado informal [del dólar], tampoco creo que sea un factor fundamental, pero sí va tiñendo las expectativas”, llevándolas a un color más negativo. Una encuesta hecha por la consul-

LA NACION La advertencia de que quienes compran dólares a seis pesos o más harán un mal negocio, como los que pagaron más de cuatro pesos en 2002, parece difícil de cumplir. A mediados de 2002 el dólar llegó, brevemente, a superar los $ 4 luego de haber estado más de una década a sólo un peso. Luego cayó y cotizó bajo los $ 3 hasta fines de 2005. No parece que haya que festejar mucho tal evolución, ya que el gobierno de Eduardo Duhalde volvió a liberar el mercado de cambios tras la devaluación y el default con la convicción de que el dólar no debía valer más de $ 1,40. Y los que compraron entre esa cotización y los dos pesos, e incluso un poco más, que fueron la mayoría, hicieron un gran negocio. Si es cierto que un amigo de Cristina Kirchner compró entonces a 4,80 es probable que haya sido uno de los pocos. Y también sería difícil que no haya estado comprando antes a valores mucho más bajos, que luego le resultaron muy ventajosos, Pero para que se repita esa historia, la Argentina debería contar con un par de factores que el Gobierno no controla: la devaluación del dólar en el mundo y una cosecha excelente en la Argentina. Hoy el dólar se aprecia y la sequía primero y las

inundaciones ahora hacen estragos en el campo, que ya estaba muy complicado por las malas políticas oficiales para el trigo y el maíz. Además, haría falta que hubiera un verdadero mercado libre y único de divisas como en 2002. Ese mercado desapareció bajo controles que son una flagrante vulneración de los derechos y libertades de las personas. También sería necesario que, como en 2002, se detenga la inflación, no haya déficit fiscal, ni de balanza comercial, ni prohibiciones de exportar e importar. Duhalde consiguió estabilizar la situación al despejar la incertidumbre política. Para ello, tras la represión feroz en el puente Pueyrredón con los salvajes asesinatos de Kosteki y Santillán, acortó su mandato, dando claras señales de que no quería eternizarse a los tiros y llamó a elecciones para abril de 2003. Y para evitar el riesgo de que la interna peronista se transformara en una carnicería, anunció que no sería candidato y permitió que se presentara su elegido para continuar su “modelo”, Néstor Kirchner, y también Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Menem. La Presidenta no tiene un mandato provisional, como ocurría con Duhalde. Pero las guerras intestinas para resolver qué sucederá en 2015 también generan incertidumbre y temores que aumentan la demanda

de dólares. Cristina Kirchner dijo en Bariloche que “hay que transferir la posta”, pero, según la historia reciente, ello no garantiza que no buscará la reelección. Esta vez aconsejó rezar un Santo Rosario a quienes creen en las eternizaciones. Pero convendría no tomarla muy al pie de la letra. Cuando jugaba al misterio con su candidatura a la reelección en 2011 dijo a quienes la pedían: “No se hagan los rulos”. Otra diferencia con 2002, y a causa del default, es que no había que hacer pagos de la deuda externa y sobraba agua para turbinar en los complejos hidroeléctricos patagónicos. Este año la Argentina enfrentará un vencimiento muy importante, el de los cupones atados a la evolución del PBI, y Cristina parece dispuesta a cualquier cosa con tal de no incumplir. Cualquier cosa incluye la restricción de importaciones que detiene la producción de algunas fábricas y hace faltar medicamentos, la prohibición de comprar dólares, el control casi estalinista a los viajeros al exterior. Todo para importar combustibles y energía para paliar la crisis energética que, según el ministro Julio De Vido no existe, y para pagar la deuda externa que Néstor Kirchner dijo que había arreglado para siempre. Repetir el desplome del dólar de 2002 se torna cada vez más difícil.