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Te dije que no lo iban a dar en directo, que habría cámaras pero ... a querer en ninguna fábrica de la zona, pero bueno, tú siempre lo .... Me voy. Antes, dime solo una cosa… LEO mira al chico. BOXEADOR ... (Enseñando el teléfono móvil).
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EL BOXEADOR Una obra de teatro, para 2 actores, de menos de 15 minutos

por Marc Egea

Microteatro

El boxeador, de Marc Egea

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EL FORMATO Ésta una obra de microteatro. Emplea una escenografía mínima y su duración no es superior a 15 minutos. Está concebida para ser representada profesionalmente en salas de microteatro, o, de manera aficionada, en cualquier espacio.

PERSONAJES BOXEADOR

Se llama Javier (Javi). Es un joven de los barrios bajos. Practica boxeo. No tiene familia, no tiene estudios, no tiene amigos, pero tiene unas pocas ideas claras, nobles, que le han sido inculcadas por su entrenador.

LEO

Entrenador de Javi. Ex boxeador que entrena por vocación. Hombre noble, solitario, amante del boxeo. VESTUARIO

Javi empieza la función vestido con calzón y botines. Sólo le faltan los guantes para listo para salir al ring. Leo viste informal. LUGAR La acción transcurre en el vestuario del pabellón donde se va a celebrar el combate que enfrenta a Javi y a un rival.

TIEMPO Tiempo presente. SITUACIÓN Después de muchos años entrenando, por fin se presenta la ocasión soñada. Javi ha llegado a la final del campeonato mundial de jóvenes promesas. El que gane el torneo entrará en el circuito profesional.

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EL BOXEADOR Por Marc Egea Una obra de microteatro, de menos de 15 minutos de duración

En el centro de un pequeño y sucio vestuario, un joven BOXEADOR, sentado en un diminuto taburete, espera la hora del combate. Lleva puesto el calzón de boxeo y los botines, sólo le faltan los guantes. Entra un hombre. Es LEO, su entrenador. Lleva consigo dos paquetes. LEO Vas a salir ahí fuera vestido como un campeón. LEO abre uno de los paquetes y saca un albornoz. Se lo muestra al BOXEADOR. LEO (Desplegando el albornoz) ¡Tachán! ¿Te gusta? Es un albornoz de colores muy vivos, en cuya parte trasera puede leerse la leyenda: “The Fighter”. El BOXEADOR lo mira extrañado. BOXEADOR ¿Qué tenía de malo “Boxeador”? LEO (Mirando con cariño el albornoz) Suena más internacional, suena más como un nombre. Es que “Boxeador” parece que no sea nadie. Y tú vas a ser alguien. Cuelga el albornoz en un colgador. BOXEADOR ¿Y eso? (Refiriéndose al otro paquete) LEO Esto es tuyo, también… pero es para después del combate. BOXEADOR ¿Para después?

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LEO Sí, para cuando termines. BOXEADOR ¿Qué es? LEO Una corazonada. Bueno, una certeza. El resultado de sumar dos más dos. (Cambia de tema) Joder, está lleno a reventar, ¿lo oyes? (Yendo hacia donde está el BOXEADOR) Mira… Te lo cuento porque si no te digo las cosas, te cabreas. Prefiero que lo sepas ahora y no que te enteres luego, aunque preferiría que… BOXEADOR Qué pasa. LEO Te dije que no lo iban a dar en directo, que habría cámaras pero solo para hacer los resúmenes… Bueno, pues…: lo van a dar en directo. BOXEADOR Qué dices. LEO Me acabo de enterar ahora. Pero no cambia nada. Tú te dedicas a lo tuyo, te olvidas de las cámaras… BOXEADOR ¿En directo para dónde? LEO Hispanoamérica, Estados Unidos y… también España. BOXEADOR piensa. LEO No cambia nada. Te quiero tan frío como siempre. No te me vas a poner nervioso ahora, ¿verdad? BOXEADOR sonríe. BOXEADOR No. LEO Qué, ¿nos preparamos? BOXEADOR asiente. LEO toma una mano del chico para vendársela. En ese momento, le suena el móvil. Mira quién le llama. LEO Vaya, hombre. (A BOXEADOR)

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Ahora vengo. Se aparta. LEO (Al teléfono) ¿Sí?… Hola… LEO sale de la habitación. BOXEADOR se queda en el banco, sentado. Después de unos momentos en silencio, viendo que LEO no regresa, BOXEADOR empieza a ensayar un discurso. Se nota que no está acostumbrado a hablar en público. BOXEADOR …Es para mí una alegría haber ganado el Round mundial de Jóvenes Promesas. Estoy muy feliz porque esto significa que podré entrar, ya el año que viene, en el Campeonato Mundial Profesional, y eso es un sueño para mí, y… Bueno…, especialmente, porque… bueno le quiero dedicar esto, ahora que me están viendo en todo el mundo, a la persona que lo ha hecho posible, a mi entrenador Leo. Él me lo ha enseñado todo de este deporte, y ha sido… como… un padre para mí. (Dirigiéndose a un imaginario LEO) Leo, estaba tan seguro de mí, que… ayer dejé la fábrica. Me despedí. Y espero que el año que viene me vaya muy bien en profesionales porque ya le han dado mi puesto a otra persona… y, por las cosas que he dicho, creo que no me van a querer en ninguna fábrica de la zona, pero bueno, tú siempre lo dices, “En el ring cabeza gacha, en la vida cabeza alt”… Entra LEO, sin decir nada. Coge la cinta de vendaje y toma la mano de BOXEADOR. Se la venda para el combate, con lentitud, tan como requiere esta clase de ritual. LEO (A BOXEADOR) La otra. BOXEADOR le da la otra mano. LEO empieza a vendársela. Le dice: LEO Oye, Javi, tengo que decirte algo. El BOXEADOR escucha. LEO Esto es solo un combate. Habrá más. Muchos más. BOXEADOR En profesionales…

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LEO Serás profesional. Pero… Hoy… Hoy solo pasará a profesionales el que gane el combate y… bueno… BOXEADOR Sé cómo pelea Márquez. Y sé de qué soy capaz yo. Si doy mi mejor boxeo, esto es dos más dos: tiene que dar cuatro. Leo, saldré ahí fuera y sacaré mi mejor boxeo. LEO Javi… BOXEADOR ha empezado a visualizar el combate. LEO Oye, Javier, tengo que decirte algo. Mira, no es fácil… A ver, escúchame bien… (Visiblemente incómodo, mientras venda la mano de su pupilo) En el sexto asalto irás a la lona. LEO continúa vendando como si no hubiera dicho nada. BOXEADOR mira a LEO, sin comprender. LEO (Sin mirar a la cara al chico) En el sexto asalto, -escúchame bien, ¿me oyes?- en el sexto asalto llevarás a Márquez contra las cuerdas y le lanzarás una combinación. Pero olvidarás cubrir tu lado izquierdo y por allí te colará un gancho que te tumbará… pero no te hará daño. BOXEADOR ¿Qué has dicho? LEO (Casi sin voz) Que no te hará daño. BOXEADOR tarda unos segundo en entender el significado del mensaje. Cuando lo hace, retira la mano como si le quemara y se aleja de LEO, dándole la espalda. LEO espera a que el chico hable. El chico no dice nada. LEO (Tras más de un minuto de silencio) ¿Te suena Terry McGovern? BOXEADOR empieza a quitarse el vendaje. LEO Ni idea… Fue un boxeador, el mejor de su tiempo. Hay quien dice que es unos de los mejores de la historia. (Explica)

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Al principio de todo, el boxeo era cosa de tugurios, de mafiosos. Y un día apareció un empresario, un tipo llamado Sigmund Lubin, y sacó el boxeo de los bajos fondos y lo llevó a gimnasios, a pequeños pabellones de barrio. Y la gente empezó a ver boxeo. ¡Iban familias! BOXEADOR empieza a vestirse con ropa de calle. LEO Entonces salió un nuevo invento: el cinematógrafo -te hablo de finales del siglo XIX-. El cinematógrafo fue el principio del cine, sí, pero también de la televisión. Y fue Sigmund Lubin el primero en darse cuenta. En 1888 cogió a los dos mejores boxeadores del momento: Palmer y Mc Govern y los hizo pelear. Su idea era filmar el combate y llevarlo luego a todas las salas de cine. Lubin esperaba sacar más de dos horas del mejor boxeo. Lo anunció como “El mejor espectáculo del siglo”. Pero resultó que, en el primer asalto, nada más empezar, Mc Govern le soltó un derechazo a Palmer –de los que dueleny lo tumbó. Y todo se fue a la mierda… en menos de tres minutos. Lubin se arruinó y el boxeo tardó más de cincuenta años en convertirse en un fenómeno de masas. Fue en los años 50, gracias a la televisión y a los nuevos empresarios que aparecieron. Ahora el boxeo es un deporte respetable, una profesión. Y eso es porque se encontró la manera de que los combates durasen más de tres minutos. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? Mira al chico. Ya está vestido de calle. LEO Hubiera preferido que no te encontraras con esto -los combates son limpios, no te equivoques, lo que ves en profesional es verdad-. Pero han querido que llegue Márquez allí antes que nosotros. Sé que se te hace muy dura la fábrica pero aguanta, aguanta un poco, y… cuando lleguemos, cuando estemos ahí arriba, podrás demostrar a todo el mundo la clase de boxeador que eres. Si te vas, no podré ayudarte, nos quedamos fuera de todo. Te quedas fuera, Javi. Y fuera hace mucho frío. El chico está metiendo sus cosas en la mochila: el calzado, un guante de boxeo… BOXEADOR Me voy. Antes, dime solo una cosa… LEO mira al chico. BOXEADOR ¿Lo sabías?

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LEO no responde. BOXEADOR ¿Desde cuándo lo sabías? LEO El qué. BOXEADOR Esto. LEO ¿Importa? BOXEADOR Sí. LEO Qué más da. BOXEADOR ¡Importa, sí, importa! LEO ¡No cambia nada! BOXEADOR ¡Sí cambia mucho! ¡A mí me importa! ¿Desde cuándo lo sabes, Leo? LEO mira a su pupilo. BOXEADOR Me sacaste de las calles. Me enseñaste a pelear, dentro y fuera del ring, ¡a pelear limpio!¡Siempre! Dime dime que no has jugado conmigo, que no ha sido todo un engaño. ¿Desde cuándo lo sabes? LEO toma aire. LEO Me lo acaban de decir. Ahora. (Enseñando el teléfono móvil) BOXEADOR piensa. BOXEADOR ¿Cómo sé que es verdad? LEO Porque siempre te he dicho la verdad. Se acerca al chico. LEO Javi, yo también he tenido tu edad. Me has preguntado mil veces por qué no llegué a profesional. Pues ahora lo sabes. Yo cogí esa puerta y me fui.

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BOXEADOR ¿Y te arrepientes? (Él mismo responde) No contestes, no hace falta. “En el ring cabeza gacha, en la vida cabeza alta” (Sincero) Leo, ese golpe que no duele… Me dolería una vida. LEO piensa largamente. Toma el otro guante y se lo da a BOXEADOR, quien lo guarda en la bolsa. Le pone la mano en el hombro. LEO Eso es tuyo, no te lo dejes. Señala el paquete que trajo al principio. LEO Voy afuera, a… BOXEADOR Claro. LEO sale. BOXEADOR se cuelga la mochila en bandolera. Coge el paquete y lo abre. Es una bufanda. Sonríe. La despliega delante de su cintura, como el vencedor que posa con el cinturón de campeón del mundo. En la bufanda puede leerse: “Javier Navas: Campeón del Round de Jóvenes Promesas 2015”. Cierra los ojos y aspira hondo. Su sonrisa denota triunfo. Luego abre los ojos. Gira la bufanda y se la pone, ocultando la leyenda. Sale con la cabeza alta. Fin.

El boxeador Microteatro Copyright © Marc Egea 2015 Barcelona