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Los mayores también son guerreros Desde los yayoflautas hasta las asociaciones de jubilados, los colectivos de mayores se han puesto en pie de guerra frente a las reformas adoptadas en los últimos tiempos por las distintas administraciones. Muestran públicamente su rechazo a las medidas que les afectan de forma directa (copago farmacéutico, pensiones...), pero también demandan que se garantice un Estado de Bienestar digno para sus hijos y nietos. Es, dicen, una cuestión de compromiso social y solidaridad

Los yayoflautas ocuparon la sede de la Unió Catalana de Hospitals en defensa de la sanidad pública. / OSCAR MARTÍNEZ

A. Vila / EM

Comenzaron ocupando la sede en Barcelona del Banco Santander como protesta ante la especulación y la oligarquía financiera. Después tomaron el Centro de Atención Primaria Marina de Bellvitge y el Departament d e S a l u t d e G i ro n a p a r a mostrar su repulsa a los recortes en sanidad. También ocuparon la agencia de calificación Fitch, sedes de cajas de ahorros, la Bolsa de Barcelona, edificios de varias administraciones públicas y hasta un autobús para defender el transporte público frente a los incrementos en sus tarifas. “Armados” con chalecos y pancartas amarillas, grupos de mayores protagonizan desde hace meses numerosas campañas de respuesta social contra todo aquello que consideran que funciona mal en el país. Ha pasado un año y medio desde su nacimiento en Barcelona y los yayoflautas

-también conocidos como “mayores indignados” porque nacieron en el marco del movimiento 15M- tienen ya representación por casi toda la geografía española y suman, a día de hoy, más de un millar de miembros activos. Si bien puede parecer que no son muchos en cantidad, lo que nadie puede negar es que han hecho su particular incursión en prácticamente todos los ámbitos de la esfera pública. De ahí que sean, probablemente, la cara más mediática de la acción social del colectivo senior, por cuanto sus actuaciones e iniciativas ocupan páginas de los principales periódicos del país y porque, aunque no todos los mayores que estos días se pueden ver en las calles alzando la voz son yayoflautas, este grupo sí ha conseguido la visibilidad pública que les faltaba individualmente a sus coetáneos. “Sé que sorprende que gente mayor tenga esta repercusión, pero eso es porque la gente apar-

ta a los mayores y cree que sólo son buenos para la petanca y el Imserso”, justifica el responsable de prensa de los yayoflautas de Barcelona, Felipe L. Aranguren. Esto tiene que ver, probablemente, con una de las cuestiones en las que ponen énfasis los autores del estudio “La participación social de las personas mayores”, editado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) en 2008: “la carga simbólica implícita en la terminología de las personas mayores ha ido acompañada de la existencia de una red de mitos que envuelven a las personas en esta etapa de madurez. La imagen estereotipada de las mismas se sustenta dentro de un imaginario colectivo suscrito en el énfasis de los aspectos más subjetivos de las personas mayores dotándoles de diversas connotaciones negativas”. En este sentido, el trabajo pone el acento en el término “viejismo” para manifestar el “prejuicio

Tres de cada diez personas mayores de 65 años pertenecen a algún tipo de organización o movimiento social En sociedades como la española, la imagen de las personas mayores aparece vulnerable por la asociación de factores negativos incorporado socialmente y transmitido a través de la cultura”, que está presente en sociedades como la española. En virtud de esto, la imagen de las personas mayores aparece sustancialmente vulnerable debido a la asociación de factores negativos como la edad, bajos niveles educativos, económicos, así como la imagen de

sus usos del tiempo ligados a actividades informales poco valoradas. A su vez, a la vejez se asocia, muchas veces, la idea de dependencia o falta de autonomía. No obstante, según el “Informe 2010. Las personas mayores en España”, en torno al 30% de los ciudadanos con más de 65 años pertenece a algún tipo de organización o movimiento social, siendo mayoría los que ejercen en asociaciones de mayores, labores de voluntariado o grupos culturales o de ocio. Además, el 1,2% pertenece a un partido político y un 0,2% a un sindicato o una asociación de empresarios. Por eso, cuando se habla de participación social de las personas mayores también es importante destacar el papel del movimiento asociativo. Éste “se configura como una herramienta clave de participación para las personas mayores. El asociacionismo encuentra, entre los Sigue en la página 26

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UDP ha detectado un aumento en el asociacionismo, sobre todo de grupos de jubilados afectados por los últimos ERE “Quizás de esta crisis podamos extraer algo positivo, como el crecimiento del espítitu solidario”, reconoce Vicente Sanz distintos canales de participación, una vía en la que desenvolverse en sus múltiples manifestaciones”, destaca el documento “La participación social de las personas mayores”. Más asociacionismo Pero, ¿influyen la crisis económica y las medidas de ajuste y recortes emprendidos bajo este paraguas por las administraciones en una mayor movilización de las personas mayores en este tipo de organizaciones? Al respecto, los colectivos mayoritarios, en general, detectan un aumento en la participación en los últimos tiempos, aunque cada cual lee los datos a su manera. La Unión Democrática de Pensionistas sí cree que el contexto socioeconómico ha servido para hacer crecer las filas de las asociaciones que la componen, “sobre todo de grupos de jubilados afectados por los últimos ERE producto de la crisis”, matiza su presidente, Luis Martín Pindado. La Confederación de Jubilados y Pensionistas de España (Conjupes), por su parte, destaca un creciente aumento en su número de asociados, pero lo achaca a “la situación demográfica más que al momento actual de crisis”; mientras que desde la Confederación Española de Organizaciones de Personas Mayores (Ceoma) descartan una mayor participación de los mayores en el marco actual. Ello, a pesar de que su vicepresidente, Luis Álvarez Rodríguez, asume que “los mayores, especialmente los de más edad, quizás están algo desilusionados de los resultados (de las políticas públicas)”. En este sentido, cree que el papel de la Confederación debe ser “ofrecer a los mayores campos de actividad y participación, que favorezcan los movimientos colectivos en búsqueda de objetivos comunes”. En este línea, el presiden-

Las organizaciones de mayores se suman a todas aquellas causas que consideran de interés para sus asociados. En diciembre, UDP formó parte de la marca SOSdiscapacidad, convocada por el Cermi para protestar contra los recortes en el sistema de la dependencia.

te de Conjupes, Vicente Sanz Fernández, asegura que “las entidades integradas en nuestra Confederación han tratado de dar respuesta social de una u otra manera (con manifestaciones, concentraciones, artículos de opinión y entrevistas en los distintos medios de difusión, etcétera) a toda la serie de recortes que llevamos sufriendo” porque, añade “no cabe duda que tenemos capacidad de movilización y que cuando queremos, la ejercemos”. Escepticismo sobre el poder de los ciudadanos En este contexto, cabe destacar que el “Informe 2010. Las personas mayores en España”, se basaba en datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para revelar un cierto escepticismo entre las personas mayores sobre el papel que pueden jugar como ciudadanos en la acción política. Así, según este documento, un 66,4% se muestra conforme con la afirmación de que el voto es la única forma en que la gente puede influir en lo que hace el Gobierno, mientras que el 69% de los ciudadanos con más de 65 años cree que “los políticos no se preocupan mucho de lo que piensa la gente como ellos”. El dat o n o e s b a l a d í p o rq u e , mientras que la gran mayoría (el 71,2%) afirman estar interesados en los temas de actualidad, por contra, son también muchos (el 69% de los encuestados) los que consideran que “es mejor no meterse en política”. Al-

Felipe L. Aranguren: “Si unos cuantos abuelos han montado yayoflautas, imagina el poder que tendríamos si fuésemos miles” “En un mundo global e interconectado, los mayores que deseen luchar socialmente pueden hacerlo”, asegura Pindado “Nosotros somos hijos del 15M y si los jóvenes no se hubiesen movido, hoy no existiríamos”, recuerda el responsable de prensa de los yayoflautas.

Bajo el lema “#lacaixaolavida”, los yayoflautas de Barcelona tomaron una oficina de La Caixa. / IAIOFLAUTAS.ORG

go que, sin embargo, está cambiando en la práctica. Prueba de ello es que, como confirma el presidente de UDP, “hemos recibido más sugerencias en la línea de formar una agrupación política” y, aunque la Unión Democrática de Pensionistas de España asegura que esto no está en sus planteamientos actuales, deja constancia de que los mayores son hoy “más guerreros” que al principio de la crisis. “En un mundo global e interconectado, los mayores que deseen luchar socialmente pueden hacerlo, y lo

están haciendo, incorporados a diferentes grupos de acción, dando una vez más ejemplo de solidaridad y compromiso”, reconoce Pindado. En este último aspecto incide Vicente Sanz al asegurar que “quizás de esta crisis podamos extraer algo positivo como puede ser el crecimiento del espíritu solidario” porque, si en algo concuerdan todos los representantes del movimiento asociativo es en que los problemas de los ciudadanos afectan a todos por igual, con independencia de la edad de las personas.

¿La unión hace la fuerza? “La gente no se da cuenta de la fuerza que tiene. Si unos cuantos abuelos y abuelas han montado yayoflautas, imagina el poder que tendríamos si fuésemos miles”, destaca Felipe L. Aranguren. A su juicio, “el camino para conseguir cambios es la protesta y nosotros hemos elegido la desobediencia civil”. El portavoz de los yayoflautas, además, asegura que “no hay que confundir justicia con leyes y si las leyes son injustas no hay que aceptarlas. Éste es nuestro argumento. Por eso desobedecemos y aplicamos la acción directa, señalando la injusticia y a quien la crea”. Porque si hay una

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“No hay que confundir justicia con leyes y si las leyes son injustas no hay que aceptarlas”, manifiesta el portavoz de los yayoflautas Ceoma cree que habría que trabajar en la “oportunidad y conveniencia de hacer planteamientos comunes”

La movilización social ha encontrado un aliado en Internet y las nuevas tecnologías.

cosa que caracteriza a este grupo es, precisamente, que sus acciones distan de lo que se podría esperar de “un grupo de abuelos”. “En cierta forma hemos aplicado normas de clandestinidad antiguas, ya que se pretende coger por sorpresa al enemigo. Todas las acciones se basan, también, en un cuidadoso plan y en la asistencia de medios de comunicación que potencien la acción”, explica Felipe L. Aranguren. Vicente Sanz también destaca que los miembros de Conjupes “llevamos ejerciendo nuestro derecho de mani-

festarnos en contra de todas estas medidas (copago farmacéutico, recortes en dependencia, no actualización de las pensiones...) desde que se vienen produciendo” y, en este sentido, “nos adherimos y participamos en todas las plataformas sociales que se constituyen en las provincias en las que tenem o s re p re s e n t a c i ó n . P o r desgracia, con poca fortuna”, lamenta Sanz. Ceoma, por su parte, cree que habría que trabajar en la “oportunidad y conveniencia de hacer planteamientos comunes” entre las diferentes

organizaciones de mayores. Porque esta Confederación, manifiesta Luis Álvarez, “es muy cauta en sus posibles participaciones en movimientos que pueden derivar en acciones no deseadas” y añade que “somos más partidarios de hacer planteamientos cuidadosamente estudiados, por los que se llegue a alguna propuesta o solución previsible”. De una forma u otra -ya sea ocupando la sede de un banco, participando en una manifestación o remitiendo escritos directamente a los responsables públicos-, de lo

que no cabe duda es de que las personas mayores, lejos de ser un colectivo inmóvil, son una parte dentro de un todo, ciudadanos a los que les afectan los recortes directamente como grupo, pero también solidariamente como par te de la sociedad. Por eso, de igual forma que no lo han hecho hasta ahora, no parece que se vayan a quedar “quietos” y callados en el futuro. Al fin y al cabo, como resume el vicepresidente de Ceoma, lo que buscan estas personas “es que no haya ningún freno ni cortapisa a que podamos disfrutar de todo lo

que la sociedad es capaz de ofrecer al conjunto de ciudadanos; que nuestra edad no represente ningún inconveniente ni dificultad para ello”. Y en esto también está la lucha social. Ya lo dijo un nonagenario ilustre. “Es nuestra obligación velar por los principios y valores, por que nuestra sociedad siga siendo una sociedad de la que estemos orgullosos; y no esta sociedad de indocumentados, de expulsiones, de sospechas con respecto a la inmigración; no esta sociedad en la que se ponen en cuestión las pensiones, los logros de la Seguridad Social; no esta sociedad donde los medios de comunicación están en manos de los poderosos”. Las palabras son de Stéphane Hessel, ensayista y diplomático francés recientemente fallecido, en su obra “¡Indignaos!”, un ensayo que, publicado a sus 92 años, fue capaz de remover conciencias y sacar a la calle a ciudadanos de todo el mundo.

Razones para hacerse oír Felipe L. Aranguren RESPONSABLE DE PRENSA DE LOS YAYOFLAUTAS DE BARCELONA

“Tenemos saber y experiencia que sí puede transmitirse a los jóvenes”

Vicente Sanz Fernández PRESIDENTE DE LA CONDEFERACIÓN DE JUBILADOS Y PENSIONISTAS DE ESPAÑA (CONJUPES)

“Somos uno más dentro de la sociedad civil, no un grupo a distinguir”

Luis Martín Pindado PRESIDENTE DE LA UNIÓN DEMOCRÁTICA DE PENSIONISTAS (UDP)

Luis Álvarez Rodríguez VICEPRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE ORGANIZACIONES DE MAYORES

“Los mayores están hoy más preocupados por sus hijos que por ellos”

“Somos partidarios de hacer planteamientos estudiados”