ESPECTACULOS
Martes 20 de diciembre de 2011
I
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((((( MUY BUENO
DANZA CLASICO
El corsario
Paloma Herrera encontró, en el Ballet del Colón, un sostén a la altura de su prestigio L COREOGRAFIA: PETIPA Y OTROS, REVISION DE ANNA-MARIE HOLMES L MUSICA: ADAM-DRIGO-DELIBES L ESCENOGRAFIA: C. PREGO L ILUMINACION: ROBERTO OSWALD L VESTUARIO: ANIBAL LAPIZ L CON: BALLET DEL COLON L DIRECCION: LIDIA SEGNI L INVITADOS: PALOMA HERRERA Y GUILLAUME COTE L CON: FILARMONICA DE BS. AS. L DIRECCION: H. A. ARZUZA L SALA: T. COLON L PROXIMA FUNCION: HOY, A LAS 20.30.
Una actualización de El corsario, distinta de la que se conoció doce años atrás, acaba de ingresar en el repertorio del Ballet del Colón. Despunta con una nave pirata, de impactante efecto visual, que surca el oleaje. Este ballet también podría titularse La bella esclava, o algo así, porque el rol femenino tiene peso propio. Si bien se originó en el poema de Lord Byron, The Corsaire (1814), la idealización que el poeta hizo de los corsarios se ha ido diluyendo. En las incontables versiones que se sucedieron casi desde que Adolphe Adam musicalizó un irrecuperable ballet d’action de Joseph Mazilier estrenado en París en 1856, la figura dramática que creció en atractivo es la de la esclava Medora, bella y grácil, sólo corporizable por étoiles con una técnica y un porte a la altura de los de Paloma Herrera. En ese rol, la excepcional intérprete argentina se reencontró con el público de sus lares y protagonizó, con el respaldo de Guillaume Côté, como el pirata Conrad, y el ballet de la casa, que dirige Lidia Segni, este hit tradicional, tantas veces modificado: el propio Petipa –cuyo esquema es el que predomina en la concepción– probó cinco revisiones a fines del siglo XIX. La que ahora estrenó el elenco porteño es la que la canadiense Anna-Marie Holmes montó para el ABT de Nueva York, y que presumiblemente se apoya en la del ruso Konstantin Serguéiev, de 1973. En la enredada peripecia de Medora, que es rescatada teme-
rariamente por Conrad, Paloma, ya de entrada, enhebra una secuencia de finísimos filigranas, en contraste con Marcelo Antelo, el Pashá, en otra de sus graciosas caracterizaciones. Pero la esclava que compra el Pashá es Gulnara, que se expresa a través de los admirables piqués-déboulés iniciales de Silvina Perillo, el punto más versátil del elenco local. Otros desempeños destacables son los de Federico Fernández (Lankedem) y el del formidable Juan Pablo Ledo como Alí, en el Pas de trois del segundo acto, pasaje emblemático del repertorio académico, que, convertido en Pas de deux como módulo autónomo, se ha instituido en un clásico de las Galas. Paloma y Côté alcanzan uno de sus momentos más logrados en el dúo romántico del segundo acto, no tan espectacular, pero más profundo en lenguaje e intenciones. Con su trama delirante y exótica, El corsario abunda en pasajes de gran desafío técnico, que deleitan tanto a especialistas cuanto a no iniciados. Entre fugas, raptos, imposturas, rescates urdidos por el pirata del título (sin olvidar el bizarro sueño del Pashá que, musical y dancísticamente, parece de otra pieza), más los arrebatos amorosos de Medora y Conrad, estas aventuras de cuño romántico desembocan en otra espectacular travesía marítima hacia la libertad. El balance deja la certeza de que Paloma Herrera ha encontrado, en el elenco local, un sostén a la altura de su prestigio.
Néstor Tirri
La esclava Medora, sólo corporizable por étoiles con una técnica a la altura de la de Paloma EMILIANO LASALVIA
TEATRO s LAS TERNAS DEL FLORENCIO SANCHEZ
Tiempo de premios y balances Una selección que va desde Héctor Levy-Daniel hasta el artista visual Pierrik Sorin Como es costumbre, los dos últimos meses del año se pueblan de premios a la actividad escénica. La Casa del Teatro tiene el suyo: se llama Florencio Sánchez. Su jurado acaba de dar a conocer las ternas que dan cuenta del movimiento teatral del año que está por terminar. Con cinco nominaciones, Yocasta, el espectáculo de Héctor Levy-Daniel estrenado en la sala Anfitrión, es el montaje que más posibilidades matemáticas tiene de acaparar estos galardones que se entregarán a mediados del año próximo. LevyDaniel aparece como mejor director junto a dos teatristas que supieron integrar el mítico grupo El Periférico de Objetos: Emilio García Wehbi y
Alejandro Tantanian. A lo largo del año que termina, Tantanian montó en el Teatro Presidente Alvear Las islas, espectáculo que cosechó otras dos nominaciones: Analía Couceyro (como mejor actriz de reparto junto con Emilia Mazer y Rita Terranova) y Diego Velázquez (como mejor intérprete de reparto junto a Horacio Peña y Pablo Razuk). El rubro autor nacional fue copado íntegramente por figuras renovadoras: Cristina Escofet (por Bastarda sin nombre), Santiago Loza (por Matar cansa y He nacido para verte sonreír), Federico Olivera (por Volver a verte, su segundo texto dramático) y Martín Flores Cárdenas (por Mujer armada, hombre dormido). Este ul-
timo fue el que dirigió Matar cansa, uno de los textos ternados de Loza. Por ese trabajo Diego Gentile figura –junto a Emiliano Dionisi, Roxana Randón y Germán Rodeo– como mejor intérprete en unipersonales. En lo que hace al teatro musical, el jurado (integrado por Miguel Jordán, Carlos Llorens, Luis Mazas, José Miguel Onaindia y Ana Seoane) reparó en Noche de reyes, Boccato di cardinale y Las mujeres de Fellini como las puestas más significativas del año. Por Boccato... también figuran ternados Omar Calicchio e Ivana Rossi. Por una rareza difícil de explicar, el listado de las ternas incluye a la mejor propuesta musical pero
excluye a la mejor obra de teatro del año. Como en el resto de los rubros, en lo que hace a escenografía, iluminación, música y vestuario las ternas están copadas por espectáculos variados sin que, casi, se repitan nombres. El listado de las ternas se cierra con las obras extranjeras que se presentaron en Buenos Aires. En ese caso figuran los españoles de La reina de la belleza, al artista visual francés Pierrik Sorin con 22hs,13 y la obra de Perla Szchuchmacher Las malas palabras. Cabe aclarar que el jurado excluyó a la programación del FIBA.
Alejandro Cruz
Imagen de Yocasta, el espectáculo más ternado