La improvisación de un éxito de la pantalla chica

3 ene. 2009 - Claudia Fontán es la que le pone más onda”, distingue Amador, que inter- preta a Nacho, el mujeriego empeder- nido. “Es como un reality – ...
2MB Größe 6 Downloads 76 vistas
Espectáculos

Página 2/Sección 4/LA NACION

2

3

Sábado 3 de enero de 2009

TELEVISION (Un espía en el set)

Los exitosos Pells

La improvisación de un éxito de la pantalla chica II Continuación de la Pág. 1, Col. 3

que festeja los chistes del diario. “Esto tampoco estaba en el libreto”, murmura el apuntador. Lejos, muy lejos, de la especulación y la premeditación que reina en el universo ficticio de Los exitosos Pells, en el estudio de grabación todo, o casi todo, es impredecible y espontáneo. “Creo que el éxito tiene que ver con la espontaneidad de la pareja de Mike Amigorena y Carla Peterson. La capacidad actoral de Mike fue una sorpresa para todos”, opina Mariano Ardanaz, el director. Carla llega al piso con una pomposa camisa verde con mangas globo y una pollera estampada. Mientras la maquilladora le retoca las mejillas, la actriz detalla: “Es para lograr el efecto terciopelo”. Cuando se cruza con Amigorena se saludan, entre mímica y risas, con un fuerte abrazo, más fraternal que de novela.“Nos divertimos muchísimo. Tiene algo de colegio porque estamos metidos ahí muchas horas por día. Podemos grabar hasta diez horas diarias. Tenemos una sala en común con música y televisión, donde se arma como un recreo. Claudia Fontán es la que le pone más onda”, distingue Amador, que interpreta a Nacho, el mujeriego empedernido. “Es como un reality –compara Quiroz, que compone al ambicioso Diego Planes–. Vivís más tiempo acá que en tu casa. Se la pasa bien porque hubo un casting muy adecuado, los libros son muy acertados y cada pieza funciona muy bien en el todo. Veo compañeros como nunca antes los había visto. Diego Ramos y Diego Reinhold se potencian y explotan en las escenas juntos”. Reinhold, quien hasta hace poco componía al colorido y sensible Charly –el asistente personal de Martín Pells–, partió hacia Mar del Plata para participar en la revista Deslumbrante y es uno de los actores más halagados por el equipo. “Inventa, inventa e inventa. El superó al personaje; lo hizo ir más allá. Esto nos pasó en Lalola con Luis Ziembrowsky y Lola Berthet”, destaca el apuntador. “Todos lo extrañamos muchísimo. Era una caja de sorpresas. No paraba. Siempre nos tentaba porque no sabías con qué te iba a sorprender en cada escena. Tiene el don del humor; está tocado por la comedia”, describe Amador.

Rumores En el piso de Los exitosos Pells hay un rumor constante. Aullidos, silbidos, bufidos y más, mucho más. Es Amigorena que prepara su garganta imitando sonidos por ejemplo, el que se oye cuando se aprieta la tecla fast foward, y que recuerda por momentos al histriónico Jim Carrey. “Mike imita las voces de los que están acá en el estudio, la manera de caminar, los gestos, los tics. Más de una vez nos confundió”, recuerda el director. Y entonces aparece Andrea Bonelli, inmersa en su frío personaje de Amanda, eternamente maqui-

Multifacético Mike Amigorena se toma un café mientras espera para transformarse en el enigmático protagonista

Las zapatillas rojas de Gonzalo Pells

FOTOS DE FERNANDA CORBANI

La mirada de los otros Mike Amigorena, que vuelve loco al apuntador y a buena parte de sus compañeros con sus improvisaciones, en un alto de las grabaciones del ciclo en el camarín de su personaje, comandado por una gigantografía de sus ojos

Los preparativos Unos pequeños retoques al maquillaje de Carla Peterson y, a la derecha, el elenco en pleno repasando una escena del noticiero, que es el corazón del programa

llada, con la boca fruncida, y unos broches de metal en el pelo, que aún falta retocar. Cuando terminan de grabar la escena, que comparte con el actor Fabián Arenillas, se baja de los altísimos tacos violetas y se calza unas pantuflas blancas para descansar los pies. “¡Vaffanculo!”, tenía que decir Arenillas desde su perso-

naje del elucubrador Ricardo, pero, a último momento, la actriz le saca el insulto de la boca y lo desliza sorpresivamente. “Andrea es la que habla más bajo”, rezonga el sonidista, y agrega que debe prestar especial atención cuando Mike balbucea y susurra (que muchas veces lleva subtítulos) porque no se

le entiende nada. “Los que tienen un buen caudal de voz son Carla y Hugo Arana”, resalta el técnico. Ahora vamos a hacer el noticiero –anuncia Peterson, con la misma frescura de su confundido personaje, Sol Casenave–. Es re divertido y nos sale muy mal”. Mientras la actriz responde que la camisa que lleva puesta es

de un diseñador extranjero, la vestuarista Andrea Duarte, quien define el look de los personajes, apunta: “Entre Martín y Gonzalo tiene que haber un contraste, aunque estoy insistiendo para sacarle la barba a Gonzalo. Ni Carla (que tiene una vestuarista propia) ni Mike piden ropa especial. En cambio, Diego Ramos se compra ropa en Nueva York y me la trae. Su personaje, Tomás, es muy de marcas top, porque para él la ropa es lo más importante. Daniela (Claudia Fontán) cambia mucho su estilo; es bien bipolar. Por eso lleva mucho estampado.” Sentado sobre el reluciente escritorio del noticiero, Amigorena –con la camisa por fuera del pantalón y la corbata de Martín Pells enredada en sus manos–, examina, en silencio, la escena que acaba de grabar, que se pasa por una gran pantalla. Después, se aleja silbando “Resistiré”. Mientras Peterson revolotea por el piso hablando por celular, en el camarín de Sol Pells, un técnico duerme sobre el enorme sillón de cuero. Algo que nunca podría permitirse en el imaginado Mega News, donde nada es lo que parece, pero a la vez todo pueda pasar.

Con las zapatillas rojas de su personaje, Amigorena camina por la vereda hacia el estudio de grabación cargando una pequeña bolsa de madera. Antes de llegar a la puerta, una adolescente lo intercepta y le pide una foto, que el actor –hasta hace unos meses considerado del under– le concede con una sonrisa. Lo mismo sucede con Quiroz y Amador, que interrumpen su descanso en el café ubicado enfrente al estudio para satisfacer a un grupo de colegialas que, entre risas nerviosas, eternizan el momento valiéndose de celulares. “La gente sabe todos los nombres de los personajes. A mí me sorprendió mucho este éxito y lo que pasa en la calle. Cuando me llamaron para participar, estaba haciendo teatro y no tenía tanta expectativa”, asegura Quiroz o Diego Planes, como se lo conoce en el exitoso universo Pells, que trasciende cada vez más las paredes del decorado del maquiavélico Mega News. Mientras tanto, el verdadero Martín Pels –el camarógrafo de quien el productor Sebastián Ortega tomó el nombre para bautizar a la ficción– se encuentra trabajando, como su oficio lo ubica, detrás de cámara. En el piso de Los exitosos Pells lo llaman “el original” y Quiroz enseña, como si fuera un hallazgo, una foto que lo muestra codo a codo con Amigorena. “No era tan ingenuo como para pensar que nadie se iba a enterar –dice Pels en un descanso de la grabación en exteriores–. Sabía que era un programa que no iba a pasar inadvertido.”

Desde pasado mañana, por Canal 13

Un refrescante juego de verano Los Weinbaum regresan con Hombre al agua, un ciclo importado de los EE.UU. “Es una gran apuesta en una época en la que pocos apuestan. Este no es el típico programita de verano”, dice Eugenio Weinbaum, exultante con el nacimiento de Milo, su tercer hijo, y con el inminente debut de Hombre al agua, un ciclo de entretenimientos que conducirá desde el lunes con su hermano Sebastián. El programa es la versión local de Wipeout, de la cadena norteamericana ABC, y es visto casi por 10 millones de personas en cada entrega (“del formato vamos a hacer un deformato”, bromea Weinbaum). Todas las semanas, 18 concursantes deberán superar distintas pruebas (de velocidad, resistencia, habilidad, etc.) para medir su destreza física y alzarse con un botín de 10 mil pesos. El premio –en tiempos de crisis– no es nada despreciable, aunque dista de la recompensa de épocas de certidumbre económica mundial. Es por eso que varios países (Alemania, Inglaterra, Holanda, Turquía, Croacia, Israel, Portugal, Grecia, Finlandia y España) apostaron a una fórmula segura a la hora de invertir para su pantalla chica (gastos compartidos + entretenimiento) y se trasladaron a la Argentina para realizar sus versiones del programa. Desde entonces, la localidad bonaerense de Benavídez es una suerte de Babel donde conviven varios equipos de producción. Allí se construyó el set que incluye tres piletas, un tobogán casi vertical de 7 metros de alto y otros 14 juegos. Hombre al agua tiene su propia identidad y una variante con respecto al resto de las versiones que se graban allí. Mientras los conductores, de traje y corbata, relatan los juegos desde un estudio, los Weinbaum estarán junto con los competidores durante las pruebas e incluso la contienda final se televisará en vivo.

CANAL 13

Los conductores cambiaron Mar del Plata por las piletas bonaerenses PARA AGENDAR

Hombre al agua, programa de entretenimientos. Conducido por los hermanos Eugenio y Sebastián Weinbaum. Canal 13, los lunes, a las 22.45.

Weinbaum admite que, en un comienzo, fue reticente cuando Adrián Suar, Pablo Codevilla y Eduardo “Coco” Fernández intentaron convencerlo para conducir el programa. “Yo no quería hacer otro ciclo que no fuera MDQ [con el que regresará en marzo a Canal 13] para no estar pendiente del rating y del minuto a minuto”. Sin embargo, aceptó seducido por el mensaje que propone transmitir

la propuesta, y que le pareció tan sincero como un abrazo de los habitantes de su “pueblo”, Mar del Plata. “Lo imposible sólo está en la mente de los cómodos. No le decimos a nadie que no puede competir y lo hace desde un patovica hasta una chica ultra delgada.” Las comparaciones son odiosas, pero Weinbaum no elude la pregunta sobre El muro infernal, el ciclo de Marley que emite Telefé, donde el producto apto para todo público incluye en su escenario concursantes, adrenalina y toneladas de agua. “Me saco el sombrero por él. Se puso al hombro un producto diario y le va bárbaro”.

Laura Ventura