espectáculos | 7
| Jueves 25 de abril de 2013
El argentino que tatúa por la pantalla chica NY INK. Lee Rodriguez, que aprendió el oficio en los EE.UU.,
ahora forma parte del docureality que emite Discovery Channel
Lee Rodriguez, escrito en el cuerpo
Ricardo Marín LA NACioN
NY Ink es un docureality que surgió a partir de la serie original Miami Ink, en la que se mostraba la labor de diversos tatuadores de esta ciudad del estado de Florida. El contenido de cada episodio de aquella serie muestra el proceso que siguen los artistas tatuadores, desde el momento en que reciben el requerimiento de los clientes hasta que queda plasmado en la piel de éstos. Mediante esta exhibición también se trata de develar la motivación que traen los clientes al pedir que se les grabe en el cuerpo tal o cual dibujo, y las costumbres y los elementos ideológicos que conforman el ambiente de los cultores de estas prácticas. La nueva serie surgió cuando Ami James, uno de los protagonis-
hernán zenteno
tas del programa original, se mudó a Nueva York y abrió su local de tattoos en el barrio de SoHo de esa ciudad. Actualmente, este ciclo va por su tercera temporada (desde mañana, por Discovery Channel, los viernes, a las 21). La característica de esta nueva temporada es que junto a James trabajarán un conjunto de tatuadores oriundos de diferentes lugares del planeta. Entre ellos, Lee Rodriguez, un profesional que nació en la Argentina y luego se fue a vivir a los Estados Unidos, donde desde muy joven aprendió los secretos del oficio que hoy ejerce. “Yo tenía un amigo que, cuando estábamos en la secundaria, se pintaba los brazos con marcadores, simulando tatuajes. Un día estábamos en casa y me propuso que fuéramos a tatuarnos de verdad. Acepté y lo hicimos. A partir de allí, él se metió cada vez más en
este ambiente y yo lo acompañaba. Al poco tiempo empecé a aprender los rudimentos del oficio, ejerciendo de ayudante de los profesionales que hacían esto”, recuerda Rodriguez de sus inicios. “Al principio me atrajo el hecho de tatuarme porque me parecía algo cool. Pero con el tiempo aparecieron otras cosas que me sedujeron en esta actividad y que hicieron que permaneciera en ella ya durante veinte años –cuenta el nuevo integrante de NY Ink–. Me fascinó estudiar la historia del tattoo. Lo primero que tiene que aprender alguien que quiere convertirse en tatuador es la historia de este arte que es fascinante. Ese conocimiento hace que entiendas que las cosas en el ambiente del tattoo no son de cualquier manera. Las cosas se hacen de cierta forma porque responden a una lógica en la que se estructura este arte. Después de eso, lo que sigue en la formación de un tatuador es la repetición una y cientos de veces de los dibujos, hasta que la manera de hacerlos se incorpore a uno al punto de que se los pueda hacer de memoria, mecánicamente y casi con los ojos cerrados”, revela. “Algo muy importante cuando se encara la realización de un tatuaje es el hecho de que ese trabajo debe estar pensado para durar toda la vida en el cuerpo de la persona a la que se está tatuando. Pero debe durar no de cualquier manera, sino que debe lucir bien al otro día en que fue hecho y lo mismo muchos años después. Eso no es fácil, porque las personas y los cuerpos cambian con el tiempo. Por eso al diseñar un tattoo se deben usar colores, tonos, texturas y líneas de dibujo que permitan que con los años se vaya adaptando a los cambios del cuerpo y no se deteriore con ellos”, explica Rodriguez, justamente sobre una de las dudas más comunes que asaltan a quienes deciden tatuarse.ß