El loco deseo de la eterna juventud

todo lo que pretenda vulnerar el hedonismo y la búsqueda de una lozanía y juventud indeclinables. En cualquiera de los sentidos en que se lo entienda,.
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Enfoques

Página 2/Sección 7/LA NACION

[ PUNTO DE VISTA ]

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Domingo 4 de febrero de 2007

El Mirador Por Santiago Kovadloff WILLY GOMEZ

La semana en foco

Estrellas que brillan en Davos

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El loco deseo de la eterna juventud

Por Nicholas D. Kristof Para LA NACION DAVOS, Suiza El Foro Mundial de Economía que tuvo lugar días atrás aquí en Davos es el tipo de lugar en el que, si uno se distrae mientras camina junto a un primer ministro de Europa a su izquierda, podría terminar tropezando y cayendo sobre un famoso multimillonario; para después derramar el café sobre el rey a su derecha. Pero posiblemente las personas más notables que cada año asisten no son los líderes mundiales u otras luminarias. Más bien, son los empresarios sociales. En Davos, que siempre ha tenido una rara capacidad para atisbar justo delante de la curva y reflejar el espíritu característico del momento, ellos pululaban. ¿Qué es un empresario social? Permítanme dar algunos ejemplos entre los presentes en Davos. En Africa, donde los niños mueren de diarrea a causa de malas condiciones sanitarias, Isaac Durojaiye encabeza un sistema de franquicias de retretes públicos. El suministra retretes móviles en zonas pobres y jóvenes desempleados cobran una pequeña cuota por su uso. Los operadores se quedan con el 60% de los ingresos y le dan el resto a la empresa de Durojaiye, Dignified Mobile Toilets (Retretes Móviles Dignos), que después usa el dinero para comprar nuevos retretes. Nic Frances administra un grupo que se propone reducir las emisiones de dióxido de carbono de los hogares australianos en un 70% en 10 años. Su grupo, Easy Being Green (Fácil Ser Ecologista), regala focos de bajo consumo y a cambio los usuarios firman los derechos de emisiones de dióxido de carbono que ahorran. El grupo luego vende esos créditos de carbono a la industria ...“Los emprenpara que financie sus actividades. dedores sociales En EE.UU., Gillian Caldwell y su grupo, mostraron en Witness, capacitan a personas en todo el Davos que con mundo para que usen videocámaras para pasión se puedocumentar abusos de de cambiar el los derechos humanos. Estos videos han dirigimundo”... do la atención pública hacia importantes temas, como los soldados menores de edad y el tratamiento que reciben personas con enfermedades mentales. Ahora, Caldwell quiere crear algo similar a YouTube para transmitir videos sobre los derechos humanos. Empresarios sociales como estos parecen tradicionales hacedores del bien en su anhelo por hacer del mundo un lugar mejor, pero suenan como ejecutivos cuando hablan de evaluar la relación costo-efectividad. De manera similar, muchos de ellos generan ingresos para financiar su expansión. “Nos sostenemos totalmente por cuenta propia”, dijo Mirai Chatterjee, que trabaja como coordinador de la Asociación de Mujeres Autoempleadas, de la India. “Desde el primer día, nuestra idea fue crear una firme organización económica”. Ahora, la organización de Chatterjee tiene casi un millón de miembros, es dueña de un banco, administra 100 centros de cuidado infantil, capacita a parteras y suministra seguros de salud a 200.000 mujeres. Su enfoque realista y honesto es característico de los empresarios sociales. “La política no le está dando solución a los grandes temas”, observó Jim Wallis, autor de Gods Politics (“La política de Dios”) y director de Sojourners, que impulsa temas relativos a la justicia social. “Cuando eso ocurre, surgen movimientos sociales”. La clave con los empresarios sociales es su enfoque pragmático”, opinó Pamela Hartigan, perteneciente a la Fundación Schwab de la Empresa Social, afiliada al Foro Mundial de Economía. “Ellos no están allá afuera con pancartas de protesta; están desarrollando soluciones concretas”. Cada vez que viajo, quedo impactado ante la manera en que estas personas están transformando vidas humanas. Son cada vez más los graduados universitarios en todo el mundo que incursionan en esta área (muchos aferrados al libro Cómo cambiar el mundo, que es como una biblia en la materia). Esta es una de las tendencias de mayor utilidad y que más esperanza crean en la actualidad. Estos tipos no son famosos y no volaron a Davos en primera o en jets privados, pero están demostrando que lo que realmente se necesita para cambiar el mundo no es tanto riqueza o poder como creatividad, determinación y pasión.

Los controles se multiplicaron en las rutas bonaerenses luego de que se decretó la emergencia vial en ese distrito por el creciente número de muertes en accidentes durante el mes de enero

[ PRISMA ]

El otro congreso París no es sólo la sede hoy del encuentro entre especialistas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que alerta sobre las emisiones de dióxido de carbono. Tampoco es sólo sede de las retractables declaraciones de Chirac sobre un Irán nuclear, episodio que sugiere que la política es el arte de desdibujar lo que en realidad se piensa, y que muestra hasta qué punto existe un abismo entre las verdaderas opiniones de los mandatarios y las posturas públicas que adoptan. (Aunque algunas fuentes achaquen a su episodio neurológico del año 2005 estas imprecisiones de maquillaje.) Es también la sede de otro congreso internacional que pasa desapercibido, pero que es igualmente importante: el congreso internacional contra la pena de muerte, que busca su abolición universal, en momentos en que Francia está

Por Enrique Valiente Noailles Para LA NACION a punto de inscribir dicha abolición en su propia Constitución. En una carta enviada por Chirac para abrir el congreso, en la que puede asumirse que sí dice lo que piensa, dijo: “La pena de muerte permanece en vigor aún en demasiados Estados, pero afortunadamente en todo el mundo hay fuerzas que se movilizan y llevan la esperanza de una justicia más humana”. Venezuela fue el primer país en abolir este castigo en 1863. Hoy, a pesar de los esfuerzos de México, Senegal, Liberia o Filipinas, que abolieron recientemente esta pena, dos de los países más poderosos de la Tierra, además de varios países africanos y del Medio Oriente, siguen aplicando esta práctica. En China, reino de las ejecuciones

en el mundo, se calcula que se somete a la pena de muerte a más de 8000 personas por año, muchos de ellas opositores políticos. Cosa que se conjuga con un floreciente mercado de venta de órganos al extranjero, proveniente de estas ejecuciones, según ha informado la BBC. En los EE.UU., aunque ha bajado la cantidad de ejecuciones, el estado de Virginia extendió hace apenas unos días el dominio de aplicación de la pena de muerte. Este castigo no sólo implica arrogarse, bajo una máscara legal, un derecho que no se tiene. París es sede hoy de dos congresos que alertan sobre cuestiones de alguna manera convergentes. Porque si el cambio climático supone una condena degradante e irreversible para todos en el largo plazo, la pena de muerte supone, en el corto, una pena degradante y ciertamente irreversible para algunos. [email protected]

Patrick Chappatte / The International Herald Tribune, de Francia Productor de etanol –Extraño a los príncipes sauditas

Mike Keefe / The Denver Post, de EE.UU. La ciencia y los biocombustibles –Paciencia, todavía estamos trabajando en el tema de la eficiencia...

Mike Lester / Rome News-Tribune, de Georgia, EE.UU. Hillary 2008

Es más que una evidencia: los intereses dominantes del tiempo en que vivimos se han empeñado, sobre todo, en producir consumidores antes que en forjar ciudadanos. El efecto distorsionante que sobre la subjetividad en sentido amplio y sobre la sensibilidad cívica en particular ha ejercido esta exitosa tendencia puede advertirse de muchos modos y en muchos campos. El politicólogo Sergio Berenzstein señala una marcada “retracción del interés de la ciudadanía por la cosa pública, por involucrarse en cuestiones que hacen al interés general”. Tras la crisis que devastó a la Argentina en los años iniciales de este siglo, la fiebre del consumo ha vuelto a adueñarse de la gente que dispone de algún poder adquisitivo. “Esa fiebre está ocultando una sociedad volcada hacia lo individual (y, a la vez, es expresión de ella).” La opción por la vida privada en desmedro de la pública lleva a una falsa y peligrosa disyuntiva. El hecho es que el narcisismo desbordado y la sed de consumo vuelven a darse la mano. La intolerancia a las fronteras que el tiempo férreamente impone está en el centro de una resuelta embestida contra todo lo que pretenda vulnerar el hedonismo y la

búsqueda de una lozanía y juventud indeclinables. En cualquiera de los sentidos en que se lo entienda, la imagen ocupa hoy el lugar estelar. Reveló Sebastián Ríos, en una nota de reciente publicación en este diario, que en la Argentina se encuentra en auge la demande de la toxina botulínica, vulgarmente llamada Botox. Su empleo, señala el periodista, no sólo atrae a las mujeres sino también a los hombres, embarcados como ellas en el intento de borrar de sus caras la huella del paso de los años. La demanda de este servicio de rejuvenecimiento aumentó un 40 por ciento durante 2006. Semejante fervor por una lozanía facial sin mengua me recordó, como no podía dejar de ser, a ese gran predecesor de los devotos (¿o debotox?) del rostro impecable llamado Dorian Gray. El personaje wildeano, dado a publicidad en 1890, asignó al espléndido retrato que de él hiciera el pintor Basilio Hallward el destino de corromperse bajo el peso de los años y de una voracidad vital ferozmente adversa a toda moderación. Mientras tanto él, consumido por “ese loco deseo de permanecer siempre joven”, preservaba, incólume, su bellísima figura. El tratamiento aplicado bajo el nombre de Botox, mucho menos costoso (y perdurable) que una cirugía cabal, se concentra en el tercio superior de la cara: entrecejo, patas de gallo, arrugas en la frente. Según la doctora Rosa Flom, integrante de la Sociedad Argentina de Dermatología, la aplicación es indolora y no requiere internación. “Se realiza mediante microinyecciones que duran minutos y que permiten que la persona pueda retomar inmediatamente sus actividades cotidianas.” Como se advierte, es mínimo el tiempo requerido para frenar el avance del tiempo. No menos cierto es que el milagro mantendrá su vigencia sólo entre tres y seis meses. Pero siempre es posible reincidir. ¿Hasta cuándo? Por lo pronto, es bueno saber que cada una de estas zambullidas en la fuente de juvencia cuesta alrededor de 300 dólares. Cabe, por último, preguntarse dónde está hoy el lienzo en el que, al igual que en el retrato de Dorian Gray, se concentran las consecuencias nefastas de esta idolatría de una imagen impermeable a las marcas del tiempo. El psicoanalista francés Charles Melman considera que, tal como vamos, en el siglo que se inicia “ya no habrá más imposibles”. Ya no está en juego “el derecho a la felicidad sino el goce”. Y goce significa, en este caso, desenfreno, desmesura, lo no acotado ni por la ley ni por el límite. Acaso otra subjetividad, radicalmente distinta de la que hasta hoy hemos conocido, comienza a perfilarse en el horizonte de nuestra civilización dominada por lo virtual y el ideal de lo homogéneo. ¿Es exagerado conjeturar que los cultores del botox, idólatras del semblante sin huellas de la edad, son un indicio de lo que habrá de venir?

© LA NACION y The New York Times

[ SERA NOTICIA ]

[ IDEAS EN MARCHA ]

PHILIP ROTH: luego de su reciente novela, Elegía, el escritor norteamericano anunció que en octubre próximo publicará Exist Ghost, obra que significará la despedida de su personaje más célebre: Nathan Zuckerman. Luego de 28 años y ocho novelas, Zuckerman se despide como un anciano atormentado por su temor a la pobreza y la muerte.

Crece la percepción de un mundo menos seguro tendencias

ELFRIEDE JELINEK: la escritora austríaca –ganadora del Premio Nobel– iniciará pasado mañana un ciclo de teatro en el festival Escena Contemporánea, de Madrid. Allí, la autora dictará conferencias y presentará tres de sus obras: La muerte y la doncella IV - Jackie, Clara S y La muerte y la doncella V - La Pared.

La última edición de la conocida encuesta “Voice of the people” realizada por Gallup Internacional reveló un aumento en la preocupación por el mundo en el que deberán vivir las futuras generaciones, así como una considerable pérdida de la confianza depositada en los líderes políticos. Un 48 por ciento de los encuestados cree que las futuras generaciones vivirán en una sociedad menos segura, un 26 por ciento piensa que

la seguridad será mayor, mientras que un 20 por ciento considera que todo seguirá igual. Las cifras muestran un preocupante cambio de percepción con respecto a 2005, cuando los resultados para los mismos ítems fueron del 35%, 23 % y 30%, respectivamente. La región menos optimista en este sentido es Europa Occidental, donde un 68% cree que las futuras generaciones vivirán en sociedades menos seguras.

El sondeo también reveló que un 43 por ciento de los consultados cree que los políticos son deshonestos. Aquí, los resultados más preocupantes se dieron en Africa (81%), mientras que en América latina los países que peor posicionaron a los políticos fueron Bolivia (90%), Perú y Ecuador (89%) y Venezuela (80%). “Voice of the people” se realiza sobre un universo de 56.000 personas procedentes de 60 países.

VASILY PETRENKO: este joven de 30 años, flamante director de la Royal Liverpool Philarmonic, lidera una oleada de jóvenes maestros rusos que, consagrados en los mercados europeo y americano, se perfilan como las grandes batutas del futuro. Elogiado por el periódico inglés The Times –que consideró que su agrupación se encuentra hoy a la altura de las principales orquestas londinenses–, Petrenko es el director más joven de la formación, que ya tiene un siglo y medio de vida. Está estrechamente vinculado con la música desde los 7 años y el primer premio en el Concurso de Dirección de Cadaqués, en España (2004), representó su lanzamiento internacional. Aunque confiesa que el trabajo de producción de cada ópera le demanda mucho tiempo, el joven maestro confía en tener en los próximos años mayor disponibilidad para atender los requerimientos de La Scala, La Bastilla o la Moneda, de Bruselas.